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Carlos Kuraiem: Poemas de la Guerra (Guerra de Malvinas / Falklands War)




Enviado por Marta Goddio



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Monografía destacada


    Carlos Kuraiem: Poemas de la Guerra
    Monografias.com

    Carlos Kuraiem: Poemas de la
    Guerra
    (Guerra de Malvinas / Falklands
    War)

    Trabajo de investigación y
    notas

    Prof. Marta Goddio

    Monografias.com

    Imagen de tapa de la 1ª
    edición del libro "Presagios de Guerra 2 de abril de
    1982", de Carlos Kuraiem.

    Fotografía: Lucio Consentino.

    ¿Cómo se enseña una Guerra
    intentando ubicarnos  en el cabezal del péndulo
    que oscila entre  la "Gesta"  y  la
    vergüenza de admitir, que por haberla perdido se
    recuperó la democracia…? Hay un vacío, una
    abreviación intencional, un silencio que retumba
    denunciando complicidad  por omisión o
    réplica del mensaje aceptado para no incomodar
    (se),  para evitar navegar contra la corriente que
    impone un modo de ver y de interpretar los hechos.

    Otra Historia punza en el vaivén del pensamiento
    que resiste y se manifiesta desde un libro de
    poemas  escritos bajo el fuego de dos bandos que
    usurpaban la conciencia popular con historias de piratas en las
    mares del Sur desvaneciendo en la bruma de los mitos del honor y
    el patriotismo, la hipocresía de un país que se
    entregó a las garras de los que detentaban el poder.
    Habrá que considerar alguna vez los sofismas que se
    transmiten manchando la Bandera desde producciones musicales,
    documentales y películas que han pasado por alto la
    denuncia del "poeta que sale a pelear la realidad", sin esperar
    el bronce o la medalla, en otros terrenos también
    desolados: con un libro de poemas alegórico,
    emblemático, por haber sido escrito en los mismos
    días de iniciado el conflicto entre Argentina y el Reino
    Unido, sin obras paralelas para su comparación. No existe
    registro de otros autores que hayan abordado desde la
    épica literaria la Guerra de Malvinas, del modo que lo ha
    hecho Kuraiem: rescatando una retórica en la que se asume
    protagonista, marcando de este modo la función social del
    poeta, mostrando desde otra actitud guerrera – alejada de los
    extremos que imponen los héroes o los dioses- la
    hazaña de peregrinar como los antiguos rapsodas con un
    puñado de poemas que aporten otras significaciones, otras
    perspectivas para la reflexión y el
    análisis.   

    Monografias.com

    Contratapa del libro "Presagios de
    Guerra" de Carlos Kuraiem.

    Fotografía: Lucio Consentino, 1982.

    La fotografía  de contratapa muestra en
    un muro el traje que parece vestir un fantasma:

    -Para mí es Carlos…  - dice
    Candela mientras mira una de las imágenes del
    tríptico con los poemas seleccionados del libro Presagios
    de Guerra. 

    – Sí… esa es una chaqueta de guerra…
    (Julián)

    – Es un traje de soldado…
    (Alan)

    – ¿Era
    soldado?  (Marcos)

    – ¿Y por qué tiene una guitarra? (Juan
    Pablo)

    – Porque es un cantor ¿No  ves?
    (Julián)

    – En el corazón te da algo así…
    porque ese soldado va a la guerra y por ahí se puede
    morir… (Shaiel)

    -Pero tenían  que ir igual…
    había que ir a defender a la Patria
    (Yanil)

    Monografias.com

    Carlos Kuraiem con alumnos de 3°Grado
    de la Escuela N° 46 "Bernardino Rivadavia", Candioti, Santa
    Fe, 2012

    Fotografía: Marta Goddio

    Tan chicos  y en la
    discusión  revelando ideologías,
    contradicciones de una sociedad fragmentada que cubre con el
    "Deber" el sentido elemental del respeto a la vida.  La
    confrontación puesta en evidencia desde una imagen
    motivadora intencionalmente presentada como recurso
    didáctico en el formato de un tríptico que
    reproducía además de una selección de poemas
    del libro "Presagios de Guerra, 2 de abril de 1982" (1),
    las fotografías de tapa y contratapa, capturadas por Lucio
    Consentino.

    Los poemas presentados, de libre elección para la
    lectura, aventuraron a otras búsquedas, la necesidad de
    acudir a otras fuentes de información: "Mi abuela ya
    estaba nacida, así que le puedo preguntar por qué
    pasó la Guerra…" organizarse en grupos proponer
    otras actividades: desde buscar en el diccionario el significado
    de las palabras que desconocían, a preguntar a los padres
    para que expliquen con "palabras de adulto" o dibujar al Poeta
    que se va, dejando su calle atrás.

    Tres décadas esperaron estos poemas para entrar
    por primera vez a una escuela abriéndose paso desde su
    portada, por la historia que Yanil leía desde la pantalla
    de la computadora:

    "Con el fotógrafo Lucio Consentino, tuvimos que
    planificar toda la escena para capturar la imagen – en el
    país había estado de sitio, mataban, torturaban,
    compraban periodistas (mucha gente se ofrecía gratis) y
    estaba prohibido tomar fotografías de los edificios
    públicos: los dos, Lucio y yo, cruzamos caminando por la
    vereda de la Plaza de Mayo, charlando como un par de turistas
    distraídos, en dirección al Banco Nación. Yo
    iba del lado del cordón tapando a Lucio que en un tris
    tenía que gatillar para tomar la foto de tapa,
    podría hacerlo una sola vez. Su cámara estaba a la
    altura de mi hombro y avanzamos sin perder el paso. El resultado
    fue esa imagen tétrica, alargada de los granaderos, un par
    de personas deslizándose y la Casa Rosada. Como Lucio
    tenía dudas con el cielo (y ya no podíamos repetir
    la toma) fuimos a Plaza Congreso, donde alborotamos a las
    palomas, que se dispersaron en lo alto, quedando como si
    semejaran helicópteros o aviones. En el laboratorio de
    Lucio, "dibujando con la luz", realizamos el ensamble de las dos
    imágenes.

    Los poemas los escribí entre los días 2, 3
    y 4 de abril de 1982. Antes de su edición, fueron
    leídos por Eduardo Aliverti, en su columna de radio
    Continental, en un encuentro organizado por la Revista Pan
    Caliente, donde había una fotocopiadora a
    disposición de los poetas para hacer copias de los poemas
    y repartirlos a la gente; en un recital en el Huracán de
    San Justo, en el que canté y dije algunos de los versos y
    en varias Bibliotecas Populares". Algo hicimos. Breve historia
    sobre la portada de mi primer libro Presagios de Guerra 2 de
    abril de 1982, Kuraiem.

     A veces la Historia se escapa de los barrotes, de
    los márgenes impuestos, de las ideas preestablecidas, de
    los conceptos anacrónicos. Se toma de la mano del
    arte  para avivar las voces enmudecidas,
    marginadas.  Se abre espacio y extiende puentes,
    ofreciendo materiales para la reconstrucción desde las
    voces vivas del presente. Porque el conocimiento no sólo
    viaja en las hojas de un libro. También
    se procesa desde una  fotografía que
    fija  el tiempo para focalizar la mirada en el
    extraño contraste que se revela de una imagen "conocida" y
    que a la vez muestra  desde otras estrategias
    discursivas, las distorsiones históricas que prevalecen en
    el imaginario colectivo

    Cambios y permanencias que emergen de
    una  Casa Rosada, más oscura, más
    tétrica al ser  impresa en el papel,
    como  si a
    quien  ensambló  sus partes no le
    hubieran  bastado los recursos para expresar el terror.
    Misterios del Arte, recursos del  artistas, el de
    acompañar los ojos, ampliar el plano   para
    que otros logren atravesar el hermetismo de la puerta aún
    cerrada de  Historias ausentes.

    También la pregunta se construye con lo
    más cercano y disponible. Seguramente muchas de
    ellas  no lograron ser formuladas, por la imposibilidad
    de organizar y asimilar toda la información.
    Requerirán del tiempo necesario para completar el
    proceso  y verbalizar con la contundencia necesaria, la
    impresión provocada a los sentidos.

    Se comienza a aprender que hay significados más
    complejos de desentrañar. Que el Diccionario no alcanza
    para entender el Presagio y  mucho menos explicar el
    dolor del Poeta.

    "Parece que nos estuviera hablando a
    nosotros"-  dice Alan al escuchar la voz de
    Kuraiem,  poniendo en evidencia el nacimiento de otro
    tipo de vínculo, más directo  y
    concreto  con alguien que desde su historia personal y
    artística ofrece otras piezas para armar la Historia
    Nacional, con otros aportes que vienen desde
    las  orillas   de los historiadores. "Es como
    un testigo, que no participó pero vio la Guerra de las
    Malvinas. Un  testigo-poeta porque prácticamente
    en la Guerra pasó todo eso…"

    Kuraiem-Poeta-Testigo denuncia, mueve, confronta desde
    sus versos rebelándose, negándose a "vestir el
    uniforme" y con claridad argumenta en la entrevista que le
    realizara Sinda Miranda, respondiendo sobre su libro "Presagios",
    al que a él le gusta llamar "Los poemas de la
    guerra".

    Apertura. Ráfaga musical. "Yo quise cantarte
    tres palabras/ y apenas alcancé a decirte una/ yo tuve que
    cerrar mi boca y no hablar/ porqué son ellos los que
    mandan./ Me han clavado sus puntas las estrellas/
    doliéndome por una eternidad/ he enterrado mis canciones
    tantas veces ya/ pero siempre he vuelto para cantar…"

    De la canción Three words (Tres Palabras) incluida en el
    disco Kuraiem Folk Fusión Lírica.

    Monografias.com

    Kuraiem, 1982. En su casa de Lomas
    del Mirador, Buenos Aires.

    Fotografía: Lucio Consentino

    Kuraiem: -Presagios de Guerra fue mi primer libro
    editado, no mi primer libro escrito, el primero  fue
    "El Canto del Gallo Rojo" … pero "El Canto…"
    quedó para después porque en el país
    ocurrió lo que se llamó la Guerra de
    Malvinas… imaginate que yo venía cantando desde el
    año 77 en algunos lugares alternativos y otros espacios
    conocidos de Buenos Aires y uno sabía lo que iba a pasar
    (2) …  el hecho que de golpe se llenara una plaza con
    miles de personas vitoreando a los militares que habían
    secuestrado, torturado y asesinado… fue terrible… y
    ese mismo día que tomaron Malvinas y los dos días
    que le siguieron,  compuse los poemas que
    después formarían parte de Presagios de Guerra…
    (Voz de Galtieri: "Compatriotas hemos recuperado sin rencores
    pero con la firmeza que las circunstancias exigen las islas
    australes que integran por legítimo derecho el patrimonio
    nacional")… Así nacieron estos poemas… muy
    en caliente, muy en crudo, así de una… y durante el
    año 82 los leí en todos los centros culturales y
    bibliotecas donde me invitaban… son poemas que así
    como nacieron los decía, no necesitaba del papel…
    los tenía incorporados oralmente, porque eran muy fuertes.
    (3) El libro recién se editó en el 83 (4), se
    hicieron mil ejemplares, que no era poco, era una tirada muy
    grande para un poeta… y con un fotógrafo amigo, que
    me tomaba las fotos cuando yo empecé a cantar en los
    teatros, recorrimos juntos las calles de Buenos Aires en ese
    mismo momento en que pasó todo… y él
    capturó imágenes de lo que escribía la gente
    en las paredes, y de una marcha muy grande que fue la
    Multipartidaria, que ocupó desde la Plaza Congreso hasta
    la Plaza de Mayo… y esas fotos formaron parte del libro,
    que se edita con  mis poemas y las fotos de Lucio
    Consentino… Toda pintada callejera qe decía
    "¡Fuera ingleses!", "Las Malvinas son argentinas" y tantas
    expresiones como esas ilustran el libro (5)… y antes de
    editarse, algunos de los poemas los leyó Eduardo Aliverti
    en su columna de Radio Continental. Se hacían fotocopias
    porque el libro no estaba, de varios centros de Ex Combatientes
    me invitaban, pero era un poco en vano… porque a ellos
    mucho no les servía para sus reivindicaciones… y
    esa era la cuestión, pero bueno, ahí está el
    valor de ese libro: es un libro que si bien habla de la tierra y
    del país, no avala el uniforme militar, ni en el que
    tomó Malvinas como militar de carrera, ni en el que
    después de haber ido a Malvinas  sigue usando el
    uniforme … y esa es la contradicción… pero
    en nuestro país se dio así… un conflicto
    como ese donde murieron tantos jóvenes, tantos hermanos
    míos y donde los padres entregaban a sus hijos para que
    vayan a pelear…

    (Cuña con reportaje a los soldados)

    Joven Soldado. -… "me llama la
    Patria… me llama la Patria"

    Periodista. – Absolutamente seguro
    ¿no?

    Joven Soldado. – Sí. Es una responsabilidad que
    tenemos en estos momentos: defendernos.

    Joven Soldado -… No, no… hijo
    único…" (Otra voz)

    Periodista. -¿Y qué dijo tu
    madre…?

    Joven Soldado. – Nada… a pesar de todo
    está contenta, me dio un beso y me deseó mucha
    suerte…porque sabe que venimos a defender a la
    patria…

    Kuraiem. – … Una cosa totalmente
    atroz…terrible… el padre despidiendo al hijo que
    iba a un lugar del que sabía que no iba a volver…
    (6) la mayoría de los padres lo sabían… los
    padres son viejos, son grandes, sabían  lo que
    estaban haciendo y lo hacían igual… así que
    es un libro que eso no lo avala. No avala la guerra ni las armas,
    dice: No a la violencia. (7) Todo el libro habla del poeta que
    pelea. No del soldado que pelea… (8)

    Ráfaga musical… "No me oirás
    decir cosas que no sienta, / mi palabra es solo el miedo a callar
    / y en esta tierra yo voy a seguir / luchando y cantando sin
    gloria ni paz
    "… De la canción Digging the air
    (Excavando el aire), incluida en el disco Kuraiem Folk
    Fusión Lírica.

      

    Monografias.com

    Carátula del disco Kuraiem Folk
    Fusión Lírica. Mucha Madera Producciones,
    Masterdisc, UMI Unión de Músicos Independientes,
    2012. Fotografía: Kuraiem en Querandi (1982). Retratado
    por Lucio Consentino.

    El poeta creyó

     El poeta creyó que era
    otoño.

    Al ver caer a los hombres

    que confundió con hojas

    que caían desde sus armas.

     

    Que confundió con ramas

    que se acostaban sobre la tierra.

     

    Que el poeta creyó un patio.

     ¿Y la sangre que goteaba de
    los cuerpos?

     Con la lluvia que
    caía

    sobre su ventana

    que era un cielo

    que el poeta confundió

    en sus hojas el otoño.

      

    Dejé mi calle atrás

    Dejé

    mi calle atrás,

    atrás,

    mi espalda;

    un recuerdo

    atrás.

     

    Un sol, soldado, en mi ventana.

    Un árbol de sombras.

    Una vecina limpiadora de veredas.

    Y un cartel a los familiares que
    decía:

    El poeta salió a pelear la realidad.

    Ráfaga musical… "Soy un hombre que
    desafío esta suerte/ solo y sin temblores en la voz/ soy
    el eco de aquellos que están usentes/ y otras veces soy mi
    propia voz…"

    De la canción A man who (Un hombre que) Rhythm
    Blues, incluida en el disco Kuraiem Folk Fusión
    Lírica.

    Los poemas El poeta creyó y Dejé mi calle
    atrás, recitados por Kuraiem en esta entrevista, han sido
    algunos de los seleccionados para presentar en los
    trípticos (9) que además de ser utilizados en el
    aula poética se compartieron con la comunidad, donde
    fueron leídos y distribuidos entre los
    presentes.

    "El Poeta creyó" acompañó desde un
    mural confeccionado por la familia Marinoni (10)  los
    actos escolares hasta el mes de mayo, en que el poeta Kuraiem lo
    dejó grabado en el aire del patio de la escuela, al
    recitarlo, de espaldas a los espectadores, de cara a la Vida.
    (11)

     

    Llevo un trabajador en cada
    bolsillo 

    Llevo un trabajador en cada
    bolsillo,

    será por eso

    que nunca me alcanza nada,

    que me mueren los poemas como
    sueños,

    y viajo con los brazos en alto

    en los colectivos repletos.

     

    Y muero anónimo,

    envejecido de versos.

    Siendo un poeta tan nuevo.

     

    Soporto una lucha diaria

    en cada paso que avanzo.

     

    Quizás sea eso,

    que los días me terminan

    sin yo nunca terminar las horas.

     

    Que me mueren los meses, los
    años,

    las décadas, de tanto
    esperarlos

    se me caen los brazos

    y me cuesta un siglo y medio

    volver a levantarlos.

     

    Un siglo de poeta

    y medio, postergado.

     

    Cargo mis dilemas en este poema
    abierto,

    como una mano abierta,

    un cachetazo a mí mismo,

    como un verso guacho duele.

     

    Sólo tengo este tiempo

    para expresarme

    y puedo verlo,

    veo con los ojos de mi tiempo.

     

    Veo que hoy la patria

    reclama al obrero

    que ayer fue golpeado

    en una manifestación
    imaginaria

    para ir a ocuparse de una
    guerra.

     

    ¿Qué no hace uno por su
    tierra?

    ¿Qué no aguanta uno por
    ella?

    ¿Qué no entrega?

    ¿Qué no llora?

    ¿Qué no deja?

     

    Es de verse como todos se
    ofrecen,

    sin reservas marcha el hijo,

    el padre, la madre,

    y yo

    me alisto con ellos.

     

    Sólo pesarán los hijos
    vivos

    en las conciencias.

    ¿Me elegirán a

    para hacer el inventario de sus hijos
    muertos?

     

    Y yo les diré de
    consuelo:

     

    Que también los
    estudiantes

    mueren jóvenes.

    Que el obrero no se alcanza

    a sí mismo.

    Que los poetas en esta tierra

    mueren apenas nacen.

     

    Y será por eso,
    decía,

    que esta guerra es una llaga,

    que hay un invasor que invade

    adentro y otro invade

    desde afuera

    y a ninguno de ellos

    les doy crédito.

     

    Y será por eso ¡diré
    siempre!

     

    Que no me dura el poeta,

    ni un poema, ni unas
    sílabas;

    ni una sola letra tomada a
    préstamo.

     

    Y me rechaza el sueño.

     

    ¡Que ahora veo a mi pueblo en
    armas!

    ¡que veo presagios de
    guerra!

    Y el sol sólo me dura un
    día.

     

    Y ya no veo a mi tierra.

     

     

    Que los tengo a mis pies

    Que los tengo a mis pies.

    Que me pisan los pies.

    Que no me llegan a los pies.

     

    ¿Qué sí llegan a mis
    pies?

    ¿Qué se apoderan de mis
    pies?

    ¿Qué me sacan el
    zapato

    y me cortan los dedos con sus
    bayonetas?

     

    ¿Que pisan la tierra que
    piso?

     

    ¡Que los piso a ellos!

    ¡Que mis pies no se dejan!

     

    Que mis pies se afirman en este
    suelo,

    desde aquí me crecen

    y se clavan como un
    mástil.

     

    No, no… mis pies no corren por mis
    piernas,

    yo no corro por mis pies.

     

    ¿Que tienen los pies más
    grandes

    y no les alcanza ninguna medida?

     

    ¿Qué viven probándose
    los zapatos de los demás?

    ¿Qué todos los números
    son de ellos?

    ¿Qué se prueban mis
    zapatos?

     

    ¡Que este zapato no se
    deja

    sepan!

     

    ¡Que este pie no se deja

    sepan!

     

    Que este pie no se deja,

    que patea si se acercan,

    que no se acerquen.

     

    Que camina por la medida de su
    horma,

    y abarca la costura de su
    tierra.

     

    Que patea donde más les
    duele.

    ¿Qué pisan la tierra que
    piso?

    ¡Que los

                 piso!

     

     Solo un
    poeta

    No cargo las armas.

    No cargo la guerra.

    No cargo la sangre.

    Aunque la sangre me mate.

    No sé manejar un coche,

    menos un arma.

    No sé manejar un hijo,

    menos una guerra.

    No sé manejarme en la
    sangre

    que agonizo en estas
    líneas.

    No vestiré el uniforme.

    Ni un fusil.

    Ni una sola bala siquiera.

    La perdería por el bolsillo
    agujereado

    del único pantalón que
    tengo.

    Y no perdonarían mi
    torpeza.

    No me dejarían explicarles que soy
    poeta.

    que sí visto mi tierra

    me la pongo encima

    me la tomo con el agua

    que extraigo de ella,

    me meto en ella y ya no salgo.

    Y menos comprenderían si les
    digo:

    Les cambio un poema por su
    guerra,

    la más hermosa de mis partituras por
    sus armas,

    toda mi obra, si es que vale,

    porque no mueran los hijos.

    No disparen.

    No cargo la violencia.

    No cargo con esta guerra.

    No cargo contra el ser humano.

    Aunque su locura me hiera.

    ¡Que solo me siento hoy,

    solo un poeta!

    Guerras

    Mi abuelo, decía:

    Que en un tiempo,

    en un lugar,

    unos hombres.

    Y yo trataba de explicarle:

    Que no hay tiempo,

    ni éste es lugar para
    cuentos

    y que esos hombres están
    aquí.

    Pero él, me seguía
    contando.

    Que esos hombres cargaban armas,

    que llegaron con malas
    intenciones

    a matarle los hermanos.

    Yo lo quise cortar
    diciéndole:

    Que hay que irse,

    que esos hombres vuelven.

    ¿No me entiende, abuelo?

    Y el continuaba:

    Que a la abuela,

    a los vecinos y a sus hijos,

    esos hombres…

    No siga, abuelo.

    Quise secarle las lágrimas y
    él…

    Después nos embarcamos

    dejando la casa, la
    tierra…

    Eso mismo, abuelo, hay que irse.

    ¿No oye los estruendos?

    -¿Qué ruidos son esos,
    hijo?

    Los de la guerra, abuelo.

    ¿La guerra…? la guerra

    había terminado entonces,

    al poco tiempo que inmigramos.

    ¡Eso mismo abuelo, hay que
    emigrar

    de nuevo! Esta es otra guerra,

    ¿me entiende, o no?

    Sí, sí, los Moros, otra
    vez.

    No, no son los Moros, abuelo.

    ¡Son los Ingleses!

    ¡Que nos devuelvan
    Gibraltar,

    esos usurpadores!

    ¡Que estamos en Argentina,
    abuelo,

    no en España!

    ¿Y qué quieren?

    ¡Quieren las Malvinas,
    abuelo!

    Pero las Malvinas

    ¿no son argentinas?

     

    Acabemos de una vez con esta
    guerra

     Rodeas mi cuerpo y algo mío
    invade el tuyo

     (No hay gente en la
    casa)

     Te penetro y
    abarcás mi tamaño

     (No hay vecinos para
    observarnos)

     Damos vueltas

     (Vibrando está la
    cama al vuelo de los aviones)

     Te quiero

     (Afuera estallan
    granadas)

     Te quiero

     (Afuera la guerra no
    acaba)

     Te cubro con mis
    besos

     (Afuera gime un
    niño)

     pedís un
    niño adentro

     (Manchas de sangre
    empañan los vidrios

    de las ventanas)

     Y nosotros haciendo el
    amor

     (El pueblo está
    de guerra en la frontera)

     Y aquí nada nos
    falta,

    todo nos sobra.

    ¡Acabemos de una vez con esta
    guerra!

    Dilemas

    ¿El León es un Rey o el Rey
    es un León?

    ¿El León gruñe en
    inglés o el Rey es un inglés que
    gruñe?

    ¿El León es Rey de la selva o
    un Rey dueño de los zoológicos?

    ¿Es un León o una Reina
    Leona?

    ¿Es un León o Leona de melena
    o un León o Leona de corona?

    ¿Es un León o Leona azules o
    un Rey o Reina de sangre azul?

    ¿Son Leones en su trono o Reyes
    tronadores?

    ¿Es el León, un León
    de película o un Rey de ficción?

    ¿Un León con garras o un Rey
    que se desgarra?

    ¿Un León Rey o un Rey medio
    animal?

    ¿Es un León en su castillo o
    un Rey en su cueva?

    ¿Es una Leona con escolta o una
    Reina con cola?

    ¿Una Leona que me rasguña o
    una Reina

    que me corta con su espada?

    Ay, está bien, lo que
    seas.

    ¡Que la Reina, digo, o la
    Leona,

    ya bastante tiene con su jaula!

     Aquí, aquí todo
    queda

     Hoy no soy

           ni poeta del
    pueblo

           ni músico
    de mi pueblo.

    Hoy soy

    de mi tierra entera.

           Y

       si

         ella

      me

            muere

     

                     y

                  si

             me

     llegara

                   a  

     morir.

     

    Aquí,

    aquí

    todo

             
    queda.

    Monografias.com

    Kuraiem en el Club Huracán de San
    Justo. Foto de archivo, 1982

    Notas

     (1)   "Este libro
    (…) tiene por momentos una amarga ironía, demasiado
    dolor; es contradictorio como este tiempo que nos ha tocado
    vivir, hay una profunda voluntad de poesía, por momentos,
    de la más autentica, que nace del choque con la dureza de
    la realidad y de la necesidad de comprenderla. Es inútil
    buscar aquí complacencia en la belleza gratuita; todo
    apunta en la misma dirección; a veces un sarcasmo
    doloroso; a veces una esperanza casi ingenua, estos poemas de
    Kuraiem van hacia la gente con la decisión del
    diálogo; no se esconden, tratan por el contrario de
    mostrar revitalizada, nuestra realidad -dura pero tangible-
    inevitable pero modificable en base a esfuerzo y voluntad como
    los que aquí se reflejan." Omar Cao, poeta, narrador,
    ensayista y dramaturgo, fragmento del prólogo a la primera
    edición de Presagios de Guerra, abril 1983, poemas de
    Kuraiem.

    (2)    "Entre 1976 y 1982
    sólo los mediocres que cantaban sin decir nada tuvieron
    acceso al gran público. La guerra por la
    recuperación de las Islas Malvinas fue el pasaje a la
    muerte para muchos jóvenes argentinos y
    paradójicamente la llave para el renacimiento del rock
    nacional. «No cargo las armas./ No cargo la guerra./ No
    cargo la sangre./ Aunque la sangre me mate./ Nada de esto
    está en mis planes…/ No sé manejar un coche/
    menos un arma…/ No sé manejar un hijo/menos una
    guerra…/ No sé manejarme en la sangre que agonizo en
    estas líneas…/ No vestiré el uniforme./ Ni un
    fusil./ Ni una sola bala siquiera», escribió Kuraiem
    el 2 de abril de 1982 en su libro Presagios de Guerra.
    Prólogo Letras de Rock, Antología
    Poética,  Edgardo Miller, periodista.
    Edición Tres Más Uno, dirigida por Eduardo Monte
    Jopia 1996."

    (3)  Querido Kuraiem: Tu mensaje es el
    más cuerdo de todos, el que viene de la poesía a
    través de quien la escribe. Tu poesía está
    impregnada de realidad, y habla de un hecho tan conocido por
    todos, pero a la vez tan distorsionado, usado, manipulado,
    vendido, que asusta de sólo pensarlo (…) la doble
    posibilidad que te da la poesía  y la
    música, hace más entendible tu posición ante
    el hecho siempre lamentable de la guerra, en una realidad que no
    se puede obviar ni olvidar. El libro es una joya por la calidad
    de su impresión y las fotos, que ayudan a la
    intención del mensaje. El poema Aquí, Aquí
    todo queda es excelente, la mejor poesía con la mayor
    economía de palabras". 
    Correspondencia. J. C.
    Moisés, Sarmiento, 20 de agosto de 1983.

    "Hoy volví de lleno a tu libro, con un
    recorrido por tu obra que permite una mirada panorámica
    que me ha movilizado el nervio de la emoción. De entrada
    me agarrás el cuello con tus "Presagios de guerra", justo
    cuando terminaba de escribir una nota para una revista de
    historietas de Comodoro, sobre una tira de humor que se
    hacía en un diario de esa ciudad vecina entre abril y
    junio del 82. No hay manera de suscribir tus palabras: "hay un
    invasor que invade / adentro y otro invade / desde afuera / y a
    ninguno de ellos les doy crédito
    ". Correspondencia.
    Juan Carlos Moisés, poeta, dibujante y dramaturgo,
    2007.

    (4)  En la edición original del
    libro Presagios de Guerra, se hicieron mil ejemplares, en papel
    ilustración, con una faja en la que se leía "Hay un
    invasor que invade adentro y otro invade desde afuera"… un
    libro muy cuidado en su edición y con una tirada grande
    para un poeta "nuevo", como digo en el poema "Llevo un trabajador
    en cada bolsillo, Kuraiem.

    (5) Estimado poeta Kuraiem: "La
    construcción de tu libro Presagios de guerra me parece
    estupenda (…) y ahora después de mucho tiempo, sigo
    sintiendo la misma bronca, la misma desazón, el mismo
    asombro que entonces. Y eso se debe a la relectura de tus poemas,
    lo que significa que la «calentura» que
    sentías ha sabido trascender y llegar más
    allá del tiempo a ser trasmitida tal cual al eventual
    lector." Correspondencia. Antonio Aliberti, poeta, ensayista y
    traductor. Director del Grupo Roberto Arlt. San Antonio de Padua,
    1984.

    (6)  Estimado Kuraiem: "Son sus versos de un
    dramatismo  desgarrado, a la altura de la calamidad que
    profetizan. Hay sentimiento de dolor vivísimo, como los
    viejos trenos helénicos". Correspondencia. Pedro Grases,
    Fundación La Casa de Bello. Caracas, 1 de julio de
    1983.

    (7)  Compañero Kuraiem: "El libro
    Presagios de guerra, es una denuncia a la barbarie y un canto
    a  la Paz. Es cierto que contigo «El poeta
    salió a pelear la realidad», que cada vez es
    más nacional y latinoamericana. Adelante! Con profunda
    solidaridad." Correspondencia. Rodolfo Romero. UTAL Caracas,
    1º de marzo de 1983.

    (8) "Contrariamente a otros poetas, Carlos Kuraiem
    propone el diálogo en la cultura, en el arte, en la
    literatura y, en particular, en la poesía, y muestra la
    realidad, su realidad, para depositarla en el espacio del
    intercambio, como sucede con Presagios de Guerra y también
    la "pelea", que descontextualizada de la cruenta Guerra de
    Malvinas, manifiesta en el impecable verso "el poeta salió
    a pelear la realidad". Kuraiem es un poeta que ve "con los ojos
    de su tiempo". En él no hay reveses, su discurso es
    frontal y sincero y, a veces, arriesgado: "que los poetas en esta
    tierra/ mueren apenas nacen". Él renacerá en cada
    uno de sus versos de nobleza sencilla, sentimiento profundo y
    claridad contundente." Susana Lamaison, Licenciada en Letras,
    Universidad de Morón, 2007.

    (9)  Tríptico con  poemas
    de Carlos Kuraiem. Selección de su Libro Presagios de
    Guerra. Auspiciada por Servicio de Educación por el Arte.
    Editada por la Revista La Matera (2012, Santa fe,
    Argentina.

    (10)   "Kuraiem, no podés
    imaginarte cómo quedó tu poema gigante. Lo
    queríamos guardar por unos días, pero evidentemente
    no es poema para estar guardado. Es un "mantel de versos" tendido
    y convidando a otros; y qué bueno haber sido parte en
    tender esta mesa. En este momento está en manos del profe
    de Tecnología, poniéndole varillas para que
    RESISTA…! Ya salió del aula para instalarse en estos
    patios donde la inocencia está intacta y sabrán
    leer amorosamente cada letra de cada verso recortado y pegado,
    portando los colores del Sol y sus amaneceres. Luego
    ocupará su sitio en las paredes de la Biblioteca, y
    saldrá a tomar aire cada vez que lo requiera"
    Correspondencia. Marta Goddio.

    (11). Kuraiem: una sombra que ilumina. A lo largo de
    toda su evolución, la poesía de Kuraiem es una
    muestra de profundidad reflexiva, sin mecanismos efectistas,
    poesía que no saca los pies de la tierra,
    visualización de los juegos cotidianos que conducen al
    des-cubrimiento de la geografía humana, su
    abnegación y sus dolores tan profundos como antiguos. En
    Presagios de Guerra, el poeta abre la realidad observada desde
    ciertos ángulos de riesgo de la conciencia, pero no
    retrocede y su valor aumenta: "… y veo con los ojos de mi
    tiempo ", "esta guerra es una llaga/ que hay un invasor que
    invade/ adentro y otro invade/ desde afuera…" Bajo el
    título "Que los tengo a mis pies", Kuraiem escucha y
    traduce el ultrasonido del peligro, y nos deja conteniendo la
    respiración mientras perfora los bordes oscuros de ese
    tiempo: "¿Qué viven probándose los zapatos/
    de los demás? / ¿Qué todos los
    números son de ellos?/ ¿Qué se prueban mis
    zapatos?/ ¿Qué pisan la tierra que piso?/ Que los
    piso! …" Silvia Marina Crespo, poeta y artista plástica,
    2007.

    Registros extraídos del Facebook del
    autor:

    "Kuraiem, me llegó hasta lo más
    profundo de las entrañas la foto de tapa del libro
    Presagios de Guerra, lo que contás cómo fue tomada
    y los impresionantes poemas que escribiste con toda la sangre
    revuelta. Una vuelta al pasado que duele y cura" Jorge Luis
    Estrella, poeta y narrador, Buenos Aires.

    "Poemas de Kuraiem que se han vuelto
    imprescindibles… ¡Qué gran poeta eras ya entonces,
    Carlos!… Este libro lo guardo como uno de mis tesoros…" Alba
    Murúa, docente.

    "Que los poetas en esta tierra mueren apenas nacen".
    Kuraiem, sigue desparramando las letras en palabras y las
    palabras en versos que nos parten el alma, pero nos dejan
    impregnados de belleza". Liliana Negromanti.

    ¡Excelente! ¿Qué adjetivo hay
    para tanto talento? Daniel Arias.

    "Lo que tienen estos poemas de Kuraiem, es que me
    los creo todos y dejo que me toquen hasta el hueso. Lo mismo me
    pasaba con Cardenal, y ahora me pasa con los poetas palestinos:
    "no quieren convertir a la poesía en un arma para no
    parecerse a los que los asesinan" Concepción Bertone,
    poeta, Rosario.

    "Una poesía que llega por lo intelectual pero
    que estalla en lo físico. Corporales y profundos estos
    textos de Kuraiem" Carlos Cuccaro, poeta, Azul.

    "Solo un atardecer Patagónico, unos mates con
    El Amigo y estrellas a la vera de La Mujer Amada, se comparan a
    estos versos de Kuraiem." Daniel Fogtman.

    "Kuraiem: Un poeta escribiendo sus sentimientos y
    verdades ¿o sentimientos y verdades de la mano de un
    poeta?" Julio Hernández, narrador.

    "El poeta salió a pelear la realidad. Cada
    línea escrita es una vida y tiene sustantividad por
    sí misma.- Cada verso exige detenerse para una
    reflexión profunda a través de grandes
    síntesis artísticamente expresadas en pocas
    palabras.- Por encima de una dura realidad social que genera un
    continuo proceso de debatirse a sí mismo, la
    exaltación del ser… "Y el sol sólo me dura
    un día". Es de antología y para ir analizando verso
    a verso.- Vale la pena el esfuerzo de hacer estas obras porque
    además, conlleva la generosidad de hacérnosla
    conocer a los demás y que podamos transmitirla a quienes
    lo necesitan, que son muchos.- Con estos textos llenos de
    sentido, tendría que alfabetizarse a la población y
    con este esmero, enseñar al que no sabe. Tu poema me
    pareció extenso, tan profundo y tan amplio, que
    reúne el vivir del movimiento obrero, el sentir, el
    llorar, el lamentar, el salvarse así mismo".
    Correspondencia. Victoria Martínez González,
    España.

    "Conmueven con cada lectura, tus palabras son un
    estampido de la memoria en nuestros ojos, una historia que
    describe el olvido sepultado por montañas de ignominia, un
    dedo que circunda la llaga con la sutil delicadeza de un
    pájaro" Leonardo Gastón Herrmann.

    "¡Lo leí y me estallo el cerebro! Tu
    escrito tiene una entraña difícil de ser producida,
    pero muy palatable para el lector." Federico
    Lamaison.

    Monografias.com

    Kuraiem, 2013

    Fotografía: Marta Goddio

    Biography

    Partes: 1, 2

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