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¿Qué significa la muerte para los seres humanos?



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Antecedentes
  3. Muerte
    teórica
  4. La
    muerte para los seres humanos
  5. La
    muerte es un fin biológico o es la finalidad de la
    vida humana
  6. Es lo
    mismo vivir y existir
  7. El
    deseo y la capacidad de morir
  8. Actitudes de las personas mayores ante la
    muerte
  9. ¿Por qué nos
    morimos?
  10. ¿Muerte o
    transformación?
  11. Predilección por los temas de
    muerte
  12. Experiencia
  13. Conclusión
  14. Bibliografía

Introducción

Horacio Quiroga, un hombre al que le
tocó protagonizar una sucesión de muertes muy
confusas, o por lo menos tan infortunadas como para que se pueda
hacer sensacionalismo alrededor de ellas.

Cualquiera de ellas por separado habría bastado
para alejarlo de la histeria modernista., pero la que más
lo alteró fue la de su amigo Ferrando, al que mata
accidentalmente. De todos modos, este sacrificio del amigo, se
repitió, después, cuando Ana María Cires,
su mujer, se suicida con cianuro en medio de la selva. Un
poco antes, en su atormentado y oscuro pasaje por Buenos
Aires, había muerto otra, una de la cual nadie habla y
parece haber sido la gran mujer de su vida, muerta
de tuberculosis.

Es por ello que esta presencia dramática, llena
de sucesos lastimosos, desgraciados y fatales en su vida, influye
en sus obras, cargándolas de un gran contenido de
tragedia.

¿Pero qué buscaba Quiroga al recaer
constantemente en temas de muerte? ¿Por qué en
esos temas es cuando obtiene sus mejores obras? ¿Por
qué es allí que su estilo es el
más personal y más limpio de
influencias?.

Es justamente la experiencia personal de Quiroga la que
conducirá a esa preferencia por los temas de muerte,
asunto que será desarrollado en la
presente monografía.

Desde un punto de vista genérico,
la muerte es la finalización de
las actividades vitales de un organismo. En el caso
particular de la realidad humana, la definición vigente
desde un punto de vista médico y legal alude a la
cesación de toda actividad en el encéfalo,
demandándose además que esta finalización
sea completamente irreversible.

Con el cometido de comprobar esta situación,
deben cumplimentarse una serie de procedimientos y
de protocolos rigurosamente pautados.Es preciso
señalar que la definición de muerte ha sufrido una
serie de variaciones a lo largo de la historia. En el
pasado, el criterio para declarar clínicamente muerta a
una persona era la ausencia
de respiración y de latidos en
el corazón. Con la evolución de
la tecnología empleada, que permitió la
conservación artificial de la actividad cardiaca
y respiratoria en pacientes, este criterio debió ser
revisado.

Además, otra circunstancia hacía necesaria
esta revisión: la posibilidad de utilizar los
órganos de pacientes carentes de actividad cerebral para
salvar vidas. Es por ello que luego de un período
de evaluación, la comunidad médica
decidió adoptar la nueva definición de muerte,
aquella que hace énfasis en el papel
del cerebro como articulador principal de
las funciones del cuerpo.

La muerte es el término de la
vida a causa de la imposibilidad orgánica de sostener
el proceso homeostático. Se trata del final del
organismo vivo que se había creado a partir de un
nacimiento.

El concepto de muerte, de todas maneras, ha
variado a lo largo de la historia. En la antigüedad se
consideraba que la muerte, como evento, tenía lugar
cuando el corazón dejaba de latir y el ser vivo ya no
respiraba. Con el avance de la ciencia, la muerte
pasó a entenderse como un proceso que, a partir de un
cierto momento, se vuelve irreversible.

En la actualidad, una persona puede haber
dejado de respirar por sus propios medios y, sin
embargo, seguir con vida a través de un respirador
artificial Por otra parte, puede hablarse de muerte
cerebral para hacer referencia al cese completo e
irreversible de la actividad cerebral.

Más allá de la biología,
existe una concepción social y religiosa sobre la muerte.
Se suele considerar a la muerte como la separación
del cuerpo y el alma. Por lo tanto, la muerte
implicaría el final de la
vida física pero no de la existencia. La
creencia en la rencarnación también es bastante
común.

Antecedentes

Hablar de la muerte y sus circunstancias se ha
convertido en un tema tabú y para muchos de nosotros
admitir que la vida es limitada, nos produce una horrible
sensación de vacío; nos cuesta reconocer que parte
del proceso de crecer, es aprender a convivir con ella: "nacimos
para morir"

Sobre la muerte y los procesos que se viven han escrito
algunos autores:

Elizabeth Kubler-Ross, en su libro "Sobre la Muerte y
los Moribundos" dice: "Hay muchas razones por las que no se
afronta la muerte con tranquilidad, ya que morir se ha convertido
en algo solitario e impersonal, porque a menudo las personas
enfermas son arrebatados de su ambiente familiar y llevado a un
hospital donde se les trata como a seres sin derecho de opinar,
tomando otros las decisiones por ellos, olvidándonos que
estas tienen sentimiento, deseos, opiniones y sobre todo el
derecho a ser escuchadas y a tomar la decisión de si
quieren o no estar en ese lugar.

Alberth Schweitzer, escribió:

"Si queremos llegar a ser buenas personas de verdad,
debemos familiarizarnos con la idea de la muerte. No necesitamos
pensar en ella todos los días ni a cada hora. Pero cuando
la senda de la vida nos conduzca a una posición ventajosa
donde el paisaje alrededor desaparezca, y contemplemos la vista
distante hasta el mismo final, no cerremos los ojos. Hagamos una
pausa por un momento, observemos el paisaje lejano, y luego
prosigamos.

Pensar en la muerte de este modo produce amor por la
vida. Cuando estamos familiarizados con la muerte, aceptamos cada
semana, cada día como un don. Solo cuando somos capaces de
aceptar así la vida, poco a poco ésta se torna
preciosa"

Freud dice: "Consideraciones de actualidad sobre la
guerra y la muerte" ¿Qué sucede con esta suerte de
viscosidad de la libido, que se niega, cuando ha perdido algo, a
pasar a otra cosa?. Al describir el proceso por el que la libido
se dirige a los objetos,

dice que estos pasan en cierto modo a estar incluidos en
nuestro yo, de modo que se trata de un pedazo del yo, en
definitiva de lo que hay que desprenderse. Cada uno de aquellos
seres amados era, en efecto un trozo de su propio y amado yo. El
hombre aprende por el otro, la experiencia dolorosa de la propia
muerte. La propia muerte es imaginable, siempre que intentamos
aproximarnos a ella lo hacemos con respecto a la muerte del otro,
adoptamos una actitud convencional que se derrumba cuando se
trata de lo pérdida de una persona amada. Enterramos con
ella nuestra esperanza, nuestras aspiraciones y nuestros goces,
no queremos consolarnos y nos negamos a toda sustitución
del ser perdido.

Christine Longaker en su libro Afrontar la muerte y
vivir con esperanza dice:

"Para la mayoria de nosotros morir significa tener que
experimentar un cierto sufrimiento inevitable"

"La comprensión vivida de la naturaleza de
nuestra mente, de lo que podemos llamar nuestra esencia
más intima, esa verdad que todos buscamos, es la clave
pare entender la vida y la muerte.

Muerte
teórica

 Es la destrucción del tejido cerebral
humano (o cualquier estructura capaz de constituir a la persona)
y de la información contenida en él de forma tan
extensa, que la recuperación de la personalidad original
se vuelve teóricamente imposible por cualquier medio
físico. El concepto de muerte teórica de
información surge en los años noventa en respuesta
al problema que con el avance de la tecnología
médica, condiciones consideradas antiguamente como muerte,
como paros cardiacos, se volvieron reversibles y ya no son
considerados como tal.

La muerte teórica de información procura
referirse a una muerte que es absolutamente irreversible para
cualquier tecnología, distinguiéndose de
la muerte clinica y la muerte legal, que denota
limitaciones contextuales a los cuidados médicos
disponibles, en lugar de a las verdaderas limitaciones
teóricas de la sobrevivencia. En particular, la
perspectiva de la reparación celular del cerebro mediante
nanotecnología molecular desvela la posibilidad de que
algún día la medicina sea capaz de resucitar
pacientes incluso horas después que su corazón se
detenga.

Según Ralph Merkle en Molecular Repair of the
Brain:1

Una persona está muerta de acuerdo a la "Muerte
teórica de información" si sus recuerdos,
personalidad, esperanzas, sueños, etc. han sido
destruidos.

Es decir, si las estructuras del cerebro que tienen
codificadas la memoria y la personalidad han sido dañadas
más alla de cualquier posibilidad de restauración a
un estado funcional, entonces la persona se considera
muerta.

Si las estructuras que tienen codificadas las memorias y
personalidad están intactas y la inferencia de la memoria
y la personalidad son posibles en principio, y además la
restauración de las mismas a un estado funcional es
posible, entonces la persona no está muerta.

El momento exacto de la Muerte teórica de
información es actualmente desconocido. Se especula que
ocurre gradualmente muchas horas después de la muerte
clinica en un lugar a temperatura ambiente el cerebro
sufre autolisis.

Esto también puede ocurrir más
rápidamente si no hay flujo sanguíneo al cerebro
mientras la persona se encuentre en terapia intensiva,
conduciendo a un estado de descomposición (muerte
cerebral), o durante el proceso degenerativo de enfermedades
cerebrales que causan la pérdida de una gran cantidad de
tejido cerebral .

La muerte teórica de información se
relaciona en el contexto de la criónica, que puede
ser vista como el uso de la criopreservación para evitar
la muerte teórica de Información.

El uso del criterio de muerte teórica de
información ha formado la base de argumentos éticos
que definen a la criónica como un intento por salvar vidas
en vez de ser un método de sepultura para los
muertos.

En contraste, si los métodos criónicos no
pueden ser aplicados antes de que la muerte teórica de
información ocurra, o si los procedimientos mismos de
criopreservación son causales de la muerte teórica
de información, entonces la criónica no es
posible

La muerte para
los seres humanos

El sentido de la muerte se encuentra en la vida misma,
en cuanto sabemos que vamos a morir, dirigimos nuestros esfuerzos
hacia la vida intensamente vivida, el morir nos enseña a
amar, querer, recordar. La muerte postergada hacia la eternidad
no puede sino constituir el más absurdo de los
absurdos.

En cuanto ésta dejaría de ser fuente de
vida, vivir en el más acá, requiere la certeza de
la finitud. La muerte es un espejo en el cual contemplamos
nuestra vida entera, la historia personal se
perfila hacia un proyecto común de todos los
hombres, de los que están y los que vendrán,
el dialogo del espíritu con
el corazón, resuelven su acuerdo de vida en un
instante, el corazón ofrece energía para
la acción, y el espíritu ofrece un viaje hacia
el crecimiento.

Entender esto, significa entender que la vida misma no
es más que un periodo pequeño de nuestra
existencia.

La vida cobra sentido en cuanto se revela como un
transito, morir es cambiar de estado y el bien morir
puede ser entendido en términos de desprenderse finalmente
de todo lo material que nos confina a este mundo para
facilitarnos el paso a la eternidad. El bien morir es estar
dispuesto con humildad a despedirse de la vida, entregar la
existencia que nos fue dada, sin rencores ni arrepentimientos,
sin culpa y sin dolor.

¿Porqué vivir si sabemos que vamos a
morir?

Porque en la vida encontramos el significado de la
existencia y en la muerte encontramos el significado de la vida,
el convencimiento de nuestra muerte nos impulsa a trabajar, a
hacer, a producir, sin posponer inútilmente nuestro
destino.

La presencia de la muerte nos pone frente a
nuestra responsabilidad, que es la de hacer de la vida el
sentido mismo de la existencia.

La muerte es un
fin biológico o es la finalidad de la vida
humana

La muerte como acontecimiento biológico y
personal .A la luz de esta concepción
unitaria del hombre cuerpo-alma,
¿qué significa la muerte? La definición
clásica de muerte como separación del alma y
del cuerpo se caracteriza por una grave
indigencia antropológica, pues presenta la muerte
como algo que afecta solamente a la «corporalidad
humana» y deja al «alma» completamente
intacta.

Esta descripción considera la muerte
como un hecho biológico: cuando las energías
biológicas del hombre llegan al punto cero, entonces
sobreviene la muerte.

Esta concepción sugiere también que
la muerte es algo que sobreviene extrínsecamente a
la vida: ambas, muerte y vida, se oponen; no existe entre
ellas ninguna interrelación.

Por ello, en la definición clásica, la
muerte es un acontecimiento que aparece sólo al final
de la vida biológica. Por el contrario, en la
visión antropológica que hemos expuesto la
muerte surge no como un simple hecho biológico, sino
como un fenómeno específicamente
humano.

La muerte afecta a la totalidad del hombre y no
únicamente a su cuerpo. Si el cuerpo es afectado y
constituye una parte esencial del alma, entonces
también el alma queda envuelta en el círculo
de la muerte.

Además, la muerte humana no es algo
que llegue como un ladrón al final de la vida:
está presente en la existencia del hombre, en cada
momento y siempre, a partir del instante en que el hombre
aparece en el mundo55.

Las fuerzas se van gastando, y el hombre va
muriendo a plazos, hasta acabar de morir. La vida humana es
esencialmente mortal o, como dice san Agustín, en el
hombre hay una muerte vital56. La muerte no existe. Lo que
existe es el hombre moribundo, como un ser para la
muerte. Esta no viene desde fuera, sino que crece y madura
en la vida del hombre mortal.

De esta forma, la experiencia de la vida coincide
con la experiencia de la muerte. Prepararse para la muerte
significa prepararse para la vida verdadera,
auténtica y plena. De ahí se sigue que
la escatología no está aislada de la vida
y proyectada hacia un futuro distante, sino que es un
acontecimiento de cada instante de la vida
mortal.

La muerte acontece continuamente, y cada
instante puede ser el último.

La planta perece, el animal fina. ¿Qué
ocurre ahí, pues, con planta y animal? ¿Cómo
puede algo que "es", súbitamente concluir? ¿No es
este concluir un tránsito a otro estado de ser, similar a
como el bloque granítico pasa a ser polvo en su
despedazarse? Evidentemente, eso no podemos decirlo de lo vivo.
Lo vivo no puede mantenerse siempre en su ser-vivo, él
finaliza en el ser-muerto. ¿Pero qué hay con este
ser-muerto? (…) ¿Es acaso el muerto en absoluto? A
partir de la cópula también la nada es un "ente",
pues decimos a lo mejor que "es" la negación de todo lo
ente. ¿Qué pensamos propiamente cuando declaramos a
"lo vivo" como "muerto"? Lo hasta ahora vivo ha
desaparecido— pero no se ha "retirado", no se ha ocultado,
sustraído a la visibilidad. Se ha apagado, se ha
aniquilado.

El finalizar del ser vivo no es el giro de un
determinado estado de ser a otro, sino un giro de ser en nada.
Más encima, el hablar de giro es siempre desorientador, ya
que en general a cada giro le pertenece algo que gira, a
cada metabole un hypomenon.

Cuando una cosa llega a ser más grande o
más chica, cuando cambia de color y
demás, entonces tiene que permanecer la cosa como el
fundamento que está a la base para que pueda tener en ella
un giro. Pero el giro de la vida al ser-muerto no puede ocurrir
en un portador sustancial que esté a la base del
giro.

Es lo mismo vivir
y existir

Cuando hablamos de Vivir me imagino a
cualquier persona que se despierta y lleva acabo una rutina muy
parecida o mejor dicho casi exacta a la del día anterior,
a esa persona que quizás solo Vive porque tiene
que pagar un Auto, porque tiene hijos que lo (a) necesitan, o
quizás tiene un Novio (a) y creen que es el "Principio y
el Fin de sus Vidas", y sienten que esa vida que lleva es su
Felicidad, cada día se despierta y siente que tiene
Felicidad porque alguien en este mundo los necesita, o porque
tienen muchas cosas materiales como para pensar en otra
cosa que no sea el "uno mismo", y es así como
uno se acostumbra a vivir, hasta caer en la Rutina y no es
que este encontrar de la Rutina, simplemente a veces considero
que es mala compañera pero por otro lado si no
tuviéramos una Rutina estaríamos perdidos, aunque
el punto es que la misma Rutina cansa.

Ahora Cuando escucho a alguien que me dice la
palabra Existir lo relaciono con alguien que lleve una
Rutina (ir al Escuela, ir al Trabajo, etc..), pero cada
día hace algo diferente Rompe con esa Rutina, si tenia que
comenzar "moviendo el pie derecho inicia con el
Izquierdo" y con ese movimiento rompió la
rutina, comienza a cuestionar las cosas que hace en su Hogar, en
su Trabajo, en su Escuela, sin llegar a lastimar a otros, intenta
mejorar procesos que quizás el mismo realizo, comienza a
no solo Vivir "porque así lo quiere algún Ser
supremo o porque si no Vivo habrá terceros
lastimados". 

Ya abordando este tema me recuerda una Frase
de Rene Descartes que sino mal recuerdo dice "Si dudo
Pienso, Si pienso Existo"; sus palabras para mi son exactas
al punto que quiero llegar ("NO DEJEMOS DE EXISTIR, Y
COMENZEMOS A SOLO VIVIR"); no importa la Edad, el Sexo,
hay que hacer cosas que quizás parezcan algo locas, porque
bueno debemos tener algo que contar a los Hijos,
Nietos.

Existir o vivir

"Una roca existe, una persona vive", y es muy cierto,
sin embargo, no todas las personas viven, si una persona estas
vacía, o no tiene sueños o metas altas, si solo se
alimenta, y trabaja para mejorar su calidad de habitar,
si respira, pero no goza, esa persona no esta viva, solo existe,
ocupa espacio.Amigo y todos los que lean esto: vivan, sientan, la
alegría, la tristeza, el entusiasmo, tracen sueños
inalcanzables y luchen por ellos, por sus ideales, sientan
la libertad, y solo entonces sabrán la diferencia
entre vivir y existir.

 Todo lo que nos rodea posee energía pero si
preguntas en lo que es respirar sentir ver el ser humano y las
criaturas seres vivientes que están en el mundo viven ya
que la vida es un ciclo que tiene comienzo desarrollo y
final y las cosas como objetos piedras etc. pueden estar
millones de años existiendo por que no están vivas
pero existen

Mejor vivir

Dependiendo el punto de vista que se le de, puede variar
la perspectiva sobre vivir o existir, que poseamos cada uno. Me
explico, mientras respiremos estaremos vivos, y por ende,
existimos. Pero el termino de existir, es relativo ya que un
florero, un libro, un carro, etc., también existen!
es decir, que al ocupar un espacio determinado en este planeta ya
estamos existiendo. Quiero decir con esto, que a mi concepto no
usaría el término existir… En respuesta a tu
pregunta, preferiría vivir, saber que estoy vivo y
sentido.

Ya que muchas personas existen pero pocas viven o saber
vivir.

LA MUERTE COMO EVENTO

Suceso obtenido como resultado de la incapacidad
orgánica de sostener la homeostasis. Dada la
degradación del ácido desoxirribonucleico (ADN)
contenido en los núcleos celulares, la réplica de
las células se hace cada vez más
costosa. 

LA MUERTE COMO
CONTRASTE

Es el fin de la vida, opuesto al nacimiento. El evento
de la muerte es la culminación de la vida de un organismo
vivo. Sinónimos de muerte son occiso (muerto
violentamente), óbito, defunción y
fallecimiento. 

Se suele decir que una de las características
clave de la muerte es que es definitiva, y en efecto, los
científicos no han sido capaces hasta ahora de presenciar
la recomposición del proceso homeostático desde un
punto termodinámicamente recuperable. 

El deseo y la
capacidad de morir

Algunas personas, en momentos determinados de su vida,
experimentan el sentimiento autodestructivo de terminar su
existencia. El acto para conseguirlo es lo que llamamos
suicidio.

Lo contrario es el deseo de vivir, el cual no contraria
al instinto de supervivencia, ya que éste nos impulsa a
esquivar la muerte. Por ejemplo, suicidas que saltan al
vacío intentan agarrarse a algo para no morir, eso es el
instinto de supervivencia.

Actitudes de las
personas mayores ante la muerte

Existen 3 actitudes básicas ante la
muerte:

  • Miedo o temor

  • Negación

  • Ansiedad

En cuanto a las actitudes de las personas mayores frente
a la muerte autores como López Aranguren (2001:34-35) han
estudiado ampliamente este tema y aportado algunas propuestas. La
actitud que cada cual adopte ante la muerte dependerá
ciertamente de las creencias religiosas o agnósticas, de
la concepción filosófica, así como de la
capacidad para enfrentarnos con la realidad de la vida o con la
realidad o no de la muerte. López Aranguren analiza estas
actitudes ante la muerte:

1º Muerte eludida: no puedo imaginar
un mundo en el que yo no exista por lo que mi muerte es
impresentable. Produciéndose incluso una represión
natural del pensamiento de mi muerte. No sólo niego mi
muerte, sino que hoy la muerte del otro tiende a hacerse
desaparecer o nos anestesiamos ante ella. Tal vez con la vana
esperanza de hacerla desaparecer. De la cuasi-eliminación
de la muerte. Eludirla pasa a convertirla en utopía
más o menos pseudo científica. Es una forma de
eludir la muerte teniéndola presente y luchando contra
ella.

2º Muerte negada: desde esta
actitud se percibe la muerte como tránsito, "salida" en
continuidad, de una situación a otra, de "esta vida" a la
"otra vida". Continuidad absoluta (platónica inmortalidad
del alma) o relativa (resurrección cristiana del cuerpo
humano).

3º Muerte apropiada: en este
caso vivir es inseparable de morir, por lo que, como pide Rilke,
"trabajarla" e incluso "dar la luz". Heidegger precisa que la
muerte es consubstancial a la vida.

4º Muerte buscada: como seguimiento
del impulso fanático freudiano o aceptación de la
"nada" que en definitiva somos.

5º Muerte como absurda: ya que
según Sastre priva a la vida de toda significación
y le arrebata su sentido.

Moragas Moragas, citado por Belando (1998:208-210)
menciona que la actitud ante la muerte está condicionada
por la situación personal, pero que en general, las
personas mayores la aceptan mejor que los jóvenes, las
mujeres mejor que los hombres y las personas religiosas o
creyentes mejor que los no practicantes, aunque concluye que esto
es totalmente variable dependiendo de las culturas y naciones.
Igualmente, distingue actitudes positivas y negativas ante la
muerte. Se puede reaccionar positivamente cuando se considera la
muerte como:

  • Liberación de una situación negativa
    o,

  • Que ésta proporcionará una existencia
    espiritual, superior o mejor que su vida terrenal.

Las actitudes negativas están ocasionadas por la
asociación del dolor y sufrimiento en el proceso de morir,
porque suceda demasiado pronto o queden sin terminar o resolver
trabajos que se estaban realizando o se iban a hacer. Y
también es valorado como negativo por el dolor que provoca
en los demás.

Mishana y Riedel, citados por Belando (1998:210-211)
consideran que las actitudes ante la muerte varían
dependiendo de la edad y cultura. Y parece ser que la
religión no es un factor influyente en los sentimientos
provocados por la muerte. En cuanto a los factores culturales que
inciden en la experiencia de la muerte son los
siguientes:

  • La urbanización.

  • El declive de la religión, y con ella el
    debilitamiento de las relaciones sagradas y racionales que el
    hombre mantenía con la muerte.

  • La evolución de la técnica
    médica.

  • El paso de la familia numerosa a la familia
    nuclear.

  • Las modificaciones
    epidemiológicas.

  • El advenimiento de la era atómica.

  • La evolución de las prácticas y de las
    costumbres fúnebres.

¿Por
qué nos morimos?

El alma es espiritual y no puede morir; pero nos morimos
porque además de espirituales somos materiales; y lo
material se divide o corrompe. Al principio Dios otorgó a
Adán y Eva el don de la inmortalidad corporal, pero lo
perdieron por el pecado original. Desde entonces todos los
hombres mueren. 

¿QUÉ SUCEDE EN LA
MUERTE?

La muerte consiste en la separación del alma y el
cuerpo. Tiene lugar cuando el cuerpo se deteriora tanto que el
alma es incapaz de mantenerlo en vida. Entonces se produce la
ruptura. El cuerpo sin alma pasa a ser un cadáver.
En cambio, el alma se dirige a su destino.

¿QUÉ SUCEDE AL AMA
DESPUÉS DE LA MUERTE?

Esta pregunta puede responderse mejor con
ayuda de la fe, aceptando lo que Jesucristo nos
enseñó. Según esto, inmediatamente
después de la muerte tiene lugar el llamado juicio
particular donde Dios nuestro Señor juzga a cada
persona. 

¿SIN AYUDA DE LA FE, PUEDE
SABERSE SI HAY ALGO DESPUÉS DE LA MUERTE?

Puede saberse que el alma es espiritual (pues realizamos
operaciones espirituales como comprender esta web). Al ser
espiritual es inmortal (pues sólo los seres materiales
pueden partirse o pudrirse). Y como el alma no muere,
se conoce que hay otra vida después de la
muerte. 

¿SIN AYUDA DE LA FE, SE SABE SI
HAY PREMIOS Y CASTIGOS DESPUÉS DE LA
MUERTE?

En esta vida a menudo quien obra mal triunfa, mientras
que las personas santas a veces sufren mucho. Esto es contrario a
la justicia divina… Como Dios es justo y en esta vida las cosas
son así, el Señor debe premiar en la otra vida a
los que obraron bien. 

¿SE PUEDE PREVENIR LA
MUERTE?

Aunque la muerte surja de improviso, es posible estar
preparados de modo que venga la muerte cuando viniere el
resultado sea irse al cielo. Y así es importante vivir en
gracia de Dios, con el alma limpia de pecados mortales,
confesándose cuando sea necesario. Si uno desea evitar
también el purgatorio, será útil que repare
sus pecados con sacrificios y buenas obras. En resumen, la mejor
preparación para la muerte es llevar una vida
santa. 

¿Muerte o
transformación?

           
El milagro de la Vida no concibe la muerte como una
extinción de sí misma. Muy contrariamente, es el
paso de una forma de vida hacia otra; el despojo de nuestro
cuerpo físico para dar la bienvenida a nuestro cuerpo
etéreo. Siempre que se cierra el ciclo de una forma de
existencia, se inicia otro. Por consiguiente: siempre que
concluimos nuestra misión en un tramo de la Vida, partimos
hacia otro.

           
El milagro de la Vida reside en experimentar a Dios (o Amor), en
sus múltiples expresiones y dimensiones.

           
El milagro de la Vida no radica en un castigo.

Amor no conoce la moral. Él únicamente
reconoce las experiencias como una oportunidad de
evolución, de perfeccionamiento espiritual.

           
Nunca morimos.

           
Increíblemente, la Vida es un camino de experiencias
eternas en parajes transitorios y diversos. Para la eterna
andadura de nuestra alma, la Vida en la Tierra sólo es un
paraje más. El objetivo final de nuestras experiencias se
resume en evolucionar y perfeccionarnos espiritualmente y,
habiendo reconocido cada una de nuestras experiencias en torno a
Él, regresar a Amor: El Espíritu Único.
Más allá de donde realicemos cada una de estas
experiencias, seguimos caminando. Por lo tanto,lo real no es
sumar años sino vivir plenamente las experiencias que
vivamos, en el lugar que hayamos elegido
experimentarlas.

           
El alma es el puente de conexión con Dios. Dios es el
Espíritu. No debemos confundir alma con espíritu.
El alma es el almacén donde se acumulan todas nuestras
experiencias espirituales. Así mismo, el alma
también representa a todas las expresiones y
manifestaciones que adopta El Espíritu (que es Dios), que
hace posible que cada ser humano tenga identidad y
características propias. Somos almas espirituales
diferentes y únicas. Somos almas de Dios. Somos una
expresión  de su espíritu.  Somos su
espíritu. Llegado el momento, cuando como almas nos hemos
fusionado con el Espíritu, regresamos a Él para
vivir eternamente a su lado.

           
El sentido de la Vida se basa en sentirla intensamente: sin
pensarla en exceso, sin negarnos a vivir las experiencias que
hemos venido a experimentar, desde la sencillez más
extrema.

           
No importa cuántas vidas tardemos en aprender las
lecciones que nos han sido asignadas y hemos elegido
experimentar, con el bello fin de perfeccionarnos. Lo
verdaderamente importante es caer y levantarse: somos seres
humanos imperfectos y debemos ser indulgentes con nuestras
experiencias.

            La
espiritualidad es amor. La espiritualidad es amar. Sencillo,
¿verdad?

           
La felicidad, como muchos otros han expuesto, consideramos se
basa en apreciar las pequeñas grandes cosas de la Vida y
tomar conciencia de quiénes somos: almas de un
único Espíritu indescriptiblemente maravilloso. Por
lo tanto, la esencia de toda vida ha de basarse en amar, llevar a
cabo el propósito de Amor y procurar dañar lo menos
posible a nuestros semejantes.

           
Por amor, todavía hoy, los seres humanos nos mostramos
reticentes a abordar el sufrimiento, la enfermedad y la muerte
como fases naturales de la Vida. En conflicto con la propia
naturaleza existencial, evitamos mostrar el lado humano del
sufrimiento. No obstante, no podemos aspirar a ser felices si
evitamos ser naturales con estas etapas inherentes a nuestra
condición humana.

           
A partir de estas premisas, cuando la enfermedad se manifiesta en
el ser humano -separadamente del sufrimiento físico-
aparece la adversidad: los enfermos se sienten inútiles,
pesadas cargas para sus familiares. Contrariamente a la
auténtica realidad, consideran no ser naturales, ya que
ahora sufren. Incluso las personas próximas al enfermo,
por temor a acrecentar la angustia, evitan manifestar su
sufrimiento libremente. En ocasiones, hasta el punto de enfermar
ellos también.

           
La meta más sublime de cualquier persona es amar. Sin
embargo, el amor alberga  todos los sentimientos humanos,
sin distinción. Por lo tanto, es tan saludable reír
como llorar. Dios creó las lágrimas para que
pudiéramos liberarnos del sufrimiento. Entonces,
¿qué sentido tiene desconsiderar el llanto, la
rabia o cualquier sentimiento ligado a la desazón?
¡Es un derecho expresarlos sin tapujos!

           
Finalmente, y como conclusión, toda adversidad, sea cual
sea, siempre puede convertirse en un sentido, en una oportunidad
para nuestras vidas. Ningún acontecimiento es fruto del
azar o casualidad.  Por increíble que parezca,
cualquier vicisitud acarrea un aprendizaje, de vital importancia
para nuestra trayectoria y evolución
espiritual.

Como seres humanos, nuestro principal cometido es
experimentarla. Así pues, una enfermedad, la
pérdida de un ser querido, etc., pueden ser oportunidades
por las que lograr hallar el verdadero sentido de la
Vida. 

Predilección por los temas de
muerte

Influencia y originalidad

Cualquiera sea la cronología real de
la producción de Quiroga, tomando la fecha de
aparición de sus libros como el momento
inmediatamente posterior a su elaboración, se puede
observar que las influencias sufridas y la orientación
propia casi nunca dejan de coexistir. Dicho de otro modo: se
puede hablar de dos formas de la personalidad de Quiroga. Una, la
relativa a la absorción de las influencias; otra, a su
producción original.

Los dos aspectos de la actitud de Quiroga se
mezclan o interfieren llenando de altibajos constantes todos sus
libros.

La mezcla se da en Cuentos de amor, de locura y de
muerte, donde la perfección narrativa alcanza su grado
quizás más alto dentro de toda su
producción, por la seguridad de los medios empleados y el
rigor con que son trabajados.

Las dos muertes

Así, dos muertes recorren la obra de Quiroga: las
muertes tradicionales y las muertes propias.

La primera categoría corresponde a esos
indistintos sentimientos que tuvo cuando era joven y que las
lecturas desviaron para darles una forma que no le es propia pero
que Quiroga sintió como la única posible, puesto
que no estaba todavía en condiciones de juzgar y
seleccionar.

Este es el encanto que nos conquista cuando
advertimos prematuramente que otros han dado cauce a las cosas
que nos perturban e inquietan mientras nosotros carecemos de los
medios para expresarnos en forma propia.

Es la muerte propia por un motivo central la
que se confunde con la situación misma que vive el
personaje. En cierto modo , esa muerte que le sobrevendrá
le corresponde, no siendo sin embargo el castigo de ninguna
falta.

El personaje jamás se siente tan infatuado como
para ignorar a qué conduce su desdichada presencia, que
siente vaciada y menoscabada por algo que no sabe qué es,
lo cual no le impide la extrema y serena combatividad.

Sin embargo el ámbito de pelea nunca es
pretensión de un resultado distinto a la segura muerte.
Propia también por un motivo accesorio: porque es el mismo
Quiroga quién juega su muerte en la muerte de sus
personajes; y propia por un motivo técnico: porque es la
más lograda estéticamente, sin las vacilaciones que
tienen las muertes del otro estilo, meras anécdotas que
combinan lecturas conimágenes sugeridas por la
realidad.

Responsabilidad

No fue, como se ve, un espectador más o menos
cercano de la muerte de los otros, familiar y desolado.
Más que los demás, Horacio Quiroga tuvo
que sentirse responsable y aún culpable.

En parte, porque, como todos, no supo evitar que esos
otros se murieran; en parte, por las causas o la comisión
material de las muertes de los demás, la cual
podía, con muy justas razones, atribuirse.

Lucha con y contra la muerte: Sentido de la
aceptación

Incorporó así a su vida, visto que ya su
suerte tenía continuidad y
un equilibrio bastante siniestro la muerte como una
instancia real y condicionante.

Si todos los proyectos caen víctimas de
ella, si ella preside lo más importante de nuestra
existencia, ¿cómo no llegar a la conclusión
de que ella es lo más importante de nuestra existencia,
que ella es nuestra existencia misma?. Quiroga puede haberse
dicho que era necesario trazarse un plan puesto que las
cosas son como son.

Y luchó en el sentido de no desvirtuar esa muerte
con la vida, haciendo de esta un trampolín resbaloso que a
cada rato le recordaba la inminencia de la caída,
afrontando yararás, crecidas del Paraná, bandidos
paraguayos, disenterías y toda otra alternativa que puede
darse cuando uno mismo va en busca de las cosas desagradables,
sin despreciarlas, sino tomándolas como lo que en realidad
son: parte del juego vital y lucha con los elementos
que representan la muerte.

Aceptó haciendo una nueva composición del
lugar. Entonces estuvo en condiciones de equiparar vida y muerte
y pudo haber dicho que puesto que la vida ya no era el bien
supremo, tanto daba perderla en cualquier momento, lo cual no
implicaba que no quisiera extraer de todos los momentos un jugo
que satisfacía sus máximas exigencias.

Su egoísmo se acentuaba después de los
desastres y Quiroga se recoge más y más en su
caparazón. Cada cosa que se propone hacer le parece de
imperiosa ejecución y no vacila en torturar o molestar a
los otros poseído por esa urgencia.

Así se le da por construir botes en un
sótano de la calle Canning, en le que vive con sus dos
hijos niños todavía.

Ni se le ocurre que, excepción hecha de su
experiencia de la muerte, los otros, ignorantes de ella, quieran
ponerse a cumplir proyectos que van más allá de su
perentoria urgencia por ganarle a la muerte un cuarto de
hora.

Su egoísmo, brutal y desenfrenado, aunque
inconsciente de sí mismo, tiene su raíz en esta
aceptación que, si bien emponzoña su vida,
también le hace comprender otras realidades tales como el
sentido de la soledad, por ejemplo.

Experiencia

"Me estaba muriendo. Escuché cuando
doctor me declaró muerto. Mientras estaba acostado en la
mesa de operaciones del hospital grande, un zumbido fuerte y rudo
comenzó a retumbar en mi cabeza. Al mismo tiempo,
sentí que me estaba moviendo a lo largo de un túnel
largo y oscuro. Entonces, de pronto, ¡me encontré
fuera de mi cuerpo físico! Como un espectador,
observé los intentos desesperados del doctor por revivir
mi cadáver. "Pronto… me encontré con un
"ser" de luz que me mostró una recapitulación
instantánea de mi vida y me ayudó a evaluar mis
hechos pasados. "Finalmente entendí que mi tiempo de
morir no había llegado aún y que tenía que
regresar a mi cuerpo. Me resistí, porque había
encontrado que mi experiencia después de la muerte
había sido bastante placentera. Pero, sin embargo, de
alguna forma me reuní con mi cuerpo físico y
viví"

Muchas personas han informado de
experiencias cercanas a la muerte (ECM). ¿Qué
quieren decir? ¿Qué ocurre cuando nos
morimos? Mientras escribía un libro sobre este tema,
entrevisté a gente con historias fascinantes. Una mujer en
Kansas desarrolló complicaciones luego de una
cirugía mayor. Sintió que se levantaba del cuerpo,
volando a través del espacio, y oyó voces
celestiales antes de volver a su cuerpo. Un hombre de
Arizona, en coma cinco, meses después de un accidente de
motocicleta, dijo que había visto a su padre muerto y
había hablado con él. Varias teorías
tratan de explicar estas ECM.

Las explicaciones fisiológicas sugieren una causa
física – tal vez un golpe en la cabeza o falta de
oxígeno en el cerebro.

Las explicaciones farmacológicas apuntan a las
drogas o a la anestesia. Las explicaciones psicológicas
proponen causas mentales, tales como mecanismos de defensa o
cumplimiento de deseos.

Las explicaciones espirituales citan a las ECM como
preludios de la vida posterior, ya sea genuinos (si son divinos)
o distorsionados (si son demoníacos).

Las aplicaciones de estas teorías pueden ser
complejas. Durante mis años de estudiante en la
Universidad de Duke, el estudiante en la pieza al lado de la
mía fue alcanzado por un rayo y murió en forma
instantánea.

Durante cuatro días nuestro grupo estuvo en un
estado de conmoción. La gente estuvo haciéndose
preguntas como, "¿Dónde está Mike ahora?",
"¿Hay vida después de la muerte?", "Si la hay,
¿cómo será?" 

Conclusión

El amor es el sentimiento que mayores recompensas y
satisfacciones puede brindarnos. Es por medio del amor que
logramos "vivir en nosotros", por eso, perder a la esposa o
esposo de toda una vida causa un vacío que las
demás personas no pueden llenar.

El viejo se enfrenta tarde o temprano a la
inexorabilidad de la muerte. Las múltiples perdidas que
acompañan al proceso del envejecimiento conducen
paulatinamente a la toma de conciencia de la propia muerte como
acontecimiento próximo e inevitable.

Partes: 1, 2

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