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Independencia y separacion de Panamá




Enviado por José Reyes Alveo



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Independencia de
    Panamá de España
  3. Separación
    de Panamá de Colombia
  4. Los Símbolos
    Patrios
  5. Conclusión
  6. Bibliografía

Introducción

Panamá es un país ubicado en el extremo
sureste de América Central.

Su condición de país de tránsito lo
convirtió tempranamente en un punto de encuentro de
culturas provenientes de todo el mundo. El país es el
escenario geográfico del Canal de Panamá, obra que
facilita la comunicación entre las costas de los
océanos Atlántico y Pacífico y que influye
significativamente en el comercio mundial. Por su posición
geográfica actualmente ofrece al mundo una amplia
plataforma de servicios marítimos, comerciales,
inmobiliarios y financieros, entre ellos la Zona Libre de
Colón, la zona franca más grande del continente y
la segunda del mundo.

Con una población superior a los tres millones de
habitantes, tiene una posición privilegiada en varias
clasificaciones de crecimiento y desarrollo de América
Latina, como el índice de desarrollo humano 2011, (primer
puesto en América Central y sexto en América
Latina). El país está catalogado en términos
absolutos, es decir, sin tener en cuenta la distribución
de la riqueza, como de ingresos económicos mediano-altos.
Además, según el Índice de Paz Global,
Panamá es el segundo país más seguro de
Centroamérica, después de Costa Rica.

En el presente trabajo estaremos conociendo un poco
sobre la historia de Panamá, desde su independencia de
España en 1821, hasta su separación de la Gran
Colombia en 1903, de igual manera estaremos conociendo la
historia de los símbolos patrios.

CONTENIDO

Independencia de
Panamá de España

1. Antecedentes: En Panamá, al
igual que muchas naciones americanas, comenzaron a surgir ideas
revolucionarias e independentistas, que eran la respuesta de una
serie de inconformidades que el pueblo fue acumulando y que
fueron dando paulatinamente en todo el continente. Entre ellas
están:

  • El abuso continúo de los gobernantes de
    turno, que fueron los causantes de la grave situación
    económica del Istmo, debido a las grandes
    restricciones que imponía España, lo que
    llevó a una lamentable miseria.

  • La Feria de Portobelo, cuya última
    versión en 1748 debilitó el papel transitivista
    del Istmo, causando la crisis económica que
    llevó al despoblamiento de las ciudades comerciales y
    al tránsito hacia el interior.

  • La Revolución francesa, que representó
    una extraordinaria muestra de democracia, al abolirse la
    monarquía vigente y eliminarse todas las bases
    económicas y sociales que con ella funcionaban e
    implantarse una nueva forma de sociedad, la República.
    De igual forma impusieron la proclama de los Derechos del
    Hombre en lo referente a libertad, igualdad y
    fraternidad.

  • El notable debilitamiento de España a causa
    de las invasiones de Napoleón, lo que originó
    los primeros movimientos independentistas.

  • Con la invasión de Napoleón Bonaparte
    a España en 1808, se debilitó la Corona
    Española, lo que provocó los diferentes
    procesos independentistas en América.

  • El surgimiento de Napoleón Bonaparte es
    fundamental. Su intervención en España, las
    abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII, la entrega del
    trono español a su hermano José, que
    reinó en España y las Indias con el
    título de José I; la promulgación de la
    Constitución de Bayona en 1808, que reconocía
    la autonomía de las provincias americanas del dominio
    español; sus pretensiones de reinar sobre aquellos
    inmensos territorios, cuyos habitantes nunca quisieron
    aceptar los planes y designios del emperador, son elementos
    básicos para entender los movimientos de
    emancipación y las guerras hispanoamericanas por su
    independencia

  • El surgimiento de líderes de la talla de
    Simón Bolívar, José de San
    Martín, Francisco Miranda y muchos otros, que
    comenzaron a plasmar las ideas revolucionarias que
    surgían de las sociedades subyugadas por la
    monarquía establecida en América,
    libertándolas y proclamando nuevas repúblicas
    libres e independientes.

  • La Declaración de Independencia de los
    Estados Unidos, la cual estableció un gobierno
    democrático, suceso que para las otras naciones
    subyugadas fue una circunstancia decisiva para su
    independencia.

  • Las independencias o procesos independentistas dados
    en esa misma época en el Sur de
    América.

  • El surgimiento del primer periódico de la
    historia de Panamá, La Miscelánea del Istmo, el
    cual comenzaba a divulgar, las opiniones políticas de
    diversos personajes revolucionarios que iban en contra del
    régimen español establecido en Panamá y
    también de los diferentes movimientos independentistas
    de América.

  • La circunstancia de que Juan de la Cruz Mourgeon y
    Achet, viajó en octubre de 1821 al Ecuador para
    combatir a los rebeldes independentistas y mientras duraba su
    ausencia, el mando del Gobierno del Istmo de Panamá lo
    encargó al militar panameño José de
    Fábrega, que en ese momento desempeñaba como
    gobernador de Veraguas. Este incidente fue decisivo en las
    pretensiones independentistas de la villa de Los Santos y
    Panamá.

  • Pero sin duda alguna, la razón más
    importante que produjo la independencia de Panamá,
    fueron los hechos del 10 de noviembre de 1821, y es que la
    Independencia de la Villa de Los Santos, aceleró de
    manera decisiva el proceso independentista de
    Panamá.

2. Situación Económica: A
diferencia de la demás colonias, Panamá fue una
colonia fiel a la Corona Española debido al comercio. A
comienzos del siglo XIX, la postrada economía del Istmo se
reactivó, a causa de las medidas tomadas por
España, la cual le dio autorización al comercio con
posesiones extranjeras en el Caribe. En 1808 el gobernador Juan
Antonio de la Mata abrió el río Chagres a las
transacciones mercantiles con Jamaica y pronto Portobelo se
sumó a tales actividades. No se hizo esperar el aumento
del contrabando y la rápida obtención de ganancias
por parte de los comerciantes locales. Estos ante la
invasión de Napoleón Bonaparte en la
Península Ibérica, enviaron fuertes donativos en
dinero y especias a las juntas que luchaban contra tal
imposición en el trono español.

Tales gestos de lealtad de los criollos panameños
hacia la Corona Española y a Fernando VII, no se
circunscribieron en el ámbito europeo; también
existieron los donativos patrióticos para contribuir a la
sofocación de las revueltas independentistas en
Hispanoamérica y en especial con el restablecimiento del
virreinato en Panamá. Mientras el virrey Benito
Pérez obtenía fuertes contribuciones de los
mercaderes locales, ignoraba el desmedido contrabando procedente
de Jamaica y ampliaba el comercio de los istmeños con los
lejanos puertos del Pacífico mexicano. Dio, además,
su aprobación para que en Panamá se creara un
Tribunal de Consulado con jurisdicción propia aunque tal
proyecto no prosperó por la intervención de la Real
Audiencia y el desinterés de las autoridades
metropolitanas.

Desde entonces, Panamá pasó a ser el
bastión realista y punto de envío de tropas
españolas para la sofocación de los rebeldes
independentistas en América del Sur. Por otro lado, al
esta cerrada la ruta por el Cabo de Hornos por las fuerzas
patriotas del Sur de América, nuevamente cobró vida
el tránsito de mercadería por Panamá. Sin
embargo, para el año de 1814, con la
intensificación de las batallas por la independencia, la
Corona Española ordenó la cancelación del
libre comercio con Sudamérica. Este acto provocó un
descontento masivo en los mercaderes y en la población en
general. Fue así, que comienza a germinar un sentimiento
de nacionalismo y autodeterminación; nace en los
istmeños los deseos de independencia. Aunado a esto, la
población no soportaba más la carga de tributos de
guerra, el reclutamiento forzoso para la guerra, las
persecuciones políticas y la paralización de las
operaciones mercantiles, particularmente por el cierre del puerto
en el río Chagres.

3. Primeros Intentos de Independencia:
Inicialmente el proceso de la independencia de Panamá no
fue planificado por los istmeños, sino por los
libertadores del Sur de América quienes veían en
Panamá un punto estratégico, tanto político
como militar.

El primero de ellos fue Francisco de Miranda, quien en
1790 propuso al ministro británico William Pitt amplias
facilidades de tránsito por Panamá a través
de un futuro canal interoceánico a cambio del apoyo
militar de Inglaterra para la independencia de América del
Sur. A juicio de Miranda, esto beneficiaría a Inglaterra
ya que abría la posibilidad de la expansión del
comercio ingles hasta China, Japón, entre otros
territorios.

Desde el punto de vista militar, Miranda también
le dio especial importancia a Panamá, ya que la mayor
parte de las tropas expedicionarias para la emancipación
podrían concentrarse en el río Chagres como en la
Bahía de Panamá. Sin embargo estos proyectos no
prosperaron, a pesar de que aun en 1801 Miranda y otros
conspiradores en Londres pretendían apoderarse de puntos
estratégicos en Panamá para así fomentar
actividades mercantiles; así como para atraer a más
criollos del continente para que levantaran las armas contra el
Imperio Español.

Entre 1814 y 1819, dos expediciones foráneas
fracasaron en su intento de independizar a Panamá del
Imperio Español. En la primera fecha, el comandante
francés Benito Chaserieux (Benoît Chassériau)
ataco sin éxito a Portobelo y, a principios de 1819, el
general Gregor MacGregor recibió instrucciones para
conducir sobre Portobelo la expedición que, bajo la
vigilancia de la Agencia en Londres de las Provincias Unidas de
la Nueva Granada se formaba con el concurso pecuniario de varios
comerciantes ingleses. La expedición constante de 417
hombres salió de Inglaterra en diciembre de 1818 en dos
fragatas y un bergantín armados en guerra. Después
de tocar en Santo Domingo y en los Cayos de San Luis, tomó
la isla de San Andrés de donde enderezó rumbo al
continente poniéndose a la vista de Chagres el 8 de Abril
de 1819. Continuando rumbo al Oriente la escuadrilla echó
anda en la ensenada de Buenaventura el día siguiente,
desembarcando sin dificultad 300 hombres que, bajo el mando del
doctor José Elías López Tagle, emprendieron
la marcha sobre Portobelo, arrollando las avanzadas
españolas en el camino y tomando posiciones dominantes
cerca del castillo de Santiago. A la mañana siguiente se
disponía MacGregor iniciar el ataque sobre la fortaleza,
supo que el Gobernador, Juan M.Van Herch, con la
guarnición había abandonado durante la noche la
plaza, circunstancia que le permitió entrar en la ciudad
sin ninguna oposición. MacGregor organizó
inmediatamente el gobierno civil de la provincia, a cuyo frente
puso al doctor López y al doctor José
Joaquín Vargas, ambos emigrados granadinos, en tanto que
el elemento militar se ocupaba en alistar bajo las banderas de la
libertad un cuerpo de voluntarios portobeleños que
debía servir de vanguardia en la campaña que se
preparaba sobre Panamá.

La toma de Portobelo causó en Panamá
distintas emociones, pues agitó vivamente en unos la
esperanza de otros triunfos sucesivos en pro de la causa
independentista, y en otros, con la alarma consiguiente, el
propósito de arrojar del territorio al invasor. El
Gobernador de Panamá Alejandro Hore reunió a toda
prisa y por todos los medios una fuerza respetable de la cual
hacía parte el veterano batallón "Cataluña"
mandado por el Coronel Isidro de Diego. Con esa fuerza
emprendió por caminos extraviados la marcha y, luego de
reforzar la guarnición del Castillo de San Lorenzo,
llegó con 500 hombres a las cercanías de Portobelo
el 28 de Abril. Los ingleses estaban confiadamente entregados a
los placeres y la orgía, habiéndose en pocos
días relajado la disciplina en las filas, mermadas
además por las enfermedades. Hore resolvió atacar
el 30, a cuyo efecto dividió el ejército en dos
columnas mandadas respectivamente por el Coronel de Diego y por
el Teniente coronel José Santa Cruz. La plaza fue
sorprendida en la madrugada del citado día, pudiendo Santa
Cruz adueñarse sin mayores esfuerzos del edificio de la
Aduana, donde cayeron prisioneros y fueron degollados sin
misericordia con otros varios oficiales, los doctores
López y Vargas. MacGregor logró, junto con algunos
compañeros, lanzarse al agua y ganar a nado los buques,
salvándose así de una segura e ignominiosa muerte.
Entre tanto, de Diego atacaba con su columna el fuerte de San
Jerónimo, donde el Coronel Bafter opuso la más
obstinada resistencia. Diezmados sin embargo los defensores
después de largo combatir por los certeros disparos de los
atacantes, aceptaron las propuestas de una capitulación en
los momentos casi en que MacGregor los instaba a sostenerse, pues
se preparaba a ayudarlos con los fuegos de artillería de
la escuadra. En la confianza de que se les permitiría
reembarcarse, se presentaron en la plaza mayor 340 ingleses que
depusieron las armas ante los vencedores. Hore, violando la
promesa hecha, ordenó maniatar a los rendidos conducirlos
a las prisiones. Más tarde fueron destinados al servicio
de las obras públicas en Panamá, Portobelo y el
Darién. Hore regresó con el ejército
vencedor á la capital, donde se le hizo un aparatoso
recibimiento

La toma de Portobelo en manos de los rebeldes no
duró mucho tiempo. Aprovechándose de la excesiva
confianza de los invasores, el gobernador de Panamá,
Alejandro Hore, reconquistó Portobelo. Cabe señalar
que el verdadero objetivo de MacGregor era la construcción
de un canal interoceánico en el Istmo con capital
británico.

La independencia de Panamá, fue un movimiento en
cierto modo diferente a las grandes campañas de
Simón Bolívar en el Sur, sin embargo,
Bolívar influyó de manera decisiva en la
independencia del Istmo, por sus ideales y liderazgo en pro de la
liberación de las naciones americanas. Panamá fue
una de las últimas naciones de América en
independizarse de España, y la razón era, que en
vista de las diferentes guerras de independencia, en el Sur de
América principalmente, el Istmo de Panamá se
convirtió en el núcleo central de las
campañas en contra de los rebeldes americanos.

Después de la Batalla de Carabobo (24 de junio
1821), pensó Bolívar hacer la campaña
emancipadora de Panamá, con parte del ejército que
había conquistado nuevas glorias en esa inmortal jornada.
El general Rafael Urdaneta fue designado para conducir la
expedición que se mandó preparar al efecto en Santa
Marta; más por impedimento físico de aquel jefe, se
nombró como sustituto al coronel Bartolomé Salom.
Cuando se activaban los preparativos de la empresa, surgieron
algunas conmociones en Venezuela que obligaron a movilizar parte
del ejército expedicionario; y Bolívar,
considerando la importancia de apoyar las operaciones que
ejecutaba el general Antonio José de Sucre contra los
realistas de Quito, desistió por el momento de sus
proyectos sobre Panamá, para recomendarlos, sin embargo,
al vicepresidente general Francisco de Paula Santander, cuando en
diciembre del mismo año marchaba de Bogotá a
incorporarse al ejército del Sur que lo
precedía.

Preocupada la Corona Española, cada día
más, del progreso de la lucha por la emancipación
en América, dispuso mejorar la condición defensiva
del Istmo, aumentando su guarnición y confiando el mando
del país al brigadier Tomás de Cires. Así
mismo confió al mariscal de campo Juan de la Cruz
Mourgeón y Achet el Gobierno de Quito y del Nueva Granada,
con el título de capitán general y el derecho de
tomar el de virrey, cuando reconquistase para la Corona las dos
terceras partes del territorio de aquellas provincias. A mediados
de agosto de 1821, llegó Murgeón a Panamá
con alguna fuerza que sacó de Puerto Cabello, y desde
luego puso sus esfuerzos en organizar una expedición
militar para dirigirse al sur, a fin de contener el avance del
ejército colombiano sobre Quito. Con este
propósito, alistó en Panamá un contingente
de tropas que había de reducir considerablemente la
guarnición de la plaza. Exhausto, empero, el tesoro para
sufragar los gastos de la expedición, echó
Murgeón manos de los fondos de las cofradías y de
la Iglesia en calidad de préstamo; así pudo equipar
aquella y salir con rumbo a la costa de Esmeralda el 22 de
octubre del citado año.

4. Primer Grito de Independencia: Dado
el 10 de noviembre de 1821, representó el primer
movimiento independentista de Panamá, este no era producto
de las campañas de Simón Bolívar, pero si se
inició bajo sus ideales y ante el descontento de la
sociedad santeña ante los abusos de España en el
territorio. Juan de la Cruz Mourgeon y Achet, tuvo una propuesta
de la Corona Española; si lograba recuperar el control de
varias colonias sublevadas sería nombrado virrey. Debido a
ello realizó un viaje hacia el Ecuador con el
propósito de formar un batallón y desde este punto
geográfico arremeter contra los granadinos. Su viaje lo
realizó el 22 octubre de 1821. Mientras duraba su
ausencia, el mando del gobierno del Istmo de Panamá lo
encargó al militar panameño José de
Fábrega que en ese momento desempeñaba como
gobernador de Veraguas. Este incidente fue decisivo en las
pretensiones independentistas de la Villa de Los Santos. La
muchedumbre de la Villa de los Santos, luego del manifiesto de
Gómez Miró, se propuso a comenzar la gesta
independentista el 10 de noviembre de 1821. La multitud nombra
como líder de su movimiento a Segundo Villareal, quien
formaba un batallón de voluntarios que atacó la
cárcel de Panamá, en cuyo lugar estaba la
mayoría de los presos políticos reprimidos por los
gobiernos dictatoriales de turno. Cuenta la historia, que para
ese tiempo existió una joven llamada Rufina Alfaro que era
cocinera del cuartel militar español, y al tener acceso a
tan importante lugar, según historiadores
panameños, sustrajo información de que el istmo de
Panamá quedaría con una cantidad mínima de
soldados, ya que estos se irían a combatir al Ecuador y
que sería la ocasión perfecta para iniciar la gesta
independentista. Aprovechando precisamente la ausencia de gran
cantidad de soldados del ejército español, ese 10
de noviembre de 1821, se proclama la Independencia de la Villa de
Los Santos, declarándola libre y soberana del Imperio
Español.

Luego de proclamar ciudad independiente a la villa de
Los Santos, el Cabildo Abierto cuyo presidente fue Julián
Chávez, invitó a todos sus miembros además
de los concejales, a deliberar acerca de la escogencia de Segundo
Villareal como el jefe de las nuevas fuerzas libertadoras de Los
Santos, luego de lo cual se confirmó por unanimidad la
moción expuesta confirmando su cargo. Esta decisión
tomó en cuenta la infranqueable postura de Segundo
Villareal de libertarla al precio que fuese, incluso exponiendo
su propia vida. Esta noticia del Grito de Independencia de la
Villa de Los Santos, se difundió por todo el territorio
panameño y fue respaldada por los pueblos de Las Tablas,
Macaracas, Las Minas, Parita, Ocú, Penonomé,
Pocrí, Pesé, Natá de los Caballeros, San
Francisco de Veraguas y Alanje, en la provincia de
Chiriquí.

5. La Proclamación de la
Independencia:
Tras los acontecimientos del 10 de
noviembre en la Villa de Los Santos, la independencia de
Panamá ya era un hecho. Todo esto y la circunstancia de
que un panameño ocupara el primer puesto del país,
avivó en los istmeños la idea de emanciparse por
sus solos esfuerzos de España, considerando que
José de Fábrega no haría una
oposición invencible al propósito de libertar su
propia patria. A raíz de estos acontecimientos, el coronel
José de Fábrega, ya identificado con los patriotas,
convocó el 20 de noviembre a una reunión en su
propia casa, a la cual asistieron todas las fuerzas
políticas, civiles y eclesiásticas, pertenecientes
principalmente a la élite criolla. Lo propuesto en dicha
junta, no fue el repudio a los acontecimientos originados con la
proclamación de Independencia de la Villa de Los Santos,
sino la organizada coordinación de la revolución
mediante la consulta popular. Pero suponiendo como natural la
resistencia de la guarnición a todo movimiento de
independencia y para destruir ese peligro, acordaron los
patriotas comenzar la deserción en filas del elemento
militar, reuniendo para el caso un fondo con el concurso
pecuniario de varias prominentes personas. Inclusive la Iglesia
católica apoyaba el movimiento independentista de
Panamá y contribuyó con fondos para la causa. Fue
entonces, mediante sobornos, que el ejército
español comienza desertar de tal manera que apenas
quedaban soldados suficientes para el servicio en las
cárceles y cuarteles. Sin embargo, ante el temor de
cualquier represalia por parte de España hacia el
movimiento independentista, los istmeños habían
conformado un ejército, de manera insipiente, con palos,
piedras y algunos mosquetes y fusiles, dispuestos a combatir para
asegurar la independencia. Sucedió de esa manera, que el
28 de noviembre de 1821, en un cabildo abierto en la ciudad de
Panamá, se proclama la "Independencia de
Panamá".

Pero la falta de presupuesto, el poco armamento militar
con el que se contaba y la inseguridad de ser reconquistados por
España, pone en peligro el seguir con la aventura
independentista del istmo, por lo que se propone la unión
con algunas de las nuevas naciones americanas, entre ellas los
vecinos de la unión centroamericana y la nación del
Perú, que había sido el principal socio comercial
del Istmo en la época colonial. Pero finalmente, mediante
el voto popular y aprobación de toda la población,
se decide la unión voluntaria a la Gran Colombia de
Simón Bolívar, unión que fue motivada debido
a la gran admiración y liderazgo de Bolívar en las
campañas independentistas del Sur de América.
Panamá se une a Colombia y a cuyo Congreso iría a
representar oportunamente su diputado. Una vez proclamada, se
procedió a redactar el Acta de Independencia de
Panamá.

Sin embargo, dos días después de
proclamada la independencia, es decir, el 30 de noviembre,
durante la ceremonia formal de juramentación del nuevo
gobierno ya a cargo de Fábrega, un suceso inesperado que
conmocionó a la nueva nación, puso a prueba la
voluntad y capacidad del recién nombrado gobernador: dos
fragatas de guerra de la marina española, La Prueba y La
Venganza, de cincuenta y cuarenta y cuatro cañones
respectivamente, acompañadas de otros navíos
pertenecientes a la flota del mariscal Mourgeon, amanecieron en
la isla de Taboga, ubicada en el Pacífico en la
bahía de Panamá frente a la ciudad, para buscar al
resto de las tropas españolas en el istmo. Inmediatamente,
Fábrega ordenó que todo hombre apto para tomar un
fusil o una espada, se armase y prestase servicio en defensa de
la nación ya emancipada. Una vez más, las
habilidades diplomáticas y la fortaleza de carácter
de Fábrega, lograron producir una tregua, que les
permitió a los navíos españoles permanecer
en las aguas que comenzaban a reconocerse como colombianas, lo
estrictamente necesario para reabastecerse y partir. El coronel
Fábrega sabía que un enfrentamiento militar con los
españoles hubiese dejado graves secuelas. Los capitanes
españoles José de Villegas y Joaquín de
Soroa, firman un tratado de paz con el coronel José de
Fábrega (ascendido a general de brigada y nombrado jefe
civil y militar del Istmo por Simón Bolívar) el 4
de enero de 1822, entre la monarquía española y los
patriotas, donde acuerdan la no agresión a los territorios
del istmo y la retirada de las tropas y todos los barcos de la
Corona Española de la nueva nación istmeña.
Fue su primer conflicto como gobernante, que se resolvió
satisfactoriamente, y su gobierno inició con bases
sólidas. Simón Bolívar, supo en enero de
1822 de la independencia de Panamá, y desde su Cuartel
General de Popayán destacó a uno de sus edecanes,
el capitán Daniel Florencio O'Leary, para que se
trasladara a Panamá como portador de una nota laudatoria
para Fábrega y para que presentara a los istmeños
las felicitaciones a que eran acreedores por la libertad de su
patria.

Separación
de Panamá de Colombia

1. Unión a Colombia: Los
patriotas panameños admirando el liderazgo y la
visión del Libertador Simón Bolívar, toman
la apresurada medida, que luego le costaría caro a la
nación del istmo, de unirse voluntariamente a la
República de Colombia o Gran Colombia.

Causas de la unión a Colombia:

  • El temor de los istmeños de no poder mantener
    la independencia de España lograda, ante posibles
    intentos de reconquista, debido a la pequeñez y falta
    de recursos.

  • La atracción irresistible de la gloriosa
    figura de Bolívar, presidente de la Gran Colombia. La
    llamada "intoxicación boliviana"

  • El factor económico y la condición
    favorable de unirnos a una nación más grande
    que poseía un floreciente comercio, así se
    consolidaría la economía y la función de
    ruta por el istmo.

  • Para administrar el Istmo nos falta madurez
    política y en el momento teníamos poca
    visión del futuro.

2. La Organización del Movimiento
Separatista:
Meses antes del rechazo del Tratado
Herrán-Hay, un grupo de panameños había
comenzado a reunirse con el fin de decidir qué medidas
adoptarían en caso que el Congreso colombiano improbara el
Tratado canalero. Liderizados por José Agustín
Arango, estos panameños no adoptaron ninguna
decisión hasta que se conoció la noticia de la
improbación. Entonces, se formó la Junta
Revolucionaria integrada, entre otros panameños notables,
por Ricardo y Tomás Arias, Manuel Amador Guerrero, Nicanor
A. De Obarrio, Manuel Espinosa Batista, Federico Boyd , Carlos
Constantino Arosemena y por el propio Arango . La Junta
comenzó a reunirse clandestinamente y se sabe que en
algunas de estas reuniones participaron el cónsul
estadounidense en Panamá, así como también
altos funcionarios de la Compañía del Ferrocarril.
Fue precisamente entonces, cuando se concibió la idea de
separar al Istmo de la República de Colombia.

Poco después que se conoció la devastadora
noticia de que el Tratado había sido rechazado, la Junta
Revolucionaria envió a los Estados Unidos al doctor Manuel
Amador Guerrero. Su misión consistía en solicitar
ayuda por parte del gobierno estadounidense para llevar adelante
el movimiento separatista, así como el compromiso de que
la nueva República sería reconocida sin
dilación. En Nueva York , Amador Guerrero debía
entrevistarse con William Nelson Cromwell que, como ya
señalamos, era el abogado de la Compañía
Nueva del Canal y del Ferrocarril, que sería su contacto
con el gobierno de los Estados Unidos. Cromwell era un hombre de
grandes influencias en las altas esferas políticas de
Washington y estaba dispuesto a colaborar con los
panameños a fin de salvar las inversiones de sus
clientes.

Pero una vez en Nueva York, Cromwell no recibió a
Amador Guerrero, pues temió que la noticia de la
separación llegara a oídos de Colombia y esta
nación cancelara los derechos de concesión de sus
representados. Amador , entonces, desconcertado y sin saber
qué hacer, entró en contacto con el ingeniero
Philippe Bunau Varilla quien, desde hacía algunos
años estaba empeñado en que los Estados Unidos
adoptara la ruta de Panamá.

Bunau Varilla le ofreció a Amador Guerrero, cien
mil dólares para organizar el movimiento, al tiempo que se
comprometió a obtener el reconocimiento diplomático
y el apoyo militar de los Estados Unidos para la nueva
República. También le entregó un modelo de
bandera y una proclama que debía ser leída al
concretarse la separación. Pero a cambio solicitó
que se le nombrara Ministro Plenipotenciario de la nueva
República, con la facultad para negociar el nuevo Tratado
del Canal con los Estados Unidos, que se firmaría
después de la secesión.

Al parecer, Amador Guerrero en nombre de los alzados
panameños adquirió este compromiso.

3. La separación: José
Domingo De Obaldía sería nombrado gobernador del
Istmo, este cargo ya lo había desempeñado con
anterioridad; pero él se sentía inclinado hacia la
idea de la separación.

José Agustín Arango, político
istmeño, empezó a trabajar en secreto en la
preparación del movimiento separatista. Una junta
revolucionaria clandestina se formó en torno suyo para
planificar una revolución destinada a consolidar la
separación del Istmo de la soberanía colombiana,
para negociar directamente con Estados Unidos la
construcción del canal. La red conspirativa estaba
conformada aparte del propio Arango, por Manuel Amador Guerrero,
médico; Nicanor de Obarrio, militar y general del
ejército colombiano y por otros como Ricardo Arias,
Federico Boyd, Carlos Constantino Arosemena, Tomás Arias y
Manuel Espinosa Batista. Pero la parte operativa, la de mayor
riesgo, le tocó a Amador Guerrero, quien viajó a
Estados Unidos en busca de apoyo para el plan, ya que las fuerzas
norteamericanas habían ayudado en el pasado al
ejército colombiano. También obtuvo en
Panamá el apoyo de importantes jefes liberales y el apoyo
del comandante militar Esteban Huertas.

Con todos estos apoyos, se concertó la puesta en
marcha del plan separatista para un día no definido del
mes de noviembre de 1903. Sin embargo, un rumor generado en
Colombia estuvo a punto de dar al traste con el plan. Informes
recibidos daban cuenta de una supuesta invasión
nicaragüense al Istmo por la región de
Calovébora, sobre la costa norte panameña. Este
informe, y los rumores insistentes sobre algo que se tramaba en
Panamá, hicieron que Colombia movilizara al
Batallón Tiradores desde Barranquilla. El comandante de
ese batallón traía secretamente instrucciones para
reemplazar a José Domingo De Obaldía y al general
Esteban Huertas, en quienes ya no se confiaba en
Bogotá.

El Batallón Tiradores, al mando del general Juan
B. Tovar y Ramón G. Amaya, llegó a la ciudad de
Colón en la mañana del 3 de noviembre de 1903. No
tuvo problemas para desembarcar, pero su transporte hacia la
ciudad de Panamá sufrió muchos contratiempos por la
complicidad de las autoridades del Ferrocarril
Transístmico con los conjurados, entre ellas el
superintendente norteamericano J.R. Shaler. Después de
muchas excusas, el Estado Mayor pudo desplazarse hacia la
capital. En Colón quedó la tropa bajo el mando del
coronel Eliseo Torres.

Una vez llegados a ciudad de Panamá, Juan B.
Tovar y sus otros oficiales fueron arrestados por instrucciones
del general Esteban Huertas, quien estaba al mando del
Batallón Colombia, cuya jefatura pretendía
reemplazar al recién llegado general.

Al enterarse de la inminente acción
revolucionaria, el comandante John Hubbard del buque
norteamericano «Nashville», entonces en las aguas del
puerto y quien había retrasado previamente el desembarco
de las tropas colombianas en Colón, procedió a
impedir su transporte y cualquier desembarco posterior,
argumentando que debía respetarse la "neutralidad" del
ferrocarril, un argumento que las autoridades norteamericanas
habían empleado en anteriores ocasiones en sentido
contrario.

Apresado el contingente militar colombiano y congelado
la movilización de las tropas en Colón, se
apresuraron las acciones para declarar la separación del
Istmo. La Junta Revolucionaria procedió entonces a
declarar esa misma tarde, la separación del Istmo. Algunos
panameños asaltaron las armerías y tomaron las
armas, pero no fue necesario usarlas. Por representar a la
autoridad colombiana fue puesto bajo custodia el gobernador
José Domingo de Obaldía.

Una escuadrilla naval anclada en la bahía de
Panamá fue obligada a rendirse sin oponer resistencia. El
Consejo Municipal se reunió bajo la Presidencia de
Demetrio H. Brid (autoridad máxima en el territorio
panameño ante el surgimiento de un gobierno de facto), y
proclamó en un acta de voluntad del pueblo de ser libre y
de establecer un Gobierno propio, independiente, y soberano bajo
el nombre de República de Panamá. Demetrio H. Brid
se convirtió entonces en el Primer Presidente de facto de
la recién formada República de Panamá,
nombrando el 4 de noviembre de 1903 a la Junta de Gobierno
Provisional que se encargaría de la administración
del Estado hasta que la Convención Nacional Constituyente
en febrero de 1904 designara a Manuel Amador Guerrero como el
primer Presidente Constitucional de la República de
Panamá.

4. La actuación de la Junta Provisional de
Gobierno:
La Junta Provisional de Gobierno integrada por
José Agustín Arango, Tomás Arias y Federico
Boyd, gobernó entre el 4 de noviembre de 1903 y el 20 de
febrero de 1904, cuando asumió la presidencia de la
República Manuel Amador Guerrero. Durante este tiempo se
crearon seis Ministerios, a saber: Gobierno, que fue ocupado por
Eusebio A. Morales, Relaciones Exteriores por Francisco V. de la
Espriella; Justicia a cargo de Carlos A. Mendoza; Guerra y Marina
para el cual se nombró a Nicanor De Obarrio; Hacienda al
frente del cual estuvo Manuel E. Amador, e Instrucción
Pública a cargo de Nicolás Victoria Jaén.
Entre las obras administrativas más destacadas de la Junta
está la creación de la Provincia de Bocas del Toro.
En el campo de las relaciones exteriores nombró a Philippe
Bunau Varilla como Ministro Plenipotenciario de Panamá en
los Estados Unidos con el fin de que firmara el Tratado canalero,
cumpliendo así con la promesa realizada por Amador
Guerrero al ingeniero francés. Pero sin pérdida de
tiempo, la Junta designó una Comisión integrada por
el propio Amador Guerrero y Federico Boyd, bajo la
asesoría jurídica de Pablo Arosemena con el
objetivo de que se trasladara a Washington para supervisar la
negociación y firma del Tratado. Igualmente, le cupo
ratificar el Tratado Hay-Bunau Varilla, pese a que en su Informe
reconoció que no era el mejor pacto contractual, como
veremos más adelante.

Respecto a los diez millones que Panamá
recibió como compensación de los Estados Unidos,
por la firma del Tratado, la Junta Provisional de Gobierno hizo
atinadas observaciones y recomendaciones, respecto a su uso, que
después serían consignadas en la
Constitución Nacional. La Junta recomendó que, por
razones de prudencia, solo dos millones entraran al país y
la suma restante fuera colocada en el extranjero, con el fin de
que las futuras generaciones también pudieran tener acceso
a los dividendos que reportaran. A partir de entonces, se
conocieron como "Los Millones de la Posteridad".

En diciembre de 1903, se reunió la Asamblea
Nacional Constituyente, integrada por conservadores y liberales,
con el fin de redactar la Constitución de la nueva
República. Esta Convención cumplió
además funciones legislativas hasta la instalación
de la Asamblea Nacional a mediados de 1904.

Estuvo presidida por Pablo Arosemena y fue la encargada
de nombrar al primer Presidente de la República, cargo que
recayó, como sabemos, en la figura del doctor Manuel
Amador Guerrero.

La primera Constitución Nacional promulgada el 20
de febrero de 1904, estaba inspirada en la Constitución
colombiana de 1886 y era, por lo tanto, de corte netamente
conservador. Uno de los artículos más
polémicos de esta Carta Magna fue el 136 que le
permitía a los Estados Unidos intervenir en cualquier
punto del territorio nacional en caso de alteración de la
paz o del orden constitucional. El autor del artículo fue
el prócer Tomás Arias, conjuntamente con el
cónsul de los Estados Unidos William Insco Buchanan.
Algunos liberales como Buenaventura Correoso y Carlos A. Mendoza
se opusieron a su inclusión, pues lesionaba la
soberanía nacional.

Otro artículo interesante era el 138 que
reservaba seis de los diez millones pagados por los Estados
Unidos, para ser invertidos en seguridades que produjeran una
renta fija anual. Durante el gobierno de Amador Guerrero este
fondo se invirtió en hipotecas en la ciudad de Nueva York.
Esta colocación fue el origen del Fondo Constitucional
también conocido como los Millones de la
Posteridad.

5. Los intentos de reconquista por parte de
Colombia:
La noticia de la separación de
Panamá provocó un verdadero trauma nacional en
Colombia. En un primer momento se hicieron aprestos militares
para reconquistar el Istmo, pero en una segunda instancia se
pensó que era prudente tratar de lograr el reintegro
mediante la negociación diplomática. El General
Rafael Reyes estuvo a cargo de esta misión.

El 15 de noviembre, Reyes envió una primera
delegación para convencer a los panameños de
desistir en su intento separatista. Los comisionados
panameños Tomás Arias, Eusebio A. Morales y Carlos
Constantino Arosemena se reunieron con los delegados colombianos
a bordo del barco de guerra estadounidende Mayflower en la
bahía de Colón. Pese a las promesas de los
colombianos de atender a las reclamaciones panameñas,
nuestros compatriotas, respaldados por los Estados Unidos, se
mantuvieron firmes en su decisión.

El fracaso de este primer intento dio lugar, cinco
días más tarde al envío de una segunda
delegación, integrada por el mismo Rafael Reyes, Jorge
Holguín, Pedro Nel Ospina y Lucas Caballero. A bordo del
vapor Canadá, se reunieron con la contraparte
panameña integrada por los mismos comisionados de la
reunión del Mayflower, a quienes se les unieron Carlos A.
Mendoza, Antonio Zubieta y Nicanor De Obarrio. Pero una vez
más, nuestros compatriotas se mostraron inflexibles en
desistir de la separación.

A partir de entonces, los colombianos barajaron la idea
de fomentar una sublevación a lo interno del Istmo, pero
la posibilidad fue desechada habida cuenta que los
estadounidenses les impedían el desembarco. Sea como
fuere, Reyes no se dio por vencido y se trasladó a
Washington con el fin de tratar de convencer a los congresistas
de que no ratificaran el Tratado. Pero una vez más sus
gestiones fracasaron. Pese a ello aún se dirigió a
París donde le entabló a la Nueva
Compañía del Canal francés una serie de
demandas en el Tribunal Civil del Sena .

El fracaso de las gestiones diplomáticas hizo
resucitar la idea de una reconquista de tipo militar. De esta
manera, se organizó una expedición que llegó
a desembarcar en Yaviza.

6. La Leyenda Blanca y la Leyenda Negra sobre la
separación:
Las especiales características
de nuestro surgimiento como República hicieron que
rápidamente surgieran dos posiciones contrapuestas
respecto a los acontecimientos acaecidos y, en particular, a la
participación de los Estados Unidos, en virtud del
interés por construir un Canal por nuestro territorio. La
llamada Leyenda Blanca o versión idílica,
está representada por los puntos de vista de los
próceres, sobre todo José Agustín Arango,
Tomás Arias y Federico Boyd, quienes plantean que para
llevar adelante la separación arriesgaron su vida, sus
fortunas y su posición social, con el fin de librar del
yugo colombiano a sus compatriotas. Aunque no desconocen la
participación de los Estados Unidos, en realidad se
concentran en su actuación personal.

Partes: 1, 2

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