Monografias.com > Religión
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Las setenta semanas de Daniel



Partes: 1, 2, 3

  1. Desarrollo
    profético
  2. Las siete visiones
    de Daniel
  3. Revelaciones
    progresivas
  4. Tiempos
    proféticos cada vez menores
  5. Los tres periodos
    de tiempo en las siete visiones
  6. El sabio y
    revelador de los misterios
  7. Antecedentes y
    conceptos básicos de las setenta
    semanas
  8. El concepto de
    mesías príncipe o príncipe
    ungido
  9. El pueblo y la
    Santa Ciudad
  10. El pimpollo o
    retoño y la principal piedra
  11. La batalla de los
    seres angelicales
  12. El enfoque
    correcto: el Mesías y su obra
  13. Las Setenta
    Semanas Proféticas
  14. El misterioso
    adjetivo plural "a muchos"
  15. Comienza el
    misterio del evangelio a todas las
    naciones

En este capítulo daremos un rápido repaso
a las siete visiones que recibió Daniel para introducirnos
a las que tratare con más detalle en este libro, a saber,
las dos últimas visiones, capítulos 9 y 12. Nos
enfocaremos en las setenta semanas, y en la visión del
tiempo del fin. Demos pues un vistazo general al libro y a su
autor.

Daniel fue el hombre usado por Dios para interceder por
el pecado de su pueblo cuando se cumplían 70 años
del exilio en Babilonia. Él fue testigo de la
trasmigración y también del retorno que
habían sido profetizados por Jeremías. Siendo muy
joven y en tierra extraña, Daniel se destacó por su
fe, convicciones y por su vida disciplinada. Él fue el
vidente entre sus compañeros; le vino de Dios el entender
toda visión y sueños (Dn.1:17). Daniel
recibió profecía sobre los cuatro imperios
mundiales, sobre el mesías y su obra redentora, y
sobre el advenimiento del reino de Dios a la tierra. Las visiones
que recibió, han valido a su libro el título de
"El Apocalipsis del antiguo testamento".

Desarrollo
profético

(Dn.2:9)"Si no me mostráis el sueño,
una sola sentencia hay para vosotros".

Daniel aprendió desde el principio a no tomar
livianamente su ministerio. Él no podía profetizar
livianamente, pues le iba en ello la cabeza; desde el primer
enigma profético, se puso a prueba la fe de Daniel y de
sus compañeros. Se trataba allí de recibir una
correcta y precisa revelación de Dios, o de lo contrario,
él y sus amigos morirían junto con los sabios de
Babilonia. La primera experiencia profética de Daniel fue
un asunto de vida o muerte. Declarar cual era el sueño del
rey y su interpretación era algo humanamente imposible, y
no se trataba solo del prestigio de un profeta. Fue necesario un
periodo de ayuno y clamor a Dios para resolver el asunto. Muy
pocas personas comprenden que el ministerio profético es
un asunto muy delicado, y que los profetas, a causa de su
ministerio, están expuestos a la muerte, por muchas
razones. (Dt.18:20, Jer.28:15-16, Ex.4:24,
Num.22:22-33).

En este trance seguramente Daniel comprendió la
importancia del ayuno y el clamor a Dios para moverse en el
ámbito profético. Podemos decir que, por las
circunstancias, Daniel tuvo un excelente inicio en su carrera
ministerial.

Hoy día se ejercen con ligereza y se pervierten
los dones de revelación en las congregaciones. Nos
conviene pues examinar atentamente cual fue el camino de los
grandes profetas, y abstenernos de pretender ser lo que no somos,
de hablar lo que no sabemos, o de proclamar en público lo
que no nos ha sido mandado. Si nosotros estuviéramos bajo
peligro de muerte, seguramente no actuaríamos ni
hablaríamos a la ligera.

Las siete
visiones de Daniel

Fueron siete las ocasiones en que vino a Daniel la
revelación de Dios. Sabemos que el número siete en
la biblia nos habla de plenitud, de modo que, en estas
siete visiones, se consuma su ministerio. En otras palabras,
Daniel recibió en estas siete visiones toda la parte
profética que a él le correspondía. Estas
siete visiones son:

1.- La imagen con cabeza de oro (Dn.2)

2.- El árbol grande cortado (Dn.4)

3.- Las cuatro bestias y el reino de los santos
(Dn.7)

4.- El carnero y el macho de cabrío
(Dn.8)

5.- La escritura en la pared (Dn.5)

6.- Las setenta semanas para el pueblo y la ciudad
(Dn.9)

7.- EL tiempo del fin y el destino final de Israel
(Dn.10, 11 y 12)

Estas siete visiones abarcan la historia de las
civilizaciones que habrían de levantarse y caer, desde el
antiguo imperio Babilónico hasta la era moderna. Se
destaca en ellas la muerte del mesías príncipe y el
destino de Israel, llegando finalmente a instaurarse en la tierra
"el reino eterno el cual será dado al pueblo de los
santos del altísimo"
(Dn.7:22,27).

Revelaciones
progresivas

Las visiones de Daniel van en aumento en cuanto a tipo y
contenido. Primero fueron visiones de noche (sueños),
luego visiones en éxtasis, cuando estaba orando, y al
final "visiones de día" o para describirlas
mejor, llamémoslas apariciones corporales de
ángeles mensajeros, incluyéndose el contacto
físico con el profeta. En cuanto a su contenido, las
visiones van haciéndose cada vez más
específicas y se van revelando cada vez más
detalles. Un estudio atento del libro de Daniel revelara que hubo
un crecimiento paulatino en su ministerio, y que no faltaron las
pruebas y aflicciones, intercaladas entre cada experiencia
profética; Daniel recibe mayores revelaciones, en medio de
pruebas cada vez más duras. Asimismo, notamos en los
relatos un aumento en el nivel de consagración del
profeta, especial mente para poder recibir las últimas dos
visiones. En los últimos relatos se destacan los ayunos y
las oraciones, relacionadas con la guerra entre seres angelicales
para poder recibir las últimas visiones (Dn.9:3-4, y
10:1-3). Evidentemente Daniel creció en su carácter
y en su ministerio, hasta que por fin recibió la plenitud
profética que de Dios le correspondía. Este
doloroso proceso es el verdadero camino de los genuinos profetas
de Dios.

Tiempos
proféticos cada vez menores

Los tiempos proféticos en las siete visiones de
Daniel van de lo macro a lo micro, es decir, se van enfocando
cada vez en un espacio de tiempo menor, y van revelando cada vez
más detalles.

La primera visión, que es el sueño
de la estatua con cabeza de oro, abarca los cuatro imperios, y el
reino eterno. Se destaca en esta visión la roca,
(Cristo) que viene a destruir el cuarto y último
imperio de los hombres; El reino de Dios finalmente triunfara
sobre la civilización o sobre "el reino de los
hombres
".

La segunda visión, que es el árbol
cortado, indica que el Señor del cielo señorea
sobre los reinos humanos, y los da a quien él quiere. Se
resalta la soberbia del hombre, y el mensaje es: El cielo siempre
domina sobre la tierra.

La tercera visión retoma los cuatro
imperios y el reino eterno, pero ahora se enfoca en la cuarta
bestia y los detalles de su enfrentamiento y su derrota ante el
reino de Dios. Los detalles aumentan. Se nos habla del tiempo del
fin, "tiempo, tiempos y la mitad" (3 1/2 años)
donde se enfrentara el reino del mal contra el reino de Dios en
la batalla final. Se nos habla de un rey que encabezara la
batalla contra los santos del altísimo, siendo al final
completamente derrotado. Finalmente tomara el reino
"el pueblo de los santos del altísimo", que
será eterno, y todos los reinos se someterán a
él.

La cuarta visión se trata del
enfrentamiento entre el imperio medo-persa y el imperio Griego, y
la victoria de este. También se nos dan muchos detalles.
Se habla de Alejandro el Grande y sus cuatro generales, etc. Se
nos dice que se levantaría un rey altivo que hará
guerra contra el pueblo santo y aun se levantaría
"contra el príncipe de los ejércitos" y
"suprimiría el continuo sacrificio, y
profanaría la verdad
". La visión se refiere al
rey seleúcida Antíoco IV epífanes, quien en
167 AC impuso a los judíos el culto a Zeus, y luego
profano el lugar de los sacrificios. La posterior
purificación del templo dio origen a la fiesta
judía de Anuca.

La quinta visión que es la escritura en la
pared, trata de la soberbia del hombre. Los reyes de la tierra
son pesados, juzgados y sentenciados por Dios. Se da la sentencia
de la caída del imperio babilónico, y en la misma
noche toma el poder el imperio medo-persa.

La sexta visión es la respuesta a las
anteriores visiones, especialmente a la tercera. En esta se le
explican a Daniel las causas de la derrota de su pueblo, (la
prevaricación, haber traspasado la ley de Dios) y se le
habla del Mesías príncipe como el final y
total remedio para la trasgresión y el pecado del pueblo
santo. El mesías príncipe será muerto y la
ciudad y el templo serán destruidos de nuevo.

En la séptima visión se enumeran
los maravillosos y extraordinarios eventos del "tiempo del
fin",
los cuales a Daniel no le es permitido entender,
sino solamente anunciar. Se le aclara que no le corresponde a
él comprender esta parte, por lo que estos tres
años y medio (tiempo, tiempos y la mitad)
y sus terribles eventos quedan envueltos en misterio; se le dice
a Daniel que estos eventos y tiempos son para ser comprendidos en
el futuro lejano, una vez llegado en el tiempo de su
cumplimiento.

En realidad las siete visiones de Daniel forman un mismo
mensaje, solamente se nos dan en cada una diferentes vistas
panorámicas y acercamientos, datos y explicaciones cada
vez más concretos sobre los puntos más importantes.
Lo que hablaron los antiguos profetas se va confirmando y
esclareciendo de un profeta a otro, de una visión a
otra, hasta llegar al clímax, con el inicio del
ministerio del mesías príncipe y su muerte.
El
mesías príncipe es el centro de toda la
profecía bíblica (Efe.1:10). Las siete visiones de
Daniel llegan a una magnifica conclusión del plan divino,
con la final redención del pueblo santo, "todos
los que se hallaren escritos en el libro".

Los tres periodos
de tiempo en las siete visiones

Hay tres periodos de tiempo muy bien definidos en las
últimas dos visiones de Daniel: Primero una suma:
"siete semanas y sesenta y dos semanas…hasta el
mesías príncipe" (Dn.9:25).
Luego, "en
otra semana
"… donde actúa y muere el
mesías príncipe (Dn.9:26-27). Leemos: "Y la
mitad de la semana
"…
es decir, la semana setenta
es partida a la mitad. Y en la séptima y última
visión del libro de Daniel, se nos habla
específicamente de la última media semana,
que constituye "el tiempo del fin" (Dn:12:7).Los
tres periodos son:

Primer periodo: Una suma:7+62=69
semanas

Segundo periodo: La primera mitad de la semana
setenta, que es partida a la mitad por el cese definitivo de los
sacrificios y ofrendas rituales del templo.

Tercer periodo: La última mitad de la
semana setenta, "tiempo, tiempos y la mitad", referida
en el capítulo 12, que constituye "el tiempo del
fin".

EL TIEMPO DEL FIN: TIEMPO, TIEMPOS Y LA MITAD

Esta frase significa tres años y medio:
Tiempo (un año), tiempos
(dos años), y la mitad, (medio
año). Un tiempo es un año en la biblia
(Dn.4:16,23). La duración del tiempo del fin ("tiempo,
tiempos y la mitad")
es dada en la séptima
visión bajo un juramento angelical
(Apoc.12:7).

Esta misteriosa media semana es el único periodo
de tiempo que podemos encontrar al final del libro de Daniel
(Dn.12:1,6-7) y también al final de la biblia, en el libro
del Apocalipsis. (Apoc. 11:2-3, 9,12:14,13:5,7). Esta media
semana también se encuentra representada en los tres y
medio años de sequía en tiempos de Elías
profeta, y dicha figura fue mencionada por Jesucristo (Stgo.5:17,
Lc.4:24-26).

En el capítulo sexto tratare sobre esta
misteriosa media semana profética que constituye el
periodo de la gran tribulación; un tiempo terrible,
incomparable e irrepetible.

El sabio y
revelador de los misterios

Daniel ha quedado en la Biblia como uno de los
más grandes sabios y como "aquel que conoce los
misterios de Dios"
(Dn.2:48,4:9). Hay en la biblia una
alusión en figura al ángel caído,
(satanás) donde se le dice … "tú eres
más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea
oculto"
(Eze.28:3).Traigo a colación este comentario,
porque es muy importante recordar que había un gran
misterio el cual ningún profeta sabia, y que ni siquiera
los principados y las potestades de los cielos lo
conocían: El hecho de Dios salvaría por la sangre
derramada del mesías príncipe no solo a
Israel sino que también salvaría
"a muchos" de entre los pueblos gentiles. Ni siquiera el
sabio Daniel conocía el propósito eterno, porque
era "el misterio escondido en Dios" desde siglos
sempiternos.

ESTUDIANDO A LOS ANTIGUOS PROFETAS CON EL MISTERIO YA
REVELADO

Si nosotros hemos estudiado el mensaje del
Apóstol Pablo y ya conocemos en que consiste el gran
misterio que había estado escondido en Dios, entonces
tenemos la gran ventaja de poder leer y estudiar al profeta
Daniel de forma retrospectiva. Es decir, podemos estudiar el
libro de Daniel conociendo la parte que le estaba vedada a
él y a todos los antiguos profetas. El solo hecho de
conocer lo que los antiguos profetas no sabían en aquel
entonces, nos da la excelente oportunidad de entender mejor el
mensaje profético entregado a Daniel. Comprenderemos,
entre otras cosas, el por qué este fue frenado y vedado en
su séptima y última experiencia profética.
En pocas palabras, las partes más difíciles del
libro de Daniel y de todos los profetas, pueden comprenderse a la
luz del "misterio oculto" que ya nos fue
explicado por el apóstol Pablo.

"El respondió: Anda, Daniel, pues estas
palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del
fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y
purificados; los impíos procederán
impíamente, y ninguno de los impíos
entenderá, pero los entendidos
comprenderán…"
(Dn.12:4, 8-10).

Daniel ignoraba por completo que no todos los Israelitas
recibirían al mesías sino que solo "el
remanente"
lo haría, y que había un tiempo de
gracia escondido, no revelado todavía, pero pre-ordenado
por Dios desde siglos eternos, durante el cual los gentiles
también entrarían a la salvación
por la
sangre del mesías de Israel. (Rom.11:7,11).

La elección de gracia en Israel (los elegidos), y
la participación de los pueblos gentiles en la
salvación por la obra del mesías príncipe,
eran sucesos insospechado para todos. Nadie sabía que
solo una parte ("confirmara el pacto a
muchos
")
de Israel aceptaría al
mesías, y que la total salvación de Israel
quedaría suspendida por amor de los pueblos gentiles, y
que solo al cabo de los tiempos, Israel finalmente seria redimido
de sus pecados. El misterio oculto en Dios, explico Pablo, estaba
diseñado "para tener misericordia de
todos
", tanto de los judíos, como de los
Gentiles. (Rom.11:30-33).

¡Oh profundidad de las riquezas de la
sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán
insondables son sus juicios, e inescrutables sus
caminos!

Puesto que este libro está orientado a descifrar
la parábola de la higuera, la cual tiene que ver con la
final redención de Israel, ocuparemos nuestra
atención en la sexta y la séptima visión de
Daniel. La visión de las setenta semanas nos habla del
advenimiento del mesías, su muerte y los beneficios que
esto causaría, y se esconde en ella el tiempo de gracia
para los gentiles. Y en la séptima y última
visión de Daniel, se nos revela cual es la duración
del tiempo del fin y los eventos que sucederán en
él, una vez que se haya terminado el tiempo de gracia para
los gentiles; entonces se dará el desenlace de la historia
mundial, donde la tierra entera experimentara la terrible gran
tribulación y donde Israel será finalmente redimido
de sus pecados.

Dejare pues la séptima visión (Daniel12)
para el siguiente capítulo, y en el presente nos
enfocaremos en la introducción a las setenta semanas de
Daniel, la revelación que sido llamada por los estudiosos
como "la espina dorsal de la profecía
bíblica".

Antecedentes y
conceptos básicos de las setenta semanas

Antes de entrar de lleno a las setenta semanas
examinemos algunos antecedentes y conceptos básicos que
nos agilizaran su estudio.

EL NUMERO SIETE Y SU SIGNIFICADO

(Dn.9:24) "Setenta semanas están
determinadas."
El número siete en la biblia nos habla
de plenitud; significa "la consumación de algo; hasta que
se cumpla todo". Veamos algunos ejemplos:

"y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta
que reconozcas
" (Dn. 4:32) Nabucodonosor necesita siete
años de castigo para reconocer el señorío de
Dios; será castigado hasta que se le acabe la
soberbia.

"Entonces se le acercó Pedro
y le dijo: Señor, ¿cuántas veces
perdonaré a mi hermano que peque contra mí?
¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo
hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete
.
(Mt.18:21-22).

El múltiplo de siete, "setenta veces
siete",
enfatiza aún más la plenitud o la
consumación de un asunto. En este caso se instruye a Pedro
sobre la necesidad de un perdón pleno; Lamec por su
parte, hablaba de venganza plena (Gn.4:24).

(Apoc.15:1)"Vi en el cielo otra señal, grande
y admirable: siete ángeles que tenían las siete
plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de
Dios."

Estas siete copas en la visión
apocalíptica constituyen la ira consumada, o completa, de
Dios. El siete en la biblia significa "la plena
consumación de algo
".

El número siete es el más representado en
las sagradas escrituras. Ningún otro número y sus
múltiplos aparecen tantas veces. Hay en la biblia siete
días, siete parejas de animales, siete altares, siete
vacas, siete espigas, siete corderas, siete carneros, siete
becerros, siete años de trabajo, otros siete años
de trabajo, siete cosas abominables, siete castigos, siete
zambullidas, siete hijos, siete abominaciones en el
corazón del hombre, siete ojos, siete veces siete
años del jubileo, setenta ancianos, setenta semanas,
setenta veces siete venganzas, setenta veces siete perdones,
siete vueltas, siete rociamientos de sangre, siete iglesias,
siete estrellas, siete candeleros, siete copas, siete
ángeles, siete trompetas, siete plagas, siete
espíritus de Dios, siete cabezas, siete diademas, siete
montes, y la lista puede aumentar si escudriñamos la
biblia; pero el número siete siempre significa plenitud;
la consumación de un asunto.

LOS MULTIPLOS ENFATIZAN MAS LA CONSUMACION

El castigo decretado de Dios para Israel, dijo
jeremías, seria de "setenta años"
(Jer.29:10). Cumplido el plazo o la consumación del
castigo para Israel, Daniel ora por su pueblo, y recibe las
"setenta semanas"
como el plazo total para el remedio
para del pecado y la ruina de su pueblo. (Dn.9:1-3,23-24).La
frase "setenta semanas" es similar a la frase
"setenta veces siete". En otras palabras, en estas
setenta semanas se cumple todo el plan de Dios para el
pueblo de Israel y para la santa ciudad, Jerusalén. El
plan de Dios, según las escrituras, termina con la
redención final de Israel.

SIGNIFICADO DE LA MEDIA SEMANA

Aquí surge un pregunta muy interesante: Si el
número siete significa plenitud, consumación,
¿Qué significara partir el siete a la mitad? "Y
a la mitad de la semana
" (Dn.9:27). La última
media semana profética, "tiempo, tiempos y la
mitad
", está envuelta en gran misterio. Cuando
Daniel quiso indagar sobre esta media semana y sus
acontecimientos se le dijo: "Sigue tu camino, que estas
palabras están cerradas y selladas
…"

(Dn.12:7).

¿Por qué la septuagésima semana
esta partida a la mitad? Si la semana entera nos habla de
plenitud, ¿Qué significa entonces media semana? He
aquí un punto muy interesante: La media semana tiene
"un sentido de dilación
", es decir, un sentido de
"espera". Significa que la redención de la
humanidad no está completa: Israel está esperando
su redención final, porque exactamente a la mitad de la
semana setenta comenzó el tiempo de gracia para los
gentiles.

El concepto de
mesías príncipe o príncipe
ungido

Podemos ver en las escrituras que existe una
conexión, una correlación, entre todos los profetas
y su mensaje. Todos los profetas son "hermanos", una
especie de gremio muy especial (Apoc.22:6,9) y sabemos que todos
ellos nos hablan de la aparición del mesías y su
obra de redención.(1Pe.1:10-12) Veamos ahora como es que
las profecías están relacionadas y como "pasa
la estafeta"
de un profeta a otro, porque la profecía
bíblica es un solo mensaje: El Cristo y su
obra.

Isaías fue el profeta que anuncio la gran
señal para Israel: "Una virgen
concebirá
"…y el niño será
llamado "Admirable, consejero, Dios fuerte, Padre Eterno,
príncipe de paz".
(Isa.7:14,9:6-7).

La palabra hebrea "mesías"
(Mashíaj) significa "ungido", y en griego se dice
"Cristo".(Jn.1:41). Se aplica al hombre lleno del Espíritu
de Dios. Recordemos que los profetas, sacerdotes y
reyes eran ungidos con aceite, y sobre ellos venia el
Espíritu de Dios, por su ministerio. Es decir, todos ellos
eran considerados pequeños ungidos (Lev.8:12, 1,
Rey.19:15-16, Sal.89:20).Aunque muchos han sido considerados
hombres "ungidos", el título particular "el
mesías
" se aplica al hombre enviado y escogido
por Dios y que restauraría el reino de Dios en la tierra
(Jn.4:25,Lc.3:15).

EL MESIAS TIENE UNCION SUPERLATIVA

Isaías nos describe exactamente lo que
sería el mesías, o el hombre cuya unción
seria mayor que todos. Sobre Jesús estaría la
unción de profeta, de sacerdote y de
rey.(Hec.3:22,Mt.2:2,Lc.19:38,Heb.7:17,1:9)

En el mesías principal, (o ungido principal)
la unción seria superlativa; Jesús
tendría "los siete espíritus de Dios"

(Apoc.3:1).En Jesús habito "toda la plenitud de
Dios"
para los hombres. Isaías nos enumera
anticipadamente estos siete Espíritus:

Isaías 11:1-2

"Saldrá una vara del tronco
de Isaí, y un vástago retoñará
de sus raíces. Y reposará sobre él el
(1)Espíritu de Jehová;
(2)espíritu de sabiduría y (3)de
inteligencia, (4)espíritu de consejo y (5)de
poder, espíritu de (6)conocimiento y (7)de
temor de Jehová."

Los siete espíritus de Dios reposarían
sobre Jesús. Estos siete espíritus son a su vez
"los siete ojos de Jehová" que aparecen en boca
de otros profetas (Zac.3:9,4:10, Apoc.5:5-6).

Es importante señalar que cuando en el nuevo
testamento se lee sobre "el Cristo", debe leerse "el
mesías
". El término es exactamente el mismo.
Sin embargo, hay quienes emplean el término "Cristo" para
desasociar completamente al pueblo judío del pacto eterno
que hizo Jesús en la cruz del calvario. Por ejemplo, Un
predicador alegaba con euforia que la frase "los muertos
en Cristo
" se refería única y
exclusivamente a los redimidos gentiles.

La realidad es que esa cita debe leerse "los
muertos en el mesias
, resucitaran
primero
", y están incluidos todos los antiguos
profetas y santos del antiguo testamento que esperaron y
durmieron "en el mesías". Véanse
los siguientes pasajes (Job.19:25-27,
Heb.11:32-40,1Cor.10:1-4).

EL PRECURSOR DEL MESIAS PRINCIPE

¿Cómo podríamos hablar de las
setenta semanas de Daniel sin mencionar a Isaías?
Él nos describe al mesías y también nos dice
que se levantaría otro profeta para identificarlo e
introducirlo a Israel; este es Juan bautista, el precursor
de Jesucristo. La señal para Juan seria "sobre quien
vieres descender el Espíritu Santo y que reposa sobre
él…"
(Isa. 40:1-5, Mt. 11:9-14, Jn.1:33-34).
La señal que le fue dada a Juan para identificar al
mesías es un dato de suma importancia, porque este
público señalamiento por un profeta
autorizado
por Dios, hace posible que podamos ubicar exactamente en el
tiempo la frase "hasta el mesías
príncipe
", que dijo el ángel Gabriel.
(Dn.9:25).

MESÍAS PRÍNCIPE EQUIVALE A SUMO
SACERDOTE

Es importante señalar también que la
expresión "mesías príncipe"
significa literalmente "príncipe ungido", haciendo
una clara referencia al oficio de "sumo sacerdote", es
decir, el hombre señalado y nombrado por Dios para entrar
al lugar santísimo, más allá del velo, y
hacer la expiación del pueblo:

Lev. 8:12 "Y derramó del
aceite de la unción sobre la cabeza de
Aarón
, y lo ungió para
santificarlo".

En este caso, Aarón es el "Mesías
principal
", o el príncipe ungido en Israel
(Lev.21:10-12). Este era el hombre apartado para oficiar los
servicios rituales y reconciliar por los sacrificios de animales
a los hombres con Dios. Entiéndase pues en Daniel 9, la
expresión "el mesías príncipe" como
el hombre ungido por Dios, o el sumo sacerdote
señalado para hacer la expiación
. De
aquí la identificación que algunos proponen,
diciendo que Onías III, sumo sacerdote en tiempos de los
macabeos y que fue muerto, es el "príncipe
ungido"
de Daniel 9, que fue "cortado no por si"
(Onías III, Enciclopedia judía,
1906
).

Pero Jesucristo fue nombrado de Dios "sacerdote
según el orden de Melquisedec
"
y tiene "un
sacerdocio mucho mejor que estos
", el cual es inmutable.
(Estúdiese Hebreos capitulo siete).

(He.7:26-27)"Porque tal sumo sacerdote nos
convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los
pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
El
oficio sacerdotal de Jesús, es una gran parte de
"el misterio de Cristo" (Heb.5:1-11), o
"el misterio del mesías", y es muy
importante escudriñar este concepto y este misterio, para
comprender cabalmente las setenta semanas.

El pueblo y la
Santa Ciudad

"setenta semanas están determinadas sobre
tu pueblo y tu santa ciudad".

(Dn.9:24)

Como ya lo señale al principio de este libro, los
dos elementos sobre los que gira la profecía de las
setenta semanas son: el pueblo de Israel y la ciudad santa. El
propósito divino es la redención de Israel. El
elemento salvador es el mesías y su obra expiatoria. Los
eventos son su muerte (aflicciones) y las glorias después
de ellas; pero el escenario es la ciudad santa. Jerusalén
debía ser restaurada primero para que entonces pudiera
manifestarse allí el mesías. El mesías y la
ciudad santa están íntimamente relacionados. La
profunda relación entre el mesías, el pueblo y la
ciudad se echan de ver en muchos pasajes de la biblia, pero nunca
de forma tan grafica como cuando este llora sobre la ciudad, y
emplea con pasión la figura de la gallina que junta a sus
pollos debajo de sus alas. (Lc.13:34-35).

Isaías no solo profetiza sobre el nacimiento y la
aparición del mesías y su precursor, también
profetiza sobre el rey persa, Ciro II el grande, el monarca que
daría inicio al movimiento para restaurar el escenario en
el que se manifestaría a su tiempo el mesías
príncipe. La mención del rey Ciro, hecha más
de 200 años antes de su aparición, es una
profecía muy notable, y es indispensable conocerla si
hemos de estudiar las setenta semanas:

(Isa.44:28)"que dice de Ciro: Es mi pastor, y
cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a
Jerusalén: Serás edificada; y al templo:
Serás fundado."

La frase "Ciro es mi pastor", significa que
este rey sería usado por Dios para hacer volver a las
ovejas de Israel a su tierra, después de los setenta
años de exilio. (Véase Isa. 45:1-4,13). El edicto
de Ciro propicio luego la buena voluntad de los demás
reyes persas. (Esdras 6:1-8 y14). Isaías también
profetizo sobre los jóvenes hebreos que, siendo del linaje
real, serian "eunucos en el palacio del rey de
babilonia".
Entre estos se destacaron Daniel,
Ananías, Misael y Azarías. El destino de estos
cuatro jóvenes estaba ya profetizado. (Isa. 39:5-7,
Dan.1:3,9).

CUANDO SE CUMPLAN SETENTA AÑOS

Por su parte Jeremías profetizo la
destrucción de Jerusalén del templo por
Nabucodonosor, y el consiguiente destierro, y dijo que los
transmigrados volverían en setenta años.
(Jer.25:11-12). Pero cuando se cumplió la
destrucción de la ciudad y llego el destierro, algunos
falsos profetas entre los transmigrados se levantaron en
Babilonia a profetizar que el regreso a la tierra santa era ya
inmediato. Como respuesta, Jeremías advierte al pueblo que
desechen esas falsas profecías y les dice que
Jehová "despertaría su buena palabra" para
hacerlos volver, pero que sería luego de setenta
años:

(Jer.29:10)"Porque así dijo Jehová:
Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os
visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena
palabra, para haceros volver a este lugar."

Esta "buena palabra" que sería
despertada a su tiempo, es la que había dicho
Isaías sobre Ciro, el rey persa que sería usado por
Dios para dar la orden de reconstruir el templo, y para que el
pueblo volviera a Jerusalén. Leemos:

(2Cron.36:15-21)"Y Jehová el Dios de sus
padres envió constantemente palabra a ellos por medio de
sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su
pueblo, y de su habitación.

16. Mas ellos hacían escarnio de los
mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras,
burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira
de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya
remedio.

17. Por lo cual trajo contra ellos al rey de los
caldeos
, que mató a espada a sus jóvenes en la
casa de su santuario, sin perdonar joven ni doncella, anciano ni
decrépito; todos los entregó en sus
manos.

18. Asimismo todos los utensilios de la casa de
Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová,
y los tesoros de la casa del rey y de sus príncipes, todo
lo llevó a Babilonia.

19. Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro
de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y
destruyeron todos sus objetos deseables.

20. Los que escaparon de la espada fueron llevados
cautivos a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus
hijos, hasta que vino el reino de los
Persas;

21. Para que se cumpliese la palabra de
Jehová por la boca de Jeremías, hasta que la tierra
hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento
reposó, hasta que los setenta años fueron
cumplidos.

22. Mas al primer año de Ciro rey de los
persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por
boca de Jeremías, Jehová despertó el
espíritu de Ciro rey de los persas
, el cual hizo
pregonar de palabra y también por escrito
, por todo su
reino, diciendo:

23. Así dice Ciro, rey de los persas:
Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos
de la tierra; y él me ha encargado que le edifique casa en
Jerusalén, que está en Judá. Quien haya
entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios sea
con él, y suba
."

Esdras nos dice:

Esdras 1:1-2 "En el primer año de Ciro rey de
Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por
boca de Jeremías, despertó Jehová el
espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de
palabra
y también por escrito por todo su reino,
diciendo…"

Daniel estaba en la corte del palacio de Babilonia
cuando Ciro tomo la ciudad y le encargo el gobierno de la misma a
Darío. (Dn.5:30-31). Daniel y sus amigos habían
llegado a Babilonia de unos catorce o quince años de edad
por palabra profética, y a la caída de Babilonia,
rondarían los 80 años. Se estaban cumpliendo ya los
setenta años que había dicho Jeremías, y es
justo cuando Daniel fue movido a revisar los tiempos
proféticos y comenzó a orar por el
cumplimiento.

(Dn.9:1-3)" En el año primero de Darío
hijo de Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser
rey sobre el reino de los caldeos,2. en el año primero de
su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el
número de los años de que habló
Jehová al profeta Jeremías, que habían de
cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta
años
.3. Y volví mi rostro a Dios el
Señor, buscándole en oración y ruego, en
ayuno, cilicio y ceniza."

El tiempo había llegado, y Daniel oraba
diligentemente por su pueblo y su ciudad; a la vez, Dios
despertaba el espíritu de Ciro para mandar a reedificar el
templo y para que iniciara el retorno a tierra santa.

Los profetas Ageo y Zacarías también
comenzaron a profetizar en el segundo año de Darío
sobre la reedificación del templo. Se dijo que Zorobabel
echaría la primera piedra. Estos profetas animaron y
esforzaron las manos del pueblo que volvió de Babilonia,
iniciándose así los trabajos de
reconstrucción del templo. (Zac. 1:7-16,
Es.6:14-15).

El pimpollo o
retoño y la principal piedra

En las palabras de los profetas hay muchos
símbolos y algunas veces los personajes reales son figuras
proféticas. Zorobabel el gobernador, y Josué el
gran sacerdote, son "varones simbólicos". Pero
sin duda alguna, la figura más notables es "la
principal piedra sobre la cual hay siete ojos".
Este es
también el pimpollo, o el renuevo. Estas figuras
se refieren al Mesías príncipe o al principal
ungido, el que tiene los siete espíritus de Dios. De
nuevo, el mesías es el centro y meollo de toda
profecía, y su trabajo principal es "quitar el
pecado de la tierra"
(Zac.3:8-9,Apoc.5:6,3:1). En las
visiones y mensajes proféticos, el pimpollo se encuentra
superlativamente ungido para realizar la importante obra de
expiación. Siete ojos, siete espíritus, un
renuevo verde
, la piedra angular, etc.

Un punto muy notable sobre la "piedra
principal
" es, que sería sacada con
"aclamaciones de gracia, gracia a ella
". Se menciona
aquí, veladamente, el misterio escondido en Dios: el
tiempo de gracia que iniciaría con la piedra principal.
Jesucristo es la principal piedra del ángulo.
(Zac.4:7-9,10:3-4,1Ped.2.6-7,Mt. 21:42, Efe. 2:20).

La batalla de los
seres angelicales

Sabemos por las escrituras que antes de que una
nación caiga vencida ante otra, primero han caído
las influencias espirituales que están sobre ella.
(Dt.32:29-31, Sal.81:13-16). Dios influye en las decisiones de
los reyes (1Rey.22:19-22). Es importante notar que los reyes de
Persia, por influencia divina, fueron inclinados hacia el pueblo
santo y su causa, en medio de gran oposición. Ciro es
"despertado por Dios" e inicia el movimiento
profético, y el pueblo vuelve a Jerusalén e inicia
los trabajos del templo. Después, Darío y
Artajerjes se apoyan en el decreto de Ciro, "siervo de
Dios".
(Esdras 5:3, 11-17, 6:11-12).

Los enemigos de Israel se opusieron desde el principio a
la restauración del templo y la ciudad santa. Pero a pesar
de la férrea oposición y algunas suspensiones en la
obra, los trabajos continuaron bajo los reyes persas,
Darío y Artajerjes.

Esto explica la febril actividad angelical de Gabriel
sobre los reyes de Persia, y los enfrentamientos contra las
potestades malignas que dominaban este imperio. Al inicio del
cumplimiento de la palabra profética sobre la caída
de Babilonia, fue Gabriel mismo quien ánimo y
fortaleció a Diario el medo, durante la invasión
medo persa (Dn.11:1-2).

(Dn.10:13)"Más el príncipe del reino
de Persia se me opuso durante veintiún días; pero
he aquí Miguel, uno de los principales príncipes,
vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de
Persia".

Era imperativo que la palabra profética
traída por Gabriel llegara al profeta Daniel, es decir,
que le fuera revelada. Se trata de una ley espiritual que
se debe satisfacer para que se active en la tierra el
cumplimiento de la profecía. (Amos 3:7). De allí la
gran oposición en las regiones celestes al ministerio
profético de Daniel. Dice Gabriel: "y yo quede
allí con los reyes de Persia". ¿Qué
significa esto?
En otras palabras:

"fue vencido el ángel malo que dominaba los
destinos de Persia por su influencia sobre los reyes
y…después de la lucha, cuando Miguel me ayudo,
yo quede instalado con los reyes de Persia, para
influenciarlos con la palabra de Jehová y así
modificar el curso de la historia
".

Esto es algo importante, porque la escritura nos dice
que en el tiempo del fin, Miguel se levantara a derrotar al
dragón y a sus ángeles. Satán y sus
ángeles serán derribados y consignados a la tierra;
entonces comenzara la "angustia insólita cual nunca
fue ni será
".

JERUSALÉN ES LA REFERENCIA PROFETICA

Debemos puntualizar que en la profecía
bíblica, y por ende en las setenta semanas, la referencia
explícita a la reconstrucción no es al templo de
Salomón sino a la ciudad y el muro (Dn.9:24-25). Es
Jerusalén (y no el templo) la clara referencia de la
palabra profética. También es así en el
Nuevo Testamento; el pueblo santo no habita en el templo, sino en
Jerusalén. Jesucristo siempre actuó y se
refirió primordialmente a la ciudad santa y no al templo;
así mismo, el énfasis de todos los profetas
está puesto, no en el templo, sino en la ciudad
santa.

Fue finalmente en el reinado de Artajerjes, cuando
después de mucha oposición e interrupciones en la
obra, se comienza a edificar la ciudad y el muro bajo
Nehemías
en "tiempos angustiosos". El decreto
de Artajerjes fue emitido en el año 457 AC.
(Neh.1:1-3, 2:1-13,4:6-23). Allí "salió la
palabra para restaurar y edificar a
Jerusalén
".

El enfoque
correcto: el Mesías y su obra

Recordemos el esquema de trabajo de los antiguos
profetas: "Primero el propósito de
Dios
…al final, los tiempos".
Si hemos de
escudriñar las profecías de Daniel y de los
antiguos profetas, nos conviene saber cuál es el centro y
el propósito de la profecía bíblica.
Hagámonos esta pregunta: ¿De qué nos hablan
las setenta semanas de Daniel? ¿Cuál es el tema
principal? Sin duda alguna el tema principal es el Mesías
príncipe y su obra redentora, y no solo de las setenta
semanas sino de toda la biblia. ¿De qué nos
serviría entrar en los tiempos proféticos cuando
aún no hemos captado cual es el propósito
divino?

El propósito divino de las setenta semanas es
la redención de Israel
por la sangre del mesías
príncipe. "Y nosotros esperábamos que él
(el mesías príncipe) había de redimir a
Israel
" (Lc.24:2,). El pueblo de Israel esperaba (y aun
espera) la redención por el mesías
(Lc.2:25-33,36-38).

DE ESTE DAN TESTIMONIO TODOS LOS
PROFETAS

(Hec.10:42-43)"Y nos mandó que
predicásemos al pueblo, y testificásemos que
él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.
De éste dan testimonio todos los profetas, que
todos los que en él creyeren, recibirán
perdón de pecados
por su nombre".

Todos los profetas testifican de Jesucristo y su obra
expiatoria, pero ya en la revelación del evangelio, en
tiempos del apóstol Pedro, Jesucristo no solo fue
identificado como el mesías príncipe que fue
muerto, sino que Jesús, habiéndose mostrado a los
apóstoles después de resucitar, y habiendo
ascendido a los cielos, "fue declarado hijo de
Dios con potencia
por la resurrección de
entre los muertos
". (Rom.1:1-6). La designación
de "hijo de Dios y juez de vivos y muertos" traspasa
toda barrera de nacionalidad, lengua y cultura. En la
revelación del evangelio, la obra expiatoria del
mesías príncipe ya no es algo exclusivo para el
pueblo de Israel. Más aun, la salvación de los
hombres está supeditada a la fe, es decir, creer en el
hijo de Dios es la única vía para salvarse.
(1Pe.2:4-10).

Partes: 1, 2, 3

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter