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La revolución de las consciencias



    La revolución de las
    consciencias

    Para nadie es un secreto y nadie lo puede negar que
    México atraviesa una crisis económica y
    política sin precedentes en la historia del país.
    La corrupción en las más altas esferas del
    gobierno, la impunidad, la violencia social, la delincuencia
    organizada, la delincuencia común, etc., son flagelos que
    giran alrededor de esta crisis.

    Las recientes reformas estructurales que aprobaron los
    diputados y senadores (sin discutirlas, sin leerlas y mucho menos
    someter a consenso como los obliga su rol de representantes) han
    agudizado las contradicciones internas en la dinámica
    nacional al golpear los intereses de los trabajadores, reducir
    sus derechos, eliminar la estabilidad laboral, aumentar los
    precios de todos los productos, inventar nuevos impuestos,
    etc.

    La crisis de las instituciones que hemos venido
    padeciendo desde hace años en la medida que presentan una
    gran distancia entre el discurso y la acción, se agudiza
    con el descrédito e impopularidad que presentan los
    principales partidos políticos en México: PRI, PAN
    y PRD, al ser los principales responsables de la
    aprobación de las reformas mencionadas. En este contexto,
    el pueblo mexicano se encuentra sin una verdadera
    representatividad política, por lo que se requiere
    construir organizaciones políticas que realmente los
    represente y defienda sus intereses.

    El triste papel que jugaron sus representantes en la
    Cámara de Senadores y de Diputados al aprobar las reformas
    (laboral, educativa, energética y fiscal) protegidos por
    los cuerpos policiacos que contenían en las afueras del
    edificio del Congreso de la Unión a miles de manifestantes
    que exigían la no aprobación de estas iniciativas,
    los desnudó como lo que son en realidad: lacayos al
    servicio del poder en turno que sólo defienden los
    intereses de la oligarquía en el poder.

    La violencia institucional que recibe el pueblo mexicano
    con las políticas económicas implementadas por el
    gobierno federal, se manifiestan en un incremento de la pobreza
    social, producto de el incremento de la desigualdad
    económica. La corrupción imperante ha propiciado
    que los recursos públicos sean desviados para enriquecer
    los bolsillos de los altos funcionarios de las dependencias de
    gobierno, mientras que se reduce el presupuesto en las
    instituciones de salud, de educación, etc. Esto ha dado
    como resultado entre otras cosas, que dos terceras partes de la
    población mexicana (es decir, aproximadamente 70 millones)
    vivan en el siglo XXI en condiciones de pobreza.

    Aquellos individuos, grupos u organizaciones que se
    atreven a protestar por esta situación y que demandan
    justicia y democracia social se convierten en blanco de ataques
    de los medios masivos de comunicación quienes los
    etiquetan de revoltosos, alborotadores, delincuentes. O
    simplemente los excluyen del contenido informativo de sus
    programas. Si esto no da resultado y mantienen su lucha son
    objeto de represión por parte de los cuerpos represivos
    del Estado.

    Estos mismos medios masivos de difusión
    (Televisa, TV Azteca, Milenio, prensa y radio), mantienen una
    constante labor de enajenación social tratando de distraer
    la atención de la población de los grandes
    problemas sociales. Al mismo tiempo difunden spots publicitarios
    con información engañosa que hablan de las bondades
    de las recientes reformas estructurales. Todo con la
    intención de generar un consenso de aceptación al
    status quo y crear un ambiente de enajenación
    social.

    Este es el contexto social que prevalece en
    México en estos momentos y cualquier mexicano que se
    precie de serlo no negaría que se requiere un cambio
    social en nuestro país que termine con la
    corrupción, la impunidad y la injusticia social. Algunos
    sectores sociales piensan que el cambio social puede y debe darse
    pero sólo a través de la vía electoral y se
    limitan a esperar los próximos comicios para dar un voto
    de castigo o apoyar algún mesías que venga a
    solucionar los problemas sociales.

    Sin embargo olvidan de que el sistema electoral mexicano
    es uno de los más caros del mundo y sobre todo de los
    más corruptos. Esto quedó demostrado en las dos
    elecciones presidenciales pasadas, sobre todo en la del 2,012,
    cuando el Instituto Federal Electoral y los tribunales de
    Justicia del país avalaron el "triunfo" de Enrique
    Peña Nieto, que pasa a la historia como el primer
    presidente mexicano que compró la presidencia del
    país, a través de la compra masiva de votos
    electorales.

    Otro sector de la población mantiene una actitud
    de reserva hacia "la política", bajo la premisa de que los
    políticos son corruptos. Se basan en la lógica de
    que si los políticos son corruptos, la política es
    corrupta y en consecuencia "dan la espalda" a la política
    a nombre de que ya están hartos y no quieren saber nada de
    política, son los llamados "analfabetos políticos".
    Con esta actitud sólo logran dejarle el camino libre a
    quienes se encuentran en el poder para seguir disfrutando del
    mismo.

    En realidad hay algo de cierto en este planteamiento ya
    que los políticos del PRI, el PAN, del PRD y otros
    partidos pequeños han corrompido la práctica
    política y ven a esta como una forma de enriquecimiento
    personal. Pero en este punto es necesario hacer una
    precisión, debemos decir que la política no se
    limita a lo que hacen los políticos, sino que TODA la vida
    social está marcada por la política.

    Monografias.com

    Recordemos que el ser humano es un "animal
    político" y todo lo que hace está determinado por
    la política. Vivimos en una sociedad que se rige por
    normas y leyes políticas que determinan la
    interacción social. Si vamos a trabajar lo hacemos dentro
    de un marco regido por una política laboral, si vamos a
    comprar despensa o artículos para comer, los precios
    están determinados por una política
    económica, si decidimos estudiar en alguna escuela o
    universidad, estas instituciones se rigen por una política
    educativa.

    Para ser más claros podemos decir que hasta la
    sexualidad humana está determinada por la política.
    Si esto último no se cree, preguntemos a los grupos de
    homosexuales y lesbianas que están luchando porque se
    respeten sus derechos como seres humanos, cual es su
    opinión sobre este punto. Entonces todos los actos que
    realizamos en nuestra vida cotidiana están regidos por la
    política, el problema es que hemos dejado que los
    políticos se adueñen de la política y con
    nuestra pasividad, indiferencia y ausencia de
    participación política hemos permitido que tomen
    decisiones a nombre nuestro sin consultarnos y los resultados de
    esta apatía están a la vista de todos.

    Siempre he partido de la premisa de que el cambio social
    debe tomar como punto de partida el cambio individual, es decir,
    no podemos esperar que se dé un cambio social si antes no
    cambian los individuos, ya que la sociedad está integrada
    por individuos que pertenecen a diferentes grupos, organizaciones
    e instituciones que conforman el sistema social.

    Necesitamos entonces tomar consciencia de
    que somos seres sociales y que sólo a través de la
    participación social podremos cambiar esta sociedad. Esto
    requiere cambiar la ideología conformista, pasiva e
    indiferente a la política que prevalece en amplios
    sectores de la sociedad por una ideología critica,
    constructiva y sobre todo participativa. Tenemos que romper ese
    vínculo de dependencia que nos ha fomentado una
    educación basada en el autoritarismo
    http://www.cucs.udg.mx/avisos/Martha_Pacheco/Software%20e%20hipertexto/Antolog%C3%ADa_PA101/Boholavsky.pdf

    La labor de ideologización a la que nos han
    sometido los medios masivos de difusión y otras instancias
    ideológicas ha sido constante y permanente. Los medios
    masivos de difusión juegan un papel importante en este
    control ideológico en la medida de que tienen una gran
    influencia en la vida social.
    http://www.monografias.com/trabajos98/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales

    El proceso de ideologización nos ha mantenido
    bajo un control social que solo favorece a quienes están
    en el poder económico y político en nuestro sistema
    social. Debemos tomar consciencia de que a través de
    diferentes medios socializantes (familia, escuela, iglesia,
    medios masivos, etc.) nos han inculcado una ideología
    individualista y competitiva que nos impide integrarnos a los
    diferentes grupos a los que pertenecemos y que sobre todo inhibe
    la participación social. La pasividad, indiferencia e
    inactividad social que esto ha generado solo favorece a quienes
    detentan el poder, porque se mantienen en el control del
    mismo.

    Debemos tomar consciencia de lo anterior y partir de la
    premisa innegable de que México requiere realizar un
    cambio social, que no se puede continuar indefinidamente con una
    situación insostenible de violencia institucional hacia la
    población, ya que se observa que empiezan a surgir grupos
    de guerrilla armados en diferentes estados del país, que
    han decidido la vía armada como estrategia de cambio
    social porque no encuentran otra opción. Por otro lado,
    también vemos que la incapacidad del Estado para combatir
    a la delincuencia organizada ha generado los grupos de
    autodefensa en el sur del país Michoacán, Oaxaca,
    Guerrero.

    http://www.provincia.com.mx/se-arman-autodefensas-en-11-estados-del-pais/

    México se encuentra entonces en una encrucijada,
    ante lo insostenible de la situación se requiere un cambio
    social que debe darse a través de una revolución
    que tenga como banderas la construcción de la democracia y
    la consolidación de la justicia en nuestro país.
    Este cambio social puede darse en forma violenta con
    derramamiento de sangre, ya que la oligarquía en el poder
    no dudará en utilizar los cuerpos represivos para sofocar
    brotes de rebelión. La otra alternativa es que podemos
    lograr un cambio social en forma pacífica, mediante la
    implementación de cambios de actitudes y de
    comportamientos en los individuos que conforman los diferentes
    grupos y organizaciones de nuestra sociedad, esto es lo que llamo
    la revolución de nuestras consciencias.

    En lo personal me inclino por la vía
    pacífica, es decir por una revolución de nuestras
    consciencias. ¿Cómo puede darse este cambio social
    pacífico? La respuesta es despojándonos de la
    ideología de conformismo, pasividad e indiferencia social
    por una ideología proclive al cambio en la cual cada
    individuo reconozca que tiene parte de responsabilidad en la
    crisis que enfrentamos.

    Todos los seres humanos pertenecemos a diferentes grupos
    y organizaciones, debemos aumentar nuestra participación
    en los primeros y las segundas para lograr un mejoramiento en su
    funcionamiento social.

    También debemos aumentar nuestra
    participación política y social, el eje central del
    cambio social a través de la revolución de las
    consciencias, debe darse a través de la generación
    del cambio individual en donde las personas se perciban a
    sí mismas como constructoras de la realidad social y
    aumenten en consecuencia su participación
    social.

    Tenemos que sacudirnos este marasmo social que nos ha
    producido el control ideológico al que hemos estado
    sometidos. De igual forma que el científico social al
    construir el conocimiento científico realiza una ruptura
    epistemológica con el conocimiento ideológico, los
    ciudadanos debemos romper con la percepción deformada de
    la realidad que se nos ha inculcado y ver con objetividad que no
    es normal que haya ricos y que haya pobres, que no es natural que
    cientos y miles de mexicanos mueran por desnutrición y de
    hambre.

    También debemos modificar la percepción
    que tenemos de nosotros mismos, dejar de vernos como personas que
    no podemos hacer nada por cambiar nuestra sociedad, que los que
    tienen el poder siempre van a estar en el poder. Están
    ahí porque nosotros los permitimos con nuestra pasividad,
    indiferencia y falta de participación.

    Debemos asumir la premisa de que los seres humanos
    construimos nuestra realidad y en consecuencia podemos cambiar la
    realidad dándole el rumbo que decidamos a través de
    nuestra participación social.

    Todo ciudadano debe incrementar su participación
    en los diferentes grupos, organizaciones y comunidades a los que
    pertenece. Para empezar debemos incluir en los contenidos de
    nuestras conversaciones con familiares, amigos, colegas,
    compañeros de trabajo, etc., la agenda política,
    cómo nos afecta la política económica, la
    política educativa, la política fiscal,
    etc.

    Los líderes de las organizaciones sindicales
    deben fomentar la discusión política a su interior
    con sus representados, deben implementar estrategias de
    educación sindical que estimulen la participación
    social.

    Los sindicalizados deben exigir a sus líderes un
    desempeño óptimo en su rol de líderes para
    que defiendan sus intereses como trabajadores. Pero antes de
    hacer esto, deben exigirse a sí mismos el cambiar sus
    actitudes de dependencia, pasividad, indiferencia, por una
    actitud donde prevalezca el compromiso, la crítica basada
    en la autocrítica y que se traduzca en un aumento en su
    participación sindical.

    Los padres de familia deben exigir a los integrantes de
    la misma un mejor desempeño en los roles que tienen
    asignados, pero antes deben exigirse a sí mismos un
    mejoramiento en el desempeño de sus propios
    roles.

    Los estudiantes deben exigir a sus maestros un mejor
    desempeño en el proceso educativo, pero antes deben
    exigirse a sí mismos un mejor desempeño como
    estudiantes.

    La población civil debe exigir un mejor
    desempeño de los servidores públicos que trabajan
    en las diferentes dependencias de gobierno, pero también
    deben exigirse a sí mismos una mayor responsabilidad
    social.

    La población debe exigir cuentas a sus
    representantes diputados y senadores sobre las decisiones que a
    su nombre toman, pero también debe aumentar su
    participación en política y no limitarse a hacerlo
    en coyunturas electorales mediante la emisión del
    voto.

    La revolución de las consciencias implica en
    síntesis, que cada individuo, antes de exigir mejoras a
    los demás, se exija a sí mismo ser un mejor
    individuo mejorando y ampliando su participación
    social.

     

     

    Autor:

    Oscar Yescas
    Domínguez

     

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