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La educación cívica en la formación ciudadana, es un evangelio vivo



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

El presente resumen trata de recoger y a su vez explicar
la importancia de esta ponencia cuyo título nos
señala como desarrollar un evangelio vivo ,a través
de teorías de Ética, moral cívica en que
debe estar un ciudadano cubano de estos tiempos del siglo XX1.En
el mismo se demuestra cuáles son las alternativas y
métodos de enseñanzas para cumplir con la
Educación en el Evangelio Vivo llevando al estudiante
patrones ,hábitos de conductas que sean correctos dentro
de la sociedad que hoy necesitamos construir y fortalecer para
que ese estudiante pase a ser un individuo altamente educado,
sensible , humano responsable y solidario como un evangelio vivo,
también en el proceso de socialización conduce a la
practica desde el niño hasta el individuo para lograr
formarlo adecuadamente con los principios socialistas de Cuba. Es
importante y se señala en este trabajo que las
instituciones jueguen un rol principal con la puesta en marcha de
programas educativos de acuerdo a cada enseñanza, y
así lograr un fortalecimiento en el cumplimiento del deber
ciudadano con una excelente Educación ,como un Evangelio
Vivo. En los momentos actuales se hace más necesario la
colaboración de docentes , la familia, y las instituciones
escolares para que los objetivos trazados se cumplan y las nuevas
generaciones se entrelacen dando lugar a saldar las
pequeñas deudas que hayan quedado tiempos atrás ,se
aborda en el mismo los basamentos filosóficos como una de
las fuentes para elevar el caudal de conocimiento integral en las
Ciencias Sociales e interdisciplinariedad.

Introducción

En el mundo unipolar y globalizado en que vivimos las
fuerzas de la reacción están empleadas en desmontar
de nuestros pueblos todos los resortes morales e
históricos que nos sirven de movilizadores para el
enfrentamiento a su voracidad.

Resulta necesario por tanto concretar acciones que
preserven la identidad de nuestros pueblos y su diversidad
creadora ante un proyecto de globalización que no
sólo afecta las economías sino la vida espiritual
del hombre para llegar a ser un evangelio vivo.

En situaciones convulsas, de crisis, florecen
pensamientos éticos de "escepticismo" el concebir el
"relativismo ético" de los valores morales sin penetrar en
los valores universales y afirman "no hay ninguna cosa verdadera
porque todo cambia con el tiempo". Otros "la ley moral"
está envuelta en una oscuridad, en lo trascendente fuera
de mi horizonte, para negar el papel de lo ético en la
formación humana. En los momentos actuales recobra mayor
importancia la necesaria regulación por la sociedad de la
conducta de sus integrantes que incluye, desde el punto de vista
moral, dos tareas interrelacionadas: primero, la
elaboración de exigencias morales que encuentran reflejo y
reciben fundamentación en la conciencia moral social en
forma de normas, principios e ideales; segundo, la
inculcación de esas exigencias en la conciencia moral
individual con el fin de cada persona por sí misma pueda
dirigir y controlar sus actos y también participar en el
proceso de regulación de la conducta social, es decir,
presentar exigencias morales hacia otros semejantes y valorar sus
comportamientos cívicos y ciudadanos que se necesitan para
enfrentar la obra del evangelio vivo. En el proceso de
transformaciones que se desarrolla en la sociedad
contemporánea desempeña un importante papel el
problema de la formación de ciudadanos, capaces de vivir y
actuar en las complejas condiciones que imponen el desarrollo
mundial y de cada país, a partir de un sistema de valores
correspondientes con la esencia de su proyecto social y con las
elevadas aspiraciones del ser humano. Es indiscutible que la
formación ciudadana de los niños, adolescentes y
jóvenes, constituye una parte del proceso de
socialización que se desarrolla en cualquier sociedad por
los distintos agentes educativos: familia, escuela, sistema
político, medios de difusión masiva, la comunidad,
etc. , con el objetivo de desarrollar el tipo de personalidad que
reproduce dicho sistema social; pero en este sistema de
influencias la escuela desempeña un papel rector e
integrador en la dirección de este proceso global, de
ahí la importancia de profundizar en el nivel de
efectividad con que la escuela cumple su función en el
proceso de formación ciudadana, revelando las principales
contradicciones y las distintas alternativas de perfeccionamiento
que existen en este importante elemento educativo. Este problema
exige de la solución de las siguientes interrogantes para
lograr futuras generaciones como un evangelio vivo:

  • ¿Cuáles son los fundamentos
    teóricos y metodológicos sobre los que se
    asientan la concepción de la formación
    ciudadana en la escuela para lograr un evangelio
    vivo?

  • ¿Qué lugar ocupa la asignatura
    Educación Cívica en el sistema curricular de
    los distintos niveles de enseñanza?

  • ¿Existe un verdadero sistema de
    formación ciudadana que garantice el desarrollo de los
    valores cívicos en los niños, adolescentes y
    jóvenes?

  • ¿Cómo utiliza la escuela las
    potencialidades que las distintas instituciones brindan para
    la formación ciudadana en los estudiantes?

Como se observa la solución a estas interrogantes
exigen del análisis de los fundamentos teóricos del
sistema de formación ciudadana en la escuela y en la
sociedad en general como premisa para diseñar las
líneas fundamentales de su perfeccionamiento.

Desarrollo

Actualmente existen diversos criterios acerca de
cómo entender la Ética. Algunos se orientan a
derivarla de la filosofía en general, otros como
disciplina filosófica y en otros como ciencia
filosófica.

El criterio de carácter de ciencia
filosófica, elemento de la cultura moral de la sociedad y
etiqueta profesional la hace cumplir tareas importantes
como:

  • 1. Describir los límites cualitativos de
    la moral.

  • 2. Reproducir idealmente la esencia, origen,
    papel social, especificidades y leyes de su
    desarrollo.

  • 3. Normativa.

Conlleva a analizar los agentes sociales principales que
determina el tipo de personalidad moral, así como el
sistema de valores, primordialmente morales, que se consolidan en
un código de determinados principios, normas y en un
conjunto de mecanismos funcionales entre los cuales aparecen como
determinante la orientación valorativa y la
autorregulación como resultado de la autoconciencia y la
vergüenza.

La Ética es una forma de praxis que genera la
reflexión crítica sobre el contenido valorativo y
el significado de la acción social del
individuo.

Tiene como objeto de estudio la moral como
fenómeno social complejo que tiene una estructura formada
por la conciencia moral, las relaciones morales y la actividad
moral, la unidad dialéctica entre lo objetivo y lo
subjetivo.

La moral como fenómeno social complejo cumple una
función social importante en el proceso de desarrollo de
la conciencia ciudadana de manera reguladora,
valorativo-imperativo, cognoscitiva y comunicativa dado a su
carácter de ontológico en la relación
valorativa del hombre con el mundo en la relación
ser-deber ser-ideal moral.

Analizar las particularidades de la moral, a partir del
componente socio-psicológico moral permite la
comprensión de las especificidades del proceso de
educación moral, la actitud cívica y el
difícil proceso de formación de valores morales.
Momento cognitivo-afectivo y conductual; destacando la
racionalidad ética y el conocimiento práctico a las
situaciones concretas en las que se encuentra la personalidad, a
la conducta personal de cada uno y el papel de la
ideología como cultura moral de una
época.

Lo ético y lo jurídico como fundamento
metodológico del civismo tienen una determinación
social a través de las finalidades de la educación
que deben corresponder con las finalidades del proyecto social y
con la lógica histórica de su
materialización en una racionalidad ética que
determina en qué medida cualquier acción se inserta
positiva o negativamente en el fin general defendido: la
creación de una eticidad de nuevo tipo que supere el
individualismo y el egoísmo burgués y se base en
una ética verdaderamente humanista.

La eticidad como resultado de las relaciones sociales en
que el hombre desenvuelve su existencia y también bajo la
influencia de un proceso contradictorio educativo social, que no
puede reducirse a un solo campo de su actividad.

En toda la actividad humana está presente la
ética como elemento de la cultura moral de la
sociedad.

Cualquier teoría social que se proponga el
mejoramiento humano parte de una concepción sobre el
hombre, una concepción sobre la enajenación,
contradicciones de la liberación humana teniendo como hilo
conductor la acción del hombre en su devenir
histórico concreto.

Interrogantes que presenta la Ética a la
problemática educacional entre otros son:

  • ¿Qué dimensiones tienen el objeto de
    estudio de la Ética que sirve de fundamento
    metodológico a la Educación Cívica como
    un evangelio vivo?

  • ¿Sobre qué principios
    metodológicos se basa la Ética que penetra
    desde la vida cotidiana hasta todos los momentos del proceso
    docente educativo?

  • ¿Por qué no basta una opción
    ética, como un método científico o una
    guía para la acción, es necesario emplearlo en
    función de la liberación humana para el
    evangelio vivo?

  • ¿La relación entre lo moral y lo
    jurídico en la conciencia ciudadana y la
    educación de esta para lograr un evangelio
    vivo?

Por tanto el debate de estos y otros aspectos por los
educadores constituye una vía esencial para aunar los
esfuerzos de todos aquellos que en los distintos lugares del
mundo luchan por el rescate de los valores morales que dan unidad
y fuerzas a nuestros pueblos para la conquista ciudadana del
evangelio vivo.

En la asimilación moral de la realidad por el
hombre se unen orgánicamente la valoración y el
mandato. De esta forma, la moral constituye un método
valorativo imperativo especial, donde se relacionan
dialécticamente lo cognoscitivo, afectivo y conductual,
con lo cual el hombre asimila la realidad separando los
fenómenos sociales circundantes de acuerdo con el bien y
el mal. Concibiendo como elemento importante la relación
valorativa del hombre con el mundo, como resultado del
desprendimiento de la relación práctica y que media
con la relación cognoscitiva, definiéndola como la
capacidad que tiene el sujeto de reflejar la realidad, no solo
tal como es, sino como debe ser, para la satisfacción de
sus necesidades.

Cobra entonces significación, la búsqueda
de los resortes de valoración moral de manera objetiva,
pues nace por las necesidades de la práctica de las
relaciones morales entre las personalidades y subjetivas, pues
orienta la actividad moral en práctica valorativa que
implica lograr enjuiciamiento crítico, el afán de
perfeccionar la realidad, la insatisfacción que siente por
su propia obra, garantiza la transformación
práctica sobre la base del conocimiento y la
responsabilidad moral ante la elección moral.

Valor moral no son sólo las propiedades de los
objetos, las cosas, sino los procesos, sentimientos, ideales,
objetivos que adquieren significación para el hombre
(unidad de los aspectos subjetivos y objetivos). Los principios
morales, las categorías éticas, los conceptos
morales que adquieren objetivamente un significado positivo
(valores) o negativo (antivalores). Donde se conjuguen la
trayectoria de la elección moral con la línea y
acto de conducta.

La libertad moral es la necesidad objetiva social y la
inclinación subjetiva de la personalidad de basar su
comportamiento en el conocimiento y las leyes de progreso moral,
las normas que rigen el comportamiento, los objetivos del
colectivo social donde se desarrollan, pero implica además
la satisfacción interior por su correcto comportamiento
moral (esencia sicológica de la necesidad
moral).

La educación moral no sólo se da a
través de la educación directa, planificada,
dirigida de manera sistemática por la escuela, sino que
además, la indirecta, que se da a través de toda la
actividad del hombre, pero el proceso es doble como abordara el
CHE en su obra El socialismo y el hombre en Cuba: "El proceso es
doble, por un lado actúa la sociedad con su
educación directa e indirecta, por otro, el individuo se
somete a un proceso consciente de autoeducación. " El gran
pedagogo José de La luz y caballero que planteo crear
ética, educación con los futuros hombres es sembrar
la semilla del progreso humano., además nuestro pensador
eminente Félix Varela expreso solo puede instruir
cualquiera, educar quien sea un evangelio vivo.

Y si el sujeto educador no es capaz de mover esos
resortes emocionales del sujeto-objeto (educando) no se da la ley
de regulación moral por la que estos ejemplos de hombres
en épocas diferentes forjaron las bases para las
sociedades futuras.

Esta regulación moral no se da por decreto, ni
por dádiva de la historia, ni por jerarquía social,
ni por responsabilidad jerárquica, sólo en la
fuerza del ejemplo, basada en la coincidencia del actuar
según se habla, es decir, apoyada la palabra con la
acción, el conocimiento verdadero de la realidad social,
la asimilación de esa realidad como patrimonio personal,
dándose una comprensión crítica, donde se
desarrolle la capacidad de adquirir información,
contrastar críticamente los diversos puntos de vista sobre
la realidad y comprometerse en su mejoramiento, desarrollo para
la capacidad para razonar sobre problemas morales, coherencia
entre el juicio y la acción moral, adquisición de
hábitos deseados y construcción voluntaria del
propio carácter moral, donde se ve la construcción
y valoración positiva del yo, conocimiento de sí
mismo, integración de la experiencia biográfica y
proyección hacia el futuro, es decir, autoconocimiento
como reflexión de la actividad práctica.

En el caso de la realidad cubana, todo este
análisis teórico se conjuga en la relación
dialéctica de lo general, lo nacional único y los
clasista distinto, en un país bloqueado donde existen
grandes limitaciones materiales y graves problemas
económicos en medio de un período especial en
tiempo de paz, con una larga tradición de lucha, con
costumbres y sistema de valores muy altos a nivel de toda la
sociedad y a través de toda su historia, como
planteará Fidel en el III Congreso del PCC: ". . . no creo
que nadie nació siendo o dejando de ser revolucionario,
depende de cómo cultiven las cualidades de aquel hombre,
los aspectos positivos que todo hombre tiene. . . ".

Aparece como una necesidad el desarrollo de valores dado
a su carácter reflejo, que expresa la esencia de la
sociedad donde se concretiza, profundiza y desarrolla su
contenido objetivo, expresando su esencia clasista, el contenido
histórico concreto constituyendo la estrategia, programa y
método a seguir para transformar la realidad y que es
atravesado por resortes emocionales, estado de ánimos,
puntos de vista, tradiciones, costumbres, conjugando lo socio
moral y lo psicológico moral.

El desarrollo de valores constituye el núcleo
central de la educación cívica y la
formación ciudadana.

Es de gran importancia comprender que la
formación cívica capta el aspecto valorativo y
comunicativo de la actividad, pues su desarrollo se mueve en la
eterna contradicción entre el ser y el deber ser,
penetrando en lo significativo, no sólo para la existencia
individual, sino también para la colectiva, al respecto el
CHE nos expresaba:

". . . hay que trabajar todos los días, trabajar
en el sentido interno de perfeccionamiento, de aumento de la
comprensión del mundo que nos rodea (. . .) Conocer bien
el por qué de las cosas y plantearse siempre los grandes
problemas de la humanidad como problemas propios". (1)

El análisis de este planteamiento refleja que el
proceso de formación ciudadana comienza cuando se
comprende la necesidad de una correcta conducta ciudadana a
partir de la formación de intereses y motivaciones que
muevan el comportamiento ciudadano sobre la base de un sistema de
valores.

Educar en el civismo significa desarrollar la capacidad
para captar o percibir los problemas sociales como propios,
incorporándose a su solución con eficiencia y
conciencia de sus deberes y derechos ciudadanos, por lo que la
asignatura Educación Cívica "… es la
encargada de la instrucción del ciudadano y
orientación de su práctica a partir de los deberes
y derechos que el mismo posee en una comunidad histórico
concreta, lo que actúa como reguladora de la convivencia
ciudadana, fundamentada moral y legalmente". y su
perfeccionamiento necesita de las invariantes que caracterizan el
modo de actuación cívica, las cuales se erigen en
los componentes del civismo, es decir, un sistema de valores que
en calidad de reguladores integrales de la conducta, caracterizan
el comportamiento y la actividad ciudadana en una sociedad
determinada.

Existen tres valores que en su condición de
invariantes del comportamiento ciudadano, actúan como
integradoras del sistema de valores que caracterizan al civismo,
la identidad social, la responsabilidad cívica y la
participación, analicemos el contenido de cada uno de
estos valores y su relación con el civismo.

La identidad social, designa un conjunto de
fenómenos que se manifiestan en determinada sociedad como
un proceso complejo.

Surge como valor universal humano, que se objetiva en la
realidad de los pueblos como identidad nacional, por lo que
aparece como elemento significativo para el individuo desde que
surgió la humanidad y la primera forma de comunidad
humana.

El psiquiatra argentino Jorge Pellegrino, señala
que: "La identidad es una estructura de sostén del
sí mismo, que sustenta el proceso de conformación
del individuo, de su familia, de su etnia, de su
nación".

Por su parte Gilberto Giménez (sociólogo
mexicano) define la identidad social como: "La
organización por parte del sujeto de la
representación que tiene de sí mismo y de los
grupos a los cuales pertenece".

En ambas definiciones se refleja la relación
entre los sujetos y los objetos asociados a ellos, en la primera
definición se refiere al conjunto de creaciones
espirituales y materiales que se asocien a los distintos sujetos,
en la segunda se insiste en la actividad mental del sujeto
individual. Estas definiciones apuntan a tres elementos
fundamentales: conciencia de sí mismo
(¿Quién soy?), conciencia de pertenencia a
determinado grupo (¿De dónde soy?) y
representación que permite ser miembro de un grupo social
que comparte historia y territorio (¿Qué nos
une?).

Por lo que la identidad como estructura de sostén
reafirma el sentido de pertenencia a un grupo, lo que implica
compromiso, motivación, participación en los
proyectos colectivos como parte de sus propios proyectos
personales.

Se señala que ". . . las personas para devenir
tales, a través del proceso de socialización,
necesitamos unas señas de identidad que brotan de las
distintas formas de pertenencia a la sociedad. . . "

Esto explica porque la formación de una fuerte
identidad constituye el núcleo del civismo,
desarrollándose valores como la dignidad, la modestia, la
sencillez, la solidaridad, el patriotismo, así como
hábitos de convivencia social como la cortesía, el
respeto y la tolerancia. Es importante tener presente los
diferentes niveles en que se expresa la significación de
la identidad, desde lo personal hasta lo universal para orientar
la conducta cívica en función de las diferentes
comunidades en las que se inserta el individuo.

La formación de la identidad como valor en el
proceso de educación cívica, constituye una premisa
para el desarrollo de orientaciones valorativas vinculadas a la
responsabilidad cívica, el cual constituye el segundo
componente del civismo.

Al detenernos en la responsabilidad encontramos su
especificidad como regulador moral en las relaciones del sujeto
con los objetos de su actividad social y con los sujetos con los
que interactúa, sin embargo la expresión legal de
esta significación se refleja en la conciencia de los
deberes y derechos que contrae el individuo en las comunidades e
instituciones a las que pertenece, por lo que la responsabilidad
se define como la actitud que se asume ante la labor realizada y
por la cual se responde ante los demás. Es la respuesta a
la obligación contraída desde el momento que se
asume hasta sus resultados, incluyendo el contenido moral y legal
de las consecuencias de sus actos.

Al asumir una actitud responsable el individuo se
representa idealmente su conducta a seguir, a partir de las
necesidades que le mueven a la acción, su
concientización en forma de intereses, la precisión
de objetivos y la búsqueda de las condiciones y los medios
que favorezcan dicha acción, por lo que la
educación en la responsabilidad cívica exige del
conocimiento de la necesidad de la tarea y obligación para
la sociedad y los demás miembros, permitiendo examinar el
por qué de sus actos y para qué se realiza a partir
de un compromiso moral y consciente.

La responsabilidad cívica favorece la convivencia
social a partir del desarrollo de orientaciones valorativas
vinculadas a la disciplina, la colaboración, el deber, la
libertad y la independencia, así como el respeto a
sí mismo y hacia los demás.

Este valor implica el reconocimiento de la
posición del individuo en la sociedad, contribuyendo a la
elaboración de proyectos personales de vida en
correspondencia con los proyectos comunes a nivel de las
diferentes comunidades a las que pertenece el individuo, en este
sentido la capacidad de auto-perfeccionamiento actúa como
elemento esencial de la conducta y actividad a partir de la
dialéctica entre ¿Dónde estoy y hacia
dónde voy? como expresión de la proyección
de los fines a alcanzar.

Uno de los aspectos fundamentales de la educación
en la responsabilidad lo constituye el conocimiento de los
deberes y derechos, así como las reglamentaciones
jurídicas que regulan el desenvolvimiento de las distintas
colectividades, pues la conciencia del cumplimiento de la
legislación o reglamento refuerza la orientación
moral del compromiso con la colectividad.

El fundamento de la identidad y la responsabilidad
demuestra como la actitud cívica en las condiciones
actuales debe estar acompañada de la competencia del
individuo para participar activamente en las tareas de la
sociedad.

En resumen, los componentes del civismo en calidad de
valores sintéticos de la actividad cívica, integran
las direcciones fundamentales del proceso de formación
ciudadana que se desarrolla en la escuela y en la sociedad. En
cada uno de ellos se refleja el sistema de valores que regulan la
convivencia y la actuación ciudadana de forma consciente.
Educar en el civismo significa descubrir la necesidad de la
conducta y actividad en y para la comunidad o la colectividad a
partir de la asimilación de competencias cognoscitivas,
valorativas y prácticas que permitan actuar en
correspondencia con los 1ímites morales y legales que
imponen la sociedad y la época, utilizando los medios, las
alternativas y los espacios que los dirigentes de este proceso
educativo brinden para el despliegue de esta
capacidad.

Conclusiones

Una verdadera ética solidaria debe comprender
todos los problemas que atañen a la formación del
hombre como ciudadano y las peculiaridades de la imagen del
maestro que es el encargado de cumplir el fin de la
educación: lo patriótico, lo ecológico (amor
a la Patria, la naturaleza, la comunidad) y en tener un
pensamiento independiente, para que puedan por sí, lograr
el conocimiento de forma tal que puedan resolver los problemas
reales del país, educar a partir de la identidad nacional
y la identidad latinoamericana una concepción ética
del mundo que se traducen en una dirección de la vida para
llegar a ser posteriormente un evangelio vivo .

El individuo moral no puede formarse en sociedad alguna
sin educación. Pero en los diferentes tipos de sociedad
son distintas las posibilidades de la educación, sus
sujetos, el contenido correcto, la orientación y el apoyo
en los factores favorables de acción para el desarrollo
vico – moral del individuo, pues el hombre no nace como
ser moral, sino sólo puede convertirse en tal en el
proceso de su actividad vital para asimilar la experiencia moral
colectiva objetivada en la cultura y necesita intermediarios
(familia – escuela – comunidad) y a través de las
contradicciones individuo – sociedad, sujeto – sujeto y hombre –
naturaleza conlleve a un comportamiento humanista y al sentido de
la responsabilidad moral que depende del grado de libertad moral
y el desarrollo de la conciencia y se pueda actuar en dependencia
de la educación que ha recibido ese individuo que en el
futuro será encargado de tener a su vez la sensibilidad
del evangelio vivo. La educación cubana dentro de sus
objetivos primordiales en todos los niveles de enseñanza
tiene la formación de valores y dentro de ellos los
valores cívicos, patriotismo, identidad nacional,
independencia, dignidad humana y solidaridad como elementos
esenciales en la formación del personal docente para
lograr que, a pesar del desarrollo científico
técnico, la labor del maestro siga siendo insustituible y
en el proceso de educación moral su modelo y ejemplo se
acreciente cada día más y como pedagoga me ha
servido la ponencia acerca del tema con una extraordinaria
responsabilidad del deber ciudadano para la educación y la
cultura general integral de los evangelios vivos.

Bibliografía

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  • Libro de Filosofía, Salud y Sociedad tomo 1 y
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    2007.

 

 

Autor:

Principal:

Dayamí Rodríguez Esmoris

Categoría: Asistente.

Máster en Ciencias Pedagógicas.

Ileana Alvarez Fundora

Categoría Instructor

Máster en Ciencias

Delfina Elvira Mesa
Zamora

Categoría Asistente

Máster en Ciencias

V Taller Provincial Evangelio
Vivo

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