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Escuchando al maestro conversando con Jesús resucitado



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La
    plática en el camino
  3. Conversación de sobre
    mesa
  4. Conclusión

Introducción

Sir Thomás Alexander Browne, el genial narrador
australiano, nacido en Londres (1826-1915), autor de unas
dieciséis novelas y dos tomos de cuentos, registró
en una de sus obras, una frase, que al ser usada como
epígrafe por por Edgar Allan Poe en su relato Los
Crímenes de la Rue Morgue, ha llamado la atención
de millones de personas. He aquí la frase: "Qué
canción cantaban las sirenas, o qué nombre
adoptó Aquiles cuando se ocultó entre las mujeres,
aunque son preguntas desconcertantes, no se hallan más
allá de toda conjetura". Y es cierto, todo lo que se diga,
piense o escriba, no es más que pura especulación,
conjetura, esto es, que no tenemos indicios para opinar, para lo
cual vamos más allá de cualquier testimonio
escrito.

De Apeles, el pintor griego que vivió en la corte
de Alejandro el grande, y que por medio de un edicto real fue
nombrado el único pintor que haría el retrato del
monarca, es considerado como el mejor pintor de Grecia, y hasta
del mundo. El naturalista Plinio, habla de muchas de sus obras, y
llega a decir que era tal su naturalidad, que sus
representaciones parecían salirse del lienzo; pero se debe
confesar, que tanta belleza se ha perdido, y los modernos no
tenemos un solo ejemplar de sus obras, para así compararlo
con los artistas posteriores. Esa es la razón, en lo
concerniente a Apeles, que debemos conformarnos con lo que los
antiguos dijeron de él.

Los estudiosos de la Biblia saben, que el capitulo diez
del Apocalipsis, es un paréntesis que se abre entre la
sexta y la séptima trompeta. Entre ambas trompetas, el
Vidente de Patmos, ve descender a un ángel poderoso,
envuelto en una nube, teniendo el arco iris sobre su cabeza, con
el rostro resplandeciente como el sol, y sus piernas como
columnas de fuego. Este ángel que es el portador de un
pequeño libro, se posiciona de tal forma, que su pie
derecho se coloca en el mar y el izquierdo en la tierra, y con
una voz, semejante al rugido de un león, dio un mensaje,
al final del cual, siete truenos emitieron sus voces. Al
oír esas voces, Juan, el vidente se apresura a escribir lo
que escuchó, pero una voz venida del cielo le dijo: "Sella
lo que dijeron los siete truenos, y no lo escriba".

Aunque los teólogos y eruditos bíblicos se
devanen los sesos, lo expresado por los siete truenos nunca
será conocido, como no será posible conocer el arte
pictórico de Apeles por ningún critico de arte. Y
es más, ningún exegeta de Homero nos dirá
cual fue la melodía o las letras que esas sirenas,
nuestros manatíes cantaron, y solo le fue dable escuchar
al intrépido Ulises, amigo del indisciplinado Aquiles, que
convivió entre mujeres, como una más, pero que su
nombre que su nombre se ha perdido para la posteridad en su
versión de travesti. Debemos recordar, que el nombre
secreto de Roma, también es otro misterio, ya que se ha
perdido para la posteridad.

Todo lo ante dicho, es para afirmar, para decirlo con
las palabras de Browne: "…no se hallan más
allá de toda conjetura", a nosotros nos parecido bien el
unirnos a los dos discípulos, uno de los cuales
respondía al nombre de Cleofás, camino a
Emmaús, y a los cuales se les unió el Maestro
resucitado, para como testigos silentes, escuchemos lo que
Jesús dijo: "…empezando desde Moisés, y
todos los profetas, les declaró lo que toda la Escritura
decía de Él."

UNO

La plática
en el camino

El Evangelio de San Lucas, el médico amado,
quien: "…después de haber entendido todas las cosas
desde el principio con diligencia…"cosas que entre
nosotros son ciertísimas. Al final de sus buenas noticias,
nos narra que en la tarde, ya al caer la noche, con la noche
incluida, de ese primer día de la semana, que fue el su
resurrección, dos de los discípulos iban caminando
con destino a la aldea llamada Emmaús, distante a unos
sesenta estadios, al noroeste de Jerusalem. Debemos aclarar que
el estadio griego y romano, era la medida de longitud de unas 201
yardas, por lo cual, esos sesenta estadios sumaran unas doce mil
sesenta yardas, lo cual es un equivalente a siete millas y media,
en otras palabras, unos once kilómetros. Esta aldea de
Emmaús, nombre que significa, manantiales calientes, que
es un igual que el nombre griego de Termópilas, el
historiador cristiano Eusebio la identifica como
Nicópolis, pero esta Nicópolis dista a una veinte
millas al noroeste de Jerusalem, donde hoy se encuentra la ciudad
de Ammas.

Los dos discípulos de los cuales nos habla Lucas,
son sin lugar a dudas, los mismos dos que registra Marcos en el
versículo 16 del capitulo 12 de su Evangelio. Estos dos
viandantes iban derrotados, agotados, enervados, deprimidos. Sus
espíritus abatidos no les permitían comprender como
sus esperanzas y anhelos de redención se habían
venido al suelo, al mismo tiempo que su moral le traía con
los ojos obnubilados. Es en medio de la recapitulación de
los sucesos de los últimos días, que el Redentor
resucitado les hace esta pregunta:

– ¿Qué pláticas son estas que
tratáis entre vosotros andando y estáis
tristes?

Al escuchar estas palabras, un o de ellos, el que se
llamaba Cleofas, posiblemente el esposo de aquella María,
que junto a María, la madre de Jesús, una hermana
de ella, y de María la de Magdala, por lo que se lee en
Juan 19:25; pero lo que sí sabemos es que Cleofás
le dice al Maestro:

– ¿Tú sólo peregrino eres en
Jerusalem, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido
estos días?

Ante esa interrogante, Jesús le
pregunta:

– ¿Qué cosa?-

Y es entonces cuando en el alma del discípulo
nace el predicador apologista y comprometido con su causa, y como
si fuera nacido de un exabrupto responde:

– De Jesús Nazareno, el cual fue
varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de
Dios y de todo el pueblo; cómo le entregaron los
príncipes de los sacerdotes y nuestros príncipes a
condenación de muerte, y le crucificaron. Más
nosotros esperábamos que Él era el que había
de redimir a Israel: y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer
día que esto ha acontecido. Aunque también unas
mujeres de las nuestras, dos de las cuales se llaman
María, otra Juana y Susana, nos han espantado, las cuales
fueron al sepulcro, antes de que saliera el sol: y no hallaron su
cuerpo, y vinieron diciendo que habían visto visión
de ángeles. Ellas estaban espantadas, pues vieron la
piedra del sepulcro rodada y no hallaron el cuerpo del
Señor Jesús. Fue entonces cuando dos varones con
vestiduras resplandecientes, les dijeron: – ¿Por
qué buscáis entre los muertos al que vive? No
está aquí, más ha resucitado: acordaos de lo
que os habló, cuando aun estaba en Galilea, diciendo: es
menester que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres
pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer
día. Y María Magdalena entonces corrió, y
vino a Simón Pedro Entonces corrió, y fue a
Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba
Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al
Señor, y no sabemos dónde le han puesto. Y
salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al
sepulcro. Corrían los dos juntos; pero el otro
discípulo corrió más aprisa que Pedro, y
llegó primero al sepulcro. Y bajándose a
mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no
entró. Luego llegó Simón Pedro tras
él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos
puestos allí, y el sudario, que había estado
sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino
enrollado en un lugar aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, que había venido
primero al sepulcro; y vio, y creyó. 10 Y volvieron
los discípulos a los suyos. Pero María estaba fuera
llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó
para mirar dentro del sepulcro; y vio a dos ángeles
con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la
cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús
había sido puesto. Y le dijeron: Mujer, ¿por
qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi
Señor, y no sé dónde le han
puesto. Cuando había dicho esto, se volvió, y
vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía
que era Jesús. Jesús le dijo: Mujer,
¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si
tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo
lo llevaré. Jesús le dijo:
¡María! Volviéndose ella, le dijo:
¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). Jesús le
dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre;
mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro
Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.Fue entonces María
Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que
había visto al Señor, y que él le
había dicho estas cosas.

Es después de que el Maestro
resucitado escucha estas cosas, que reprende a sus dos
discípulos con estas palabras:

– ¡Oh insensatos, y tardos de
corazón para creer todo lo que los profetas han
dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera
estas cosas, y que entrara en su gloria? No recordáis
lo que está escrito en los libros de Moisés, cuando
el Eterno maldice a la serpiente antigua, que es el diablo y
Satanás, con estas palabras: "Y pondré enemistad
entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar."[1]
Él era esa simiente, de la iba a venir la bendición
al género humano, tal como le fue dicho a Abram:
"…y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra."[2] Igualmente, cuando se le hace la
promesa, y se le dice que iba a tener un hijo, el cual se iba a
llamar Isaac, el Eterno le dice: "Ciertamente Sara tu mujer te
dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y
confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para
sus descendientes después de él".[3]
Y por tercera vez, el Eterno jura por el mismo, y le dice a
Abraham, cuando éste no rehusó sacrificarle a su
hijo Isaac: "En tu simiente serán benditas todas las
naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi
voz."[4] 

Cuando hubo hambre en la tierra en los días de
Isaac, con la advertencia de que no descienda a Egipto, el Eterno
le recuerda al hijo de la promesa que le había hecho al
padre, de esta manera:

"Habita como forastero en esta tierra, y estaré
contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia
daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento
que hice a Abraham tu padre.  Multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu
descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la
tierra serán benditas en tu simiente."
[5]Recuerden que la misma promesa se le hizo a
vuestro padre Jacob, cuando huía de su hermano
Esaú, con dirección a la tierra de Padán
Aram, la noche que tuvo el sueño de la escalera, cuando
Dios le recuerda lo prometido a Abraham: "…y todas las
familias de la tierra serán benditas en ti y en tu
simiente." [6]

Por esa razón, antes de morir, el anciano Jacob
profetiza cuando bendice a su hijo Judá diciendo: "No
será quitado el cetro de Judá,

Ni el legislador de entre sus
pies,

Hasta que venga
Siloh." [7]

Él fue la serpiente de bronce que se
construyó en el desierto, cuando los hijos de Israel
partieron del monte de Hor, camino del mar Bermejo; serpiente que
fue levantada entre el cielo y la tierra, y que daba la sanidad a
los que eran mordidos por los reptiles.
[8]

Él también era la Estrella que
profetizó Balaam cuando dijo:

"Lo veré, mas no ahora; Lo
miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de
Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y
herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos
los hijos de Set.[9]

Recuerden que ese profeta poderoso en palabras y obras,
fue anunciado por Moisés en su ultimo libro cuando dijo:
"Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te
levantará Jehová tu Dios; a él
oiréis;" para luego ratificar, "Profeta les
levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y
pondré mis palabras en su boca, y él les
hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no
oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le
pediré cuenta. "[10]

¿Acaso no comprendéis que Él era el
Redentor al que se refería Job, cuando respondiendo a
Bildad suhita se expresó de esta manera:

"Yo sé que mi Redentor
vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y
después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de
ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y
mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi
corazón desfallece dentro de
mí.[11]

Cuando el profeta Natán
recibió el mensaje de Dios, para advertirle a David, de
que él no le iba a edificar una casa al hombre que era
conforme a su corazón, le envió a decir estas
palabras al gran rey: "Y cuando tus días sean cumplidos, y
duermas con tus padres, yo levantaré después de ti
a uno de tu linaje, el cual procederá de tus
entrañas, y afirmaré su reino. 7:13 El
edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para
siempre el trono de su reino." Por lo cual le dice: "Y
será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de
tu rostro, y tu trono será estable
eternamente."[12] Porque era mediante el
Mesías, el Ungido del Eterno, que el trono de David se iba
a establecer por toda la eternidad, como le dice Salomón a
Simei: "Y el rey Salomón será bendito, y el trono
de David será firme perpetuamente delante de
Jehová."[13] Y ese mismo rey sabio se
interroga por medio de la boca de Agur en sus Proverbios:
"

¿Quién subió al
cielo, y descendió? 
¿Quién
encerró los vientos en sus
puños? 
¿Quién ató las
aguas en un paño? 
¿Quién
afirmó todos los términos de la
tierra? 
¿Cuál es su nombre, y el
nombre de su hijo, si sabes?[14]

O es que no recordáis, lo que sobre Él
escribió Isaías, cuando dijo: "Por tanto, el
Señor mismo os dará señal: He aquí
que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y
llamará su nombre Emmanuel." [15]Y es que
Emmanuel, es Dios con nosotros, prueba de lo cual dio con
palabras y hechos. Tambíen profetizó el mismo
Isaías cuando habló del advenimiento del Ungido:
"Mas no habrá siempre oscuridad para la que está
ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el
tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de
Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin
llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del
Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba
en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de
muerte, luz resplandeció sobre ellos… Porque un
niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado
sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de
Paz.  Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán
límite, sobre el trono de David y sobre su reino,
disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en
justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de
los ejércitos hará
esto."[16]

Porque cuando el profeta miró al futuro, dijo
tocante al advenimiento del Mesías: "Saldrá una
vara del tronco de Isaí, y un vástago
retoñará de sus raíces.Y reposará
sobre él el Espíritu de Jehová;
espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de poder, espíritu de
conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará
entender diligente en el temor de Jehová. No
juzgará según la vista de sus ojos, ni
argüirá por lo que oigan sus oídos; sino
que juzgará con justicia a los pobres, y
argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y
herirá la tierra con la vara de su boca, y con el
espíritu de sus labios matará al impío.Y
será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad
ceñidor de su cintura…Acontecerá en aquel
tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará
puesta por pendón a los pueblos, será buscada por
las gentes; y su habitación será
gloriosa."[17] También escribió el
profeta: "Y pondré la llave de la casa de David sobre su
hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará,
y nadie abrirá."[18] O es que olvidar lo
dicho por Isaías, y que vuestro Maestro dijo que se
cumplía sobre sí: "He aquí que yo he puesto
en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular,
preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se
apresure."[19]

Porque piedra esa Piedra iba a traer el
reinado de justicia mesiánica, tal como escribió el
profeta: "He aquí que para justicia reinará un rey,
y príncipes presidirán en juicio. Y
será aquel varón como escondedero contra el viento,
y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en
tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra
calurosa. No se ofuscarán entonces los ojos de los
que ven, y los oídos de los oyentes oirán
atentos. Y el corazón de los necios entenderá
para saber, y la lengua de los tartamudos hablará
rápida y claramente."[20] Porque el
establecimiento de ese reino, el cual sería gobernado por
el Salvador fue predicho de esta manera: "Se alegrarán el
desierto y la soledad; el yermo se gozará y
florecerá como la rosa. Florecerá
profusamente, y también se alegrará y
cantará con júbilo; la gloria del Líbano le
será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón.
Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del
Dios nuestro.  Fortaleced las manos cansadas, afirmad las
rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado:
Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios
viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá,
y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos
serán abiertos, y los oídos de los sordos se
abrirán. Entonces el cojo saltará como un
ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas
serán cavadas en el desierto, y torrentes en la
soledad."[21] Porque antes de la venida del
Salvador, un heraldo fue enviado, para preparar el camino por
donde Él había de transitar, como anunció el
profeta: "Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro
Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle
a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado;
que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus
pecados. Voz que clama en el desierto: Preparad camino a
Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo
torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se
manifestará la gloria de Jehová, y toda carne
juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha
hablado…He aquí que Jehová el Señor
vendrá con poder, y su brazo señoreará; he
aquí que su recompensa viene con él, y su paga
delante de su rostro. Como pastor apacentará su
rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su
seno los llevará; pastoreará suavemente a las
recién paridas."[22]

Porque muchas y claras fueron las promesas
que anuncio el propio Isaías en torno al Mesías de
Dios, como cuando dijo: "He aquí mi siervo, yo le
sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene
contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu;
él traerá justicia a las naciones. No
gritará, ni alzará su voz, ni la hará
oír en las calles. No quebrará la caña
cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por
medio de la verdad traerá justicia. No se
cansará ni desmayará, hasta que establezca en la
tierra justicia; y las costas esperarán su
ley. Así dice Jehová Dios, Creador de los
cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus
productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y
espíritu a los que por ella andan: Yo Jehová
te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te
guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz
de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que
saques de la cárcel a los presos, y de casas de
prisión a los que moran en tinieblas. Yo
Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi
gloria, ni mi alabanza a esculturas. He aquí se
cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes
que salgan a luz, yo os las haré
notorias."[23] Y es cuando el pueblo se
entregó a la idolatría, el oráculo de Dios
anunció: "Oídme, duros de corazón, que
estáis lejos de la justicia: Haré que se
acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación
no se detendrá. Y pondré salvación en Sion,
y mi gloria en Israel."[24] Porque era firme,
de parte de Dios restaurar a su pueblo por medio de su Ungido,
por eso dijo: "Poco es para mí que tú seas mi
siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el
remanente de Israel; también te di por luz de las
naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de
la tierra. Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel,
el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las
naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se
levantarán príncipes, y adorarán por
Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te
escogió.Así dijo Jehová: En tiempo aceptable
te oí, y en el día de salvación te
ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al
pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas
heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que
están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán
apacentados, y en todas las alturas tendrán sus
pastos."[25] Aunque para eso fuera necesario que
se cumpliera lo que dijo el profeta: "Di mi cuerpo a los
heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no
escondí mi rostro de injurias y de
esputos."[26] Porque era a través del
siervo sufriente, que las naciones de la tierra iban a encontrar
salvación, por lo cual está escrito: "Jehová
desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las
naciones, y todos los confines de la tierra verán la
salvación del Dios nuestro… He aquí que
mi siervo será prosperado, será engrandecido y
exaltado, y será puesto muy en alto. Como se
asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los
hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos
de los hombres, así asombrará él a
muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la
boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y
entenderán lo que jamás habían oído.
¿Quién ha creído a nuestro anuncio?
¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de
Jehová? Subirá cual renuevo delante de
él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en
él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que
le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres,
varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que
escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo
estimamos. Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le
tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas
él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su
llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos
como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en él el pecado de todos
nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió
su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja
delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no
abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue
quitado; y su generación, ¿quién la
contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes,
y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se
dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue
en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en
su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo,
sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en
expiación por el pecado, verá linaje, vivirá
por largos días, y la voluntad de Jehová
será en su mano prosperada. Verá el fruto de
la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por
su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y
llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le
daré parte con los grandes, y con los fuertes
repartirá despojos; por cuanto derramó su vida
hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo
él llevado el pecado de muchos, y orado por los
transgresores."[27]

Porque ese que crucificaron y que ha de
redimir a los que creen en su nombre, es de quien dijo el
profeta: "Y vio que no había hombre, y se maravilló
que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo,
y le afirmó su misma justicia.Pues de justicia se
vistió como de una coraza, con yelmo de salvación
en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se
cubrió de celo como de manto, como para
vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y
dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la
costa. Y temerán desde el occidente el nombre de
Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque
vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu
de Jehová levantará bandera contra
él. Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que
se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice
Jehová."[28]

Por lo cual se ordena: "Levántate,
resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de
Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que
tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones;
mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti
será vista su gloria. Y andarán las naciones a
tu luz, y los reyes al resplandor de tu
nacimiento…Multitud de camellos te cubrirá;
dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los
de Sabá; traerán oro e incienso, y
publicarán alabanzas de Jehová. Todo el ganado
de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te
serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi
altar, y glorificaré la casa de mi
gloria."[29] 

Porque estas son las buenas noticias: "El
Espíritu de Jehová el Señor está
sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los
quebrantados de corazón, a publicar libertad a los
cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y
el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos
los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les
dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar
de luto, manto de alegría en lugar del espíritu
angustiado; y serán llamados árboles de justicia,
plantío de Jehová, para gloria suya…He
aquí que Jehová hizo oír hasta lo
último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He
aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con
él, y delante de él su
obra."[30]

Porque a todo el que crea en el enviado de Dios se le ha
de aplicar lo que dice el profeta: "Fui buscado por los que no
preguntaban por mí; fui hallado por los que no me
buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme
aquí, heme aquí…Sacaré descendencia
de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis
escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos
habitarán allí."[31] Estas fueron
las cosas que escribió Isaías cuando se
refería al Mesías.

Jeremías, cuando anunció el
Renuevo de justicia dijo: "He aquí que vienen días,
dice Jehová, en que levantaré a David renuevo
justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y
hará juicio y justicia en la tierra. En sus días
será salvo Judá, e Israel habitará confiado;
y este será su nombre con el cual le llamarán:
Jehová, justicia nuestra."[32] Y es que era
tanto se amor y celo por la justicia, que cuando purificó
la Casa del Eterno dijo las mismas palabras de éste
profeta: "¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos
esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que
también yo lo veo, dice Jehová."[33]
Habló también el profeta un nuevo pacto, pacto por
medio del cual, su Ley iba a estar escrita en el corazón
de su pueblo, y lo dice de esta manera: "He aquí que
vienen días, dice Jehová, en los cuales haré
nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de
Judá. No como el pacto que hice con sus padres el
día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de
Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un
marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto
que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente,
y la escribiré en su corazón; y yo seré a
ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no
enseñará más ninguno a su prójimo, ni
ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque
todos me conocerán, desde el más pequeño de
ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque
perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré
más de su pecado."[34] Todo para que se
cumpla la promesa hecha a David, de que: "En aquellos días
y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de
justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. En
aquellos días Judá será salvo, y
Jerusalén habitará segura, y se le llamará:
Jehová, justicia nuestra."[35]

No olviden, que el Mesías fue ungido
con sangre desde el día de su nacimiento, ya que la
crueldad de un rey, extermino a los infantes de la aldea de
David. Eso también fue anunciado por Jeremías
cuando escribió: "Así ha dicho Jehová: Voz
fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que
lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus
hijos, porque perecieron."[36]

Vuestro Maestro es el Buen Pastor, del cual
habló Ezequiel cuando dijo: "Y haréis de la manera
que yo hice; no os cubriréis con rebozo, ni
comeréis pan de hombres en luto. Vuestros turbantes
estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en
vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino
que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y
gemiréis unos con otros."[37] Y como una
confirmación mas a lo que dicen las Escrituras, fue el
cuarto varón que vio el rey Nabucodonosor en el horno de
fuego, según lo registro Daniel: "He aquí yo veo
cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin
sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es
semejante a hijo de los dioses."[38] Ya el profeta
había hablado del reino que el Eterno iba a establecer,
cuando interpretando el sueño del gran rey de Babilonia,
así se expresó delante del monarca: "44 Y en los
días de estos reyes el Dios del cielo levantará un
reino que no será jamás destruido, ni será
el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y
consumirá a todos estos reinos, pero él
permanecerá para siempre, de la manera que viste que
del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual
desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el
oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo
por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su
interpretación."[39] El mismo profeta
que dio la fecha exacta de su nacimiento, también vio sus
padecimientos, gloria y la eternidad de su reinado al decir:
"Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y
sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y
poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la
justicia perdurable, y sellar la visión y la
profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues,
y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y
edificar a Jerusalén hasta el Mesías
Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos
semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en
tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos
semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por
sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir
destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será
con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán
las devastaciones. Y por otra semana confirmará el
pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el
sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las
abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la
consumación, y lo que está determinado se derrame
sobre el desolador…Miraba yo en la visión de la
noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno
como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días,
y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado
dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y
lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca
pasará, y su reino uno que no será
destruido." [40]

O es que ignoráis que el profeta
Oseas hablo habló del exilio en su infancia, así
como de su resurrección al tercer día, al decir:
"Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto
llamé a mi hijo." Y "Nos dará vida después
de dos días; en el tercer día nos
resucitará, y viviremos delante de
él."[41] Tres días que son iguales a
los que Jonás pasó en el vientre del
cetáceo.

Sobre el lugar del nacimiento del
Mesías habló Miqueas al decir: "Pero tú,
Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias
de Judá, de ti me saldrá el que será
Señor en Israel;  y sus salidas son desde el
principio, desde los días de la
eternidad."[42] Porque el hijo de David
debía de nacer en el mismo lugar que su padre.

Para Hageo, el Ungido de Dios: "…el
Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta
casa, ha dicho Jehová de los
ejércitos".[43] Porque el mismo
Zacarías, que vio su entrada triunfal en Jerusalem
también vio su traición y su misericordia y amor, a
reedificar el templo destruido decir: "Alégrate mucho,
hija de Sion; da voces de júbilo, hija de
Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo
y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino
hijo de asna…Si os parece bien, dadme mi salario; y si no,
dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. Y
me dijo Jehová: Echalo al tesoro; ¡hermoso precio
con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de
plata, y las eché en la casa de Jehová al
tesoro…Levántate, oh espada, contra el pastor, y
contra el hombre compañero mío, dice Jehová
de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán
dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los
pequeñitos." [44]Todo esto porque
debía cumplirse la dicho por el mismo profeta: "En aquel
tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y
para los habitantes de Jerusalén, para la
purificación del pecado y de la inmundicia…Y
derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de
Jerusalén, espíritu de gracia y de oración;
y mirarán a mí, a quien traspasaron, y
llorarán como se llora por hijo unigénito,
afligiéndose por él como quien se aflige por el
primogénito."[45]

Fue Malaquías quien anuncio la
venida del ángel del Eterno, el mensajero que
allanaría su camino, al Elías de verbo ardiente y
palabra de fuego, a Juan el bautista, cuando dijo: "He
aquí, yo envío mi mensajero, el cual
preparará el camino delante de mí; y vendrá
súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros
buscáis, y el ángel del pacto, a quien
deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho
Jehová de los ejércitos. ¿Y
quién podrá soportar el tiempo de su venida?
¿o quién podrá estar en pie cuando él
se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como
jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y
limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de
Leví, los afinará como a oro y como a plata, y
traerán a Jehová ofrenda en
justicia."[46] 

No olviden que ese Jesús Nazareno es
la roca que fue herida por Moisés en el desierto, la nube
y la columna de fuego que guió al pueblo, el
Príncipe de los Ejércitos que alentó a
Josué en la conquista de la tierra prometida, el
Ángel que habló con Manoa; Él es la
Sabiduría en el libro de los Proverbios, y la "rosa de los
valles y el lirio de Sarón", en el Mejor
Cantar.

-¿Es que soy tan insensatos para no creer a
Moisés y a los profetas? ¿Cómo es que
tenéis los ojos tan oscurecidos, y duro el corazón
para no entendéis las Escrituras?

Es entonces cuando los tres viajeros llegan a la aldea
de Emmaús, y el otro discípulo dice al
extraño acompañante:

– Hermano, ya hemos llegado a nuestro destino, pasa la
noche con nosotros.

-No- responde el Maestro- debo continuar mi
viaje.

-No es bueno que viaje solo y de noche- responde
Cleofas, recuerdas que dos es mejor que uno, como dijo el
sabio.

-Quédate con nosotros, comeremos algo, así
podrás descansar, y temprano en la mañana continua
la marcha.

El Maestro entró en el hogar donde se iban a
quedar los viajeros, y cuando fue puesta la mesa, Jesús
tomó el pan, la bendijo, y al momento de partirlo, los
ojos de ellos se abrieron, y uno dijo al otro: "¿No
ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos
hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?"
Ya Jesús no estaba con ellos. Y levantándose a esa
misma hora, tornaron se para Jerusalem, a la que penetraron
posiblemente por la Puerta de Genna, junto a la Torre Hipicus,
después de pasar por el palacio de Herodes.

Después de llegar a la ciudad alta, donde
suponemos que estaba ubicado el cenáculo, lugar donde se
encontrarían los once discípulos, y los
demás que le acompañaban. Es entonces cuando Lucas
nos dice que: "Entonces ellos contaban las cosas que les
habían acontecido en el camino, y cómo le
habían reconocido al partir el pan." Marcos agrega un
detalle que escucharía de Pedro: "Ellos fueron y lo
hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos
creyeron."

DOS

Conversación de sobre
mesa

Antes de iniciar la conversación de sobremesa que
tiene Jesús resucitado con sus discípulos, creemos
oportuno hacer una aclaración. Por la lectura se hace del
Evangelio de Lucas, en el capitulo 24, cuando llegan los dos
discípulos que habían conversad con Jesús en
el camino de Emmaús, los once están en Jerusalem,
tal como los dejamos en el párrafo anterior, pero cuando
pasamos del versículo 35 al 36 de este capitulo, nos
quedamos con esta idea de que el Maestro conversó con
ellos esa misma noche. Veamos el párrafo completo, que
comprende del versículo 33 hasta el 37: "33 Y
levantándose en la misma hora, volvieron a
Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que
estaban con ellos,  34 que decían: Ha resucitado el
Señor verdaderamente, y ha aparecido a
Simón. : 35 Entonces ellos contaban las cosas que les
habían acontecido en el camino, y cómo le
habían reconocido al partir el pan:36 Mientras ellos
aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio
de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. : 37 Entonces,
espantados y atemorizados, pensaban que veían
espíritu." 

Creemos que casi todos los comentarista cuenta este
episodio como ocurriendo en el aposento alto, donde tuvo lugar la
ultima cena, pero nosotros suponemos que ocurrió en
Galilea, mas específicamente en Capernaum, donde
Jesús se había radicado. Esto lo decimos por las
siguientes razones:

Primero, en Mateo 26: 32, durante la cena, Jesús
les dice: "Pero después que haya resucitado, iré
delante de vosotros a Galilea." Estas mismas palabras se
encuentran en Marcos 14: 28, ya que son pasajes paralelos. Pero
debemos enfatizar que el Maestro dice, que después de
resucitar, se iba a encontrar con ellos en Galilea.

Partes: 1, 2

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