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Una investigación personal sobre el ser humano



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. El cuerpo
    físico
  4. El
    alma
  5. Más
    allá del cuerpo físico
  6. El
    yoga
  7. Hipnotismo
  8. El
    espiritismo
  9. Las creencias
    afroamericanas
  10. Médiums y
    videntes
  11. Experiencias
    místicas
  12. La
    meditación trascendental
  13. Conclusión

Resumen

Se inicia el artículo con la presentación
de la metodología que he seguido.

Después paso a considerar las posibles partes del
ser humano empezando por el cuerpo físico y mostrando
cuanto desconocemos de él.

A continuación pasamos a reflexionar, sobre la
eventual existencia de un alma o espíritu puro, en el
hombre.

Se pasa a considerar la posibilidad de la existencia de
cuerpos o fases intermedias entre las partes antes
indicadas.

Por último se exponen una serie de experiencias
personales que quizás resulten de interés para el
lector sobre el yoga, la hipnosis, el espiritismo, las creencias
afroamericanas, mediums y videntes, experiencias místicas
y la meditación trascendental.

Introducción

Para conocer lo que es el ser humano, no cabe duda que
la mejor vía de conocimiento es la ciencia.

Pero ocurre que aún siendo mucho lo que conoce la
ciencia sobre el hombre, sabemos que falta muchísimo por
conocer.

Además, los científicos, con una loable
modestia dicen siempre "creemos que esto es cierto, en el
presente estado de nuestros conocimientos, pero estamos
dispuestos a aceptar que esto sea falso, si nuevos conocimientos
así lo demuestren".

Es decir todo conocimiento científico tiene un
carácter provisional y parcial.

Por ello lo principal de mi investigación ha sido
conocer lo que dicen las distintas disciplinas científicas
(física, química, biología,
psicología, etc.) al respecto.

Partiendo de la base de que creo poseer un conocimiento
científico bastante amplio, me plantee el conocimiento de
otros caminos que pueden tener perlas de sabiduría; como
la filosofía, las religiones, etc.

Las reflexiones que he realizado sobre la base de los
caminos anteriores, están recogidas en mis
artículos precedentes.

En este artículo me centraré
esencialmente, en exponer algunas experiencias personales, en
otros caminos, que podríamos llamar esotéricos. El
objeto de relatar estas historias, que se han producido a lo
largo de mi vida, no es evidentemente científico, sino
simplemente ilustrativo, con el deseo de que además
quizás puedan ser útiles para las propias
investigaciones que pueda emprender el lector.

El cuerpo
físico

Una constatación evidente es que el ser humano
está formado por un cuerpo físico y quizás
algo más.

Todos conocemos el cuerpo físico del ser humano,
nuestro cuerpo, que vemos, tocamos, sentimos, etc., pero nuestro
conocimiento de lo que es ese cuerpo físico ha sido escaso
hasta hace relativamente poco tiempo.

Así por ejemplo la medicina ha experimentado en
los últimos tiempos un gran progreso en el conocimiento
del cuerpo humano y su cura. Una imagen muy descriptiva de dicho
progreso se muestra en una experiencia personal que relato a
continuación: alrededor de los años 1944 o 1945,
cuando yo era un niño, mi abuelo enfermó del
pulmón y se murió, aunque entonces no sabían
exactamente que enfermedad tenía, muy probablemente fuera
un cáncer de pulmón, pues era un fumador
empedernido. Lo realmente sorprendente, visto desde la
perspectiva actual, es que recuerdo perfectamente que toda la
medicina que se le aplicaba era ponerle sanguijuelas y chuponas
(a base, estos últimos, de vasos con una cerilla encendida
dentro). Desde ahí hasta ahora es indudable que la ciencia
ha avanzado mucho en este terreno.

Pero es preciso reconocer que aún sabiendo mucho
más sobre el cuerpo físico, aún sabemos muy
poco.

Expongamos algunos ejemplos de lo mucho que
desconocemos.

Uno es mi experiencia personal, de que las llamadas
medicinas alternativas, formadas en su gran mayoría por un
conjunto de falsedades, tienen sin embargo algunas perlas que no
se pueden explicar, a mi entender, con el conocimiento
científico de la medicina occidental.

Veamos un caso: cuando tenía unos 9 o 10
años de edad, estaba en el campo, de vacaciones, con mi
familia y pille unas anginas enormes que me impedían
tragar, mi madre comentó en voz alta que al día
siguiente me llevaría al médico de la ciudad. Una
campesina que estaba allí la oyó y dijo: "mi padre
cura las anginas "de gracia", y da la casualidad que está
aquí ahora, si quieren puede probar a curarle"; mi madre
accedió pensando que en el peor de los casos no
serviría para nada. Se presentó el padre, que no
era ningún curandero, sino un campesino normal y
corriente, el cual dijo que para curar las anginas era preciso
"romper la nuez", es decir se había formado un bultito o
ganglio en la parte interna de la muñeca y habrá
que disolverlo, para ello pidió una tacita de aceite de
oliva, mojó su pulgar, cogió mi mano y
empezó a frotar el bultito con firmeza pero sin hacer
daño, al cabo de un cierto tiempo de frotar, el bultito
desapareció y las anginas también. Estábamos
francamente sorprendidos.

Al día siguiente mi madre me llevó al
médico de la ciudad, que manifestó que
efectivamente había tenido anginas pero que ya no las
tenía. Esta aparente relación entre un bultito o un
ganglio en la muñeca y una infección en la
garganta, no se explica por la medicina ortodoxa, al menos que yo
sepa.

Otra muestra de lo mucho que nos queda por conocer sobre
el cuerpo físico, es la Acupuntura que para ciertas
cuestiones tiene una eficacia demostrada científicamente y
que sin embargo se basa sobre unos principios de medicina china,
que poco o nada tiene que ver con la medicina
occidental.

Por último indicaré que hay partes del
cuerpo, como por ejemplo el cerebro, respecto al cual nuestro
conocimiento es realmente escaso, existiendo desde hace ya tiempo
un vivo debate en la comunidad científica respecto a las
relaciones cuerpo-mente o cerebro-consciencia.

El
alma

Para muchas personas, que podemos englobar con el nombre
de materialistas, lo único que existe en el ser humano es
el cuerpo físico y que cuando este muere, ahí se
acaba todo.

No obstante es preciso reconocer que la inmensa
mayoría de los seres humanos, de todos los tiempos y
culturas han creído y creen hoy en día que el
hombre además del cuerpo tiene una parte o partes de otra
naturaleza, que podríamos llamar espiritual.

Una creencia generalizada no es evidentemente una prueba
de un hecho, como lo demuestra, por ejemplo, la creencia
generalizada en el hombre de la Antigüedad de que la Tierra
era plana, creencia que se demostró falsa.

Ahora bien tampoco podemos negar que esta creencia
generalizada puede constituir un indicio de la posible existencia
de una parte no física en el ser humano y quizás
valga la pena investigar esta posibilidad.

Para ello, recurrimos, al estudio de lo que dicen las
múltiples religiones o creencias religiosas que han
existido o existen en la actualidad. Del estudio de las mismas,
se desprende, a mi entender, la siguiente conclusión:
todas las religiones o creencias religiosas coinciden en la
creencia de una parte no física o espiritual en el ser
humano. De hecho, esta creencia es la única común a
todas ellas. Dichas creencias pueden agruparse en dos tipos
principales a) las que creen en un alma, espíritu, etc.
único, por ejemplo, las religiones Abrahámicas:
Cristianismo, Judaísmo e Islam. b) las que creen que esta
parte no física está formada por varios cuerpos o
partes sutiles o espirituales, por ejemplo la religión del
Antiguo Egipto, el yoga, etc.

En las religiones que consideran la existencia de varias
partes no físicas en el hombre, diremos que, según
me ha parecido entender, existe un espíritu puro final: el
Atman indio, el akh egipcio, etc. que es realmente espiritual y
que está íntimamente relacionado con la Divinidad
(Dios, Brahman, Ra, Luminosidad Base, etc.). Además
podrían existir entre el cuerpo físico y el
espíritu puro, una serie de envolturas o cuerpos sutiles,
por ejemplo: el Pranamaya Korsha, el Kah, etc.

El alma, espíritu, Atman, Luz Clara, etc., es un
concepto sobre el que he tratado en artículos anteriores.
De dichos artículos simplemente resaltaré, que de
acuerdo con Kant, diremos que por la razón no puede
demostrarse la existencia del alma (o de Dios) por tratarse de lo
que él llama postulados prácticos.

Como indicios de su posible existencia,
señalaré la creencia personal en ella, de la gran
mayoría de la humanidad de todos los tiempos y culturas,
incluso hoy en día, los materialistas (los que no creen
más que en el cuerpo físico) son una pequeña
minoría de la población mundial. Además tal
como se expone en mis artículos, la presencia del alma en
el hombre y su reflejo sobre la consciencia animal, podría
ser la explicación de la aparición en el hombre de
facultades mentales exclusivas por un lado y del gran desarrollo
que se da en algunas que son compartidas con otros
animales.

El alma, espíritu puro, etc., en todas las
creencias tiene una relación directa con la Diversidad o
lo Trascendental, así según la Biblia, Dios
creó al hombre "a su imagen y semejanza", según los
Upanishads se identifican el alma o Atman del hombre con Brahman
(Dios), según el Budismo Tibetano la verdadera naturaleza
de la mente o Luz Clara, se identifica con la Luminosidad Base
que todo lo abarca, etc.

A este respecto diré que creo personalmente en la
existencia de un espíritu en el hombre, que con
independencia de que puedan existir o no distintos cuerpos o
fases intermedias, según algunas creencias religiosas,
opino que dicho espíritu está llamado, en
última instancia, a la unión o comunión con
Dios.

Más
allá del cuerpo físico

Como hemos señalado en el anterior apartado entre
el cuerpo físico material y el espiritu puro, hay diversas
creencias religiosas que dicen que existen varios cuerpos,
envolturas etc. de carácter sutil.

Creo pues que estas eventuales partes sutiles del ser
humano caerían dentro del campo de lo natural, de este
mundo; no siendo por tanto realmente espirituales en sentido
estricto.

Lo anterior, de existir, creo que estaría
íntimamente relacionado con los llamados fenómenos
extraordinarios, conocidos también como
parapsicológicos, psicofísicos, etc., de los que
existen, al parecer, una gran variedad y heterogeneidad, citemos
algunos a título de meros ejemplos: apariciones,
fantasmas, posesiones, telepatía, clarividencia,
precognición, telekinesis, levitación,
bilocación, ineldia, curas milagrosas o mágicas,
etc.

Quisiera terminar este apartado, diciendo que la
creencia en esos fenómenos es muy amplia en la
población moderna como demuestran ciertas encuestas y que
probablemente el lector habrá experimentado personalmente
o a través de alguna persona de su confianza, algún
fenómeno que haya calificado como extraño o
raro.

Dentro de mis experiencias personales, quisiera decir
que yo no los he experimentado, pero sí personas muy
próximas a mí, así por ejemplo cuando
murió mi madre, se encontraba su cuerpo en el tanatorio,
en una sala bastante grande, dentro de una urna de cristal. En un
momento determinado, se encontraban solas en la sala una familiar
y una amiga suya, charlando de sus cosas, de repente esta
familiar me contó que oyó la voz de mi madre que
venía desde una esquina del techo, pero que no pudo
entender lo que le estaba diciendo pues la voz estaba
distorsionada, se pegó un susto tremendo, e inmediatamente
preguntó a su amiga si había oído algo, esta
le dijo que no. Lo anterior podría haber sido una
alucinación, pero las circunstancias, una charla normal y
tranquila entre dos amigas, no parecen favorecer la existencia de
alucinaciones.

Visto lo anterior podemos pasar a exponer una serie de
caminos y las experiencias personales, que he tenido a lo largo
de mi vida, en mi intento de investigar sobre lo que es el ser
humano.

El
yoga

En mis experiencias tempranas, en la adolescencia, dos
fueron los caminos que seguí, uno el yoga, sobre el que
voy a hablar en este apartado y otro la hipnosis sobre la que
comentaré más adelante. Como he dicho en la
adolescencia tuve mis primeras experiencias sobre el yoga, me
informé de la filosofía subyacente al mismo e
intenté practicar Hata yoga, con la finalidad según
creo recordar de ver si era posible alcanzar un desdoblamiento
corporal, la verdad es que mis intentos resultaron infructuosos y
abandoné dicha práctica.

Más tarde en la madurez, volví a sentir la
inquietud sobre el yoga, y me busqué un profesor
particular para practicar el Hata yoga; la finalidad ahora era el
obtener un buen estado físico. Al cabo de varios meses de
práctica, considere que, teniendo en cuenta que casi todos
los días desde la adolescencia iba a un gimnasio a hacer
ejercicio, no parecía necesario hacer además el
Hata yoga, especialmente cuando sus beneficios no resultaban
evidentes, al menos a corto plazo, por lo que abandoné
dicha práctica.

En mi ancianidad, volví a hacer otra
aproximación al yoga, ahora estaba interesado en el Raja
yoga o yoga mental y la finalidad que perseguía era ver si
me era posible alcanzar con dicha práctica un vislumbre de
lo Trascendente. Consulté con varios profesores de yoga,
pero llegué rápidamente a la conclusión, de
que por este camino, en mi caso, no iba a alcanzar nada, por lo
cual no inicié dicha práctica.

Hipnotismo

Como he indicado antes en la adolescencia, junto con un
amigo del colegio, estudiamos el libro de Paul Jagot "Hipnotismo,
magnetismo y sugestión" interesante libro que explicaba
paso a paso como hipnotizar a una persona. Yo solo
conseguía llegar a un estado sugestivo en mis
experimentos, con familiares y amigos, pero mi compañero
de colegio, según me contó entonces y me ratifico
ahora, pues hemos mantenido la amistad a lo largo de nuestra
vida, dice que logró hipnotizar completamente en un caso,
a un amigo, haciéndole quitar prendas de vestir, e incluso
le dijo que le iba a quemar con un cigarrillo, le tocó con
el dedo en su brazo y el amigo gritó como si le hubiera
quemado, además y lo que es más curioso, aunque no
estoy muy seguro de recordarlo bien, es que allí donde le
tocó, se formo una rojez.

Posteriormente en mi madurez entre en contacto con un
médico que además era hipnotizador, un hipnotizador
profesional y un mago que era hipnotizador de
espectáculos, todo ello con la finalidad de ver si era
posible, curar o mejorar una enfermedad mental, que tenía
una persona. Fue un absoluto fracaso.

En la ancianidad, retorné el libro de Paul Jagot
y me interesó un capítulo que se titulaba "Para
observar la exteriorización de la sensibilidad y el
desdoble", según el cual era posible que una persona
hipnotizada, notara por ejemplo un pinchazo de una aguja,
efectuado a unos centímetros de su piel. Para este
experimento contraté a un hipnologo y utilicé como
sujetos a un amigo y a una persona sensitiva que conocía
el hipnologo. En ambos casos el experimento no
funcionó.

El
espiritismo

Por lo que se refiere a esta vía, he tenido dos
principales focos de interés, uno en Brasil y otro en
España.

Brasil es probablemente el país donde el
espiritismo ha florecido con más fuerza, mis experiencias
han sido pocas, una fue con un brasileño que se
confesó espiritista y que dijo que podía mostrarme
o visualizar a su espíritu protector o guía. La
experiencia resultó un completo fracaso.

Visité también una Iglesia espiritista, en
la que se estaba celebrando una especie de misa. No me
interesó.

En Madrid intenté ponerme en contacto con
asociaciones espiritistas, lo que no fue sencillo, pero al final
pude localizar una, fui a hacerles una visita y les
manifesté mi deseo de realizar una sesión, pero me
dijeron que ello no era posible si antes no me hacía
miembro y recibía una instrucción adecuada. No me
interesó.

Finalmente citaré una experiencia con el "ouija",
como modo de comunicación con los espíritus. Esta
experiencia consistió en una reunión en casa de una
señora muy amable, acompañada de una amiga suya.
Los tres nos pusimos en la mesa y en contacto con un vaso, sobre
un tablero. La señora invocó la presencia de un
espíritu, y efectivamente el vaso comenzó a moverse
por el tablero indicando las distintas letras que formaban la
respuesta a mis preguntas. Realmente las respuestas eran
totalmente incoherentes con las preguntas formuladas. La
señora me dijo que volviera otro día, para tener
una reunión con amigas suyas. Estas se presentaron como
videntes unas y como brujas otras.

En la reunión las manifestaciones verbales que se
produjeron eran totalmente incomprobables. Al finalizar la
reunión se produjo un hecho gracioso, salíamos de
la casa y las mujeres subieron a mi coche, yo me sentí
obligado de informarlas que al ser noche cerrada y tener yo mala
vista, las personas que fueran conmigo corrían
algún riesgo; rápidamente todas ellas bajaron del
coche, con lo que demostraron que sus facultades de videncia no
existían.

Las creencias
afroamericanas

En América del Sur y Central existen numerosas
creencias, denominadas macumba, umbanda, candoble, vudú,
santería, etc. según los distintos
países.

El umbanda, que a veces se confunde con la macumba,
está presente principalmente en Río de Janeiro, y
es curioso ver al anochecer en las playas de Copacabana y en
especial en la zona rocosa lateral, numerosas velas encendidas y
ofrendas florales a los dioses.

He visto también sesiones de macumba, en la que
participaban, principalmente mujeres que caían en
éxtasis, pero la que más me interesó, fue
una que vi en plena naturaleza, en un bosque cercano a
Río, donde un grupo de personas vestidas de blanco,
celebraban por y para ellas una ceremonia macumba en la que
después de unos ritos de la sacerdotisa o jefa del grupo,
las participantes empezaron a bailar, de forma giratoria hasta
que de pronto una de ellas caía en trance.

Según me dijeron era porque había sido
poseída por un espíritu, un loa, y en este estado
la persona en trance pasaba a ser una médium y la
sacerdotisa podía comunicarse con el
espíritu.

A este respecto y refiriéndome a África
citaré a Ninian Smart que en las páginas 314 y 315
de su libro "Las religiones del mundo" dice textualmente: "A lo
largo de toda África son bastante frecuentes las
situaciones, que pueden ser totalmente espontáneas, de
posesiones de una persona por parte de un espíritu. Estos
casos pueden llegar a ser bastante
aterradores…"

Otra experiencia que intenté es la
santería, concretamente en Madrid encontré una
tienda dedicada a la venta de objetos para la santería. En
el sótano de la tienda, actuaba un supuesto sacerdote
santero. Me puse en contacto con él, el cual trató
de demostrarme sus facultades de contacto con los
espíritus, las pruebas que hice mostraron un completo
fracaso, luego nos quedamos charlando y saqué la
conclusión de que se trataba de un fraude.

Médiums y
videntes

Quiero referirme en primer lugar al grupo hepta, fundado
por el Padre Pilon, Jesuita y famoso radioesterista.

En la entrevista que tuve con el P. Pilon éste ya
estaba retirado y me sugirió que me pusiera en contacto
con otras personas del grupo.

Este grupo estaba especializado en investigar
situaciones de "casas encantadas", en las que al parecer actuaban
fantasmas.

Dentro del grupo debo mencionar a D. José Luis
Ramos, con el que tuve dos entrevistas. Era ya anciano, cuando yo
lo conocí, siendo físico y médico, me
pareció una persona honrada y seria. Lo más
interesante de la conversación fue cuando el me dijo, que
en su experiencia en casas de fantasmas, experiencias en la que
había utilizado instrumentos de medida, se daban dos
características, en primer lugar una variación en
el campo electromagnético, en el área donde se
manifestaba el fantasma y en segundo lugar un descenso de la
temperatura del lugar. El explicaba lo anterior en base a que el
espíritu para manifestarse en nuestro plano de la realidad
necesitaba energía, que tomaba del medio ambiente
produciendo el descenso de la temperatura.

Intenté reiteradamente, que me permitieran
participar personalmente en alguna investigación de una
casa encantada, cuando se produjera algún caso y a pesar
de que la directora del grupo, fue muy amable y me dijo que
sí, luego la práctica subsiguiente fue de que no,
así pues no tengo experiencias directas sobre este
asunto.

Luego traté de contactar con personas, que
decían que eran médiums, y que gozaban de un cierto
prestigio digamos profesional. En los tres casos que
investigué, las pruebas a las que les sometí para
comprobar que efectivamente contactaban con espíritus,
demostraron que los tres casos eran un fraude.

Merece citaré el caso de uno de ellos, que era
una mujer muy lista, que tenía una notable habilidad para
sonsacarte información y luego recitarla como si fuera
propia.

Experiencias
místicas

En todos los tiempos y culturas se han dado y se dan
personas que dicen haber tenido experiencias místicas;
basta citar nombres como Plotino, San Juan de la Cruz, etc.,
además de la mayoría de los fundadores de las
grandes religiones actuales.

Las experiencias místicas pueden, al parecer, ser
de distintos grados de intensidad, en su grado máximo
consiste en la unión con la Divinidad, lo Absoluto, lo
Trascendente, etc.). En un grado menor podemos citar las llamadas
experiencias cumbre, éxtasis artístico,
etc.

Para alcanzarla existen dos caminos: el bueno que
sería recibirla como un don de la Divinidad y el malo que
es a través de las drogas.

El camino bueno, en el que se recibe la experiencia como
un don, requiere normalmente que previamente el hombre se
predisponga y prepare para ello. En mi caso personal debo decir
que nunca he tenido una experiencia mística de
ningún grado, aunque como es natural, me gustaría
alcanzarla.

El camino malo, el de las drogas, ha sido utilizado
desde la antigüedad por algunos chamanes, extáticos y
actualmente por muchos jóvenes. Debo decir claramente que
es un camino muy peligroso y totalmente
desaconsejable.

Personalmente una vez hace muchos años me
pasó lo siguiente. Estaba en un hotel en Bombay, cuando un
amigo entró en el y me dijo de forma muy exaltada algo
así como "ahora veo a Dios, creo en El, etc.", le
pregunté qué le pasaba y me dijo que había
tomado opio, disuelto en té. Yo pensé, vamos a
probarlo, me dirigí a uno de los individuos que
decían que vendían opio y le compré unas
bolitas, de algo muy oscuro, que según él era opio,
pero a lo peor era alquitrán o cualquier otra cosa.
Disolví una bola en una taza de té y me la
tomé, insensateces de la juventud, como al cabo de un rato
no sentía nada, decidí probar con una segunda y al
no hacer efecto, probé con una tercera. Entonces sí
hizo efecto, me puse a vomitar sin parar y estuve casi 48 horas
vomitando, fue una experiencia horrible.

La
meditación trascendental

Mi primer contacto directo con el budismo tibetano,
aparte de las lecturas, fue hace casi cincuenta años.
Cuando en un viaje turístico al Nepal, visité en
las afueras de Katmandú, un templo, que creo se llamaba
"de los ojos de Buda" en el que residía una comunidad de
monjes tibetanos exilados. Me gustó el sitio y
decidí volver por la tarde cuando ya no hubiera turistas.
Efectivamente por la tarde cogí un taxi desde el hotel al
templo. Llovía a mares, por lo que me descalcé,
subí los pantalones y fui ascendiendo por la escalinata
que llevaba a la cima del monte, donde se encontraba el
templo.

Percibía como el agua de la lluvia, que bajaba
por la escalinata lavaba mis pies y yo sentí que me estaba
purificando.

Cuando entré en dicho templo, solo se encontraban
en el unos monjes cantando oraciones o mantras, me puse
detrás de una columna para no estorbar y escuché el
canto, que en algo me recordaba al canto gregoriano, y me
sumergí en la espiritualidad del momento, cuando los
monjes terminaron y se levantaron para irse, me encontré
por sorpresa, que a mi lado había un pequeño
monaguillo que me dijo: "Sahib, si me das X rupias, los monjes
cantan media hora más". Aquello fue como si un vaso de
cristal se estrellase en el suelo. Decidí dejar el templo
pero me encontré a un monje joven, que me hizo
señas para que le siguiera, me llevó por una serie
de laberínticos y oscuros pasadizos de tal forma que en un
momento determinado pensé que a lo peor me estaba metiendo
en un lío. Afortunadamente no fue así, y llegamos a
la celda donde vivía el monje, éste sacó de
debajo de su cama un envoltorio abriendo el cual me mostró
una serie de objetos budistas que evidentemente el monje
había robado. Me dijo "Hombre blanco rico, monje pobre" y
me ofreció dichos objetos.

En definitiva mi primera experiencia con el budismo fue
decepcionante.

Más adelante en mi madurez, tuve un segundo
encuentro. Andando por las montañas de las Alpujarras, de
pronto en un recodo del camino me encontré con un
pequeño monasterio budista. La verdad es que me
sorprendió mucho el encuentro, pero me acerqué y
empecé a hablar con uno de los monjes budistas tibetanos,
que en él se encontraban. Me dijo que este monasterio era
muy conocido, que artistas y famosos de todo el mundo iban a el
para efectuar retiros espirituales. Debo confesar que la charla
que tuve con el monje, sobre lo que hacían allí, no
me convenció.

Finalmente en la ancianidad, he tenido un contacto
más profundo con el budismo tibetano, con la finalidad de
ver si era posible a través de la meditación
trascendental llegar a tener un vislumbre de la "verdadera
naturaleza de la mente". Me apunté a unas clases sobre
meditación que daba el Rigpa (o centro) de Sogyal Rimpoche
y leí también su libro: "El libro tibetano de la
vida y la mente". Entré en contacto con otros dos centros
tibetanos en Madrid, pero debo decir que el que más me
gustó era el Rigpa, porque creo que estaba más
adaptado a la mentalidad occidental y podía seguirse desde
una posición laica (es decir no budista). La experiencia
de la meditación persigue, entre otras cosas, el control y
relajación de la mente, además existen una serie de
técnicas orientadas a la mejora de la autoestima, la
felicidad, la paz mental, etc, todo lo anterior creo es bueno y
útil, lo que ocurre es que el budismo tiene aspectos
esenciales que no comparto, así por ejemplo, se trata de
una doctrina que se basa en las cuatro nobles verdades predicadas
por Buda. La primera de ellas, fundamento de las demás, es
la afirmación de que en esta vida todo es sufrimiento. Lo
siento pero no puedo estar más en desacuerdo. Es evidente
que todos experimentamos el sufrimiento, a veces un gran
sufrimiento, pero mi experiencia personal hasta el momento, me
muestra que si considero el conjunto de mi vida, la felicidad y
las satisfacciones han sido muy pero que muy superiores a los
sufrimientos. Además existen conceptos como el Karma, el
Samsara, la Reencarnación, etc, que en realidad pertenecen
al tronco común de las religiones indues, pero que no son
compartidos por otras religiones.

Yo no buscaba en el budismo la mejora de mi autoestima,
felicidad, paz mental, etc, porque afortunadamente y con toda
modestia creo que estoy bien en estos terrenos. Lo que me
interesaba era la promesa de que es posible conseguir ahora, en
esta vida, un vislumbre de "la verdadera naturaleza de la mente"
o Luz Clara. Después de alcanzar el estado de
meditación y practicarlo durante bastante tiempo tuve el
sentimiento de que así no alcanzaría lo que buscaba
por lo que de acuerdo con lo expuesto en el "Libro
tibetano…" parecía necesario que un Maestro me
introdujera, por ello se lo pedí a Rimpoché, el
cual en un Retiro lo intentó personalmente pero sin
éxito, por lo que decidí abandonar este camino.
Pero guardando un interesante y grato recuerdo.

Conclusión

Respecto al cuerpo físico vemos que nos falta
muchísimo por conocer de el. La existencia del alma es
indemostrable por la razón, se fundamenta en mi caso, en
una intuición profunda. Respecto a los posibles cuerpos
sutiles intermedios y su eventual relación con los
llamados fenómenos extraordinarios, no he llegado a
ninguna conclusión.

 

 

Autor:

José Luís Chancho
Neve.

SPAIN. MADRID OCTUBRE 2013

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