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La guerra de las divisas… (Primera parte)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11

  1. Últimos acontecimientos (un aclaratorio
    sobre): "la guerra que no fue" (26/8/13)
  2. ¿Existe una guerra de divisas? Una
    respuesta en varios tiempos: creo que no
  3. ¿Existe una guerra de divisas? Una
    respuesta en varios tiempos: creo que no
  4. Algunas reflexiones sobre la creación de
    dinero de la nada (y sus consecuencias)
  5. La
    teoría de la flexibilización continua
    (¿será el Consenso de Jackson
    Hole?)
  6. ¿Acción concertada de los bancos
    centrales, o sólo es una estampida
    desesperada?
  7. Efectos (¿colaterales?) de las
    inyecciones monetarias
  8. La
    guerra de divisas contada por una corresponsal "embedded" en
    Latinoamérica
  9. NIC:
    China la mayor economía global para 2030… y
    EEUU ¿the walking dead?
  10. (2013) Año Nuevo, represión
    financiera (la carrera a ver quién pierde
    primero)
  11. El
    porvenir de una ilusión ("fue bonito mientras
    duró" ¿o convino, a los "amos del
    universo"?)
  12. En
    busca del arca perdida (¿para continuar empujando la
    soga?)
  13. Esperando a Godot: G-7 (¿y el G-8,
    G-10?) o G-¡Je!-20 (¿conejos y
    chisteras?)
  14. El
    jardín de los senderos que se bifurcan: estamos de
    acuerdo en el desacuerdo
  15. ¿Brasil ("o mais grande do mondo") se
    vuelve ortodoxo?: mentira de patas cortas
  16. Soros
    vs. la libra (volver a empezar): ¿convocará
    Cameron algún referéndum?
  17. Bernanke disipa todas las dudas de Wall Street:
    sigue la fiesta del dinero fácil ("minuta" de
    gol)
  18. Una
    economía conectada al respirador (tras la
    máscara): palabras finales
  19. Post
    data (aclaratorio final) sobre: "la guerra que no fue"
    (30/8/13)

Últimos
acontecimientos (un aclaratorio sobre): "la
guerra que no fue"
(26/8/13)

El Paper – La guerra de las divisas… fue
formulado durante el primer trimestre del año 2013, e
incluye información y análisis del período
septiembre 2010 a febrero 2013.

("El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos y el amor no
lo reflejo, como ayer"…)

Desde el mes de mayo de 2013 en adelante, han ocurrido
algunos "sucesos" económicos que hacen aconsejable cierta
actualización de la redacción original.

Todos bailando al son de Bernanke: más droga por
favor (o al menos, metadona)

"Los mercados de Asia se desplomaron el martes a
medida que la anticipación por una reducción de la
flexibilización monetaria en Estados Unidos ha puesto en
evidencia la desaceleración del crecimiento y el alza de
la deuda de la región. Este entorno hizo que las acciones
de Indonesia se tambalearan por segundo día y
arrastró a la rupia india a un mínimo
récord"…
El temor al fin del estímulo de la
Fed hace tambalear los mercados de Asia (The Wall Street Journal
20/8/13)

Los movimientos más drásticos se
registraron en el sudeste asiático, donde las acciones de
Indonesia han perdido 9% en dos días. Desde un
máximo de mayo (2013), los títulos acumulan un
descenso de 20%. El mercado de Tailandia retrocedió 2% el
2/8, alcanzando su punto más bajo del año (2013).
La agitación también afectó el ringgit de
Malasia, que tocó un mínimo de tres años.
Las bolsas de Japón y Hong Kong registraron caídas
importantes.

La venta generalizada en Asia, que ha llevado a que las
autoridades de los países más afectados
intervengan, se produce cuando los inversionistas esperan
ansiosos la publicación de las minutas de la
reunión en junio del comité de política de
la Reserva Federal de Estados Unidos. Los observadores del
mercado están esperando señales de cuán
cerca está el banco central de EEUU de reducir su amplio
programa de compra de bonos, que ha abastecido a la
economía global de dinero barato.

Los problemas en Asia son la señal más
reciente de la onda expansiva de ese cambio de dirección
contemplado por la Fed, después de casi cinco años
de un respaldo excepcional a los mercados financieros.

Durante la era de las tasas bajas que siguió a la
recesión global, economías emergentes como India,
Indonesia y Tailandia no pasaban apuros para atraer capital para
impulsar su crecimiento. Las importaciones aumentaban conforme
los consumidores asiáticos pedían dinero prestado
para pagar por sus compras.

Pero a medida que sus motores de expansión se han
ido enfriando, debido a la desaceleración del crecimiento
chino y una demanda inestable en Estados Unidos y Europa, estas
economías han empezado a acumular una gran deuda en sus
cuentas corrientes, lo que ocurre cuando las importaciones
superan a las exportaciones. A medida que los inversionistas
exigen mayores retornos por asumir mayores riesgos, los
países con grandes desequilibrios económicos son
castigados.

Los retornos de los bonos del Tesoro están
subiendo en anticipación a las políticas más
estrictas por parte de la Fed. Como consecuencia, los
inversionistas están huyendo de los mercados emergentes de
Asia, una tendencia que ha dejado el índice MSCI Asia (que
excluye a Japón) 6% a la baja en lo que va del
año.

Al mismo tiempo, crecen las señales de que la
economía de la región está perdiendo su
brillo. Tailandia dijo a principios de la tercera semana de
agosto (2013) que había ingresado en una recesión,
mientras que Indonesia reportó que su desequilibrio
comercial había empeorado.

"Hay una fuga masiva de fondos de los mercados
emergentes" alrededor del mundo, señala Choo Swee Kee,
director general de inversión de TA Investment Management,
firma que administra el equivalente a US$ 213 millones en activos
de Malasia.

Las señales de recuperación en los
mercados desarrollados han animado a los inversionistas a sacar
el efectivo del mundo emergente, dice Komsorn Prakopphol,
analista de Tisco Financial Group.

Las solicitudes de prestaciones de desempleo en EEUU han
descendido a sus niveles más bajos en seis años, lo
que ha elevado las expectativas de que la Fed empiece a reducir
su programa de estímulo relativamente pronto.

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Entre tanto, la economía de Europa, golpeada por
crisis fiscales y bancarias durante los últimos cinco
años, está empezando a recuperarse.

La venta de activos en los mercados emergentes de Asia
se produce después de un período vertiginoso para
la región que se intensificó a fines del año
2012. Por ejemplo, el índice de referencia de Tailandia
ganó 30% entre mediados de noviembre (2012) y mayo (2013),
mientras que las acciones de Indonesia escalaron 20%.

Los gobiernos de Asia están reaccionando. El
banco central de Indonesia "continúa en el mercado para
estabilizar la tasa de cambio de la rupia indonesia", dijo en un
mensaje de texto el vicepresidente del banco, Perry
Warjiyo.

Los operadores dijeron que el banco central de Malasia
estaba interviniendo en los mercados de divisas para frenar el
declive del ringgit. La entidad no comenta sobre intervenciones
en el mercado.

Por su parte, India prohibió las importaciones
libres de impuestos de televisores en el caso de individuos, en
un esfuerzo por reducir el déficit de cuenta corriente del
país, que los operadores señalan como la causa de
la caída de la rupia, que alcanzó un mínimo
récord de 64,11 frente al dólar, pero luego se
recuperó conforme algunos bancos indios vendieron
dólares. El índice Sensex de la Bolsa de Valores de
Bombay cayó hasta 1,9% antes de recuperarse y cerrar 0,3%
a la baja.

Con todo, pocos analistas creen que estos nubarrones
sobre la región sean un presagio de una auténtica
crisis, como la que golpeó a Asia en 1997-98. Eso se debe
a que los gobiernos y las empresas tienen ahora deudas externas
mucho menores que antes y los países cuentan con mayores
reservas de divisas extranjeras.

"Ay Bernie, si tú me dices ven lo dejo todo" (la
opinión del "ínclito" Hastings)

– La caída en los mercados emergentes no
sorprende (The Wall Street Journal – 20/8/13)

(Por Nicholas Hastings) Lectura recomendada

La fuerza de las monedas de mercados
emergentes siempre fue cuestionable.

Y su abrupto giro en las últimas
semanas no debería ser una gran sorpresa.

Las escaladas de monedas como el real brasileño,
la rupia india, la rupia indonesia, el peso mexicano, el rand
sudafricano y, hasta cierto punto, el dólar australiano se
basaron en dos factores:

(1) Los enormes flujos de liquidez mundial que
inyectaron los principales bancos centrales tras la crisis
financiera.

(2) La búsqueda de rendimientos fuera del Grupo
de 10 economías desarrolladas, donde los rendimientos
reales fueron recortados a cero o incluso menos.

A medida que bancos centrales como la Reserva Federal de
Estados Unidos, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo
aumentaban este flujo de fondos una y otra vez, los mercados
emergentes se beneficiaban.

Cuando el Banco de Japón salió a la
palestra a comienzos de este año prometiendo relajar su
política monetaria aún más con el fin de
sacar al país de la recesión, el futuro de los
mercados emergentes parecía asegurado.

Ciertamente, el interés de los inversionistas en
estos mercados de altos rendimientos continuó creciendo
incluso cuando la debilidad del dólar socavaba sus
posiciones competitivas en una economía mundial en
recuperación.

Una vez que retrocedió la amenaza
inmediata de un colapso de la eurozona, el apetito de los
inversionistas por el riesgo comenzó a recuperarse y los
mercados emergentes saltaron al primer lugar de la lista de
compras.

No obstante, en el minuto en que la Fed
indicó hace un par de meses que la fiesta pronto
terminaría, ya que comenzaría a reducir su programa
de compra de activos, la suerte estaba echada.

La indicación de que el dinero
fácil al que estaban acostumbrados los mercados se iba a
acabar significó que los inversionistas volverían a
usar el ojo crítico que en algún momento los
mantuvo precavidos hacia los mercados emergentes.

Para empeorar las cosas, el aumento de los rendimientos
del Tesoro de EEUU, como consecuencia de las expectativas de la
reducción de la compra de bonos por parte de la Fed,
afectó los precios en todo el mundo; y en mercados de
bonos clave, como en la eurozona, los rendimientos también
registraban una presión alcista.

Esto no solo ha contribuido a que los mercados del G10
recuperaran su brillo; también significó que las
preocupaciones sobre la recuperación mundial han reducido
una vez más el apetito de los inversionistas por el
riesgo.

La magnitud de este cambio en la percepción se
hizo evidente no solo en la caída de los mercados
mundiales de acciones, incluidos los de EEUU, sino también
en los datos recientes publicados por el Tesoro estadounidense,
según los cuales los extranjeros están perdiendo
rápidamente el interés por el mercado de bonos
soberanos de EEUU.

Las cifras de flujos de capitales internacionales
estimaron que los extranjeros vendieron US$ 22.600 millones netos
en bonos soberanos de EEUU en cada uno de los últimos tres
meses.

"El rechazo de los extranjeros a los
bonos del Tesoro, mientras las Fed se prepara a comenzar a
reducir su compra de activos en septiembre, también
ayudaría a explicar la reciente debilidad del dólar
pese a las crecientes expectativas de una reducción de las
compras y el alza de los rendimientos en EEUU", dijeron
estrategas de Société Générale en su
resumen diario sobre monedas.

Esta abrupta caída de la
percepción del riesgo tal vez esté ayudando a otras
divisas del G10, como la libra, el euro y el franco suizo, a
mantenerse firmes frente al dólar por ahora.

Pero esto probablemente significa que la
liquidación de monedas de mercados emergentes
podría intensificarse si las expectativas de la
reducción de la Fed continúan
ascendiendo.

Vivíamos mejor cuando estábamos
peor… (que vuelvan las "hostilidades", please)

"Las divisas de mercados emergentes, como la rupia
india y la lira turca, seguían el jueves bajo
presión vendedora tras haber caído a mínimos
históricos frente al dólar por las expectativas de
que la Reserva Federal comenzará en septiembre a
desmantelar las medidas de estímulo de su economía,
que, en los últimos cinco años, han contribuido a
que entrasen fondos en los países en desarrollo"…

Continúa la presión sobre las divisas emergentes
(The Wall Street Journal – 22/8/13)

El dólar alcanzó un nuevo máximo
histórico frente a la rupia india al cambiarse a 65,55,
minutos después de que las actas de la última
reunión de la Fed no lograsen disipar las expectativas de
que el banco central comenzará el mes que viene a reducir
su programa de compras mensuales de deuda por valor de US$ 85.000
millones.

La lira turca también retrocedió a un
nuevo mínimo histórico frente al dólar, que
llegó a cambiarse por 1,9898 liras, por la
preocupación de cómo lidiarán países
como Turquía e India -con grandes déficit en su
balanza por cuenta corriente que reflejan la dependencia de la
entrada de flujos de capital- con la retirada de los
estímulos por parte de la Fed.

"La Fed parece comprometida con retirar sus medidas de
expansión cuantitativa, y los mercados están
adelantando sus expectativas de incrementos en los tipos de
interés. Este contexto debería respaldar al
dólar, por lo que la debilidad de los mercados emergentes
seguramente continuará", afirmó Abi Oladimeji, de
Thomas Miller Investment en Londres.

La subida en las rentabilidades de la deuda en Estados
Unidos y Europa, que implica mayores costes globales de capital,
es especialmente problemática para las economías
emergentes que han financiado sus déficit por cuenta
corriente mediante carteras de flujos de capital, explicó
Paul Lambert, de Insight Investment en Londres. "El resultado es
que las divisas se tienen que depreciar para que sea más
atractivo el financiar los déficit por cuenta corriente de
estas economías", añade.

Estas monedas ya se han depreciado de manera notable.
Desde mayo (2013), cuando por primera vez la Fed
señaló que podría desmantelar sus
estímulos, la rupia india cede un 17% (hasta el 21/8/13).
"En términos de políticas de respuesta, creo que no
hay mucho que puedan hacer las economías emergentes",
advierte Steven Saywell, de BNP Paribas.

La lira turca se deja más de un 2% frente al
dólar desde el comienzo de la tercera semana de agosto
(2013), a pesar de que el banco central del país
elevó el tipo de interés de referencia a un
día el 20/8 y ha realizado ventas diarias de divisas
extranjeras para respaldar su divisa.

La guerra de Gila: los que luchaban por bajar el techo,
ahora luchan por subir el piso

"Los bancos centrales desde Indonesia a Brasil
están intensificando sus esfuerzos por combatir las
precipitadas caídas en sus monedas y proteger sus
vulnerables economías, conforme los inversionistas retiran
dinero de los mercados emergentes"…
Los mercados
emergentes luchan por frenar el declive de sus monedas (The Wall
Street Journal – 22/8/13)

El creciente papel que las autoridades de
políticas monetarias están ejerciendo en el mercado
cambiario aumenta la incertidumbre en los mercados financieros,
que ya están teniendo dificultades para asimilar un
crecimiento económico volátil y el posible fin de
las políticas de estímulo de la Reserva
Federal.

El 22/8, el banco central de Turquía
subastó US$ 350 millones de sus reservas, cumpliendo
así su promesa de realizar ventas diarias para apuntalar
la lira. El banco central de Brasil dijo que subastaría
US$ 500 millones en swaps cuatro días a la semana hasta
fin de año (2013). Se prevé que el presidente de
Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, anuncie un "paquete de
medidas" para estabilizar la economía (22/8).

De estos tres, sólo Brasil ha frenado la
depreciación de su moneda, y el real cotiza 0,6% al alza,
en 2,4359 frente al dólar, saliendo así de un
mínimo de cuatro años. La rupia indonesia se
disparó por encima de 11.000 por dólar por primera
vez en cuatro años, mientras que la lira turca cayó
a un mínimo de 1,9972 frente al dólar, cerrando
0,7% a la baja el 22/8.

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Las rápidas devaluaciones de estas y otras
monedas son síntomas de una retirada generalizada de los
mercados emergentes, que ha provocado un colapso de los precios
de las acciones y los bonos en todo el mundo en desarrollo. Los
inversionistas se están desprendiendo de activos que
impulsaron los mercados desde la crisis financiera, a medida que
las economías desarrolladas repuntan y la expansión
de muchas economías emergentes se estanca. Se espera que
este giro llegue a un punto crítico tan pronto como
septiembre (2013), cuando la Reserva Federal de EEUU
podría dictaminar que la economía estadounidense se
encuentra suficientemente saludable para comenzar a reducir el
programa de ayuda que ha inyectado dinero barato al sistema
global financiero durante cuatro años.

La publicación el 21/8 (2013) de las minutas de
la última reunión de la Fed no logró cambiar
mucho las expectativas de los inversionistas. Las acciones de los
mercados emergentes volvieron a hundirse el 22/8. El
índice compuesto PSE de Filipinas descendió 6%
después de que los mercados abrieron por primera vez desde
el pasado 16/8. La bolsa de Indonesia cayó 9% en la
tercera semana de agosto y la de Turquía 8%.

Conforme el dinero vuelve a fluir hacia las
economías ricas, los países en desarrollo enfrentan
la interrogante de cómo seguir financiando su crecimiento
económico y pagar sus deudas. Una moneda más
débil puede ayudar en ese frente, al estimular las
exportaciones. Pero también puede provocar
inflación, que ya es considerada demasiado alta en
países como Brasil e India.

Algunos países ya han quemado muchas de sus
reservas en moneda extranjera con pocos resultados.
Turquía ha gastado 15% de sus reservas este año,
mientras que las de Indonesia han caído 24% desde su punto
máximo. Las reservas en 21 economías emergentes
monitoreadas por Nomura han disminuido en US$ 153.000 millones
desde su cúspide del segundo trimestre, lo que implica un
nivel de gasto que no se había visto desde 2008,
señaló el banco.

Los inversionistas dicen que los bancos centrales han
tenido más éxito moderando las grandes oscilaciones
de las divisas que intentando lograr un determinado tipo de
cambio. "No todos los bancos centrales están intentando
defender y fortalecer sus monedas activamente", apuntó
Yacov Arnopolin, un gestor de portafolio de deuda de mercados
emergentes en Goldman Sachs Asset Management, que gestiona US$
849.000 millones. "Hay bancos centrales que quieren reducir la
volatilidad". Arnopolin está apostando que el dólar
se fortalecerá frente a la mayoría de las monedas
en mercados emergentes.

Los bancos centrales aún tienen algunas
herramientas disponibles, indican los inversionistas. El de
Turquía es uno de los pocos que elevó las tasas de
interés en la tercera semana de agosto y la mayoría
ha evitado imponer controles de capital, restricciones que hacen
que sea más difícil sacar efectivo del
país.

Ambas medidas tienen sus desventajas. Los controles de
capital pueden causar enormes fugas cuando son levantados. Las
alzas en las tasas de interés pueden poner trabas al
crecimiento. Pero la mera amenaza de cualquiera de estas medidas
puede ser eficaz, señalaron los inversionistas.

Algunos gestores de fondos ven la oportunidad de volver
a invertir en activos de mercados emergentes, que han
experimentado muchas ventas, con lo que apuestan que las
autoridades monetarias tendrán más éxito
cuando se estabilicen los mercados.

Aun así, los expertos dicen que, mientras la Fed
no dé el siguiente paso, la trayectoria para la
mayoría de las divisas de los mercados emergentes es
aún más baja, independientemente de lo que intenten
hacer los bancos centrales.

¿Pero qué está
sucediendo?

– Esta era de burbujas (El País – 25/8/13)
Lectura recomendada

(Por Paul Krugman)

Otro BRIC que se estrella. La verdad es que nunca me ha
gustado demasiado el concepto BRIC (Brasil, Rusia, India y
China): Rusia, que esencialmente tiene una economía basada
en el petróleo, no pertenece a este grupo en absoluto, y
existen grandes diferencias entre los otros tres. Así y
todo, resulta difícil negar que India, Brasil y varios
países más experimentan ahora problemas similares.
Y esos problemas compartidos definen la crisis económica
del día.

¿Qué está
sucediendo? Es una variante de la misma historia de siempre: a
los inversores les encantaban esas economías -no
sabiamente, pero sí demasiado- y ahora han dado la espalda
a los objetos de su anterior afecto. Hace un par de años,
los inversores occidentales -desanimados por los bajos
rendimientos tanto en Estados Unidos como en las naciones de
Europa no en crisis- empezaron a verter grandes cantidades de
dinero en los mercados emergentes. Ahora han cambiado de rumbo.
Como consecuencia de ello, la rupia de India y el real de Brasil
están cayendo en picado, junto con la rupia de Indonesia y
el rand de Sudáfrica, la lira turca y otras
más.

¿Supone este cambio de fortuna una amenaza
importante para la economía mundial? No lo creo (dice con
los dedos cruzados ocultando la mano detrás de la
espalda). Es cierto que la pérdida de confianza de los
inversores y las consiguientes caídas en el valor de las
divisas provocaron graves crisis económicas en gran parte
de Asia en los años 1997 y 1998. Pero el punto esencial en
aquel entonces era que en los países en crisis, muchas
empresas tenían grandes deudas en dólares, de modo
que la devaluación de las divisas hizo que su deuda se
disparara, creando una inquietud financiera generalizada. No es
que ese problema esté del todo ausente en esta
ocasión, pero parece mucho menos grave.

De hecho, inclúyanme entre
aquellos que creen que la mayor amenaza en estos momentos es que
la política en los mercados emergentes reaccionará
exageradamente, que sus bancos centrales elevarán
fuertemente los tipos de interés para tratar de apuntalar
su divisa, que no es lo que ellos o el resto del mundo necesitan
ahora mismo.

Así y todo, aunque las noticias que nos llegan de
India y otros lugares no son apocalípticas, no es el tipo
de cosa que queremos oír cuando las economías
más sanas del mundo, aunque su situación sea un
poco mejor que la de hace unos meses, siguen estando
profundamente deprimidas y luchando por recuperarse. Y esta
última tormenta financiera plantea un interrogante
más general: ¿por qué hemos estado teniendo
tantas burbujas?

Y es que ahora está claro que la abundante
inversión de dinero en los mercados emergentes -que
durante un breve periodo impulsó al alza la divisa de
Brasil en casi un 40%, un alza que ahora se ha invertido del
todo- fue una más en la larga lista de burbujas
financieras a lo largo de la última generación.
Tuvimos, cómo no, la burbuja inmobiliaria. Pero antes de
esa estuvo la burbuja de las puntocom; y antes de esa, la burbuja
asiática de mediados de la década de 1990; y antes
de esa, la burbuja de los inmuebles comerciales de la
década de los ochenta. Esta última burbuja, por
cierto, tuvo un coste enorme para los contribuyentes, que
tuvieron que rescatar a las cajas de ahorros en
quiebra.

La cosa es que no siempre ha sido así. Los
años cincuenta, los sesenta, e incluso los accidentados
setenta, no eran ni mucho menos tan propensos a las burbujas.
Entonces, ¿qué ha cambiado?

Una respuesta popular es echarle la
culpa a la Reserva Federal, a las políticas de
relajación monetaria de Ben Bernanke y de su predecesor
Alan Greenspan. Y, desde luego, es cierto que en los
últimos años la Reserva Federal se ha esforzado por
bajar los tipos de interés, tanto a través de
políticas convencionales como a través de otras no
tan convencionales, como comprar bonos a largo plazo. Las
consiguientes bajadas de los tipos sin duda contribuyeron a
animar a los inversores a buscar otros lugares en los que
invertir su dinero, incluidos los mercados emergentes.

Pero la Reserva Federal solo estaba
haciendo su trabajo. Se supone que tiene que bajar los tipos de
interés cuando la economía está deprimida y
la inflación es baja. ¿Y qué hay de la serie
de burbujas anteriores, que a estas alturas se remontan a una
generación?

Sé que hay algunos que creen que la Reserva
Federal ha mantenido los tipos de interés demasiado bajos
y ha imprimido demasiado dinero. Pero el hecho es que los tipos
de interés en las décadas de 1980 y 1990 eran
elevados si nos regimos por criterios históricos, e
incluso durante la burbuja inmobiliaria estaban dentro de las
pautas históricas. Además, ¿no se supone que
una de las señales de una impresión de dinero
excesiva es el aumento de la inflación? Hemos tenido toda
una generación de burbujas sucesivas, y la
inflación es más baja que al principio.

Vale, el otro culpable evidente es la
liberalización financiera, no solo en Estados Unidos, sino
en todo el mundo, lo cual incluye la eliminación de la
mayoría de los controles al movimiento internacional de
capital. El descontrol de los bancos fue el origen de la burbuja
de los inmuebles comerciales de la década de 1980 y de la
burbuja inmobiliaria que estalló en 2007. Los movimientos
transfronterizos de dinero caliente fueron el origen de la crisis
asiática de 1997 y 1998 y de la crisis que ahora estalla
en los mercados emergentes, y también fueron un factor
primordial en la actual crisis en Europa.

En resumen, la principal
lección de esta era de burbujas -una lección que
India, Brasil y otros están aprendiendo una vez
más- es que cuando al sector financiero se le da rienda
suelta para dedicarse a lo suyo, sale de una crisis para entrar
en otra.

(Paul Krugman, premio Nobel de Economía en 2008,
es profesor de la Universidad de Princeton. © New York Times
Service 2013)

Están como la Gata Flora, que cuando se la meten
chilla y cuando se la sacan llora (la guerra que no
fue)

"Los banqueros centrales de todo el mundo
están reforzando sus estructuras para afrontar más
turbulencias financieras a medida que la Reserva Federal de
Estados Unidos se prepara para reducir sus políticas de
dinero fácil"…
Los bancos centrales se protegen
contra el fin del estímulo de la Fed (The Wall Street
Journal – 25/8/13)

Los mercados globales se han tambaleado desde mayo,
cuando la Fed comenzó a dar señales de que
podría comenzar a disminuir pronto su programa de compra
de bonos de US$ 85.000 millones al mes. Las divisas y acciones en
muchas economías en desarrollo han estado cayendo,
mientras que las tasas hipotecarias en EEUU han subido. La
volatilidad es un "importante recordatorio" de que los efectos de
la retirada de la Fed "podrían no ser suaves",
señaló Charles Bean, el vicegobernador de
política monetaria del banco central británico, en
un discurso durante la conferencia organizada por el banco
central regional de Kansas City.

En los últimos años, los inversionistas
habían inyectado dinero en los mercados emergentes
mientras la recuperación en EEUU era débil y las
tasas de interés del país estaban en mínimos
históricos. En cambio, ahora están retirando ese
dinero ante la posibilidad de un alza de las tasas de
interés y un fortalecimiento de la economía
estadounidense.

La incertidumbre sobre cuándo y cómo la
Fed comenzará a reducir sus compras de bonos está
agravando la volatilidad. Las autoridades de la Fed estudian la
posibilidad de tomar la iniciativa en su próxima
reunión, programada para el 17 y 18 de
septiembre.

Las compras de bonos tienen el objetivo de apuntalar el
crecimiento económico de EEUU al bajar las tasas de
interés a largo plazo, lo que puede impulsar el consumo,
las contrataciones y la inversión.

Los datos económicos más recientes
muestran ambigüedades, dejando a las autoridades divididas
sobre qué hacer. Algunos creen que la economía ha
mejorado lo suficiente para comenzar en el mes de septiembre
(2013) a retirar lentamente las ayudas. Pero como el primer paso
podría tener un gran impacto en el mercado, otros creen
que es necesario actuar con cautela, lo que significaría
esperar un poco más.

En la conferencia de banqueros centrales sobre
política monetaria que se celebró el 24 y 25 de
agosto (2013) en Jackson Hole, Wyoming (EEUU), varios
académicos y políticos presentes señalaron
que las economías emergentes deberían tomar medidas
para protegerse de los efectos de los planes de la Fed.
Recomendaron permitir que sus tipos de cambio se ajusten
libremente y fortalecer sus sistemas financieros con herramientas
regulatorias, como requerir que instituciones financieras
fortalezcan sus reservas de capital y restringir el crecimiento
excesivo del crédito en ciertos mercados.

El gobernador del Banco de México, Agustín
Carstens, sostuvo que su país había permitido el
ajuste del peso y la acumulación de reservas de efectivo
para afrontar grandes entradas de capital, "pero llega un momento
en que demasiado es demasiado".

Carstens dijo en una entrevista que México ha
salido mejor parada de las recientes turbulencias que otras
economías debido a los sólidos fundamentos
económicos del país, como una deuda soberana
pequeña y un sistema bancario saludable.

El presidente del Banco Central de Brasil, Alexandre
Tombini, canceló sus planes de asistir a la conferencia a
última hora, debido al declive del real. En su lugar, el
segundo al mando, Luiz Awazu Pereira da Silva, subió al
podio para asegurarle al público que Brasil está en
condiciones de lidiar con esta situación. "Nos hemos
preparado" para los efectos de las políticas monetarias de
crédito fácil empleadas por la Fed y otras
economías avanzadas para impulsar un crecimiento
más fuerte, dijo. "Creo que ahora también seremos
capaces de mitigar los riesgos del desmantelamiento de estas
medidas".

Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario
Internacional, advirtió contra los peligros de apresurar
una salida de los programas de estímulo, diciendo que las
políticas monetarias no convencionales siguen siendo
necesarias en todas las economías desarrolladas donde se
están utilizando, aunque Japón y Europa
podrían necesitarlas durante más tiempo que
EEUU.

El fin de los estímulos activa la retirada de
capitales

"El anuncio de la Reserva Federal del pasado junio
de retirar de forma paulatina su programa de estímulos ha
abierto una profunda grieta en la dinámica de los mercados
internacionales, acostumbrados ya a la liquidez constante que
fluía desde la Fed y que ha alimentado las subidas
bursátiles durante crudos años de crisis
económica. El efecto beneficioso de la Reserva Federal
-que realiza compras mensuales de bonos y activos hipotecarios
por 85.000 millones de dólares desde septiembre de 2012-
ha tenido la virtud, además de propiciar los récord
históricos de Wall Street, de rebajar de forma notable el
coste de financiación de la economía de Estados
Unidos -el treasury marcó mínimos del 1,38% en
julio de 2012, frente a niveles de entre el 4% y 5% previos a la
crisis- y de dirigir toda una marea de liquidez inversora hacia
los mercados emergentes"…
La Fed pincha el
paraíso de la inversión en los emergentes (Cinco
Días – 25/8/13)

Han sido los grandes beneficiarios de un flujo de
capitales que animó a los inversores a acudir a estos
mercados en busca de mayores rentabilidades, frente al
mínimo rendimiento de la deuda considerada más
segura. Y es este mecanismo puesto en marcha por la Fed el que
desde el mes de junio (2013) ha comenzado a darse la vuelta, con
especial impacto en los mercados emergentes.

"Cuando comenzó a hablarse de la retirada de la
relajación cuantitativa vimos que la India e Indonesia
eran los dos países asiáticos con mayor riesgo de
sufrir fugas de capitales extranjeros", señala Manish
Bhatia, gestor de fondos de renta variable india de Schroders. De
hecho, la rupia india ha llegado a depreciarse en la tercera
semana de agosto (2013) al nivel sin precedentes de las 65
unidades por dólar. La Bolsa de Yakarta ha descendido en
esa semana un 9,56% y la rupia indonesia se ha depreciado
más allá de las 11.000 unidades por dólar
estadounidense, cuando se cotizaba a 9.730 el pasado 1 de mayo
(2013). El gobierno indonesio ya avanzó que tomará
medidas para activar la economía y retener la
inversión (23/8/13).

En Brasil, el Banco Central ha anunciado el lanzamiento
de un programa para intervenir en los mercados de divisas
mediante la inyección de hasta 60.000 millones de
dólares (unos 45.000 millones de euros) en lo que resta de
2013, después de que el real se haya devaluado más
de un 15% respecto al dólar este año, hasta
situarse en sus niveles más bajos frente al billete verde
en cuatro años. Países como India, Indonesia o
Turquía -la lira turca se ha depreciado estos días
a niveles de 1981-, con fuertes desequilibrios en su balanza por
cuenta corriente y muy dependientes de la financiación
externa son los más vulnerables ante la nueva
política de la Reserva Federal.

Ante este entorno de elevada volatilidad, Barclays
apunta que la inversión en países emergentes
deberá ser más diversificada y menos apalancada, al
tiempo que descarta que la actual situación sea el
anticipo de otras crisis vividas en el pasado en los mercados
emergentes. Como consecuencia de la venta de activos que
propiciará la retirada de liquidez de la Fed, Barclays
prevé que el bono estadounidense se estabilizará a
niveles más saludables, de entre el 2% y 2,5%, "mientras
que otras fuentes de liquidez permanecerán abiertas
durante largo tiempo, lo que no forzará a los inversores a
retirarse de los países emergentes".

Para Schroders, "la volatilidad seguirá haciendo
acto de presencia" y más allá de la tutela de la
Fed, la firma mantiene su "compromiso con el crecimiento de los
fundamentales a largo plazo de la región".

La previsión de los analistas es que la Fed
podría anunciar un primer recorte de estímulos en
septiembre (2013), que se ampliaría en diciembre hasta
finalizar del todo a mitad de 2014.

El que asó la manteca: ahora descubre que "era
para untar", como Maria Schneider en "El último tango en
París"

"En años recientes, el ministro de Hacienda
de Brasil, Guido Mantega, forjó una reputación con
su cruzada contra el plan de estímulo de la Reserva
Federal de Estados Unidos, al que equiparó a una "guerra
de divisas". El funcionario aseguró que la política
de crédito fácil estaba perjudicando a Brasil al
hacer que el real se volviese inviablemente fuerte"…

Brasil ahora sufre por la debilidad de su moneda (The Wall Street
Journal – 25/8/13)

Ahora que el banco central de EEUU ha indicado que
empezará a desmantelar el estímulo, los deseos de
Mantega se están haciendo realidad. Pero los primeros
resultados le han dado a Brasil más de lo que había
previsto. Con un mínimo reciente de casi cinco
años, el real ha perdido más terreno frente el
dólar que otras divisas de mercados emergentes, lo que ha
reactivado la posibilidad de un alza en la inflación y ha
perjudicado las ganancias de las empresas. Para frenar el
declive, el Banco Central de Brasil dijo en la tercera semana de
agosto (2013) que proveería al menos US$ 60.000 millones
en liquidez de la moneda estadounidense en lo que resta del
año.

Después de la intervención, el real se
recuperó a 2,37 por dólar. A principios de la
tercera semana de agosto (2013), había descendido hasta
rozar 2,45 por dólar, una caída de 23% en el
año. En una muestra de la preocupación del
gobierno, el presidente del Banco Central de Brasil, Alexandre
Tombini, canceló sus planes de asistir a la reunión
anual de la Fed sobre política monetaria en Jackson Hole,
Wyoming.

Puede parecer extraño que un país que en
su momento se quejó de una moneda demasiado fuerte
esté ahora luchando con una muy débil. El
rompecabezas brasileño refleja los cambios en el panorama
económico global, conforme las tasas de crecimiento en las
economías emergentes como Brasil se desaceleran y EEUU se
prepara para ajustar su política monetaria.

El gran problema para Brasil es que el real está
cayendo más rápido de lo que muchos economistas
habían anticipado y no está claro dónde
parará. El riesgo ahora es que una moneda más
débil avive la inflación y obligue al banco central
a subir las tasas de interés, lo que podría frenar
aún más el crecimiento. Tras una asombrosa
expansión de 7,5% en 2010, Brasil creció apenas 1%
el año 2012.

"La depreciación puede significar que la
inflación podría volver a ser un problema y las
tasas de interés tendrán que subir", dice Ilan
Goldfajn, economista jefe del banco brasileño Itaú
Unibanco. "Es una espada de doble filo: por un lado hay
más inflación y por otro, se podría ganar
más competencia y crecimiento".

El declive de la divisa también acarrea riesgos
para la presidenta Dilma Rousseff, que enfrenta elecciones el
año 2014. Los brasileños siguen muy de cerca la
tasa de cambio del real y una caída podría agravar
los problemas de la mandataria. La popularidad de la ex ministra
de Energía se precipitó en junio (2013) en medio de
multitudinarias protestas contra la ineficiencia del gobierno y
otros reclamos.

El descenso ya ha impactado a muchos brasileños
que se habían acostumbrado a utilizar su moneda fuerte
para ir de compras a ciudades extranjeras como Nueva York y
Orlando. En 2011 y 2012, los brasileños gastaron
más que otros visitantes internacionales en Nueva York,
por ejemplo. La caída se agravó cuando gran parte
del país estaba de vacaciones, lo que significa que muchos
brasileños están volviendo a casa para encontrarse
con facturas de tarjetas de crédito mucho más caras
en reales.

La devaluación también está
golpeando las ganancias corporativas. Vale SA, el mayor
exportador de mineral de hierro del mundo, dijo que su utilidad
del segundo trimestre cayó 84% por culpa de
pérdidas ligadas al cambio de divisas. Las acciones de la
aerolínea brasileña Gol Linhas Aéreas
Inteligentes SA se han precipitado casi 40% debido a que la
debilidad del real hace que el combustible de aviones y la deuda
denominada en dólares sean más caras.

Ricardo Espirito Santo, presidente ejecutivo de Espirito
Santo Investment Bank, aplaudió la iniciativa del banco
central, ya que está aliviando la carga de las empresas
con deudas denominadas en dólares. "Muchas
compañías se endeudaron en moneda extranjera a
partir de 2010 y no se protegieron lo suficiente", dijo Espirito
Santo.

Aun así, Brasil está consiguiendo lo que
quería con una moneda más débil. Mantega y
otras autoridades brasileñas han dicho que no están
intentando detener la caída del real, sino más bien
suavizar la volatilidad conforme baja a un nuevo rango. Al fin de
cuentas, un real más débil beneficiará a los
exportadores brasileños que han pasado apuros con una
moneda fuerte en los últimos años, siempre y cuando
la inflación se mantenga bajo control, dice la
teoría.

"Esta es la nueva tasa de cambio; dónde
terminará, no lo sé", dijo Mantega a mediados del
mes de agosto (2013). "El gobierno actúa para asegurarse
de que no haya una volatilidad excesiva".

De hecho, Brasil tiene razones para esperar que su
moneda se estabilice, aseguran los economistas. El país
acumuló US$ 375.000 millones en reservas en los
últimos años y sus déficits presupuestario y
de cuenta corriente no son tan grandes como los de otras
economías emergentes que sufren el debilitamiento de sus
divisas.

Mantega baila el "Quadradinho de oito"" (mientras
ansía otro "bunga bunga" de Bernie)

"El Banco Central de Brasil lanzará un
programa para intervenir en los mercados de divisas mediante la
inyección de hasta 60.000 millones de dólares (unos
45.000 millones de euros) en lo que resta de 2013 para frenar la
volatilidad de los tipos de cambio"…
Medidas
inéditas en Brasil para frenar la depreciación del
real (Negocios.com – 26/8/13)

Esta decisión se toma después de que el
real (moneda brasileña) se haya devaluado más de un
15% respecto al dólar en los primeros ocho meses del
año 2013, hasta situarse en sus niveles más bajos
frente al billete verde en cuatro años. "Con el objetivo
de proporcionar cobertura (protección) cambiaría a
los agentes económicos y liquidez al mercado de divisas,
el Banco Central de Brasil anunció que ha comenzado desde
ayer mismo un programa de subastas de swaps de divisas y de venta
de dólares con acuerdo de recompra".

En concreto, el instituto emisor brasileño
celebrará los lunes, martes, miércoles y jueves de
cada semana hasta el próximo 31 de diciembre subastas de
swaps en divisas por importe de hasta 500 millones de
dólares diarios, mientras que los viernes venderá
hasta 1.000 millones de dólares mediante acuerdos de
recompra. No obstante, el Banco Central de Brasil subrayó
su disposición a llevar a cabo "operaciones adicionales"
si lo considerase necesario. Esta nueva inyección de
liquidez se suma a las medidas por un importe aproximado de
45.000 millones de dólares (33.835 millones de euros)
adoptadas desde enero (2013) por la institución,
principalmente en el mercado de derivados, para defender la
cotización del real.

El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega,
manifestó confianza en que la depreciación de la
moneda nacional puede ser revertida, de manera que se impida un
mayor impacto sobre los precios de los artículos que
dependen de componentes importados y se encarecen junto con el
dólar.

Hasta aquí las "actualizaciones": no apague el
ordenador, que ahora viene "la guerra de Mantega" (Gila) y otros
"mentecatos" (giles)

Como "prueba del algodón" les ofrezco lo actuado
por "les anciens combattants" (en su momento) y lo escrito por
mí (oportunamente), para que ustedes puedan votar o
botar.

El debate que no fue y la guerra que no se declara
(invocación al destino)

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11

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