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El sistema monetario-financiero internacional como obstáculo para el desarrollo




Enviado por Jhon Caicedo



Partes: 1, 2, 3

Monografía destacada

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Economía internacional: principales
    características de la evolución del sistema
    monetario internacional
  4. Estado
    de las relaciones monetario-financiero en la región
    latino-caribeña y la necesidad de su
    transformación
  5. Conclusiones
  6. Recomendaciones
  7. Bibliografía
  8. Anexos

Exordios

"Si el dinero como dice Augier, "viene al mundo
con manchas de sangre en una mejilla", el capital lo hace
chorreando sangre y lodo, por todos poros, desde la cabeza hasta
los pies."

Karl Marx

El capital

En Nuestra América… "Nosotros somos
los habitantes originales de estas tierras. Todo era nuestro
antes de la llegada de la soberbia y el dinero. Nuestro andar
armado de esperanza no es contra el mestizo; es contra la raza
del dinero. No es contra un color de piel sino contra el color
del dinero. No es contra una lengua extranjera, sino contra el
lenguaje del dinero."

Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN)

502 aniversario del genocidio de
Nuestra América, 13 de octubre de 1994

Resumen

El actual contexto de la globalización
caracterizado por las recurrentes crisis financieras, la
inestabilidad, la incertidumbre y la desregulación hacen
afirmar lo insostenible que representa ser el sistema
monetario-financiero internacional y en particular el sistema
dólar, la coyuntura económica en que se encuentra
los Estados Unidos como garante del sistema, la Unión
Europea y Japón han obligado a retomar el debate generado
en torno al proceso de regulación del sistema
monetario-financiero internacional suscitado a raíz de la
crisis financiera impulsada en ese país. En el año
2007 surgió el Banco del ALBA como una iniciativa de los
países del ALBA para constituir una alternativa al las
Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) en la
región. A partir de ahí se puso en evidencia la
necesidad impostergable de América Latina y el Caribe
transitar rápidamente a la concreción de una moneda
subregional.

Este trabajo busca ahondar particularmente en los
problemas globales que ha ocasionado el dólar como activo
de reserva y medio de pago en las relaciones monetarias
internacionales y el camino hacia la construcción de una
nueva Arquitectura Financiera Regional, partiendo del
análisis del sistema monetario y financiero internacional
y la concreción del SUCRE.

Palabras claves: Sistema Monetario Internacional,
Bretton Woods, Dólar, SUCRE, Arquitectura Financiera
Regional, Banco del ALBA, Integración,
Globalización.

SummaryIn the present context of globalization
characterized by recurrent financial crises, instability,
uncertainty and deregulation it is possible to state how
unsustainable is the international monetary system, in
particular, the dollar system, the unfavorable moment of the
United States as responsible of the system. The European Union
and Japan have forced us to take on the debate about the
regulation process of the international monetary system caused by
the financial crisis in that country. In 2007 the Bank of ALBA
emerged as an initiative of ALBA countries to build up an
alternative to the international and financial institutions in
the region. From that moment on it has been evident the urgent
necessity of Latin American and the Caribbean to rapidly
establish some sub regional currency. This diploma paper is aimed
at to go deeply into the global problems caused by the dollar as
both reserve assets and exchange currency in the international
monetary relations and the path towards the establishment of a
new regional and financial architecture, taking as point of
departure the monetary system and the international and financial
system and the establishment of SUCRE.

Key words: International Monetary System, Bretton
Woods, Dollar, SUCRE, Regional and Financial Architecture, Bank
of ALBA, Integration, Globalization.

Introducción

Las complejas condiciones que existen actualmente,
agudizadas en los últimos años por la crisis del
modelo capitalista global, tienen su crónica en las
principales grandes crisis económicas capitalistas
(1873-1896; 1929-1939; 1971-1992).[1] "La que
atraviesa el mundo en estos momentos trasciende con creces lo
financiero o bancario afectando la economía en todos los
órdenes. Afecta a la economía global yendo mucho
más allá de las fronteras de Estados Unidos. Se
trata de una crisis de superproducción y, al propio
tiempo, de subconsumo. No fue por casualidad que la misma
estalló en Estados Unidos, pues ese país hace
más de tres décadas que vive artificialmente del
ahorro externo, del crédito
externo."[2]

La crisis iniciada en 2008 no es la mera
repetición de la del año 1929. El nuevo estallido
corresponde a un capitalismo más globalizado, […]
no es solamente financiera, sino que se entrelaza con factores no
existentes en 1929, como la crisis energética,
ecológica y alimentaria.[3]

Estamos frente a una crisis cuya profundidad y alcance
permiten hacer una analogía con la de años
anteriores. Además hay un elemento de coincidencia ambas
comenzaron en el sistema financiero estadounidense y se
propagaron desde allí, y ambas comenzaron con el estallido
de una burbuja de precios de activos que dio lugar a problemas de
solvencia del sistema financiero.

Por ello la problemática internacional es cada
vez más compleja, en Europa por ejemplo, la crisis se
propagó con la difusión de rumores sobre el nivel
de endeudamiento de Grecia y el riesgo de cesación de
pagos de su gobierno golpeando con particular fuerza durante el
2010 en forma de crisis fiscal de los diferentes estados
(Portugal, Irlanda y España) haciendo vibrar los cimientos
de la Unión Europea y del

euro, exponiendo de relieve la fuerza dominante del
mercado, el capital y la oligarquía
financiera-bancaria-especulativa, y dando impulso a su vez a una
improcedente vuelta al neoliberalismo.

En cambio en América Latina el panorama es
distinto, esta región pese a la crisis económica
mundial se ha visto envuelta en una serie de cambios
políticos y socioeconómicos de importante
enmarcación, los acontecimientos políticos y
sociales que demanda el actual contexto, es debido al escenario
caracterizado desde hace años por la inestabilidad e
incertidumbre respecto al comportamiento económico global,
ha obligado en el ámbito latinoamericano y caribeño
avanzar en la reconfiguración tanto de las
políticas económicas como de los procesos
integración, generándose desde el espacio regional
respuestas a la actual crisis global y en la búsqueda de
estrategias alternativas comunes, como es el caso del Sistema
Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE), cuya
definición precisa está siendo formulada y
construida por los países proponentes Venezuela, Cuba,
Bolivia, Ecuador y Nicaragua miembros de la Alianza Bolivariana
de los Pueblos de Nuestra América ALBA-TCP.

El ineludible proceso de globalización o
transnacionalización financiera, de apéndice
neoliberal hace que se acentúe cada vez más la
brecha entre países ricos y países pobres, de las
cuales forman parte todos los países latinoamericanos y
caribeños. La integración tipo ALBA se plantea el
reto de acceder al desarrollo económico y natural de las
naciones mediante la unión o conformación de
bloques económicos y políticos de
integración regional, como única vía para
alcanzarlo en las condiciones actuales. Por ello cabe destacar
que las alternativas surgidas en el seno de estos países
explotados y saqueados por décadas, son puestas a prueba
en función de la integración regional.

La actual crisis es fruto de la convergencia de
diferentes variables y factores, pero en cualquier de los caso
todos ellos son reducibles a una interrelación entre
causas de orden estructural, aquellas que han creado el contexto
favorable para la crisis, y las causas de orden coyuntural que
actúan como detonantes. En función de este criterio
la crisis actual aborda el análisis de la "estructura
financiera internacional"
profundizando en su naturaleza y
funcionamiento para, posteriormente, explicar en qué
medida se han creado las condiciones favorables para que la
actual crisis haya tenido lugar, lo que, inevitablemente
conducirá a exponer el papel que juegan los mercados
financieros, las empresas transnacionales, la forma en que
funciona el sistema monetario y financiero internacional y la
lógica especulativa- bancaria que rige el mundo
financiero.

Por ello ante tales consideraciones, se plantea como
problema científico de la investigación el
siguiente: ¿Cuales son las principales
características del sistema monetario-financiero
contemporáneo que constituyen un obstáculo para la
integración y el desarrollo en la región
latino-caribeña?

Se resalta como objetivo general:

Demostrar la necesidad de una nueva arquitectura
financiera tipo ALBA para nuestra región ante los
obstáculos del sistema dominante
contemporáneo.

Como objetivos específicos:

  • Explicar las principales características de
    la evolución del sistema monetario-financiero
    internacional.

  • Analizar los elementos del sistema monetario
    internacional que obstaculizan el desarrollo en la
    región latino-caribeña.

  • Demostrar la necesidad de nuevas
    relaciones-monetarias-financieras tipo ALBA en América
    Latina y el Caribe.

Por tanto la hipótesis de la
investigación plantea:

El sistema monetario internacional obstaculiza la
integración y el desarrollo de la región
latino-caribeña y su progresiva eliminación
estará condicionada por las acciones y mecanismos
alternativas que emprendan los países de la región
en el contexto del modelo tipo ALBA.

La investigación consta de 2
capítulos
claramente concebidos: el primer
capítulo
aborda aspecto medulares del sistema
monetario internacional, o sea algunos conceptos acerca del
sistema monetario y financiero internacional, surgimiento
desarrollo, principales características de la
evolución, la crisis del sistema de Bretton Woods y el
proceso de su ruptura y consecuencias para la comunidad
internacional, dinámicas actuales de las relaciones
económicas internacionales; el segundo
capítulo
trata sobre una visión general de las
relaciones de cooperación e integración, el estado
de las relaciones monetarias-financieras en América Latina
y el Caribe y cómo influye la ruptura del sistema de
Bretton Woods en América Latina y su relación con
el dólar y como ese tipo de relaciones empuja a la
necesidad de una nueva arquitectura financiera internacional y a
una mayor creatividad del ALBA en la concreción de una
moneda virtual inicialmente, denominada como SUCRE, para combatir
los efectos de las crisis financieras.

La investigación se desarrolló mediante la
utilización del método teórico
dialéctico-estructuralista (incluyente de
análisis-síntesis, lógico-histórico,
abstracción científica) que consiste en tomar el
objeto de estudio como un todo y descubrir las relaciones
causales y funcionales de las partes que conforman ese todo, con
el objetivo de descubrir lo esencial y lo secundario del problema
que se investiga, lo cual permitió el descubrimiento de
las características del objeto de estudio, así como
sus contradicciones. Fueron revisados varios documentos referidos
al tema, así como una bibliografía relativamente
amplia y puntual.

CAPITULO I:

Economía
internacional: principales características de la
evolución del sistema monetario internacional

Enfoque histórico general

El propio desarrollo histórico de la humanidad
favoreció consecuentemente al surgimiento del dinero y de
las relaciones monetarias mercantiles, las que luego se
extendieron imprimiéndole cada vez mayor importancia al
intercambio mercantil de los excedentes, dando como fruto el
desarrollo espontáneo de las formas del valor, revelado en
diversas etapas del desarrollo de la producción
mercantil.

Desde el momento en que la producción necesaria
rebasó sus límites y apareció el excedente,
el mercado se instituye como medio de trueque, los grupos que
efectuaban o se especializaban en funciones como la agricultura,
la pesca, y la cerámica, se vieron en la necesidad de
intercambiar el producto de sus actividades por otras de las que
no podían proveerse por diferentes razones.

Todas las sociedades que precedieron al capitalismo,
desde la primera forma de organización económica de
la sociedad, pasando por la sociedad esclavista y luego la
feudal, fueron en cierto modo organismos cerrados no en su
totalidad, pero mayormente se basaban en sociedades relativamente
autárquicas. En tales sociedades existió la
división natural del trabajo; pero los bienes que se
producían eran especialmente para el consumo directo de
las comunidades productoras, cuyos miembros se distribuían
según normas que variaban según el tipo de
organización social.

Con el surgimiento del capital, el excedente fue
adquiriendo mayor importancia a la hora de intercambiar los
productos del trabajo, creando la necesidad de repetir
continuamente una parte del proceso de producción global
con destino al intercambio, pasándose a convertir "el
cambio"
[4] en un proceso sistemático
de reproducción; esta condición se hizo
indispensable para favorecer así mismo el incremento
oportuno de la producción y por consiguiente la
especialización en diferentes áreas de la
producción, aventajando la especialización de los
hombres en diferentes áreas, favoreciendo así los
vínculos y nexos entre diversas comunidades.

En El Capital, Carlos Marx nos plantea claramente su
tesis "el intercambio de mercancía comienza
allí donde termina la comunidad
, allí donde
esta entra en contacto con otras comunidades […] Y, tan
pronto las cosas adquieren carácter de mercancía en
las relaciones de la comunidad con el exterior, este
carácter se adhiere a ellas también de rechazo en
la vida interior de la comunidad."[5]

Es decir, "la producción capitalista es
inseparable del comercio exterior […] una
reproducción normal anual a base de una escala dada, lleva
aparejado el supuesto de que el comercio exterior sólo
remplaza artículos (artikel: mercancías)
autóctonos por artículos de otra forma útil
y natural."[6]

Por ello los nexos económicos entre diferentes
comunidades, hizo sublime la lógica del intercambio
aprovechando como dijera David Ricardo "las ventajas
comparativas
" de aquellas comunidades o grupos sociales que
producían bienes de uso o de consumo de forma
inconmensurable, que por razones habituales o naturales les era
más factible producir, dando lugar así al
surgimiento del comercio internacional.

Con el comienzo de las cruzadas entre el siglo XI y XIII
aproximadamente, se empezó a observar un impulso creciente
en el comercio. En "defensa de la fe católica […]
"el saqueo interno y externo, fue el medio más importante
para la acumulación primitiva de capitales que, desde la
Edad Media[7]hizo posible la aparición de
una nueva etapa histórica"[8] Esta etapa
aceleró a escala mundial el periodo de los descubrimientos
y colonizaciones, extendiéndose el comercio a escala cada
vez mayor.

La creación del mercado mundial y el desarrollo
del capital, permitió establecer las bases para el
surgimiento de la pujante Revolución Industrial del siglo
XVIII, la cual provocó importantes cambios en la
mecanización de la producción y de los sistemas
industriales, contribuyendo al crecimiento de poblaciones,
ciudades, rutas y de medios de transportes que facilitasen el
intercambio y la ampliación del comercio; esto
permitió relacionar a regiones con un nivel de desarrollo
asimétrico, en la cual los procesos productivos se
alargaron, necesitando cada vez mayores aportaciones de
capital.

La clase dominante de Europa, valiéndose del
sistema de explotación colonial, logró extraer
grandes riquezas provenientes de Asia, África, y
América, poniendo de esta forma los yacimientos de oro y
plata al servicio del comercio, y a la vez acelerando aún
más el proceso de acumulación del capital,
favoreciendo a la vez el desarrollo de la Europa Occidental. Ese
progreso y perfeccionamiento de la producción sobre la
base de la técnica-material, condicionó la
separación multilateral de la producción social en
cada uno de los distintos países por separado, surgiendo
así diversas divisiones industriales independientes que
produjeron nuevos tipos de materias primas, instrumentos de
trabajo, así como artículos de consumo personal.
Tal especialización, amplió la división del
trabajo a escala internacional entre las zonas de un mismo
país y entre países, lo que se reflejó en el
desarrollo del comercio exterior.

El súbito crecimiento del comercio exterior, la
creación del mercado mundial, la profundización de
la división internacional del trabajo, y el connotado
desarrollo de las fuerzas productivas, permitió destacar
el advenimiento subsiguiente del modo de producción
capitalista, con el desarrollo alcanzado por el capitalismo hasta
ese momento (finales del siglo XVIII y comienzo del XIX
aproximadamente), se comenzó a observar un papel cada vez
mayor de las operaciones crediticias en las actividades
comerciales. Ya para la segunda mitad del siglo XIX el termino de
"Bolsa"[9] era conocido y renombrado
dándole mayor auge al crédito comercial y
extraordinaria importancia al estímulo de los bancos. Ya
Carlos Marx lo señalaba con anterioridad "el
crédito- sostuvo- acelera el desarrollo material de las
fuerzas productivas y la instauración del mercado mundial,
sienta las bases de la nueva forma de
producción."[10] Más adelante
prosigue "a medida que se desarrolla la productividad del
trabajo, y por lo tanto la producción en gran escala: 1)
los mercados se extienden y se alejan de los centros de
producción; 2) los créditos tienen que prolongarse,
y 3) el elemento especulativo tiende necesariamente a dominar
cada vez más las transacciones comerciales. El desarrollo
del proceso de producción hace que se extienda el
crédito y el crédito se traduce en la
extensión de las operaciones industriales y
mercantiles"[11]

El crédito mercantil fue el móvil a la
hora de garantizar el financiamiento a la industria,
condicionando la necesidad del surgimiento de transacciones
monetarias internacionales (TMI) capaces de garantizar el
financiamiento del movimiento de bienes y servicios que se
intercambian entre las diferentes economías.

Por tanto donde verdaderamente se establecen,
desarrollan y se internacionalizan las relaciones monetarias es
después de la Revolución Industrial, lo cual da
lugar a un sistema monometalista que funcionaba bajo los
principios del patrón-oro. Este fue reconocido de manera
legal en la conferencia de París en 1867, donde por
acuerdo intergubernamental se oficializó el oro como
único metal con funciones de dinero mundial, que
convirtió el patrón oro en el regulador
espontáneo de la producción, de la balanza de
pagos, de los vínculos comerciales externos, así
como de los pagos internacionales[12]"Resulta
importante recordar que el dinero mundial se utiliza en las
transacciones comerciales internacionales, desde un inicio las
relaciones monetarias externas, se diferencian sustancialmente de
los patrones monetarios nacionales. Las razones para que
así ocurriera se debió a que:

1). Las operaciones internacionales se harían muy
complejas a cuenta de las numerosas monedas nacionales y con
ellas de patrones de precio diferentes.

2). En los sistemas monetarios nacionales la
circulación monetaria existía a través de
los signos monetarios, los cuales poseen fuerza legal solo en los
marcos de cada país. La culminación de la
formación de los mercados nacionales, hizo que culminara
la formación de los sistemas monetarios nacionales;
más aun, el proceso de internacionalización de la
vida económica condicionó y propició la
aparición del dinero
mundial."[13]

Sistema Monetario Internacional: algunas
consideraciones epistémicas

Para conocer ¿Qué es, y lo que realmente
presupone el sistema monetario-financiero internacional?,
citaremos algunos conceptos que pongan en evidencia supuestos
acerca del tema. Para los profesores Krugman y Obstfeld la
interdependencia inherente a las economías abiertas ha
hecho en ocasiones más difícil para los
países conseguir el objetivo de pleno empleo y estabilidad
de los precios. Las relaciones de interdependencia dependen a su
vez de los acuerdos monetarios y de tipos de cambio adoptados
–un conjunto de instituciones denominadas sistema
monetario internacional.
[14]

Para el Dr. Ahmad Rahnema El Sistema Monetario
Internacional
es el conjunto de leyes, reglamentos,
instituciones, instrumentos y procedimientos que intervienen en
las operaciones transfronterizas de flujos monetarios. En una
economía abierta; al exterior estos elementos afectan a
los tipos de cambio, al comercio exterior y a los flujos de
capital y a la balanza de pagos, así como el precio de
productos y servicios en los mercados internacionales, por eso el
volumen de la financiación y la inversión en
mercados internacionales depende, directamente de los tipos de
cambio. Por lo tanto, el sistema monetario internacional tiene
una enorme influencia en la dirección financiera de la
economía de un país.[15]

Tomando en cuenta estas definiciones conceptualizadas
anteriormente, se puede decir que un elemento imprescindible en
todo Sistema Monetario Internacional, son los mecanismos por
medio de los cuales se intercambian las diferentes monedas
nacionales, que están ligadas por los precios relativos de
diferentes países, llamados tipos de cambios.

Otro que ha ofrecido sus consideraciones sobre el tema
es Luis Rivero, para quien el SMI también "es el conjunto
de instrumentos de pagos de unidades económicas y de
normas para la creación y uso de los mismos, involucrados
todos en el ajuste financiero del intercambio entre naciones. Su
propósito principal es promover tal intercambio y
facilitar el ajuste de las posiciones de pagos de los
países."[16]

Según Rubén Piñeiro, el sistema
monetario internacional
"es la forma de organización
de las RMI[17]creadas sobre la base del desarrollo
del modo de producción capitalista, la cual se instituye y
reglamenta por acuerdo intergubernamental de los principales
países capitalistas."[18] También se
entiende al Sistema Monetario Internacional, "como la
forma de organización de las relaciones monetarias
internacionales (RMI). Éste se constituye por un conjunto
complejo de mecanismos bancarios, de autoridades nacionales e
instituciones internacionales, de instrumentos de pagos y
créditos, de convenciones y usos públicos o
privados, que rigen las relaciones internacionales. Por supuesto
que el Sistema es contentivo de las relaciones económicas
y políticas que existen y se desarrollan entre los
países, que son parte del sistema. Los conflictos de
intereses nacionales se reflejan en él, pero deben ser
finalmente resueltos, ya que el mantenimiento de un orden
monetario supone disciplinas
comunes."[19]

También se puede definir al sistema
monetario
"como la estructura monetaria que establece
legalmente la circulación monetaria de un país y
que comprende:

1) la mercancía, que desempeña la
función de equivalente general;

2) la unidad monetaria: el patrón de
precios;

3) los medios legales de circulación y los medios
de pago (dinero metálico, papel moneda, moneda fiduciaria:
billetes de banco);

4) el sistema de acuñación de las monedas
(de pleno contenido: de oro; subsidiarias – moneda de cambio- de
plata y cobre);

5) el tipo de emisión de los billetes de banco y
de los valores del Estado (dinero papel).

Este régimen utilitario se caracteriza
básicamente por el hecho de que los bienes producidos no
son consumidos por sus propios productores, son intercambiados en
el mercado mediante convenciones reguladoras que constituyen un
sistema monetario. A estos bienes utilitarios generalmente se les
denomina mercaderías y son de dos tipos:
mercaderías producidas y mercaderías productoras.
Hay que subrayar, pues, que no tiene ningún sentido hablar
de sistema monetario, si no es en un contexto de intercambio de
mercaderías concretas realmente
existentes."[20]

Numerosos análisis basados sobre la RMI, indican
que el sistema financiero tiene como objetivo llevar a cabo una
labor de intermediación financiera y es parte del sector
terciario de toda economía y se desarrolla por
vínculos comerciales.

Para Oscar León, el sistema financiero,
"debe cumplir la labor de intermediación financiera,
entendida esta como la tarea de contribuir a la adecuada
generación, captación y transferencia de recursos
financieros entre entidades (individuos, empresas y gobierno)
superavitarios y deficitarios. Por tanto, la realización
de esta labor amerita la presencia de intermediarios que de forma
masiva y profesional conformen los diversos mercados; por ello,
cuando esas actividades de intermediación financiera se
realizan bajo un orden que las organice (organismo de
supervisión) y relacione entre sí, dándoles
estructura y coherencia para que contribuyan a realizar fines
comunes, estaremos en presencia de un sistema financiero
(SF)."[21]

El Centro de Información Bancaria y
Económica (CIBE) de Cuba, define al sistema financiero
"como a él conjunto de instituciones, medios y mercados
cuyo fin primordial es canalizar el ahorro que genera las
unidades de gasto con superávit hacia los prestatarios, o
unidades de gastos con déficit. Pero que no se reduce solo
a esta actividad, sino, como su mayor o menor perfección
condiciona también el volumen de ahorro de la comunidad.
[…]. En resumen esto constituye un todo estructurado,
formado por el conjunto de instituciones, activos, y mercados,
que permite canalizar el ahorro hacia la inversión. De
esta forma se vinculan entre sí como unidad
dialéctica las esferas de las finanzas y la
economía real."[22]

El Banco Mundial (BM), define al sistema financiero como
" todo aquel en que se verifican todas las transacciones que dan
como resultado creación de activos y pasivos financieros;
el conformado conjunto de instituciones y mecanismos que se
encargan de canalizar el ahorro desde los sectores superavitarios
a los deficitarios para darle un uso racional y
productivo."[23]

Aunando criterios, casi todos asumen al sistema
monetario y financiero internacional como proceso
interdependiente de relaciones monetarias con la visión
contenida de supervisar la realidad económica por parte de
sujetos económicos y sus instituciones.

La gran mayoría de los autores citados coinciden
en que el sistema monetario internacional es un sistema
interdependiente bajo un marco jurídico de acuerdos
interinstitucionales, entre bancos y organismos internacionales,
que estos a su vez operan mediante instrumentos de pagos y de
intercambio que dependen a su vez de acuerdos monetarios y de
tipos de cambio que se adoptan para armonizar el comercio y
organizar los flujos monetarios internacionales que se fomentan
bajo el sistema capitalista.

De este modo se puede definir concretamente y de forma
más acabada al Sistema Monetario internacional
como la integración de los diferentes sistemas monetarios
locales en un eje universal de intercambios comerciales
determinado por los precios relativos de cada país,
denominados tipos de cambio, articulado mediante acuerdos
intergubernamentales y de organismos supranacionales que
garantice en materia monetaria la organización,
cooperación y estabilidad del comercio internacional entre
las naciones, y que no escapan sobre la base de
reproducción y desarrollo del sistema
capitalista.

Como el sistema monetario internacional está
estrechamente ligado a los sistemas monetarios nacionales de este
modo las instituciones bancarias nacionales operan dentro del SMI
para su funcionamiento. Todo SMI tiene que estar conformado
esencialmente por los siguientes elementos:

a) Unidad de Cuenta:

b) Régimen de tipo de cambio:

c) Convertibilidad:

d) Institucionalidad y liquidez

Dinámica general de los sistemas
monetarios hasta la primera mitad del siglo XX

El sistema monetario internacional influyó en la
política macroeconómica y en los resultados de tres
periodos:

  • La época del patrón-oro desde (1870 a
    1914),

  • El periodo entreguerras (de 1918 a 1939)
    y,

  • El periodo tras la Segunda Guerra Mundial durante el
    cual los tipos de cambios se fijaron según el acuerdo
    de Bretton Woods (1945-1973).

Desde 1870 hasta la actualidad, se han utilizado
diversos esquemas organizativos del Sistema Monetario
Internacional (SMI). Históricamente los sistemas
monetarios internacionales han tenido características
múltiples; entre ellas principalmente están las
diferencias en el grado de flexibilidad cambiaria. Hace
más de cien años, el sistema monetario
internacional era el patrón oro internacional. En este
sistema el oro constituía el activo de reserva
internacional y su valor se fijó con las paridades que los
países especificaron. Esta decisión de apoyar las
divisas con un activo de reservas internacionalmente aceptable
(el oro) ayudó a fomentar tanto el intercambio
relativamente libre como los pagos.

Desarrollo del patrón oro

En los años del patrón oro (1870-1914 y
1925-1931), la clave del SMI radicaba en el uso de las monedas de
oro como medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de
valor. Los bancos centrales nacionales emitían monedas en
función de sus reservas de oro, a un tipo de cambio fijo,
pues expresaban su moneda en una cantidad fija de oro, aunque a
su vez pudieran establecer cambios con la plata o algún
otro metal. Esto estimulaba el desequilibrio inicial entre
países que tenían oro y los que no lo
tenían, aunque con el tiempo el sistema tendió a
ajustarse. La cantidad de dinero en circulación estaba
limitada por la cantidad de oro existente. En un principio la
masa monetaria era suficiente para pagar las transacciones
internacionales, pero a medida que el comercio y las
economías nacionales se fueron desarrollando, se
volvió insuficiente para hacer frente a los cobros y
pagos. Si las exportaciones de un país eran superiores a
sus importaciones, recibía oro (o divisas convertibles en
oro) como pago, y sus reservas aumentaban, provocando a la vez la
expansión de la base
monetaria[24]

El aumento de la cantidad de dinero en
circulación corregía automáticamente el
desequilibrio haciendo crecer la demanda de productos importados
y provocando inflación, lo que encarecía los
productos nacionales reduciendo sus exportaciones. Si el comercio
exterior del país era deficitario, la disminución
de las reservas de oro provocaba contracción de la masa
monetaria, reduciendo la demanda interior de bienes importados
abaratando los productos nacionales en el exterior. Pero el
sistema tenía también serios inconvenientes. El
país cuyo déficit exterior provocaba
contracción de la masa monetaria sufría una fuerte
reducción de su actividad económica,
generalizándose el desempleo. Los países con
superávit podían prolongar su privilegiada
situación "esterilizando el oro," impidiendo que el
aumento en sus reservas provocase crecimiento en la
circulación monetaria e inflación. De ahí
que los principales países abandonaron el patrón
oro durante la primera Guerra Mundial, para financiar parte de
sus gastos militares imprimiendo dinero. A consecuencia de la
guerra, la fuerza de trabajo y la capacidad productiva se
redujeron considerablemente, lo que hizo subir los precios. El
recurso generalizado, al gasto público para financiar la
reconstrucción, provocó procesos inflacionistas,
agravados por aumentos de la oferta monetaria. La vuelta al
patrón oro tras la guerra agravó la
situación de recesión
mundial.[25]

El sistema de los años entreguerras
(1918-1939)

Los países abandonaron el patrón-oro
durante la Primera Guerra Mundial y financiaron parte de sus
masivos gastos militares imprimiendo dinero. Además, la
fuerza de trabajo y la capacidad productiva se redujeron
bruscamente a causa de la guerra. Como resultado de esto, los
precios subieron en todas partes al concluir la guerra en 1918.
Algunos países experimentaron una inflación
desbocada cuando sus gobiernos intentaron ayudar al proceso de
reconstrucción a través del gasto público.
Estos gobiernos financiaron sus compras simplemente imprimiendo
el dinero que necesitaban, tal y como habían hecho
anteriormente durante los periodos de guerra. El resultado de
todo ello fue un fuerte aumento de la oferta monetaria y en los
niveles de precios.

Los Estados Unidos volvieron al patrón-oro en
1919. A principios de los años veinte, algunos
países suspiraban, cada vez más, por la relativa
estabilidad financiera de la era del patrón-oro. En 1922,
en una conferencia en Génova, Italia, un grupo de
países, que incluía a Gran Bretaña, Francia,
Italia y Japón, acordaron la vuelta al patrón-oro y
a la cooperación entre bancos centrales para alcanzar los
objetivos internos y externos, dándose cuenta que la
oferta de oro podía resultar inadecuada para satisfacer
las necesidades de reservas internacionales. La conferencia de
Génova propuso un patrón de cambio-oro parcial, en
el que los países pequeños pudieran mantener como
reserva las monedas de los países grandes cuyas reservas
internacionales consistirían únicamente en oro. La
depresión que acompañó el retorno al
patrón-oro en Gran Bretaña, había sido
pronosticada por Keynes y otros, pero tenía precedentes
con más de un siglo de anterioridad; el retorno de Gran
Bretaña al patrón-oro con la paridad que
prevalecía antes de las guerras napoleónicas,
había originado una recesión sostenida y profunda.
En ambos casos, la vuelta a un tipo de cambio, que había
quedado obsoleto por aumento de precios ocurridos durante la
guerra, representaron una revaluación de la libra
esterlina frente a las otras monedas, cosa que desvió la
demanda hacia productos no británicos. El estancamiento de
Gran Bretaña en los años veinte, acelero la
decadencia de Londres como centro financiero líder en el
mundo. El debilitamiento económico de Gran Bretaña
resultó un problema para la estabilidad del restaurado
patrón-oro. Las reservas británicas de oro eran
limitadas y el persistente estancamiento económico del
país no contribuía a inspirar confianza en su
capacidad de hacer frente a sus obligaciones
exteriores.

El comienzo de la Gran Depresión en 1929, fue
acompañado de bancarrotas bancarias en todo el mundo. Gran
Bretaña se vio obligada a abandonar el oro en 1931, cuando
los tenedores internacionales de libras (incluyendo varios bancos
centrales) perdieron la confianza en el compromiso de mantener el
valor de la moneda y comenzaron a convertir sus depósitos
de libras en oro. Ocurre lo que se llamó la
desintegración económica internacional.

Durante la depresión, muchos países
renunciaron a sus compromisos de patrón-oro y permitieron
que sus monedas flotaran en los mercados de divisas. Los Estados
Unidos abandonaron el patrón-oro en 1933 pero volvieron a
él en 1934, después de haber bajado el precio del
dólar en oro desde 20,67 dólares a 35
dólares la onza troy. Otros países volvieron
también a una cierta forma de patrón-oro tras una
devaluación. Estas "depreciaciones competitivas" fueron
emprendidas por los países con la esperanza de conservar
el oro y cambiar la demanda mundial hacia sus productos. Un
daño económico aún mayor fue ocasionado por
las restricciones en los pagos internacionales, que proliferaron
en ese momento debido a que los países desanimaron las
importaciones y se esforzaron a mantener la demanda del propio
país. El arancel Smoot-Hawley[26]impuesto
por los Estados Unidos en 1930, tuvo un efecto muy perjudicial
sobre el empleo de los otros países. La respuesta de
éstos al arancel estadounidense, incluyo contramedidas
comerciales restrictivas y acuerdos preferenciales entre grupos
de países. Las barreas arancelarias y la deflación
en las economías industrializadas de América y
Europa, condujeron a un repudio de deudas internacionales,
particularmente en los países iberoamericanos, cuyos
mercados estaban desapareciendo.

A comienzos de los años treinta, la
economía mundial se fue desintegrando cada vez más
en unidades nacionales relativamente autárquicas. Las
fuertes turbulencias continuaron en los mercados mundiales hasta
el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, pese a algunos
movimientos limitados a favor de la cooperación
económica internacional a finales de los años
treinta. Pero este camino, al reducir las ganancias del comercio
exterior, supuso un alto coste para la economía mundial y
contribuyó a ralentizar la recuperación, que
todavía no se había producido en muchos
países en 1939.

Todos los países hubieran estado en una
situación económica mejor en un mundo con comercio
internacional más libre, suponiendo que la
cooperación internacional hubiera permitido que cada
país preservara su equilibrio externo y su estabilidad
financiera sin sacrificar los objetivos internos de su
política. Fue la comprensión de este
fenómeno lo que inspiró el diseño del
sistema monetario internacional de posguerra, el acuerdo de
Bretton Woods.[27]

Principales características del
sistema monetario internacional actual: el sistema de Bretton
Woods y su crisis

El sistema monetario internacional surgido en Bretton
Woods (BW) nació bajo la óptica sustantiva de
reordenar, regular y supervisar las RMI para evitar así
caer nuevamente al desorden generalizado de los años de
entre guerras, dicho sistema en teoría demostraba cierta
estabilidad, basándose en un patrón de cambio oro,
y a su vez basado en el dólar estadounidense manteniendo
cambios fijos.

La capacidad para ajustar los tipos de cambio cuando
surgía un desequilibrio, era el elemento fundamental y la
característica que más distinguía al sistema
de Bretton Woods del patrón oro, y como la economía
de Estados Unidos había salido indemne después de
la Segunda Guerra Mundial, por esta razón, tanto el oro
como el dólar habían sido las principales fuentes
de liquidez internacional y en especial este último. Para
que el dólar cumpliera la función de moneda clave
del sistema o moneda patrón, Estados Unidos asumía
el compromiso de comprar y vender oro a cambio de dólares
a un precio fijo de 35 dólares la onza
troy[28]de oro, transformándose esta moneda
nacional en una especie de título representativo del
metal; es por ello que "el sistema de tasas de cambio fijas
establecido en Bretton Woods y basado en la relación entre
el oro y el dólar, y entre este y el resto de las monedas,
tenía un claro sentido regulacionista que pretendía
evitar la excesiva separación entre la producción y
la circulación y, en lo más inmediato, mantener la
especulación bajo control. […] Las tasas de cambio
fijas eran un intento de estabilización de la
economía mundial, que permitía un cierto orden y
cierta predictibilidad."[29]

Estados Unidos, debía mantener el dólar
inalterable en cuanto a su tasa de cambio pues en torno a
él debían moverse el resto de las monedas.
Quizás algo similar a la posición del sol con
relación a los demás planetas del sistema solar. A
continuación puede observarse un esquema general que
expresa el funcionamiento del sistema Bretton Woods.

Monografias.com

Fuente: esquema sobre la relación oro
dólar. Esquema tomado de Roberto Muñoz
González en el "Curso General de Economía y
Políticas Económicas Internacionales",
Santa
Clara, Cuba 2007.

La guerra en Vietnam y la emisión descontrolada
de dólares por parte de EE.UU para mantener financiada la
guerra, hizo posible la ruptura definitiva del sistema de Bretton
Woods, la cual se produce en agosto de 1971, con la
declaración de suspensión de la no convertibilidad
del dólar en oro por parte de los Estados Unidos.
País que decide unilateralmente la ruptura del orden
monetario internacional de relaciones capitalista. "Es obvio que
tal decisión dejaba sin opciones a los países con
grandes reservas en dólares, pues si todos intentaban
canjearlos a la vez por otra divisa, las cotizaciones del
dólar en los mercados financieros se desplomaría y
las reservas que tenían en esa moneda perderían
sustancialmente su valor. […] en tal coyuntura la
comunidad internacional no tenía otra alternativa que
resignarse al abrupto cambio en las reglas del juego impuestas
por Estados Unidos."[30]

En tal sentido "la Reserva Federal devino en un banco
central mundial no oficializado, proveyendo reservas, ofertando
la unidad de cuenta y, algunas veces, actuando como prestamista
de última instancia."[31]Esta
característica hace detallar que el actual sistema
monetario internacional tiene cuatros características
fundamentales;

  • Es privado,

  • Inestable,

  • Especulativo y,

  • Pro norteamericano.

Partes: 1, 2, 3

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