Carlos Kuraiem: Poemas de la Guerra –
Monografias.com
Carlos Kuraiem: Poemas de la
Guerra
(Guerra de Malvinas / Falklands
War)
Trabajo de investigación y
notas
Prof. Marta Goddio
Imagen de tapa de la 1ª
edición del libro "Presagios de Guerra 2 de abril de
1982", de Carlos Kuraiem.
Fotografía: Lucio Consentino.
¿Cómo se enseña una Guerra
intentando ubicarnos en el cabezal del péndulo
que oscila entre la "Gesta" y la
vergüenza de admitir, que por haberla perdido se
recuperó la democracia…? Hay un vacío, una
abreviación intencional, un silencio que retumba
denunciando complicidad por omisión o
réplica del mensaje aceptado para no incomodar
(se), para evitar navegar contra la corriente que
impone un modo de ver y de interpretar los hechos.
Otra Historia punza en el vaivén del pensamiento
que resiste y se manifiesta desde un libro de
poemas escritos bajo el fuego de dos bandos que
usurpaban la conciencia popular con historias de piratas en las
mares del Sur desvaneciendo en la bruma de los mitos del honor y
el patriotismo, la hipocresía de un país que se
entregó a las garras de los que detentaban el poder.
Habrá que considerar alguna vez los sofismas que se
transmiten manchando la Bandera desde producciones musicales,
documentales y películas que han pasado por alto la
denuncia del "poeta que sale a pelear la realidad", sin esperar
el bronce o la medalla, en otros terrenos también
desolados: con un libro de poemas alegórico,
emblemático, por haber sido escrito en los mismos
días de iniciado el conflicto entre Argentina y el Reino
Unido, sin obras paralelas para su comparación. No existe
registro de otros autores que hayan abordado desde la
épica literaria la Guerra de Malvinas, del modo que lo ha
hecho Kuraiem: rescatando una retórica en la que se asume
protagonista, marcando de este modo la función social del
poeta, mostrando desde otra actitud guerrera – alejada de los
extremos que imponen los héroes o los dioses- la
hazaña de peregrinar como los antiguos rapsodas con un
puñado de poemas que aporten otras significaciones, otras
perspectivas para la reflexión y el
análisis.
Contratapa del libro "Presagios de
Guerra" de Carlos Kuraiem.
Fotografía: Lucio Consentino, 1982.
La fotografía de contratapa muestra en
un muro el traje que parece vestir un fantasma:
-Para mí es Carlos… - dice
Candela mientras mira una de las imágenes del
tríptico con los poemas seleccionados del libro Presagios
de Guerra.
– Sí… esa es una chaqueta de guerra…
(Julián)
– Es un traje de soldado…
(Alan)
– ¿Era
soldado? (Marcos)
– ¿Y por qué tiene una guitarra? (Juan
Pablo)
– Porque es un cantor ¿No ves?
(Julián)
– En el corazón te da algo así…
porque ese soldado va a la guerra y por ahí se puede
morir… (Shaiel)
-Pero tenían que ir igual…
había que ir a defender a la Patria
(Yanil)
Carlos Kuraiem con alumnos de 3°Grado
de la Escuela N° 46 "Bernardino Rivadavia", Candioti, Santa
Fe, 2012
Fotografía: Marta Goddio
Tan chicos y en la
discusión revelando ideologías,
contradicciones de una sociedad fragmentada que cubre con el
"Deber" el sentido elemental del respeto a la vida. La
confrontación puesta en evidencia desde una imagen
motivadora intencionalmente presentada como recurso
didáctico en el formato de un tríptico que
reproducía además de una selección de poemas
del libro "Presagios de Guerra, 2 de abril de 1982" (1),
las fotografías de tapa y contratapa, capturadas por Lucio
Consentino.
Los poemas presentados, de libre elección para la
lectura, aventuraron a otras búsquedas, la necesidad de
acudir a otras fuentes de información: "Mi abuela ya
estaba nacida, así que le puedo preguntar por qué
pasó la Guerra…" organizarse en grupos proponer
otras actividades: desde buscar en el diccionario el significado
de las palabras que desconocían, a preguntar a los padres
para que expliquen con "palabras de adulto" o dibujar al Poeta
que se va, dejando su calle atrás.
Tres décadas esperaron estos poemas para entrar
por primera vez a una escuela abriéndose paso desde su
portada, por la historia que Yanil leía desde la pantalla
de la computadora:
"Con el fotógrafo Lucio Consentino, tuvimos que
planificar toda la escena para capturar la imagen – en el
país había estado de sitio, mataban, torturaban,
compraban periodistas (mucha gente se ofrecía gratis) y
estaba prohibido tomar fotografías de los edificios
públicos: los dos, Lucio y yo, cruzamos caminando por la
vereda de la Plaza de Mayo, charlando como un par de turistas
distraídos, en dirección al Banco Nación. Yo
iba del lado del cordón tapando a Lucio que en un tris
tenía que gatillar para tomar la foto de tapa,
podría hacerlo una sola vez. Su cámara estaba a la
altura de mi hombro y avanzamos sin perder el paso. El resultado
fue esa imagen tétrica, alargada de los granaderos, un par
de personas deslizándose y la Casa Rosada. Como Lucio
tenía dudas con el cielo (y ya no podíamos repetir
la toma) fuimos a Plaza Congreso, donde alborotamos a las
palomas, que se dispersaron en lo alto, quedando como si
semejaran helicópteros o aviones. En el laboratorio de
Lucio, "dibujando con la luz", realizamos el ensamble de las dos
imágenes.
Los poemas los escribí entre los días 2, 3
y 4 de abril de 1982. Antes de su edición, fueron
leídos por Eduardo Aliverti, en su columna de radio
Continental, en un encuentro organizado por la Revista Pan
Caliente, donde había una fotocopiadora a
disposición de los poetas para hacer copias de los poemas
y repartirlos a la gente; en un recital en el Huracán de
San Justo, en el que canté y dije algunos de los versos y
en varias Bibliotecas Populares". Algo hicimos. Breve historia
sobre la portada de mi primer libro Presagios de Guerra 2 de
abril de 1982, Kuraiem.
A veces la Historia se escapa de los barrotes, de
los márgenes impuestos, de las ideas preestablecidas, de
los conceptos anacrónicos. Se toma de la mano del
arte para avivar las voces enmudecidas,
marginadas. Se abre espacio y extiende puentes,
ofreciendo materiales para la reconstrucción desde las
voces vivas del presente. Porque el conocimiento no sólo
viaja en las hojas de un libro. También
se procesa desde una fotografía que
fija el tiempo para focalizar la mirada en el
extraño contraste que se revela de una imagen "conocida" y
que a la vez muestra desde otras estrategias
discursivas, las distorsiones históricas que prevalecen en
el imaginario colectivo
Cambios y permanencias que emergen de
una Casa Rosada, más oscura, más
tétrica al ser impresa en el papel,
como si a
quien ensambló sus partes no le
hubieran bastado los recursos para expresar el terror.
Misterios del Arte, recursos del artistas, el de
acompañar los ojos, ampliar el plano para
que otros logren atravesar el hermetismo de la puerta aún
cerrada de Historias ausentes.
También la pregunta se construye con lo
más cercano y disponible. Seguramente muchas de
ellas no lograron ser formuladas, por la imposibilidad
de organizar y asimilar toda la información.
Requerirán del tiempo necesario para completar el
proceso y verbalizar con la contundencia necesaria, la
impresión provocada a los sentidos.
Se comienza a aprender que hay significados más
complejos de desentrañar. Que el Diccionario no alcanza
para entender el Presagio y mucho menos explicar el
dolor del Poeta.
"Parece que nos estuviera hablando a
nosotros"- dice Alan al escuchar la voz de
Kuraiem, poniendo en evidencia el nacimiento de otro
tipo de vínculo, más directo y
concreto con alguien que desde su historia personal y
artística ofrece otras piezas para armar la Historia
Nacional, con otros aportes que vienen desde
las orillas de los historiadores. "Es como
un testigo, que no participó pero vio la Guerra de las
Malvinas. Un testigo-poeta porque prácticamente
en la Guerra pasó todo eso…"
Kuraiem-Poeta-Testigo denuncia, mueve, confronta desde
sus versos rebelándose, negándose a "vestir el
uniforme" y con claridad argumenta en la entrevista que le
realizara Sinda Miranda, respondiendo sobre su libro "Presagios",
al que a él le gusta llamar "Los poemas de la
guerra".
Apertura. Ráfaga musical. "Yo quise cantarte
tres palabras/ y apenas alcancé a decirte una/ yo tuve que
cerrar mi boca y no hablar/ porqué son ellos los que
mandan./ Me han clavado sus puntas las estrellas/
doliéndome por una eternidad/ he enterrado mis canciones
tantas veces ya/ pero siempre he vuelto para cantar…"
De la canción Three words (Tres Palabras) incluida en el
disco Kuraiem Folk Fusión Lírica.
Kuraiem, 1982. En su casa de Lomas
del Mirador, Buenos Aires.
Fotografía: Lucio Consentino
Kuraiem: -Presagios de Guerra fue mi primer libro
editado, no mi primer libro escrito, el primero fue
"El Canto del Gallo Rojo" … pero "El Canto…"
quedó para después porque en el país
ocurrió lo que se llamó la Guerra de
Malvinas… imaginate que yo venía cantando desde el
año 77 en algunos lugares alternativos y otros espacios
conocidos de Buenos Aires y uno sabía lo que iba a pasar
(2) … el hecho que de golpe se llenara una plaza con
miles de personas vitoreando a los militares que habían
secuestrado, torturado y asesinado… fue terrible… y
ese mismo día que tomaron Malvinas y los dos días
que le siguieron, compuse los poemas que
después formarían parte de Presagios de Guerra…
(Voz de Galtieri: "Compatriotas hemos recuperado sin rencores
pero con la firmeza que las circunstancias exigen las islas
australes que integran por legítimo derecho el patrimonio
nacional")… Así nacieron estos poemas… muy
en caliente, muy en crudo, así de una… y durante el
año 82 los leí en todos los centros culturales y
bibliotecas donde me invitaban… son poemas que así
como nacieron los decía, no necesitaba del papel…
los tenía incorporados oralmente, porque eran muy fuertes.
(3) El libro recién se editó en el 83 (4), se
hicieron mil ejemplares, que no era poco, era una tirada muy
grande para un poeta… y con un fotógrafo amigo, que
me tomaba las fotos cuando yo empecé a cantar en los
teatros, recorrimos juntos las calles de Buenos Aires en ese
mismo momento en que pasó todo… y él
capturó imágenes de lo que escribía la gente
en las paredes, y de una marcha muy grande que fue la
Multipartidaria, que ocupó desde la Plaza Congreso hasta
la Plaza de Mayo… y esas fotos formaron parte del libro,
que se edita con mis poemas y las fotos de Lucio
Consentino… Toda pintada callejera qe decía
"¡Fuera ingleses!", "Las Malvinas son argentinas" y tantas
expresiones como esas ilustran el libro (5)… y antes de
editarse, algunos de los poemas los leyó Eduardo Aliverti
en su columna de Radio Continental. Se hacían fotocopias
porque el libro no estaba, de varios centros de Ex Combatientes
me invitaban, pero era un poco en vano… porque a ellos
mucho no les servía para sus reivindicaciones… y
esa era la cuestión, pero bueno, ahí está el
valor de ese libro: es un libro que si bien habla de la tierra y
del país, no avala el uniforme militar, ni en el que
tomó Malvinas como militar de carrera, ni en el que
después de haber ido a Malvinas sigue usando el
uniforme … y esa es la contradicción… pero
en nuestro país se dio así… un conflicto
como ese donde murieron tantos jóvenes, tantos hermanos
míos y donde los padres entregaban a sus hijos para que
vayan a pelear…
(Cuña con reportaje a los soldados)
Joven Soldado. -… "me llama la
Patria… me llama la Patria"
Periodista. – Absolutamente seguro
¿no?
Joven Soldado. – Sí. Es una responsabilidad que
tenemos en estos momentos: defendernos.
Joven Soldado -… No, no… hijo
único…" (Otra voz)
Periodista. -¿Y qué dijo tu
madre…?
Joven Soldado. – Nada… a pesar de todo
está contenta, me dio un beso y me deseó mucha
suerte…porque sabe que venimos a defender a la
patria…
Kuraiem. – … Una cosa totalmente
atroz…terrible… el padre despidiendo al hijo que
iba a un lugar del que sabía que no iba a volver…
(6) la mayoría de los padres lo sabían… los
padres son viejos, son grandes, sabían lo que
estaban haciendo y lo hacían igual… así que
es un libro que eso no lo avala. No avala la guerra ni las armas,
dice: No a la violencia. (7) Todo el libro habla del poeta que
pelea. No del soldado que pelea… (8)
Ráfaga musical… "No me oirás
decir cosas que no sienta, / mi palabra es solo el miedo a callar
/ y en esta tierra yo voy a seguir / luchando y cantando sin
gloria ni paz"… De la canción Digging the air
(Excavando el aire), incluida en el disco Kuraiem Folk
Fusión Lírica.
Carátula del disco Kuraiem Folk
Fusión Lírica. Mucha Madera Producciones,
Masterdisc, UMI Unión de Músicos Independientes,
2012. Fotografía: Kuraiem en Querandi (1982). Retratado
por Lucio Consentino.
El poeta creyó
El poeta creyó que era
otoño.
Al ver caer a los hombres
que confundió con hojas
que caían desde sus armas.
Que confundió con ramas
que se acostaban sobre la tierra.
Que el poeta creyó un patio.
¿Y la sangre que goteaba de
los cuerpos?
Con la lluvia que
caía
sobre su ventana
que era un cielo
que el poeta confundió
en sus hojas el otoño.
Dejé mi calle atrás
Dejé
mi calle atrás,
atrás,
mi espalda;
un recuerdo
atrás.
Un sol, soldado, en mi ventana.
Un árbol de sombras.
Una vecina limpiadora de veredas.
Y un cartel a los familiares que
decía:
El poeta salió a pelear la realidad.
Ráfaga musical… "Soy un hombre que
desafío esta suerte/ solo y sin temblores en la voz/ soy
el eco de aquellos que están usentes/ y otras veces soy mi
propia voz…"
De la canción A man who (Un hombre que) Rhythm
Blues, incluida en el disco Kuraiem Folk Fusión
Lírica.
Los poemas El poeta creyó y Dejé mi calle
atrás, recitados por Kuraiem en esta entrevista, han sido
algunos de los seleccionados para presentar en los
trípticos (9) que además de ser utilizados en el
aula poética se compartieron con la comunidad, donde
fueron leídos y distribuidos entre los
presentes.
"El Poeta creyó" acompañó desde un
mural confeccionado por la familia Marinoni (10) los
actos escolares hasta el mes de mayo, en que el poeta Kuraiem lo
dejó grabado en el aire del patio de la escuela, al
recitarlo, de espaldas a los espectadores, de cara a la Vida.
(11)
Llevo un trabajador en cada
bolsillo
Llevo un trabajador en cada
bolsillo,
será por eso
que nunca me alcanza nada,
que me mueren los poemas como
sueños,
y viajo con los brazos en alto
en los colectivos repletos.
Y muero anónimo,
envejecido de versos.
Siendo un poeta tan nuevo.
Soporto una lucha diaria
en cada paso que avanzo.
Quizás sea eso,
que los días me terminan
sin yo nunca terminar las horas.
Que me mueren los meses, los
años,
las décadas, de tanto
esperarlos
se me caen los brazos
y me cuesta un siglo y medio
volver a levantarlos.
Un siglo de poeta
y medio, postergado.
Cargo mis dilemas en este poema
abierto,
como una mano abierta,
un cachetazo a mí mismo,
como un verso guacho duele.
Sólo tengo este tiempo
para expresarme
y puedo verlo,
veo con los ojos de mi tiempo.
Veo que hoy la patria
reclama al obrero
que ayer fue golpeado
en una manifestación
imaginaria
para ir a ocuparse de una
guerra.
¿Qué no hace uno por su
tierra?
¿Qué no aguanta uno por
ella?
¿Qué no entrega?
¿Qué no llora?
¿Qué no deja?
Es de verse como todos se
ofrecen,
sin reservas marcha el hijo,
el padre, la madre,
y yo
me alisto con ellos.
Sólo pesarán los hijos
vivos
en las conciencias.
¿Me elegirán a
mí
para hacer el inventario de sus hijos
muertos?
Y yo les diré de
consuelo:
Que también los
estudiantes
mueren jóvenes.
Que el obrero no se alcanza
a sí mismo.
Que los poetas en esta tierra
mueren apenas nacen.
Y será por eso,
decía,
que esta guerra es una llaga,
que hay un invasor que invade
adentro y otro invade
desde afuera
y a ninguno de ellos
les doy crédito.
Y será por eso ¡diré
siempre!
Que no me dura el poeta,
ni un poema, ni unas
sílabas;
ni una sola letra tomada a
préstamo.
Y me rechaza el sueño.
¡Que ahora veo a mi pueblo en
armas!
¡que veo presagios de
guerra!
Y el sol sólo me dura un
día.
Y ya no veo a mi tierra.
Que los tengo a mis pies
Que los tengo a mis pies.
Que me pisan los pies.
Que no me llegan a los pies.
¿Qué sí llegan a mis
pies?
¿Qué se apoderan de mis
pies?
¿Qué me sacan el
zapato
y me cortan los dedos con sus
bayonetas?
¿Que pisan la tierra que
piso?
¡Que los piso a ellos!
¡Que mis pies no se dejan!
Que mis pies se afirman en este
suelo,
desde aquí me crecen
y se clavan como un
mástil.
No, no… mis pies no corren por mis
piernas,
yo no corro por mis pies.
¿Que tienen los pies más
grandes
y no les alcanza ninguna medida?
¿Qué viven probándose
los zapatos de los demás?
¿Qué todos los números
son de ellos?
¿Qué se prueban mis
zapatos?
¡Que este zapato no se
deja
sepan!
¡Que este pie no se deja
sepan!
Que este pie no se deja,
que patea si se acercan,
que no se acerquen.
Que camina por la medida de su
horma,
y abarca la costura de su
tierra.
Que patea donde más les
duele.
¿Qué pisan la tierra que
piso?
¡Que los
piso!
Solo un
poeta
No cargo las armas.
No cargo la guerra.
No cargo la sangre.
Aunque la sangre me mate.
No sé manejar un coche,
menos un arma.
No sé manejar un hijo,
menos una guerra.
No sé manejarme en la
sangre
que agonizo en estas
líneas.
No vestiré el uniforme.
Ni un fusil.
Ni una sola bala siquiera.
La perdería por el bolsillo
agujereado
del único pantalón que
tengo.
Y no perdonarían mi
torpeza.
No me dejarían explicarles que soy
poeta.
que sí visto mi tierra
me la pongo encima
me la tomo con el agua
que extraigo de ella,
me meto en ella y ya no salgo.
Y menos comprenderían si les
digo:
Les cambio un poema por su
guerra,
la más hermosa de mis partituras por
sus armas,
toda mi obra, si es que vale,
porque no mueran los hijos.
No disparen.
No cargo la violencia.
No cargo con esta guerra.
No cargo contra el ser humano.
Aunque su locura me hiera.
¡Que solo me siento hoy,
solo un poeta!
Guerras
Mi abuelo, decía:
Que en un tiempo,
en un lugar,
unos hombres.
Y yo trataba de explicarle:
Que no hay tiempo,
ni éste es lugar para
cuentos
y que esos hombres están
aquí.
Pero él, me seguía
contando.
Que esos hombres cargaban armas,
que llegaron con malas
intenciones
a matarle los hermanos.
Yo lo quise cortar
diciéndole:
Que hay que irse,
que esos hombres vuelven.
¿No me entiende, abuelo?
Y el continuaba:
Que a la abuela,
a los vecinos y a sus hijos,
esos hombres…
No siga, abuelo.
Quise secarle las lágrimas y
él…
Después nos embarcamos
dejando la casa, la
tierra…
Eso mismo, abuelo, hay que irse.
¿No oye los estruendos?
-¿Qué ruidos son esos,
hijo?
Los de la guerra, abuelo.
¿La guerra…? la guerra
había terminado entonces,
al poco tiempo que inmigramos.
¡Eso mismo abuelo, hay que
emigrar
de nuevo! Esta es otra guerra,
¿me entiende, o no?
Sí, sí, los Moros, otra
vez.
No, no son los Moros, abuelo.
¡Son los Ingleses!
¡Que nos devuelvan
Gibraltar,
esos usurpadores!
¡Que estamos en Argentina,
abuelo,
no en España!
¿Y qué quieren?
¡Quieren las Malvinas,
abuelo!
Pero las Malvinas
¿no son argentinas?
Acabemos de una vez con esta
guerra
Rodeas mi cuerpo y algo mío
invade el tuyo
(No hay gente en la
casa)
Te penetro y
abarcás mi tamaño
(No hay vecinos para
observarnos)
Damos vueltas
(Vibrando está la
cama al vuelo de los aviones)
Te quiero
(Afuera estallan
granadas)
Te quiero
(Afuera la guerra no
acaba)
Te cubro con mis
besos
(Afuera gime un
niño)
pedís un
niño adentro
(Manchas de sangre
empañan los vidrios
de las ventanas)
Y nosotros haciendo el
amor
(El pueblo está
de guerra en la frontera)
Y aquí nada nos
falta,
todo nos sobra.
¡Acabemos de una vez con esta
guerra!
Dilemas
¿El León es un Rey o el Rey
es un León?
¿El León gruñe en
inglés o el Rey es un inglés que
gruñe?
¿El León es Rey de la selva o
un Rey dueño de los zoológicos?
¿Es un León o una Reina
Leona?
¿Es un León o Leona de melena
o un León o Leona de corona?
¿Es un León o Leona azules o
un Rey o Reina de sangre azul?
¿Son Leones en su trono o Reyes
tronadores?
¿Es el León, un León
de película o un Rey de ficción?
¿Un León con garras o un Rey
que se desgarra?
¿Un León Rey o un Rey medio
animal?
¿Es un León en su castillo o
un Rey en su cueva?
¿Es una Leona con escolta o una
Reina con cola?
¿Una Leona que me rasguña o
una Reina
que me corta con su espada?
Ay, está bien, lo que
seas.
¡Que la Reina, digo, o la
Leona,
ya bastante tiene con su jaula!
Aquí, aquí todo
queda
Hoy no soy
ni poeta del
pueblo
ni músico
de mi pueblo.
Hoy soy
de mi tierra entera.
Y
si
ella
me
muere
y
si
me
llegara
a
morir.
Aquí,
aquí
todo
queda.
Kuraiem en el Club Huracán de San
Justo. Foto de archivo, 1982
Notas
(1) "Este libro
(…) tiene por momentos una amarga ironía, demasiado
dolor; es contradictorio como este tiempo que nos ha tocado
vivir, hay una profunda voluntad de poesía, por momentos,
de la más autentica, que nace del choque con la dureza de
la realidad y de la necesidad de comprenderla. Es inútil
buscar aquí complacencia en la belleza gratuita; todo
apunta en la misma dirección; a veces un sarcasmo
doloroso; a veces una esperanza casi ingenua, estos poemas de
Kuraiem van hacia la gente con la decisión del
diálogo; no se esconden, tratan por el contrario de
mostrar revitalizada, nuestra realidad -dura pero tangible-
inevitable pero modificable en base a esfuerzo y voluntad como
los que aquí se reflejan." Omar Cao, poeta, narrador,
ensayista y dramaturgo, fragmento del prólogo a la primera
edición de Presagios de Guerra, abril 1983, poemas de
Kuraiem.
(2) "Entre 1976 y 1982
sólo los mediocres que cantaban sin decir nada tuvieron
acceso al gran público. La guerra por la
recuperación de las Islas Malvinas fue el pasaje a la
muerte para muchos jóvenes argentinos y
paradójicamente la llave para el renacimiento del rock
nacional. «No cargo las armas./ No cargo la guerra./ No
cargo la sangre./ Aunque la sangre me mate./ Nada de esto
está en mis planes…/ No sé manejar un coche/
menos un arma…/ No sé manejar un hijo/menos una
guerra…/ No sé manejarme en la sangre que agonizo en
estas líneas…/ No vestiré el uniforme./ Ni un
fusil./ Ni una sola bala siquiera», escribió Kuraiem
el 2 de abril de 1982 en su libro Presagios de Guerra.
Prólogo Letras de Rock, Antología
Poética, Edgardo Miller, periodista.
Edición Tres Más Uno, dirigida por Eduardo Monte
Jopia 1996."
(3) Querido Kuraiem: Tu mensaje es el
más cuerdo de todos, el que viene de la poesía a
través de quien la escribe. Tu poesía está
impregnada de realidad, y habla de un hecho tan conocido por
todos, pero a la vez tan distorsionado, usado, manipulado,
vendido, que asusta de sólo pensarlo (…) la doble
posibilidad que te da la poesía y la
música, hace más entendible tu posición ante
el hecho siempre lamentable de la guerra, en una realidad que no
se puede obviar ni olvidar. El libro es una joya por la calidad
de su impresión y las fotos, que ayudan a la
intención del mensaje. El poema Aquí, Aquí
todo queda es excelente, la mejor poesía con la mayor
economía de palabras". Correspondencia. J. C.
Moisés, Sarmiento, 20 de agosto de 1983.
"Hoy volví de lleno a tu libro, con un
recorrido por tu obra que permite una mirada panorámica
que me ha movilizado el nervio de la emoción. De entrada
me agarrás el cuello con tus "Presagios de guerra", justo
cuando terminaba de escribir una nota para una revista de
historietas de Comodoro, sobre una tira de humor que se
hacía en un diario de esa ciudad vecina entre abril y
junio del 82. No hay manera de suscribir tus palabras: "hay un
invasor que invade / adentro y otro invade / desde afuera / y a
ninguno de ellos les doy crédito". Correspondencia.
Juan Carlos Moisés, poeta, dibujante y dramaturgo,
2007.
(4) En la edición original del
libro Presagios de Guerra, se hicieron mil ejemplares, en papel
ilustración, con una faja en la que se leía "Hay un
invasor que invade adentro y otro invade desde afuera"… un
libro muy cuidado en su edición y con una tirada grande
para un poeta "nuevo", como digo en el poema "Llevo un trabajador
en cada bolsillo, Kuraiem.
(5) Estimado poeta Kuraiem: "La
construcción de tu libro Presagios de guerra me parece
estupenda (…) y ahora después de mucho tiempo, sigo
sintiendo la misma bronca, la misma desazón, el mismo
asombro que entonces. Y eso se debe a la relectura de tus poemas,
lo que significa que la «calentura» que
sentías ha sabido trascender y llegar más
allá del tiempo a ser trasmitida tal cual al eventual
lector." Correspondencia. Antonio Aliberti, poeta, ensayista y
traductor. Director del Grupo Roberto Arlt. San Antonio de Padua,
1984.
(6) Estimado Kuraiem: "Son sus versos de un
dramatismo desgarrado, a la altura de la calamidad que
profetizan. Hay sentimiento de dolor vivísimo, como los
viejos trenos helénicos". Correspondencia. Pedro Grases,
Fundación La Casa de Bello. Caracas, 1 de julio de
1983.
(7) Compañero Kuraiem: "El libro
Presagios de guerra, es una denuncia a la barbarie y un canto
a la Paz. Es cierto que contigo «El poeta
salió a pelear la realidad», que cada vez es
más nacional y latinoamericana. Adelante! Con profunda
solidaridad." Correspondencia. Rodolfo Romero. UTAL Caracas,
1º de marzo de 1983.
(8) "Contrariamente a otros poetas, Carlos Kuraiem
propone el diálogo en la cultura, en el arte, en la
literatura y, en particular, en la poesía, y muestra la
realidad, su realidad, para depositarla en el espacio del
intercambio, como sucede con Presagios de Guerra y también
la "pelea", que descontextualizada de la cruenta Guerra de
Malvinas, manifiesta en el impecable verso "el poeta salió
a pelear la realidad". Kuraiem es un poeta que ve "con los ojos
de su tiempo". En él no hay reveses, su discurso es
frontal y sincero y, a veces, arriesgado: "que los poetas en esta
tierra/ mueren apenas nacen". Él renacerá en cada
uno de sus versos de nobleza sencilla, sentimiento profundo y
claridad contundente." Susana Lamaison, Licenciada en Letras,
Universidad de Morón, 2007.
(9) Tríptico con poemas
de Carlos Kuraiem. Selección de su Libro Presagios de
Guerra. Auspiciada por Servicio de Educación por el Arte.
Editada por la Revista La Matera (2012, Santa fe,
Argentina.
(10) "Kuraiem, no podés
imaginarte cómo quedó tu poema gigante. Lo
queríamos guardar por unos días, pero evidentemente
no es poema para estar guardado. Es un "mantel de versos" tendido
y convidando a otros; y qué bueno haber sido parte en
tender esta mesa. En este momento está en manos del profe
de Tecnología, poniéndole varillas para que
RESISTA…! Ya salió del aula para instalarse en estos
patios donde la inocencia está intacta y sabrán
leer amorosamente cada letra de cada verso recortado y pegado,
portando los colores del Sol y sus amaneceres. Luego
ocupará su sitio en las paredes de la Biblioteca, y
saldrá a tomar aire cada vez que lo requiera"
Correspondencia. Marta Goddio.
(11). Kuraiem: una sombra que ilumina. A lo largo de
toda su evolución, la poesía de Kuraiem es una
muestra de profundidad reflexiva, sin mecanismos efectistas,
poesía que no saca los pies de la tierra,
visualización de los juegos cotidianos que conducen al
des-cubrimiento de la geografía humana, su
abnegación y sus dolores tan profundos como antiguos. En
Presagios de Guerra, el poeta abre la realidad observada desde
ciertos ángulos de riesgo de la conciencia, pero no
retrocede y su valor aumenta: "… y veo con los ojos de mi
tiempo ", "esta guerra es una llaga/ que hay un invasor que
invade/ adentro y otro invade/ desde afuera…" Bajo el
título "Que los tengo a mis pies", Kuraiem escucha y
traduce el ultrasonido del peligro, y nos deja conteniendo la
respiración mientras perfora los bordes oscuros de ese
tiempo: "¿Qué viven probándose los zapatos/
de los demás? / ¿Qué todos los
números son de ellos?/ ¿Qué se prueban mis
zapatos?/ ¿Qué pisan la tierra que piso?/ Que los
piso! …" Silvia Marina Crespo, poeta y artista plástica,
2007.
Registros extraídos del Facebook del
autor:
"Kuraiem, me llegó hasta lo más
profundo de las entrañas la foto de tapa del libro
Presagios de Guerra, lo que contás cómo fue tomada
y los impresionantes poemas que escribiste con toda la sangre
revuelta. Una vuelta al pasado que duele y cura" Jorge Luis
Estrella, poeta y narrador, Buenos Aires.
"Poemas de Kuraiem que se han vuelto
imprescindibles… ¡Qué gran poeta eras ya entonces,
Carlos!… Este libro lo guardo como uno de mis tesoros…" Alba
Murúa, docente.
"Que los poetas en esta tierra mueren apenas nacen".
Kuraiem, sigue desparramando las letras en palabras y las
palabras en versos que nos parten el alma, pero nos dejan
impregnados de belleza". Liliana Negromanti.
¡Excelente! ¿Qué adjetivo hay
para tanto talento? Daniel Arias.
"Lo que tienen estos poemas de Kuraiem, es que me
los creo todos y dejo que me toquen hasta el hueso. Lo mismo me
pasaba con Cardenal, y ahora me pasa con los poetas palestinos:
"no quieren convertir a la poesía en un arma para no
parecerse a los que los asesinan" Concepción Bertone,
poeta, Rosario.
"Una poesía que llega por lo intelectual pero
que estalla en lo físico. Corporales y profundos estos
textos de Kuraiem" Carlos Cuccaro, poeta, Azul.
"Solo un atardecer Patagónico, unos mates con
El Amigo y estrellas a la vera de La Mujer Amada, se comparan a
estos versos de Kuraiem." Daniel Fogtman.
"Kuraiem: Un poeta escribiendo sus sentimientos y
verdades ¿o sentimientos y verdades de la mano de un
poeta?" Julio Hernández, narrador.
"El poeta salió a pelear la realidad. Cada
línea escrita es una vida y tiene sustantividad por
sí misma.- Cada verso exige detenerse para una
reflexión profunda a través de grandes
síntesis artísticamente expresadas en pocas
palabras.- Por encima de una dura realidad social que genera un
continuo proceso de debatirse a sí mismo, la
exaltación del ser… "Y el sol sólo me dura
un día". Es de antología y para ir analizando verso
a verso.- Vale la pena el esfuerzo de hacer estas obras porque
además, conlleva la generosidad de hacérnosla
conocer a los demás y que podamos transmitirla a quienes
lo necesitan, que son muchos.- Con estos textos llenos de
sentido, tendría que alfabetizarse a la población y
con este esmero, enseñar al que no sabe. Tu poema me
pareció extenso, tan profundo y tan amplio, que
reúne el vivir del movimiento obrero, el sentir, el
llorar, el lamentar, el salvarse así mismo".
Correspondencia. Victoria Martínez González,
España.
"Conmueven con cada lectura, tus palabras son un
estampido de la memoria en nuestros ojos, una historia que
describe el olvido sepultado por montañas de ignominia, un
dedo que circunda la llaga con la sutil delicadeza de un
pájaro" Leonardo Gastón Herrmann.
"¡Lo leí y me estallo el cerebro! Tu
escrito tiene una entraña difícil de ser producida,
pero muy palatable para el lector." Federico
Lamaison.
Kuraiem, 2013
Fotografía: Marta Goddio
Biography
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