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Psicología de la Educación



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Teóricos y teorías en
    psicología de la educación
  3. La
    motivación en el aprendizaje
  4. Creación de ambientes de
    aprendizaje
  5. Conclusión
  6. Bibliografía

INTRODUCCIÓN

La psicología de la educación es una rama
de la psicología que se especializa en el estudio del
proceso enseñanzaaprendizaje en ambientes educativos. La
finalidad de la psicología de la educación, es que
los maestros apliquen las estrategias de enseñanza
adecuada a los educandos, lo cual ha sido posible gracias a los
estudios que se han realizado en desarrollo humano, de esta
manera, es factible que se conozca los procesos cognitivos que
intervienen en el aprendizaje

Diversos son los autores que han centrado su
atención en la manera de aprender del individuo, y de esta
manera surgen posturas donde la cognición y el ambiente
intervienen directamente en el aprendizaje.

Existe una estrecha relación entre el aprendizaje
y la motivación, es por eso que, es preciso, que los
maestros conozcan sobre las maneras de aprender de los alumnos y
así, propiciar ambientes de aprendizaje viables, con base
a las características de cada uno, para que adquieran los
conocimientos necesarios, y desarrollen habilidades y actitudes,
en una palabra, competencias.

Las aportaciones que han hecho los teóricos, y
que se siguen haciendo, coadyuvan a que el proceso
enseñanza-aprendizaje, sea lo más eficaz posible,
ya que éste involucra una serie de pasos que va desde una
planeación bien fundamentada, hasta una evaluación
acorde a los contenidos y, obviamente, a esa planeación
donde se establecieron los objetivos, por lo que, si el maestro
realmente quiere formar individuos competentes, necesita conocer
la manera de diseñarlos, pero sobre todo, de ejecutarlos,
lo cual logrará con la comprensión que tenga de
dichas aportaciones.

TEÓRICOS Y
TEORÍAS EN PSICOLOGIA DE LA
EDUCACIÓN

Para comprender el desarrollo de la psicología de
la educación, que, como ya se mencionó previamente,
es parte de la psicología, es básico hacer un
recorrido por el tiempo y conocer las aportaciones de los autores
que se interesaron por el estudio de la misma, aplicando sus
conocimientos psicológicos a esta área
específica.

Santrock (2006), en su libro Psicología de la
Educación, menciona que tres fueron los pioneros
destacados:

William James

La manera en que James contribuyó a la
psicología educativa, es que, después de publicar
su libro "principios de la psicología", explicó
cómo se puede aplicar la psicología en la
educación de los niños, a través de
conferencias dirigidas a los maestros. Desde la perspectiva de
James, la manera de expandir la mente de los niños, era
iniciar sus lecciones un punto más allá de su nivel
de conocimientos y comprensión.

Tomando en cuenta el método de James para
explicar la mente humana, que debemos tomar en cuenta su
funcionamiento, creo que es aplicable este aspecto, porque como
él lo manifestaba, la mente es plástica, adaptable,
si al alumno, le damos un poco más de su aparente
capacidad, se moldea a esto y va creando un hábito que le
hará cada vez mejor.

John Dewey

La aportación de Dewey a la psicología
educativa fue aplicar sus principios psicológicos a la
educación, tales como considerar que el niño es un
ser activo, así, se establecieron las bases para hacer que
el niño aprenda haciendo, y además que hay que
considerarlo como un todo, por lo que se debe tomar mucho en
cuenta el contexto en que se desenvuelve, educarlo integralmente.
Cuando el niño, sobre todo de preescolar y primeros grados
de escolar, aprende haciendo, no solo refuerza sus habilidades
cognitivas, también motrices y por ende, a socializar, de
esta manera, la estancia en la escuela no le resulta un tedio, va
con gusto, y asimila mejor. Desafortunadamente, aun persisten
casos donde los maestros no permiten la actividad en los
niños, porque consideran que es libertinaje, y lo
más sorprendente, porque lo he visto, es que algunas
maestras, que han sido mis experiencias directas, son
jóvenes, pero su mentalidad es antigua.

Ahora bien, la postura de Dewey, aunque él
habló de niños, es aplicable en todos los niveles,
y en mi experiencia docente, que se desarrolla a nivel
licenciatura, mucho más, porque a los futuros
profesionistas no solo se le debe proveer de conocimientos, sino
que desarrollen habilidades y actitudes para que se desenvuelvan
convenientemente en el mundo laboral, donde sobresale el
más competente; si sólo nos abocamos a vaciar
contenidos, y esperamos a que lleguen al final para aplicarlos,
se les dificultará mucho, porque la teoría dista de
la práctica, por eso, desde que están estudiando,
es nuestro deber como guías en este maravilloso mundo del
saber, que combinen teoría con práctica,
además que sean críticos, reflexivos, para lo cual
en clase, desarrollar actividades donde comenten, discutan,
analicen en plenaria o pequeños grupos, casos reales, que
propongan soluciones, que creen; y esto desde sus inicios, no
esperar a que estén más adelantados, sino que poco
a poco se vayan introduciendo en lo que harán finalmente,
si se hace esto, recordemos que la práctica hace al
experto, por lo tanto, así lo irán haciendo mejor,
aprendiendo de sus errores y mejorando lo que les sale bien.
También a este nivel he podido observar que algunos
maestros, los cuales aún tienen la idea que ser maestro es
transmitir conocimientos, no permiten dichas acciones en sus
alumnos, tienen la firme convicción que solo ellos saben,
y no permiten la libre expresión, erróneamente
consideran que ya hasta que tengan el "conocimiento" claro,
entonces podrán aplicarlo… quienes no tiene el
conocimiento claro, porque no saben lo que significa ser maestro,
son ellos, ya que no son capaces de extraer lo más valioso
de acuerdo a la capacidad de cada alumno para evaluarlos, quieren
"perfección", pero esto no es más que una manera de
cubrir su incapacidad para conducir apropiadamente el proceso
educativo.

Edward L. Thorndike

Desde su perspectiva del aprendizaje, en donde considera
que éste se presenta a través de una serie de
conexiones entre un estimulo y una respuesta, Thorndike aporta, a
través de su ley del efecto, importantes elementos para
hacer el proceso educativo eficaz, ya que en esta ley nos
menciona que si una conexión es realimentada positivamente
(reforzada), se mantiene, y si es realimentada negativamente
(castigada), se debilita esto es, aplicada al aula, si un alumno
expresa una posible solución a un problema, o simplemente
expresa una opinión, y se le acepta, se sentirá
motivado a continuar, a seguir participando, por el contrario, si
se le censura, su motivación decrecerá. Bien, desde
esta perspectiva, nuestra labor como docentes, radica en que,
cuando el estudiante manifieste una opinión ante una
problemática que planteemos, lo conduzcamos hacia la
respuesta correcta, si es que esta no fue la acertada,
haciéndole saber que su respuesta es aceptable, pero
invitándole a buscar más, que él tiene el
potencial, además de que se motiva, se le fomenta el
pensamiento crítico, porque cada respuesta que ofrece es
reforzada positivamente y aprende más, aprendió por
sí mismo, solo fuimos una guía. Por otro lado, si
no se le acepta la respuesta porque no fue correcta o simplemente
porque no "pensó" igual que nosotros, pues, obviamente, lo
desmotivamos, pierde el interés por aprender, y algunos,
definitivamente, no aprenden. Una de sus grandes aportaciones fue
la de promover las habilidades de razonamiento en los
educandos.

Otra de las grandes aportaciones del Thorndike, fue la
de promover la medición y la evaluación en el
proceso educativo, desde su perspectiva, la enseñanza y el
aprendizaje debe ser tratados científicamente.

En cuanto a las teorías, indicaré dos
perspectivas relevantes en la educación, mencionando a los
autores que han influido en mí.

Perspectiva conductista

Thorndike influyó notablemente en Burrhus
Frederic Skinner, uno de los principales precursores del
conductismo, cuyo principal interés radicó en la
forma de aprender del individuo. Con base a las aportaciones de
Thorndike, en cuanto a los reforzadores, Skinner
desarrolló su teoría del condicionamiento operante,
en la cual, el sujeto responde a las consecuencias que provocaron
su conducta, de acuerdo a la magnitud de éstas, ya sea
positivas o negativas. Cuando son positivas, lo viable es que la
conducta se mantenga o incremente, cuando son negativas, la
conducta desaparecerá o decrementará.

En el aula se puede observar la presencia del
conductismo, cuando el alumno ofrece una respuesta favorable,
dicho de otro modo, cuando el alumno presenta conductas acordes a
los lineamientos, y el maestro le recompensa, ya sea con un
halago, o algún otro reconocimiento como una
mención especial, éste se sentirá motivado a
seguir por el mismo camino, o con el simple hecho de recibir una
calificación equivalente a su desempeño, ya
será un reforzador positivo. Por el otro lado, cuando el
alumno manifiesta conductas inadecuadas, como no cumplir con
tareas, no trabajar en clase, etc. aquí lo ideal, si
realmente se quiere conseguir que esa conducta desaparezca, es
que se apliquen reforzadores negativos, o lo que es lo mismo,
castigos, cómo no salir al recreo, levantar reportes,
etc.

Es muy importante que antes de aplicar cualquier
reforzador, el maestro debe dejar en claro los lineamientos a
seguir durante el curso, lo cual define, las reglas y a su vez
las acciones que se harán ante el cumplimiento así
como al incumplimiento de las mismas; cuando el estudiante sabe
lo que se espera de él, es factible que su aprovechamiento
sea más eficaz y se propicia un ambiente de aprendizaje
agradable. Como puede verse, desde la planeación misma,
estamos aplicando las leyes del conductismo, ya que, estamos
definiendo las conductas esperadas, el educando lo único
que necesita, es operar sobre este ambiente, para que a su vez,
el maestro lo refuerce.

Perspectiva cognoscitiva

Esta perspectiva curiosamente, es la más antigua
pero a la vez, la más reciente, ¿por qué?,
antigua porque ya desde los antiguos filósofos griegos se
hablaba sobre la naturaleza del conocimiento y el valor de la
razón; por ejemplo, Sócrates, quien mencionaba que
todos poseemos el conocimiento, lo único que se tiene que
hacer, es que un "experto" a través de preguntas bien
estructuradas, vaya guiando al aprendiz hacia la respuesta
correcta, esto es, Sócrates hacía pensar al
individuo, a través de su famoso método
mayéutico, lograba sacar ese conocimiento que el individuo
poseía y que no lo sabía, y bueno, moderna, porque
desafortunadamente esta postura no floreció, se interpuso
el conductismo, tomó mucha fuerza y es ya relativamente
reciente, que la perspectiva cognoscitiva ha vuelto a tomar auge.
El principal interés de los cognoscitivas es la manera en
los procesos mentales intervienen en el aprendizaje, ya que
consideran que los seres humanos participan activamente en su
propia cognición.

Pues bien, en la, podría decirse, nueva etapa de
la perspectiva cognoscitiva, uno de los exponentes es David
Ausubel, cuya postura del aprendizaje significativo, aporta un
marco apropiado para diseñar estrategias educativas. Para
Ausubel, el aprendizaje del educando, depende de sus
conocimientos previos, por lo que es importante que se conozca
qué es lo que el alumno sabe y a partir de ahí,
iniciar con los nuevos contenidos. Cuando el maestro conoce la
estructura mental del estudiante, esto es, conceptos, ideas,
etc., es más fácil que planee sus clases y a la vez
le facilite la misma al alumno, ya que lo único que
tendrá que hacer, es relacionar los nuevos conocimientos
con los que ya tiene.

Puede verse cierta relación entre la postura de
Sócrates y la de Ausubel, aunque no se menciona en los
textos, por lo menos no en los que he leído, que el
primero haya influido en el segundo, yo puedo ver que hay una
influencia, ya que esa conexión entre los conocimientos
previos y los actuales, o dicho de otro modo, descubrir lo que el
alumno ya sabe para que a partir de ahí, se de la nueva
información, podría ser el conocimiento que logra
sacar Sócrates de sus discípulos a base de
preguntas; para ambos ya existe un conocimiento, y esta es la
base para el aprendizaje; entonces en el aula se podría
aplicar así: al iniciar un curso a través de una
prueba diagnóstica, podemos detectar el nivel de
conocimientos y así planear o replanear el curso con base
a ello, ya que si damos por hecho que algunas cosas ya saben, lo
más viable es que se frustren, porque sentirán que
no están aprendiendo nada, la clase será confusa,
no la entenderán, por otro lado, si ya conocen los
contenidos que se están tratando se sentirán
frustrados por no aprender "nada nuevo". Otra aplicación
sería durante la ejecución del proceso educativo:
en cada sesión, reactivar los conocimientos previos, esto
es, lo adquirido en la clase anterior, independientemente que al
término de cada clase se debe verificar la
asimilación de contenidos, al iniciar la siguiente, como
parte de la introducción, es conveniente cuestionar sobre
lo tratado en la clase anterior, o plantear una situación
problémica, y así, avanzar, o reforzar el
contenido, dependiendo de la respuesta; y es precisamente
aquí, donde encuentro la relación con
Sócrates, cuando las ideas de los estudiantes son
confusas, es labor del maestro orientarle a la aclaración,
no decirle la respuesta, sino hacer que él la encuentre,
porque está en su mente, solo que no la ha organizado, y
si se le hacen preguntas bien estructuradas (preguntas
productivas), su mente se aclarará, entonces como
decía el gran Sócrates "da a luz el conocimiento" y
a partir de allí, iniciar con los nuevos conceptos, porque
ya se estará seguro que sí serán asimilados,
ya que lo único que tendrá que hacer el estudiante
es relacionarlos con los previos.

LA MOTIVACION EN
EL APRENDIZAJE

Considerando que la motivación es pieza
importante para que el aprendiz adquiera y asimile conocimientos,
definamos primero que es la motivación: "estado interno o
externo que activa, dirige y mantiene el comportamiento"
(Woolfolk, 2010; Santrock, 2006 y Reeve, 2006).

Con base a esta definición podemos ver que
existen dos tipos de motivación, la interna o
intrínseca y la externa o extrínseca.

Cuando el alumno se encuentra motivado
intrínsecamente es más fácil que rinda
académicamente, ya que no necesita de incentivos externos
para alcanzar sus metas, la tarea es atractiva por sí
misma, busca y vence desafíos por sí mismo; de esta
manera, a este tipo de estudiantes no necesita el maestro decirle
lo que tiene que hacer, por si mismo busca, indaga, investiga,
descubre, porque quiere saber; aquí el trabajo del maestro
sólo radica en mantener esa motivación
guiándolo por el camino del saber, encauzándole
adecuadamente, para lo cual es necesario que siente las bases del
aprendizaje, para que así el aprendiz sepa el camino a
seguir, ya que, no porque su interés es nato, se le va
dejar a la deriva, a que adivine lo que debe saber; lo que el
maestro debe hacer, en una palabra es: planear. La
planeación es básica, en el proceso educativo,
cuando el maestro diseña sus estrategias de
enseñanza y aprendizaje previamente, el alumno con
motivación de este tipo, mantendrá su
interés por el estudio.

Por otro lado, cuando el educando se motiva
extrínsecamente, hay mayor quehacer por parte del maestro,
ya que este tipo de alumnos no se interesa por el contenido en
sí mismo, sólo se centra en lo que pueda obtener o
evitar, por ejemplo, obtener o perder puntos. Estos educandos
únicamente se interesan en la calificación, no en
aprender, pero bueno, el caso es que realizan sus tareas, pero
exclusivamente por este interés, por el de obtener un
premio o evitar un castigo; con base a esto es importante que en
la planeación, al implementarse el sistema de
evaluación se definan los criterios y el porcentaje que
contendrá cada producto o evidencia, para que el alumno
dirija sus esfuerzos a ello, a cubrir ese 100% que la
mayoría anhela, sabe que si cumple con los criterios
establecidos como recompensa a su esfuerzo recibirá su
calificación aprobatoria, y si no los cumple, su castigo
será no aprobar total o parcialmente la materia. Algo muy
importante es que el maestro no pierda de vista lo estipulado en
la planeación, ya que se ha visto casos en que en el
trascurso, olvida o pasa por alto algunos aspectos y esto, lo que
consigue es desmotivar a los que realmente se esfuerzan y
fomentan el desinterés y apatía en los que no lo
hacen.

Independientemente del tipo de motivación que
manifieste el alumno, es conveniente que el maestro utilice
reforzadores sociales, como el halago, el cual debe ser manejado
adecuadamente, esto es, acorde a la situación, no
sólo halagar por "ganarse" al alumno, o también
para que sirva de ejemplo a los demás miembros del grupo,
porque puede tener efectos contraproducentes; el elogio debe ser
personal, además, basado en las acciones y evitar la
evaluación, por ejemplo, si el alumno realizó un
trabajo que incluyó todos los parámetros marcados,
decirle: "me agrada que hayas realizado un buen trabajo cubriendo
los requisitos estipulados", en lugar de indicarle "está
muy bien tu trabajo", con esta última expresión, el
alumno se entera que está bien, pero no por qué
está bien, y es como si no se le dijera nada; por otra
parte, supongamos que es la primera vez que el individuo presenta
un buen trabajo, en esta situación evitar juzgar
después del halago, por ejemplo: "me agrada que hayas
realizado un buen trabajo cubriendo los requisitos estipulados,
ojala así lo hicieras siempre", esto más que un
halago, parece reproche, o tal lo sea, así que si lo que
se quería lograr en el alumno satisfacción, lo
más seguro es que se obtenga molestia y por ende
resentimiento.

La explicación de cómo debe aplicarse la
motivación al aprendizaje se puede encontrar en las
diferentes perspectivas psicológicas:

Perspectiva conductista

Desde esta perspectiva la mejor manera de motivar a los
educandos, es manejando incentivos, que pueden ser positivos o
negativos. Entre los incentivos más comunes están
el proporcionar puntos por aciertos o disminuir puntos por
desaciertos, en caso de los pequeños, estrellitas, estar
en el cuadro de honor, reconocimientos verbales o diplomas, en
fin, cada maestro dispone de un menú amplio para elegir el
más conveniente a la situación. En esta perspectiva
lo que podemos ver es que con estos incentivos, reforzamos las
conductas deseadas y disminuimos las indeseadas, ya que con la
repetición, el individuo se crea hábitos, y
así, la conducta forma parte de él, es por eso que
se recomienda que se apliquen de manera responsable, para que
realmente se logre el efecto anhelado. Esta perspectiva se
manifiesta en la motivación extrínseca, ya que los
reforzadores son externos.

Perspectiva humanista

Esta perspectiva hace hincapié en los factores
intrínsecos de la motivación. Para los humanistas
la mejor manera de motivar es activando los recursos internos del
alumno: competencia, autoestima, autonomía y
autorrealización (Woolfolk, 2010). Para Santrock (2006),
la motivación destaca la capacidad de crecimiento y la
libertad de decisión del alumno, lo cual está
basado en la teoría de Maslow, en cuanto a la necesidad de
autorrealización. Con base a esta perspectiva el maestro
debe propiciar un ambiente de aprendizaje donde el alumno tenga
la oportunidad de expresar libremente sus puntos de vista, sin
que sea sancionado cuando no está de acuerdo con
él, si al alumno se le permite que exponga lo que piensa,
tendrá la opción, cuando se le conduce
adecuadamente de darse cuenta si está equivocado o no;
muchas veces los estudiantes se quedan callados, se abstienen de
participar por temor a ser sancionados, ya sea por la
descalificación del maestro o por las burlas de los
compañeros, y esto no es recomendable, ya que éste
no sabrá si está mal si no lo expresa, se
quedará con la duda, o con lo que dice el maestro, y
simplemente será un repetidor.

Perspectiva cognoscitiva

Desde esta perspectiva, el educando es considerado como
un ser activo, los elementos que maneja de la motivación
son los internos, de acuerdo con ella, son los pensamientos del
aprendiz lo que lo motiva a hacer las cosas, esto es, dependiendo
de cómo perciban el entorno, los alumnos se
establecerán metas, tendrán la capacidad de
planearlas y supervisarlas, es lo que se llama motivación
de logro. La manera en que perciba los éxitos y fracasos,
harán que el estudiante se esfuerce por alcanzas sus
metas; desde esta perspectiva, el individuo está
firmemente convencido de su capacidad y por ende, aboca todo su
esfuerzo en la consecución de sus metas. Cuando el alumno
es congruente con sus pensamientos, es más fácil
que rinda académicamente, ya que cualquier "fracaso", le
ayudará a mejorar, lo cual no pasaría con alguien
que exclusivamente se mueve por el exterior, éste
último, aunque esté consciente que no se
involucró lo suficiente en la actividad, no se
responsabilizará de su conducta, siempre buscará un
culpable y, obviamente, éste será el maestro, por
su parte, el motivado internamente, reconocerá su
responsabilidad, revisará sus errores, los
corregirá y aprenderá de ellos, y cuando tenga
aciertos, de igual manera sabrá que es su esfuerzo el que
está reflejado en él.

Perspectiva social

Esta perspectiva nos indica que el alumno
mostrará interés por la escuela, cuando mantiene
relaciones interpersonales satisfactorias; la necesidad de
afiliación es lo que mueve a este tipo de estudiantes, por
eso siempre están buscando agradarle al maestro. El
principal objetivo de estos alumnos es establecer, mantener y en
su caso, restablecer sus relaciones sociales, lo que lo mantiene
interesado es estar con sus pares, solo así se siente
productivo.

CREACION DE
AMBIENTES DE APRENDIZAJE

Tener un manejo efectivo del aula, no es tarea
fácil, pero tampoco imposible. Es sustancial que el
maestro desarrolle estrategias para lograr el control de aula, ya
que, de no hacerlo, se presenta el estrés y el cansancio
que conduce al agotamiento emocional, lo que se conoce como
"síndrome de agotamiento del docente" (Emmer y Stough,
2001, en Woolfolk, 2010). La experiencia y los conocimientos
sobre el tema, es lo que logra que el maestro tenga ese control
en el aula, no debe perderse de vista que existe diversidad de
creencias, hábitos, conductas, metas, en fin, una gama de
personalidades, donde se debe integrarlas, para lo cual, como ya
se mencionó, es imprescindible, desarrollar estrategias
didácticas que conduzcan a ello.

Las primeras semanas de clases son básicas para
establecer el ambiente propicio, esta es la clave para manejar la
complejidad del grupo; en este tiempo se deben establecer los
lineamientos, hacer del conocimiento del alumno que se espera de
ellos y a la vez conocer sus expectativas, el objetivo es lograr
la cooperación de cada uno y que se involucren activamente
en clases. Una regla básica es no prometer lo que no se
pueda cumplir, en ocasiones las expectativas de los alumnos va
más allá de lo académico,
prácticamente lo que quieren es que solo se les ponga la
calificación y listo, en lo particular, una de las
peticiones fuera de lugar es la de no dejar tareas, y digo fuera
de lugar porque es parte de su formación, el leer,
investigar, buscar, todo lo que implica aprender realmente, es
parte de su formación.

La idea que aún tienen algunos estudiantes es
que, la escuela es informativa, es decir, que van a que el
maestro "les enseñe", considerando que "enseñar" se
limita a la simple transmisión de conocimientos y ellos
tranquilamente absorbiendo todo como una esponja: "el pensamiento
esponja" que nos menciona Jorge Alberto Negrete (2010) en su
libro Estrategias para el Aprendizaje y Guillermo Michel (2008)
en su libro Aprende a Aprender. En estos mismos libros, ambos
autores hacen referencia al pensamiento crítico, donde el
alumno piensa por sí mismo, analiza, juzga, interpreta, y
lo consigue cuando se lanza en la búsqueda de
información; hacer estudiantes competentes es la principal
tarea, y en esto radica la esencia de la educación: la
formación, y es lo que debemos inculcar en nuestro
educandos, que no sólo vienen a informarse, también
a formarse, y esta formación debe ser integral, como lo
menciona Carlos Zarzar Charur (2006), en su libro Habilidades
básicas para la docencia, al educando se le debe formar en
la dimensión intelectual, en la humana, en la social y ya
a nivel superior, en la dimensión profesional. Entonces
¿cómo lograr esta formación?… en la
dimensión intelectual, es lo que precisamente se refiere
la educación en su concepto más general, es donde
se fomenta el pensamiento crítico, a través del
diseño de tareas para el trabajo independiente; la
dimensión humana a través del desarrollo de valores
y actitudes, que sean responsables, honestos, respetuosos, entre
otros, uno muy importante es la cooperación, que aprendan
a trabajar de manera conjunta, y esto da la pauta para la tercera
dimensión, la social, donde la lograremos si fomentamos en
los alumnos el trabajo colaborativo, que reconozcan que no son
individuos aislados, sino parte de un grupo con el cual comparten
objetivos en común, esto puede conseguirse a través
del diseño de estrategias de aprendizaje colaborativo,
donde el alumno desarrolle un espíritu de pertenencia; y
por último, pero no menos importante, la dimensión
profesional, que como ya se mencionó, es aplicable en
niveles superiores, porque aquí lo que se hace es fomentar
actitudes y valores para la vida como profesionista, porque
profesionistas somos muchos, pero profesionales, pocos,
¿Qué implica ser profesional?… conducirse con
ética en el desarrollo de nuestras actividades. En la
dimensión profesional, se conjuntan las primeras
dimensiones, si manejamos cada una convenientemente, en esta lo
único que se realiza es la integración de cada una
de ellas.

Estrategias de enseñanza para un buen
inicio

Algunas estrategias (Emmer, Evertson y Worsham, 2003, en
Santrock, 2006) para el inicio son:

  • 1. Establecer expectativas del comportamiento y
    resolver dudas de los estudiantes: es común que los
    primeros días el alumnos se muestre ansioso porque no
    saben que esperar de la clase, y por consiguiente del
    maestro, lo más seguro es que sus expectativas
    estén basadas en sus experiencias con otros maestros,
    por eso es imprescindible que se establezcan las reglas,
    requisitos, procedimientos, todo lo que conlleva el
    desarrollo adecuado de la clase, para que el alumno sepa
    qué esperar, es importante que no sólo se
    centre la atención en los contenidos, sino
    también en el comportamiento, porque finalmente, es a
    través de éste, que se logrará la
    comprensión de los contenidos.

  • 2. Asegurarse que los estudiantes tengan
    éxito: en las primeras semanas es conveniente que las
    tareas que se diseñen sean accesibles,
    prácticas, ligeras, para que el estudiante las consiga
    todas, de esta manera el alumno adquiere confianza,
    desarrolla una actitud positiva y están listos para
    resolver tareas más difíciles, las cuales se
    recomienda graduarlas poco a poco.

  • 3. Permanecer visible y disponible: es
    importante demostrarle al alumno que se pueden acercar a uno
    sin ningún temor, que siempre se estará
    dispuesto a apoyarlo en sus dudas; algunos maestros
    "aprovechan" las actividades en grupo o individuales para
    solucionar pendientes, se sientan en su escritorio y se
    olvidan de los alumnos, si éstos son responsables,
    cumplirán con su tarea, pero si no, harán de
    todo menos trabajar, y después viene el regaño
    por parte del maestro, sin considerar que el único
    responsable de esta situación es él mismo; para
    evitar dicha situación, y además porque es su
    labor, es conveniente que el maestro camine por el aula
    supervisando el progreso de los estudiantes, despejando
    dudas, apoyándoles, ¡esto es ser realmente un
    maestro!, esto debe hacerse cuando queremos que nuestros
    educandos tengan formación, no confundamos que el
    hecho que sean activos y autónomos signifique
    abandonarlos por completo, somos y seguiremos siendo sus
    guías, somos el puente entre ellos y el
    conocimiento.

  • 4. Permanecer en el mando: es común, que
    a pesar de haber establecido claramente las reglas y
    aún entregadas por escrito, habrá quienes las
    olviden o pretendan poner a prueba al maestro para ver si en
    realidad las administrará, por eso no hay que perder
    de vista lo estipulado y cada vez que sea necesario,
    aplicarlas, siempre, en cada momento establecer los
    límites entre lo aceptable y lo no aceptable dentro
    del aula.

Reglas necesarias

Las reglas es conveniente se presenten por escrito, y en
los niveles primarios de la educación, donde al maestro le
pertenece el aula y de hecho en cualquier nivel donde solo un
maestro esté ella, colocarse en lugares visibles, donde el
alumno las tenga presente. Las reglas además de ser claras
y precisas, deberán ser congruentes con las de la escuela
y los principios de aprendizaje, porque así no le
generaran confusión a los educandos, de lo contrario, se
preguntará qué regla debe acatar, ya que cada uno
tiene sus propios lineamientos.

El reglamento se hará con base a la
atmósfera que se quiera generar, de este modo, si queremos
que los alumnos sean activos, críticos, creativos, que
piensen por sí mismo, entonces establecer reglas
flexibles, donde se limiten conductas que impiden el buen
desarrollo de la clase, como no distraerse, comer en clase,
platicar temas irrelevantes entre compañeros, pero no
impedir que hablen cuando estén comentando sobre el tema,
porque esto en lugar de perjudicar la clase, la enriquece;
propiciar la discusión es una buena estrategia para
fomentar el pensamiento crítico. Uno de los principios de
aprendizaje es que cuando el alumno explica su trabajo a los
compañeros, aprende más, por lo que una regla que
prohíba esto, sería incongruente. Ahora bien, si
existe el temor que los alumnos sobrepasen la autoridad del
maestro, esto es, que se pierda el control, pues entonces las
reglas deben ser rígidas, donde no se permita la
mínima interacción entre compañeros, que
adopten una actitud pasiva al aprendizaje, mejor dicho, que no
exista esta palabra, solo la enseñanza, donde su
obligación es atender y "entender" lo que dice el maestro;
obvio que esto no es recomendable, ya que los estudios han
demostrado que la mejor manera de aprender de los alumnos es
propiciarles un ambiente donde sean autores principal de su
aprendizaje. "Ayudar a los alumnos a pasar más tiempo
aprendiendo y menos en actividades no dirigidas a una meta"
(Santrock, 2006) es labor del maestro.

Estrategias de enseñanza para incrementar el
tiempo de aprendizaje

"Las estrategias para incrementar el tiempo de
aprendizaje académico incluyen mantener el flujo de
actividad, minimizar el tiempo de transición y
responsabilizar a los estudiantes" (Weinstein, 1997, en Santrock,
2006):

  • 1. Mantener el flujo de actividad: es
    típico que los alumnos se distraigan en clase, ante
    esta situación, los maestros ineficaces interrumpen el
    flujo de la clase para hacer observaciones sobre el
    comportamiento inapropiado del alumno, o invierten un buen
    tiempo con un discurso de cómo debe ser en general la
    conducta en la clase, estos cambios bruscos, descontrolan a
    los alumnos, no adquieren nada nuevo, lo mismo de siempre,
    algo que se supone se marcó desde el inicio; lo ideal
    para llamar la atención del alumno distraído es
    hacerle preguntas sobre el tema tratado, no preguntar,
    ¿a ver qué dije?, que es una pregunta
    común entre los maestros cuando están molestos
    por la actitud del alumno, sino realizar preguntas
    productivas, que despierten el interés del alumno, la
    clase tipo conferencia realmente es tediosa, lo mejor es
    hacerla interactiva, independientemente de si el estudiante
    pone o no atención. Otro error en que caen los
    maestros ineficaces, es que, como no planean su clase, se
    presentan a ésta y la van llevando a como se presente,
    por lo que no hay lógica entre las actividades, y
    suelen pasar de una a otra sin ninguna congruencia. Otras
    veces pierden el tiempo en explicaciones excesivas cuando el
    alumno ya comprendió perfectamente, lo recomendable
    aquí, es ir verificando la comprensión y
    así se hace más amena la clase.

  • 2. Minimizar el tiempo de transición: el
    paso de una actividad a otra provoca que los educandos
    manifiesten conductas inadecuadas como gritar, golpearse
    entre ellos, etc. para evitar esto, es necesario que se
    establezcan rutinas de transición, preparar a los
    alumnos para ello y definir claramente los limites de cada
    una.

  • 3. Responsabilizar a los estudiantes: cuando el
    alumno se responsabiliza de las actividades, es factible que
    se involucre mas y lo haga con agrado, para esto es preciso
    que las indicaciones de lo que deben hacer y por qué,
    sean claras, cuando el educando tiene conocimiento de ello
    aumenta su responsabilidad; también es importante
    mencionarles el tiempo con el que cuentan y que pueden acudir
    al maestro cuando lo requieran. Ayudar a los alumnos a
    establecerse metas, a planearlas y ejecutarlas, aumenta su
    responsabilidad, claro está que no hay que perder de
    vista que responsabilizarlos no significa dejarlos
    completamente solos, siempre requerirán de la
    supervisión para que estén conscientes de sus
    progresos, o, que corrijan errores en caso que los
    presenten.

Mantener buen manejo en el aula, coadyuva a que los
alumnos no presenten problemas académicos ni emocionales,
y fomenta el aprendizaje significativo. Las aulas manejadas
eficazmente, mantienen a los estudiantes ocupados y activos, no
hay lugar para el desgano y la apatía, al contrario, se
sentirán motivados y siempre dispuestos a aprender mas,
pero reitero, para ello es preciso que se planteen actividades
idóneas que les motive a aprender y a involucrarse al 100%
en la clase.

La comunicación en el manejo correcto del
aula

Las habilidades comunicativas son básicas en
cualquier relación, y la de maestro-alumno no queda exenta
de ella. Tres aspectos de la comunicación son dignos de
considerar: habilidades para hablar, habilidades para escuchar y
el manejo de la comunicación no verbal.

  • 1. Habilidades para hablar: como ya se ha
    mencionado anteriormente, cuando se proporciona
    información, ésta debe ser clara y precisa,
    pues bien, esto es parte de la habilidad para hablar, la
    claridad al hablar es esencial para una buena
    enseñanza. Florez, (1999, en Santrock, 2006) nos
    proporciona algunas estrategias para hablar con
    claridad:

  • a) Uso correcto de la
    gramática

  • b) Seleccionar vocabulario comprensible y
    apropiado para el nivel de los educandos

  • c) Aplicar estrategias como resaltar palabras
    claves, parafrasear o supervisar la comprensión de los
    estudiantes, para mejorar la capacidad de comprensión
    a lo que se dice

  • d) Manejar un ritmo adecuado de voz, ni muy
    rápido ni muy lento

  • e) Evitar vaguedades

También es importante que los mensajes que se
envíen sean del tipo "yo" no "tú", por ejemplo, si
el alumno se niega a realizar una actividad, un mensaje
"tú", seria: "¿por qué eres tan
irresponsable?", o "eres irresponsable", con este tipo de mensaje
estamos censurando, criticando, juzgando al alumno, se le
está resaltando sus aspectos negativos sin tomar en cuenta
nuestros sentimientos, lo que se logra con esto es una actitud
defensiva por parte del estudiante y a grados extremos un
conflicto irreconciliable. Para evitar la confrontación lo
correcto es enviar mensajes "yo", en este tipo de mensaje lo que
le estamos comunicando al alumno es que su comportamiento
está afectando el desarrollo de la clase y además
está despertando una emoción en uno, el mensaje
"yo" a la negativa del alumno seria: "no hacer la actividad me
molesta porque siento que no te interesas en tu aprendizaje",
esto da viabilidad a que el individuo evalúe su proceder y
reconozca su responsabilidad en el acto y así mismo lo
revalore, no se siente agredido, sino apoyado, porque se da
cuenta que su maestro realmente se preocupa por
él.

Es muy bien sabido que cuando utilizamos frases que
conllevan critica, insultos y etiquetas, amenazas, lecciones de
moral o incluso consejos, deteriora la comunicación, estas
son barreras que deben vencerse si queremos que el proceso
educativo sea efectivo.

  • 2. Habilidades para escuchar: los buenos
    escuchas lo hacen de manera activa. El escucha activa es una
    habilidad donde se centra toda la atención en el
    interlocutor tomando en cuenta aspectos intelectuales y
    emocionales. Escuchar activamente implica, como ya se
    dijo:

  • a) poner atención al alumno con el que
    se está hablando, para lo cual es importante mantener
    contacto visual, así le informamos que nos interesa lo
    que dice.

  • b)  Otro aspecto importante es el parafraseo, o
    lo que es lo mismo, validar el mensaje, el cual consiste en
    decirle al interlocutor lo que entendimos, para no dejar
    lugar a dudas, en ocasiones se comete el error de dar por
    hecho las cosas y quedarnos con lo que creímos
    entender, por eso es importante que corroboremos,
    además, también le damos oportunidad al
    hablante que se sienta seguro que si le comprendemos,
    utiliazando frases como "¿quiere decir que…", o
    "creo entender….

  • c) También es básico sintetizar,
    ya que a veces el alumno divaga, entonces resumirlo,
    utilizando frases como: "algo que has mencionado varias veces
    es…" o "recapitulemos lo tratado…"

  • d) Realimentar de manera competente, usando
    frases como: "supongo te sentiste molesto…" o
    "debió ser duro para ti…"

Tan importante es el hablar como el escuchar, recordemos
que para que sea realmente una comunicación, deben existir
dos personas y un intercambio de mensajes, de lo contrario solo
será información.

  • 3. Comunicación no verbal:
    desafortunadamente, la mayor parte de los mensajes los
    enviamos y recibimos de esta manera, es por eso que debemos
    centrar la atención en cómo nos conducimos en
    este aspecto, porque muchas veces con palabras decimos algo,
    pero con nuestros gestos, actitudes y ademanes decimos lo
    contrario. Fruncir el entrecejo, levantar una ceja, cruzar
    los brazos, levantar los hombros, con todo eso estamos
    comunicando inconformidad, escepticismo, indiferencia,
    rechazo, etc. aunque bueno, también podemos enviar
    mensajes positivos como sonreír, indicamos
    aceptación, aunque claro, con la sonrisa se debe tener
    cuidado porque habrá veces es que con esta mostremos
    rechazo, ironía, etc. creo que es la más
    peligrosa.

Sea como fuere, si es conveniente que tomemos en cuenta
ambos tipos de comunicación para que podamos establecer un
ambiente propicio de aprendizaje, ya que esta es básica en
cualquier relación, y la áulica es primordial en la
formación del individuo.

CONCLUSION

La psicología educativa se aboca a estudiar los
factores que intervienen en el proceso enseñanza-
aprendizaje, para lo cual realiza estudios y así encontrar
o determinar los elementos esenciales para que éste sea
conducido adecuadamente.

Las teorías han realizado grandes aportaciones y
gracias a ellas, cuando queremos, podemos conducir eficazmente el
proceso enseñanza-aprendizaje, aplicando los aportes que
cada una hace, a la situación adecuada, ya que no todos
los educandos son iguales, existe diversidad de ellos, por lo
que, nuestros esfuerzos deben dirigirse a encontrar las formas
más viables para que el alumno aprenda, diseñando
estrategias de enseñanza que lo hagan participativo y
activo en su propia adquisición de conocimientos, tomando
en cuenta los procesos cognitivos que intervienen en el
mismo.

Cuando el maestro interpreta adecuadamente las
aportaciones y las aplica satisfactoriamente en el aula,
realmente consigue que sus alumnos sean personas críticas,
reflexivas y competentes, porque logró desarrollar en
ellos, habilidades y actitudes, aunado a los conocimientos que
fueron construidos por el alumno con la guía del maestro,
obteniendo un aprendizaje significativo.

Celia Trujillo Martínez

Partes: 1, 2

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