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Las gestas libertarias en el Perú



Partes: 1, 2, 3

  1. La
    rebelión de los Incas de Vilcabamba
  2. Juan
    Santo Atahualpa
  3. Tupac
    Amaru II
  4. La
    Independencia de EE.UU y la Revolución
    Francesa
  5. Las
    Juntas de Gobierno en América de
    1809
  6. Las
    Juntas de 1810
  7. Los
    Cabildos Constitucionales
  8. Primera revuelta de Tacna de
    1811
  9. Segunda revuelta de Tacna de
    1813
  10. Rebelión de Huánuco de
    1812
  11. Rebelión del Cuzco de
    1814
  12. El
    retorno de Fernando VII al trono
    español
  13. José de San Martín y la Corriente
    Libertadora del Sur
  14. San
    Martín se retira del Perú
  15. Simón Bolívar y la Corriente
    Libertadora del Norte
  16. Las
    contradicciones de la independencia
  17. Tratado de Paz y Amistad
  18. Anexo
  19. Bibliografía

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LAS GESTAS LIBERTARIAS EN EL PERU

Primera Edición Digital 2012

Segunda Edición Digital 2013

Herbert Oré Belsuzarri

Un Masón Para el Mundo.

051 1 968844344

051 1 965358733

herberthore1@hotmail.com

Publicado en:

Fénix News

Dialogo Entre Masones

Gran Biblioteca Herbert Oré Belsuzarri

Autorizado la reproducción total o parcial, solo debe
citar la fuente.

Edición Digital en el Perú, sin
costo.

Febrero 2012.

Julio 2013.

A los héroes anónimos de la
independencia: cholos, esclavos y Criollos.

LAS GESTAS LIBERTARIAS EN EL PERU

Es curioso pero real, cuando tratamos el tema de la
Independencia del Perú, se asocia esta a las acciones
libertarias de San Martín y Bolívar, pero
soslayamos otros hechos que se realizaron en forma previa,
durante y posteriores en nuestra patria y el
continente.

La revolución emancipadora de América
española fue un acontecimiento cuyos antecedentes se
encuentran en el siglo XVI. El siglo XVIII fue un siglo de
inquietud reformista en lo político, social,
económico y científico.

Durante el auge de la política absolutista del
siglo XVII, en que los reyes de Europa negaban a sus
súbditos una serie de derechos, surgieron las tendencias
políticas que se han dado en denominar liberales, que
sostenían que el hombre nace con derechos naturales: el
derecho a la vida, a la libertad y a conseguir su felicidad;
derechos que ningún gobierno da, sino que tan sólo
debe resguardar. El gobierno es el producto de un acuerdo entre
los gobernados, que eligen a su gobernante, y no de
apropiación por una persona sin el consentimiento de los
gobernados.

Frente a los derechos absolutos que se arrogaban los
reyes para gobernar, surgió la teoría liberal de
los derechos constitucionales. Es decir, que el gobernante debe
gobernar de acuerdo con los derechos y obligaciones que
señalan las leyes del Estado. Y si el gobierno, en vez de
resguardar los derechos de los gobernados, atenta contra ellos,
los gobernados tiene el derecho a la resistencia frente al
gobernante.

En las colonias españolas de América
existía el sistema de gobierno absoluto, que negaba a sus
súbditos los derechos de la teoría
liberal.

En las colonias españolas de América,
existía la nobleza, clase media, pueblo y esclavos. Esta
desigualdad se acentuaba por las diferencias raciales, y por las
diferencias existentes entre los españoles nacidos en
España y los españoles nacidos en las "Indias", o
sea los criollos. La rivalidad entre criollos y peninsulares se
acentuó por aspirar aquéllos, con toda justicia, a
la igualdad de derechos y, finalmente, al gobierno de los
territorios en que habían nacido.

La corona española controlaba el desarrollo del
comercio y la industria en beneficio de las clases privilegiadas.
Las nuevas ideas económicas daban más valor a la
tierra y su explotación por el hombre, en la agricultura y
la ganadería; y frente al monopolio comercial pidieron el
libre comercio. Los Virreinatos y Capitanías creados en el
siglo XVIII, perjudicados con el monopolio y el mercantilismo,
abogaron por el comercio libre y la libertad de industria, que
permitía un mayor desarrollo de la agricultura y
ganadería. Sobre todo en el Virreinato de Río de la
Plata, donde la agricultura y la ganadería tenían
un notable desarrollo, apareciendo una clase industrial pujante
que tuvo activa participación en la emancipación de
su patria. El movimiento emancipador se realizó, para
acabar con el mercantilismo, el monopolio comercial y el
intervencionismo del Estado en el desarrollo
económico.

El siglo XVIII se presentó igualmente renovador
en el campo de las Ciencias Físicas y Naturales. Esta
inquietud se manifiesta en la llegada al Continente americano de
varias expediciones científicas: 1736, en tiempos de
Carlos III llega la Expedición de Martín
Sessé al Virreinato de México; de Ruiz y
Pavón al Virreinato del Perú y de José C.
Mutis al Virreinato de Nueva Granada. También esta
inquietud científica permite la aparición de
centros de cultura superior, como el Real Convictorio de San
Carlos, en el Perú.

Era costumbre que los jóvenes criollos americanos
de familias pudientes, fueran a España a completar su
educación. Pero al llegar al centro del poder de la
monarquía absoluta española, esos espíritus
fueron ganados por las nuevas ideas, pues, en contacto con los
liberales españoles, enemigos de la monarquía,
leyeron obras del pensamiento europeo, traducidas al castellano o
en francés, y cuando regresaban a su patria en
América estaban ganados a la causa
emancipadora.

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En el siglo XVIII en Europa, surge un movimiento
intelectual, espiritual y científico que se ha denominado
la ilustración. Se caracterizó por una fe ciega en
el poder de la razón, para llegar al conocimiento y
dominio de la naturaleza; desarrolló las Ciencias:
Química, Física, Biología,
Astronomía, Medicina y otras. Su espíritu
crítico, llegó a poner en tela de juicio el
régimen del gobierno absoluto, al sistema económico
y a las creencias religiosas. Surgen filósofos ilustres
como Voltaire, Montesquieu, Rousseau, y hombres de ciencia como
Linneo, Lavoisier, Wat, Volta, Franklin, Fahrenheit, Laplace y
otros.

El movimiento de la Ilustración ejerció
gran influencia sobre los gobernantes absolutos de Europa, varios
de los cuales adecuaron su política en parte a esta ideas,
pero sin modificar su esencia, o sea sin dar intervención
al pueblo. "Todo por el pueblo, pero sin el pueblo". Realizaron
reformas en la agricultura, el comercio, la industria;
estimularon el desarrollo de las ciencias y de las letras;
favoreciendo el desarrollo de la enseñanza, en especial de
las Universidades. A esto se llamó el "despotismo
ilustrado". Los principales déspotas ilustrados fueron
Federico II en Prusia, José II en Austria y Carlos III en
España. En el Virreinato del Perú se fundó
el Real Convictorio de San Carlos y la Sociedad Amantes del
País que publicó la revista científica
Mercurio Peruano. La ilustración también fue
favorable para crear el clima a la Independencia.

En esta etapa de influencia de la Ilustración y
del Despotismo Ilustrado impuesto por el Rey de España
Carlos III, tuvo lugar, la expulsión de los religiosos de
la Compañía de Jesús de los dominios de
España y América ocurrida en 1767, quienes se
convirtieron en enemigos del trono español y colaboraron
desde Europa con el movimiento emancipador, esparciendo las ideas
revolucionarias, propiciando la separación de
América de España, como es el caso del jesuita
arequipeño Juan Pablo Vizcardo y Guzmán autor de
"Carta a los españoles americanos", que fue impreso y
difundido por el revolucionario Francisco de Miranda. Su obra fue
de gran importancia para afianzar la evolución
ideológica del reformismo al separatismo de
España.

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Juan Pablo Vizcardo y Guzmán

Pero las intenciones libertarias en el virreinato del
Perú y en otros que dependían de la corona
española, venían de tiempo atrás.

El presente, tiene la intención de complementar
otros trabajos publicados anteriormente: "Los Masones y la
Independencia del Perú" y "El Libertador Don José
de San Martin".

La independencia del Perú es un capítulo
en las guerras de emancipación hispanoamericanas que
comenzaron a escala continental en 1808. Estos conflictos
enfrentaron a la monarquía española con los
nacientes Estados americanos que pretendían obtener su
independencia. La independencia del Perú se estimó
crucial para garantizar la independencia de los demás
países de América del sur; pero, más
allá de la independencia peruana, el proceso de
independencia de las colonias españolas en América
concluyó en el Caribe a finales de siglo XIX con la
independencia de la República Dominicana (1844) y la
adquisición de Cuba y Puerto Rico (1898) como botín
de guerra por parte de los Estados Unidos de América
(Guerra Hispanoamericana). Posteriormente, Cuba también
adquirió su independencia.

Las revoluciones en el Perú contra los
españoles se producen desde la captura del inca Atahualpa
la tarde del 16 de noviembre de 1532 en la batalla de Cajamarca,
y que llevó a la conquista del Imperio inca por parte de
Francisco Pizarro. Algunos autoproclamados sucesores de los incas
trataron en varias ocasiones, retomar el país,
reconquistar su imperio e instalar su gobierno. Unos intentos
ocurrieron inmediatamente; otros, más tarde.

La rebelión de
los Incas de Vilcabamba

Desde 1536 hasta 1572, tuvo lugar la resistencia de los
incas de Vilcabamba; acción que había comenzado con
la huida de Manco Inca del Cuzco y que terminó con la
ejecución de Túpac Amaru I.

Luego de la muerte de Atahualpa, los conquistadores
designaron a su hermano Manco Inca, como el sucesor. Manco Inca
se ciñó la mascaipacha y fue reconocido por curacas
y miembros de la nobleza inca. La idea de los españoles
era usarlo como un mandatario "títere", pero el nuevo Inca
tenía otros planes.

En abril del año 1536 cuando Manco Inca
partió del Cusco con el pretexto de traer unas estatuas de
oro del tamaño de un hombre para Hernando Pizarro, los
españoles codiciosos le dieron el consentimiento. 
Días después, los conquistadores se enteraron que
contingentes indígenas se habían concentrado en
Yucay y enviaron soldados en su búsqueda, pero fueron
desbaratados. Las tropas de Manco sumaban unos 10 mil hombres con
los cuales cerco el Cusco a fines de abril. Algunas exageradas
fuentes, dicen que las tropas incaicas eran de unas 200 mil
personas. Años más tarde, los españoles
recordaban el pavor que sufrieron al verse rodeados por tal
cantidad de hombres que permanentemente levantaban un gran
vocerío y en las noches encendían fogatas que
marcaban el cerco de la ciudad.

Antes del cerco al Cuzco, un escenario importante de
lucha fue Sacsayhuaman. Inicialmente en manos de los
cañaris conminados por los españoles para
defenderlo, fue tomado por las huestes incas, después de
dos días y luego cercaron al Cuzco. Los españoles
vivieron días y noches terribles al extremo de querer
abandonarlo, entonces Hernando Pizarro planteó retomar
Sacsayhuaman. Simularon abandonar el Cuzco por el camino a
Chinchaysuyo para dividir las fuerzas incas. Luego de tres
días de combate, los españoles retomaron
Sacsayhuaman.

Para evitar que Francisco Pizarro envié refuerzos
o que rompa desde fuera el cerco al Cusco, Manco había
coordinado un ataque a Lima. Por su parte, Francisco Pizarro
envió una expedición al Cusco a órdenes de
Gonzalo de Tapia, por la ruta de Pisco. En el ascenso a
Vilcashuaman, se toparon con las fuerzas del Inca cerca del
río Pampas, donde libraron una sangrienta batalla con la
derrota total de los españoles. Las tropas nativas
siguieron su camino y arribaron a Parcos (Huancavelica), donde se
vieron con un nuevo contingente de españoles que trataban
de avanzar hasta el Cusco.

Una tercera expedición enviada de Lima a Jauja
fue sorprendida en Angoyacu, donde murió su jefe, Juan
Mongrovejo de Quiñones. La ruta del Mantaro quedó
despejada para los naturales a través de dos combates
más: en Jauja y en Pariacaca.

El 5 de setiembre de 1536 el ejército rebelde
inca, a órdenes de Quizo Yupanqui, llega a las puertas de
Lima, sostiene varios encuentros con los españoles en Mama
(cerca de Chosica), en Huarco (Cañete), Mala, Chancay y
Ate. Un contingente al mando de Pedro de Lerma intentó
detenerlos en las inmediaciones de Puruchuco, pero los atacantes
llegaron a instalarse en los cerros que rodeaban a la Ciudad de
los Reyes y comenzaron a bajar para completar el ataque. Quizo
Yupanqui fue derrotado en Pachacámac por Alonso de
Alvarado, y con el apoyo de tropas indígenas contrarias a
los incas, los españoles consiguieron la victoria final en
Lima. Perecieron los principales jefes de la ofensiva
indígena: Quizo Yupanqui y Cusi Rímac.

En el Cusco, el cerco a la ciudad terminó tras
nueve meses, cuando retornaron las tropas de Almagro procedentes
de Chile. Entonces Manco Inca se retira con sus fuerzas a
Vilcabamba, a unas 20 o 25 leguas al norte del Cusco. Vilcabamba
fue, desde Manco Inca hasta Túpac Amaru I, un reducto
incaico cuya capacidad de hostigar y amenazar a la sociedad
colonial y sus autoridades sufrió altas y bajas. Manco
Inca, estuvo sembrando incertidumbre en la zona de Huamanga hasta
1541. Por eso, Vasco de Guevara, teniente gobernador de San Juan
en la Frontera de Huamanga, dio los pasos necesarios para lograr
un arreglo con el Inca y pacificar la región, pero eso no
se dio, porque Manco Inca fue asesinado por soldados almagristas
que llegaron a las montañas de Vilcabamba escapando de los
pizarristas y que el Inca hospedo en su fortaleza. Con su muerte
no concluyo la resistencia inca a los chapetones, le siguieron en
esa rebeldía: Sayri Tupac de 1544 a 1558, Titu Cusi
Yupanqui de 1558 a 1570 y Tupac Amaru I de 1570 a
1572.

Tupac asume el trono inca luego de la muerte de su
hermano Titu Cusi en 1570. Fue el cuarto y
último inca rebelde de Vilcabamba. Hijo
de Manco Inca, fue hecho sacerdote y guardián
del cuerpo de su padre. El virrey Francisco de Toledo asume el
virreinato y uno de sus primeros objetivos es acabar con el
reducto de Vilcabamba. Por su parte, Túpac Amaru
cerró las fronteras de Vilcabamba y destruyó el
puente de Chuquichaca.

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Tupac Amaru I.

El virrey envió un negociador diplomático,
poco tiempo después de la muerte de Titu Cusi. Atiliano de
Anaya, quien fue visto como espía y asesinado. Ante esta
respuesta el virrey Toledo le declaró la guerra en la
semana santa de 1572, apelando a la justificación de que
los incas habían roto "la inviolable ley de todas las
naciones del mundo: el respeto a los embajadores" el virrey
declaró formalmente la guerra el 14 de abril. El
capitán Martín Hurtado de Arbieto y Juan Alvarez
Maldonado, comandaron la expedición, pero fue el
capitán García de Loyola quien lo capturó
junto a otros miembros de la élite incaica, no sin antes
enfrentarse en varios eventos.

Los españoles dividieron sus fuerzas para tacar
el reducto inca, uno lo haría por Chuquisaca y el otro por
Curihuasi. Se dieron varias escaramuzas hasta la batalla de
Choquelluca a orillas del río Vilcabamba, tras esta
batalla los españoles capturaron la ciudad y palacio de
Vitcos. El 23 de junio cae el último foco de resistencia,
el fuerte Huayna Pucara, el 24 toman Vilcabamba que había
sido abandonado por Tupac Amaru retirándose a los bosques
de las tierras bajas. Tras varios meses de persecución y
escaramuzas fue capturado.

Los cautivos llegaron al Cuzco el 21 de septiembre. Sin
perdida de tiempo se le abrió juicio por la muerte de los
sacerdotes agustinos (que fueran asesinados al considerarlos
responsables de la muerte de Titu Cusi), el negociador Anaya y el
escribano Martín de Pando. Túpac Amaru fue
condenado a la pena capital junto con otros 5 miembros de la
resistencia quechua. Autoridades de las órdenes del clero,
miembros del clero y principales vecinos del Cuzco, exhortaron al
virrey para que se retracte y no ajusticie al Inca. Francisco de
Toledo no cambió de parecer y el 22 de junio de 1572
Túpac Amaru fue decapitado.

Subió al patíbulo y mientras lo
hacía, "una multitud de indios, que llenaron
completamente la plaza, vieron el lamentable espectáculo
[y sabían] que su señor e Inca iba a morir, [y]
ensordecieron los cielos, haciéndolos reverberar con sus
llantos y lamentos
". Las crónicas relatan que el Inca
levantó su mano para silenciar a las multitudes, y sus
últimas palabras fueron: "Collanan Pachacamac
ricuy auccacunac yahuarniy hichascancuta." 
("Madre
Tierra, atestigua cómo mis enemigos derraman mi
sangre
."). El suceso generó la desaprobación
del propio rey Felipe II, quien señaló la necesidad
de desagraviar a los incas.

Las pompas fúnebres fueron sentidas, a la misa de
honras acudió en riguroso luto el virrey. Los
indígenas y miembros de la élite cuzqueña se
arrancaban cejas y pestañas siguiendo la usanza andina. Al
Inca se enterró en la catedral del Cuzco pero al ver que
el pueblo idolatraba los restos, lo retiraron a un lugar secreto.
Con él se extinguía no sólo el último
reducto de resistencia inca, sino también la
dinastía real de los incas, ya que Túpac Amaru no
tenía descendientes varones. Dejó dos hijas, una de
ellas llamada Juana Pilco-Huaco, se casó con un cacique de
Surimaná; de este matrimonio desciende otro rebelde que
tomó el nombre de Túpac Amaru II para rebelarse
contra los españoles en el siglo XVIII.

Los españoles colocaron la cabeza de Túpac
Amaru en un lugar visible en el Cuzco, para que sirva de
advertencia a los indígenas, pero tuvieron que retirarla,
porque se había convertido en un objeto de
veneración para la gente andina. Con la muerte de
Túpac Amaru nació el mito de Inkarri; la cabeza
del inca, lejos de descomponerse, se ponía más
hermosa cada día, a partir de ella crecería
nuevamente el cuerpo del Inca que restauraría el imperio y
le daría a las cosas su ordenamiento natural anterior a la
llegada de los españoles.

Posteriormente, en respuesta a las reformas
borbónicas, se produjeron la rebelión de
Túpac Amaru II y la de Túpac Catari en el Alto
Perú. Entre la revuelta de José Gabriel
Condorcanqui y la llegada del general José de San
Martín al Perú, tuvieron lugar otras revueltas como
las de Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui, Francisco de
Zela, la conspiración del Cuzco de José Gabriel
Aguilar y Manuel Ubalde.

Los caciques y los demás indios de
Azángaro, Carabaya, Cotabambas y Castrovirreyna se
rebelaron contra el abuso incesante de los corregidores, entre
los años 1724 y 1736. En efecto, de manera sorpresiva
tomaron presos a los corregidores de dichas circunscripciones
territoriales y les dieron muerte. El gobierno del virrey
José de Armendáriz, Marqués de Castelfuerte
envía un ejército bien pertrechado desde Lima. Los
realistas lograron derrotar a los insurrectos, haciendo uso de
una brutal represión. Los principales líderes
indios fueron apresados y ajusticiados. Corona, para tal efecto,
residió en Madrid entre 1722 y 1732. Durante esos diez
años se dedicó a presentar sendos memoriales al
Consejo de Indias, al Rey y a otras autoridades de la Corona
española, denunciando el abuso de funcionarios reales en
el Virreinato del Perú, principalmente los corregidores de
los valles de La Libertad. A pesar de que iba en
representación de varios curacas de la zona, sus gestiones
fracasaron.

Juan Vélez de Córdova hace el manifiesto
de la rebelión de Oruro (hoy Bolivia) de 1729 retoma el
pedido que hiciera Alejo Calatayud, líder de la
insurrección de Cochabamba (hoy Bolivia), en 1730. En este
sentido, estas protestas pretendían comunicaban al rey que
"no debía de haber corregidor de España, que los
alcaldes debían de ser criollos". Incluso, la
rebelión de Oruro fue más explicito, no solo
rechazando a los corregidores peninsulares, además, de
quejarse por los impuestos excesivos y la inaccesibilidad de las
Audiencias judiciales.

Juan Santo
Atahualpa

Lideró una importante rebelión en el
Perú. Se dice que era descendiente inca nacido en Cuzco y
criado por los jesuitas. Aprendió castellano y
latín, viajó a España, Angola, Inglaterra,
Francia e Italia, aprendiendo italiano y un poco de
francés. Regresó al Perú y fomentó
una rebelión, que fue patrocinado por los ingleses
según algunos autores, pues al iniciar la lucha por la
libertad, se vio por las costas del virreinato la nave del
inglés Jorge Anson.

Se estableció en Chanchamayo en la actual
Región Junín en 1742. La rebelión
logró congregar a los pueblos Ashaninka, Yanesha y Shipibo
de la selva central. Se hizo proclamar Apu Inca, descendiente de
Atahualpa. Su meta era restaurar el Imperio inca aniquilando a
los españoles y sus costumbres. En junio del mismo
año estalló el movimiento. El primer objetivo fue
la reducción de Eneneo, para luego seguir con Matranza,
Quispipango, Pichana y Nijandaris.

Sobre el trato de Juan Santos con los ingleses, no hay
mayor información documentada que lo confirme, pero se
puede, colegir y lanzar alguna hipótesis a partir de
ciertas circunstancias por entonces acaecidas. Es conocido, por
ejemplo, la vieja pugna que sostenían los ingleses con los
españoles en busca de tener mayores facilidades para el
comercio con los mercados de América, celosamente
resguardados por los coloniales. Una serie de acuerdos y
concesiones que nos hacen evocar al famoso Navío de
Permiso que forma parte de esta historia. Estos hechos no eran
desconocidos para un hombre culto como Juan Santos Atahualpa.
Así, las noticias sobre él dicen que "habló
con los ingleses, con quienes dejó pactado que le ayudasen
a cobrar su corona por mar, y que él vendría por
tierra, recogiendo su gente, para al fin recobrar su corona".
Este pacto no es inverosímil por los hechos antes
referidos y podría haberse establecido en 1741.

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Juan Santos Atahualpa.

"Los ingleses cumplieron lo pactado con Juan Santos a
favor de la Independencia. El Vice Almirante Jorge Anson, al
mando de cinco buques de guerra, fue comisionado por su Gobierno,
para entrar al Pacífico y perseguir todas las naves, y
bloquear todos los puertos subyugados a España. (Anson, a
la sazón era parte del equipo de marinos británicos
que sostenían la guerra con España en sus colonias,
desde 1740. Otro de sus principales líderes, además
de Anson, era el Almirante Vernon quien disponía de 50
naves, 130 de transporte y/o cerca de 13 mil hombres de
desembarco, asolando las aguas del Caribe). Anson pasando el
Estrecho de Magallanes, fue a fondear en la isla de Juan
Fernández el día 7 de junio de 1741. Desde
allí atalayaba los mares de Chile, Perú y Ecuador.
Y en el mes de septiembre del mismo año apresó al
navío español "Monte Carmelo" que iba del Callao a
Valparaíso, apoderándose de más de veinte
mil pesos y muchas mercancías". Luego anduvo de
correría en correría, de sur a norte, capturando y
hundiendo navíos, asolando y saqueando diferentes pueblos
de la costa. "No es improbable que Anson, después de estas
correrías, por más de medio año, al no tener
noticia de levantamiento alguno en el Virreinato del Perú,
decidió alejarse, como lo hizo, rumbo al Asia. Cinco meses
después (en mayo de 1742), los indios de la
montaña, con Juan Santos Atahualpa, dan el grito de
rebelión. Si este movimiento de los montañeses
hubiera estallado en su debido tiempo, la expedición del
Vicealmirante inglés Jorge Anson habría resultado
eficiente y, quizá, definitiva…"

Anson tuvo varios enfrentamientos con las fuerzas
españolas de las colonias del Perú y México
y de ellas se da cuenta en el libro "Viaje de Anson La Vuelta al
Mundo" que narra entre otros, el ataque a Paita, que lo tomo y
saqueo, luego de liberar sus prisioneros, continuó con su
travesía, en los capítulos 18 y 19 del libro,
así como otros pormenores de la organización de la
expedición a América hasta su viaje al
Asia.

Tupac Amaru
II

José Gabriel Condorcanqui Noguera "Tupac Amaru
II, hijo de Miguel Condorcanqui y Rosa Noguera, descendía
de Tupac Amaru I, último inca del Perú, quien fuera
ejecutado por los españoles en el siglo XVI. Curaca de
Surimana, Tungasuca y Pampamarca, era adinerado, dedicado al
comercio. Se trataba de un personaje de origen mestizo, de la
sangre del Sapa inca Túpac Amaru con la de los criollos.
Fue criado hasta los 12 años por el sacerdote criollo
Antonio López de Sosa y luego en el Colegio San Francisco
de Borja, mostró preferencia por lo criollo, llegando a
dominar el latín y utilizaba refinadas vestimentas
hispanas, pero posteriormente se vistió como un noble inca
y fue excomulgado por la Iglesia Católica.

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Tupac Amaru II.

Lideró la denominada Gran Rebelión
iniciada el 4 de noviembre de 1780 con la captura, y posterior
ejecución, del corregidor Antonio de Arriaga por
José Gabriel y sus hombres. El movimiento no estaba
destinado a conseguir la independencia; fue dirigido contra las
malas autoridades por los abusos que cometían contra los
indígenas. La rebelión surgió cuando
Túpac Amaru perdió la esperanza de que se hiciera
justicia a los indios por vía pacífica.

Fue el primero en pedir la libertad de toda
América, tanto de España como de su monarca, no
sólo la separación política, sino la
eliminación de diversas formas de explotación
indígena (mita minera, reparto de mercancías y
obrajes) así como de los corregimientos, alcabalas y
aduanas (14 de noviembre de 1780), la creación de una
Audiencia en el Cuzco para la rápida administración
de justicia, porque hasta entonces tenían que viajar a
Lima en pos de ella. Decretó la abolición de la
esclavitud negra por primera vez en América (16 de
noviembre de 1780). Esta rebelión hizo, que las
autoridades coloniales eliminaran a la clase indígena
noble y acrecentaron la represión contra lo andino, por
temor de que algo así volviera a repetirse.

La Independencia de
EE.UU y la Revolución Francesa

Tres siglos después, se sucedieron otros hechos
fuera del virreinato del Perú, que tuvieron influencia en
las ideas independentistas: la independencia de Estados Unidos en
1776 y la Revolución francesa de 1789; sin embargo el
principal detonante de la emancipación fue la
invasión napoleónica a España en 1808. Desde
entonces, los patriotas, denominados así por sus ideas
liberales, recurrieron a las armas con el objeto de lograr su
independencia. Las acciones por lograr la libertad en el
Perú no se detuvieron, se fueron concadenando con las
acciones que venían de Argentina y Chile.

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Declaración de la Independencia de los
EE.UU

La independencia norteamericana fue un acontecimiento de
repercusión mundial. Influenció a Europa, alentando
la revolución francesa, y también a las colonias
españolas de América. Es el primer caso, donde una
colonia se emancipa y se declara independiente. Demostró
que libres los colonos podían hacer un buen gobierno. Se
difundió por el mundo, el sistema republicano que
practicaban, así como la adopción de una
Constitución para regir el estado bajo el principio de la
división de poderes.

En su Declaración de Independencia, proclaman los
derechos naturales del hombre y el principio de que el gobierno,
tiene por finalidad salvaguardar estos derechos y perseguir el
bien de los gobernados. Esta Declaración de Independencia
traducida al español, circuló en las colonias de
España.

La Revolución Francesa, también influyo en
las colonias españolas de América. Los libros de
Rousseau y Montesquieu se difundieron secretamente y nutrieron
las ideas revolucionarias de los criollos. El Contrato Social se
convirtió en la biblia de los conspiradores
independentistas. "La Declaración de los Derechos del
Hombre"
fue traducida e impresa en secreto, por el destacado
criollo neogranadino Antonio Nariño, circulando por la
América española. Nariño, por eso, fue
encarcelado y enviado preso a España.

La Revolución Francesa favoreció al
movimiento emancipador. Cuando el Emperador de Francia,
Napoleón I, invadió España en 1808.
Napoleón tomó presos a los Reyes Carlos IV y
Fernando VII y dio lugar a la aparición de Juntas de
Gobierno en España y América, originando la lucha
entre las autoridades españolas y los criollos y mestizos,
lucha que terminara tres lustros más tarde, con la
completa independencia de las colonias.

Las luchas por la independencia en esta parte del
continente nunca se detuvieron, por el contrario, estaban
latentes y aprovechaban cualquier situación.

Las Juntas de
Gobierno en América de 1809

Napoleón invadió España, pero el
pueblo español, no acepto al Rey intruso José
Bonaparte, y en ausencia del Rey cautivo por Napoleón,
formó Juntas de Gobierno.

El pueblo español dentro de su concepto de
fidelidad a la monarquía, antes que aceptar un nuevo amo
formó Juntas de Gobierno. Las colonias de América
siguiendo la misma teoría de que, ausente el Rey, el poder
retorna al pueblo y por tanto era el pueblo el que tenía
derecho a formar Juntas de Gobierno, los formo al igual que los
de España, y así surgió las Juntas en
América bajo el disfraz de fidelidad al
monarca.

La primera Junta surge en el Alto Perú. El 25 de
mayo de 1809, el pueblo de Chuquisaca depuso a la autoridad
española y formó una Junta de Gobierno, La segunda
Junta de Gobierno también se forma en el Alto Perú,
en la ciudad de La Paz (16 de julio de 1809). La tercera Junta en
Quito, el 10 de agosto de 1809, los criollos depusieran al
Presidente de la Audiencia, Ruiz de Castilla, y formaron una
Junta de Gobierno. Estas Juntas de 1809 del Alto Perú y
Quito duraron poco. Fueron derrotadas por tropas virreinales
enviadas por José Fernando de Abascal, Virrey del
Perú.

El ejemplo de las Juntas de Gobierno fue imitado. Una a
una las colonias fueron constituyendo Juntas. La situación
se presentaba propicia para que germinaran ideas de
independencia. Las Juntas surgieron en contra de las autoridades
de las colonias, y fueron declaradas rebeldes por el Consejo de
Regencia. Se inició así la lucha entre las antiguas
autoridades, secundadas por los españoles y sus fuerzas
armadas contra los criollos, secundados por los Cabildos y a
veces por las Audiencias.

En Lima hubo el intento de deponer al Virrey Abascal y
formar una Junta de Gobierno. El jefe de los conspiradores fue el
abogado Mateo Silva, pero delatado por un traidor, el 26 de
setiembre de 1809 fue tomado preso, sometido a juicio y
sentenciado a 10 años de prisión en el castillo
Real Felipe del Callao, donde falleció en 1816
víctima de los malos tratos.

Las Juntas de
1810

La obra iniciada en el Alto Perú y Quito se
extendió a los extremos del Continente y encendería
la contienda por la independencia. En Venezuela, el 19 de abril
de 1810 los criollos de Caracas reunidos en "Cabildo Abierto",
depusieron al Capital General Vicente Emparan, desconocieron la
autoridad de la Regencia de Cádiz, y en nombre del Rey
cautivo, constituyeron una Junta Suprema para gobernarse por
sí. La Junta convocó un Congreso general de las
provincias. Este Congreso reunido el 2 de marzo de 1811,
proclamó la Independencia de Venezuela el 5 de julio de
ese mismo año.

En Buenos Aires, los criollos y el pueblo reunido en
"Cabildo Abierto", depusieron al Virrey Hidalgo de Cisneros,
desconocieron al Consejo de Regencia. El 25 de mayo de ese
año constituyeron una Junta Gubernativa cuya presidencia
fue encomendada al patricio Cornelio Saavedra, y de Secretario a
Mariano Moreno. Por obra de Moreno, se proclamó el libre
desenvolvimiento del trabajo y del comercio, y el gobierno
representativo de origen popular. Con el objeto de extender el
movimiento a las provincias, la Junta envió expediciones
al Alto Perú (al mando de Balcarce y Castelli); al
Paraguay (al mando de Belgrano); y al Uruguay (al mando de
Rondeau); dependientes del Virreinato de Buenos Aires.

Monografias.com

Junta de Gobierno de Buenos Aires.

En Nueva Granada, otro "Cabildo Abierto", reunido
tumultuosamente el 20 de julio de 1810 en Santa Fe de
Bogotá, desconoció las autoridades vigentes, y en
nombre de Fernando VII, instaló la Junta Gubernativa que
depuso al Virrey Amar y convocó a las provincias a enviar
representantes ante ella.

En Chile, el "Cabildo Abierto", convocado el 18 de
setiembre del mismo año. Formó igualmente una Junta
Gubernativa. El movimiento se extendió por el Norte y el
Centro del país, pero el Sur permaneció en favor de
los realistas.

En Quito continuaba en funciones en 1810 la Junta
formada el año anterior. Pronto sería disuelta por
obra del Virrey Abascal, y sus miembros tendrían un
trágico fin, pero la lucha continuó.

El Alto Perú, después del fracaso de las
Juntas de La Paz y Chuquisaca del año anterior se
había vuelto a sublevar secundado por las fuerzas enviadas
por la Junta de Buenos Aires.

El Perú, bajo el brazo fuerte de Fernando de
Abascal, se encontraba inquieto y deseoso de seguir el ejemplo de
sus hermanos de América. El 18 de setiembre de ese
año se apresaron en Lima varios criollos, entre ellos el
argentino Ramón Anchóriz, mayordomo del Arzobispado
de Lima, el abogado Saravia, el cura de San Sebastián
Tagle, el impresor Guillermo del Río, el italiano
José Boqui y otros, siendo procesados y condenados a
diversas penas. Anchóriz fue remitido preso a
Cádiz. El omnipotente Virrey destrozaba así otro
intentó de subversión.

Los gobiernos establecidos por estas Juntas del
año 1810, subsistieron hasta 1814 o 1816. Sólo el
gobierno establecido por la Junta de Buenos Aires no
sucumbió jamás.

En 1810, en todas las capitales de los antiguos
Virreinatos y Capitanías, se habían constituido
Juntas Gubernativas formadas por criollos que reclamaban el
derecho de gobernar la tierra en que nacieron. Aunque se
instalaban en nombre de Fernando VII, los antiguos funcionarios
las combatieron y el Consejo de la Regencia de Cádiz las
declaró rebeldes. La lucha iniciada en forma tan
ocasional, duraría tres lustros y sería sangrienta.
Sólo termino cuando las colonias obtuvieron su
independencia. Aun cuando en el Perú no se formó
ninguna Junta, la lucha también se inició,
así como en México.

Los Cabildos
Constitucionales

La Constitución Política de la
Monarquía Española promulgada por las Cortes de
Cádiz el 19 de marzo de 1812, dispuso que en todos los
pueblos y ciudades hubiera Ayuntamientos o Cabildos para su
gobierno interior. Ayuntamientos o Cabildos que estarían
constituidos por el Alcalde o Alcaldes, los regidores y el
procurador síndico. Las disposiciones legales que se
dieran determinarían el número de miembros de
acuerdo a la población. En el art. 312 disponía que
"Los alcaldes, regidores y procuradores síndicos se
nombraran por elección en los pueblos". La elección
que se disponía era por el sistema indirecto, o sea que
primero se elegían a los electores y luego éstos
elegían al alcalde o alcaldes, regidores y procuradores
síndicos.

Por esta disposición, el Virrey Abascal se vio
obligado a disponer la elección de estos Ayuntamientos o
Cabildos, que por hacerse conforme a lo dispuesto en la
Constitución de 1812, se les conoce con el nombre de
"Cabildos Constitucionales".

La Constitución de 1812 fue abolida por Fernando
VII en 1816 al restaurar el absolutismo, pero volvió a
regir en 1820 a raíz de la revolución liberal
ocurrida entonces en España, y por eso, cuando San
Martín llegó al Perú al frente de la
Expedición Libertadora, encontró en Lima y otras
ciudades del Perú a estos Cabildos Constitucionales
elegidos por el pueblo que tuvieron gran actuación en los
actos de Declaración de Independencia de cada localidad.
El Cabildo de Lima declaró la Independencia del
Perú el 15 de julio de 1821.

Con los recursos que supo sacar del inmenso y rico
virreinato que gobernaba, Abascal combatió la
revolución en el Alto Perú, Quito, Chile, y contuvo
el avance de la revolución Argentina, que quería
ingresar victoriosamente al Perú por el sur.

Por la férrea vigilancia realizada por el Virrey
Abascal, en Lima no llegó a estallar ningún
movimiento revolucionario, aunque hubo importantes intentos, como
el realizado por Mateo Silva en 1809, en el que estuvieron
comprometidos su hermano Remigio y su hermana Brígida y
muchas otras personas; también el intento de Ramón
Anchóriz y otros en 1810 que igualmente fue desbaratado
por el poderoso Virrey. No obstante a esta vigilancia y la
política de concordia desarrollada por el Virrey, Lima y
provincias vivían en permanente ambiente de
conspiración que demostraba el espíritu rebelde del
pueblo del Perú y su deseo de poner término a la
dominación española.

Narra una anécdota de la época: "A los
pocos meses de haber entrado el Virrey de Lima a su capital, se
encontraron en una calle tres sacos colocados con armonía:
el primero estaba lleno de sal, el segundo de abas, y el tercero
de cal. El que reconocía aquellas especies repetía
maquinalmente Sal, Abas, Cal; y ya parece llegado el caso
de aquella conminación, y de que se conozca, que la
moderación y dulzura de los americanos no es abatimiento;
y que ya es tiempo que salgan á luz las virtudes, que el
despotismo ocultaba en la obscuridad, por no tener valor para
soportar su presencia"

Lima fue centro de inquietud y conspiración
revolucionaria cuyos lazos y extendido sentimiento llegaba a
diferentes partes del virreinato del Perú.

El Real Convictorio de San Carlos, bajo la
dirección del cura chachapoyano y precursor de la
Independencia peruana; Toribio Rodríguez de Mendoza era
uno de los varios centros, que realizaba una secreta siembra de
los principios revolucionarios y de las nuevas ideas liberales.
Los "carolinos" como eran llamados, fueron en gran parte los
ideólogos de la revolución.

El Colegio de Medicina de San Fernando, donde se
reunían periódicamente, el médico
Hipólito Unanue, el cosmógrafo y matemático
José Gregorio Paredes, los médicos José
Pezet y Miguel Tafur, Gabino Chacaltana y otros, que años
más tarde serán miembros del primer Congreso
Constituyente. Los denominados "fernandinos" tuvieron
actuación notable en la revolución
peruana.

El Oratorio de San Felipe Neri, cuyos miembros
eran conocidos con nombre de

"los Padres de San Pedro" por ocupar el claustro de los
expulsados jesuitas. Fueron eficaces promotores de la
insurrección mediante el influjo que tenían en el
pueblo y aún en las clases altas. Uno de los
"oratorianos", el Padre Méndez Lachica, fue un distinguido
miembro del primer Congreso Constituyente instalado por
José de San Martín.

"Supo Abascal que en la celda del Padre Méndez,
de la Congregación del Oratorio, se reunían todas
las noches a conspirar, algunas personas visibles y respetables
del país, como el Padre Carrión de la misma
Congregación, el Conde de la Vega del Ren; Manuel
Pérez de Tudela, José de la Riva Agüero y
otros "igualmente inofensivos". No teniendo, nada de
conspiradores de la laya de otros, pero no queriendo, por otra,
que tales reuniones se fomentasen, tomó para disolverlos
de la siguiente graciosa forma. Ordenó que una noche se
apostase en la portería de San Pedro el capítulo de
su guardia de a caballo, Joaquín de Espolavieja, con una
linterna y dos soldados. Así se hizo, y a medida que los
conjurados salían, Joaquín les ponía su
linterna en la cara y reconociéndoles les decía:
"Señor tal, su Excelencia el Señor Virrey me ha
encargado que diga a Ud. de su parte, que le desea que pase muy
buena noche". Inútil es decir, que esa fue la
última vez que se reunieron los conjurados".

Los abogados de Lima, eran discípulos en gran
parte de Rodríguez de Mendoza: Mateo Silva, Manuel
Pérez de Tudela, José Faustino Sánchez
Carrión, Francisco Javier Mariátegui, Manuel
Ferreyros, Pedro José Colmenares, y otros como Manuel
Tellería, Mariano Alejo Álvarez y Ramírez de
Arellano. Uno de ellos, Manuel Lorenzo de Vidaurre, por
considerársele peligroso, fue perseguido y desterrado a
España. En Cádiz escribió el libro que
publicó después con el nombre de "Plan del
Perú".

Riva Agüero y su círculo.
Había llegado a Lima en 1810, después de un viaje
por Europa; el joven aristócrata limeño José
de la Riva Agüero, imbuido de las ideas revolucionarias, a
su paso por Buenos Aires se contacto con los revolucionarios
porteños. Riva Agüero formo en Lima el centro de un
círculo poderoso de revolucionarios, entre los que se
encontraba el VII Conde de la Vega del Ren[1]e
instigó varias revoluciones limeñas y no
cesó de actuar hasta que San Martín proclamó
la independencia del Perú.

Partes: 1, 2, 3

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