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La importancia de la evaluacion



  1. Valoración
  2. Exámenes
  3. La
    evaluación y otras fases del
    currículum
  4. Errores de la
    evaluación
  5. Conclusión

Cuando hablamos de trabajo, es importante considerar
como parte implícita la evaluación, entendiendo a
esta como la comparación entre dos magnitudes, es decir,
alcanzar un equilibrio entre los objetivos pretendidos y los
objetivos logrados realmente.

En la educación se considera a la
evaluación como la etapa final del currículo, en
donde además se debe considerar a la conducta del alumno
como parte de este proceso.

La evaluación de la conducta es también
una buena referencia en el grado de conocimiento alcanzado si
consideramos que "todo conocimiento debe generar un cambio de
actitud"

Algunas ocasiones se utilizan de manera indistinta tres
términos a los cuales se les atribuye erróneamente
un mismo significado: evaluación, valoración y
medición.

Por medio de la evaluación se permite un
juicio con respecto a ciertos valores; la
valoración es el nivel que se alcanza en
relación a las conductas esperadas, mientras que la
medición es la escala de orden de acuerdo a lo
que saben o pueden hacer los alumnos.

La evaluación es también una guía
(ya que nos da los datos necesarios) que nos permite tomar
acciones concretas con el fin de corregir o mejorar nuestro
accionar dentro del proceso educativo.

Esta puede ser medida de varias formas :

  • Cuantitativa

  • Objetiva

  • Cualitativa

buscando siempre un mayor aprovechamiento y permitiendo
analizar la influencia de los diversos factores que intervienen
en el proceso educativo (medio familiar, programa, grupo,
etc.).

Para que la evaluación tenga existo debe reunir
por lo menos los siguientes aspectos, es decir debe
ser:

Continua: proceso por medio del cual se
permite hacer valoraciones periódicas, durante el
procedimiento para alcanzar una meta final, con ello se
está trazando y realizando nuevas valoraciones, más
fáciles y factibles además de realistas,
dándonos la oportunidad de detectar a tiempo pruebas que
nos indiquen el progreso o la falsa ilusión de que todo va
por buen camino y que al final de cuentas nos de un mal
resultado. Con la continuidad se evita el fracaso de objetivos y
se está al tanto en todo momento del proceso para llegar
al final con éxito.

Coherente: para alcanzar un objetivo,
los medios deben ser acordes al procedimiento, pues no es
válido ni factible que un procedimiento erróneo nos
conduzca a una meta acertada.

Comprensiva: la valoración es tan
necesaria para la conducta inicial, como para los resultados
finales, pues si ella es imposible saber si se ha operado
algún cambio en la conducta. En este aspecto debe tomarse
en cuenta: la situación sociocultural; evaluación
de los progresos; integración y experiencias del
aprendizaje; motivación; interés; liderazgo; metas
del grupo; etc.

Objetiva: generalmente la
evaluación tiende a ser poco objetiva, pues no se sigue un
proceso para darle objetividad real, puesto que únicamente
se basa en la valoración subjetiva de especialistas que
emiten un juicio de valor propio y no un instrumento que
demuestre un valor objetivo real. En cuanto la evaluación
sea cuantitativa y objetiva será mucho mayor.

Valida: para que la evaluación
adquiera validez deben emplearse mecanismos de medición
adecuados como los tests, la elaboración de estos, debe
ser cuidadosa y acorde a los objetivos específicos que se
pretenden alcanzar.

Valoración

Conforme se van incrementando los medios educativos, son
más las personas involucradas en la evaluación,
especialmente en la valoración y medición.
Inclusive los mismos estudiantes están, evaluando y
valorando los cambios de conducta de sí mismos y los
demás; pero es el profesor al que se le considera el
indicado para señalar el cambio de conducta, especialmente
en el área cognoscitiva; dándole oportunidad al
alumno de evaluar su propio aprendizaje(proceso activo).

Como hemos venido mencionando, la medición y
otros tipos de valoración juegan un papel importante en la
motivación del aprendizaje y en el propio aprendizaje. los
resultados determinan lo que los maestros enseñan y
cómo lo enseñan; lo que los alumnos aprenden y
cómo lo aprenden. Se debe tener siempre presente que son
las metas y objetivos los que determinan la valoración; y
no la facilidad de la valoración la que determine los
objetivos.

Exámenes

Uno de los grandes problemas en la mayoría de los
exámenes, es que no se formulan los objetivos, sino que se
detalla el contenido; y es imposible evaluar, ya que no se puede
hacer una valoración sin saber lo que hay que valorar ;
para que sea factible, hay que establecer objetivos, sin embargo
en esta fase no se pueden realizar; pues la labor del docente es
valorar y emitir juicios sobre las conductas observables, y la
organización e integración de experiencias que han
desencadenado dichas conductas. Los conceptos de validez son
importantes en lo que se relaciona a los exámenes; y no se
debe dar excesiva importancia a ellos pues no habría
distinción entre evaluación y medición; todo
depende del uso e importancia que se les dé. No quiero
decir que los exámenes sean destituidos completamente ya
que es muy importante incluirlos en la evaluación; pues
son valiosos instrumentos de valoración si se les utiliza
adecuadamente

La evaluación y
otras fases del currículum

A la evaluación debemos considerarla como una
fase formal en el proceso del currículum (la última
fase completa), ya que requiere un nuevo estudio de las metas y
objetivos que se tenían. La selección y
valoración para saber hasta donde se han alcanzado son
fases complementarias; ya que la valoración
desempeña un papel muy importante en la selección
de metas próximas y objetivos específicos ya que
proporciona datos que ayudan a seleccionar las experiencias y el
contenido; e indica la disposición por parte del individuo
o del grupo.

Errores de la
evaluación

Buscando un concepto, tenemos que evaluar significa
recoger y analizar sistemáticamente una información
que nos permita determinar el valor y/o mérito de lo que
se hace, para facilitar la toma de decisiones con el fin de
aplicar lo aprendido.

A través del proceso educativo en donde
forzosamente utilizamos la evaluación, muchas veces recae
en situaciones erróneas, de su uso, algunas de las cuales
menciono a continuación:

La subjetividad inoperante ó cuando evaluar
equivale exclusivamente a valorar: Cuando la evaluación se
toma de manera superficial, únicamente con la finalidad de
dar un valor (que la mayoría de las veces es relativo) al
proceso, se carecerá del elemento principal e
indispensable que nos permite proponer, mejorar e identificar
causas y efectos para profundizar en el por qué de un
resultado.

La sacralización del número o cuando
evaluar equivale exclusivamente a cuantificar: La
confusión de que evaluar consiste en otorgar un
número, parece ser una forma generalizada en el proceso
educativo, incluso administrativamente es mucho más
importante (y obligatoria) reportar una evaluación
cuantitativa, que cualitativa, con todos los agravantes que
conllevan ese aspecto.

La unidireccionalidad o la evaluación como
legitimización de unos pocos:
La propuesta de
evaluación de un programa solo son emitidas por los
autores de éstos; sin tomar en cuenta ningún otro
aspecto, como la ejecución de los mismos.

El valor de lo absoluto y lo relativo de este
valor:
La cuestión de lo absoluto es
improbable por lo que en este caso el valor relativo cuenta
más.

La diferencia en la interpretación de los
criterios:
Al momento de llevarse a cabo el proceso de la
evaluación los criterios tomados en cuenta son muy
diferentes y varían de una persona a otra; de una
actividad a otra, de un grupo a otro, de un lugar a otro, por lo
cual es muy importante estudiar estas variables, reconociendo sus
diferencias y tomándolas como una aportación
importante al momento de un consenso.

Todo en el mismo saco o la confusión en los
niveles de evaluación:
La evaluación no debe
tomarse en cuenta como un aspecto más de una
globalización, puesto que los programas pueden adecuarse a
las diferentes circunstancias al momento de su aplicación,
lo cual implica variación en objetivos, y por ende, una
evaluación acorde a ellos.

La recogida de datos compulsiva: Si bien es
cierto que la recopilación de datos favorece una mejor
evaluación, también es cierto que excederse en
datos que no significan nada, desvirtúa a la
evaluación misma, por lo cual se debe ser selectivo en la
recogida de estos y tomar solo aquellos que nos aportan
información para mejorar un proceso.

La tiranía de las investigaciones
experimentales:
La evaluación debe ser un proceso
práctico, por lo cual debe aplicarse la metodología
adecuada, dejando a un lado el método científico
experimental, puesto que su importancia radica en aportar
soluciones a un programa que realizan un estudio minucioso del
proceso.

Cuando evaluar equivale a cubrir el expediente:
Al momento de evaluar debemos tomar en cuenta la importancia que
este proceso tiene para el mejoramiento de nuestro trabajo y no
tomarlo como un mero requisito administrativo, confundido con un
número.

Conclusión

La evaluación no ha venido cumpliendo su
función en el proceso enseñanza-aprendizaje debido
principalmente al uso erróneo que los docentes hacemos de
ella, puesto que en la mayoría de las veces se confunde
con la calificación de un alumno y no como un proceso
básico en la educación.

Cuantas de las veces creemos que con calificar a un
alumno estamos cubriendo el proceso de evaluación.
Otorgamos un numero y nos conformamos con ello, sin querer darnos
cuenta que ese numero no refleja mucho de lo aprendido por el
alumno y muchas veces pone de manifiesto un retroceso en nuestra
labor docente.

El realizar adecuadamente el proceso de
evaluación requiere un estudio minucioso de todo lo
realizado en un ciclo escolar y poder así darnos cuenta
que objetivos se alcanzaron, cuales se deben modificar y cuales
hay que reafirmar.

Debemos evitar caer en el errores que ya se mencionaron
y lo que es aun peor evitar convertirla en una amenaza, en un
arma contra nuestros alumnos cuando por evaluar, nos concretamos
a aplicar un rigorista examen, los calificamos y valoramos su
conducta con el único fin de darle un numero.

 

 

Autor:

Mtro. Enrique de Jesús Nava
Gómez

TOLIMAN, JALISCO, SEPTIEMBRE DEL
2013

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