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La Autoestima



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La
    Autoestima
  3. Concepto de
    Autoestima
  4. Elementos del
    autoestima
  5. Grados de
    autoestima
  6. Otros elementos del
    autoestima
  7. Formas de mejorar
    la autoestima
  8. La importancia de
    la autoestima
  9. Conclusiones
  10. Bibliografía

Introducción

Se puede decir que una de las variables más
demostrativas para la harmonía social y el éxito en
la vida es poseer una autoestima alta o positiva, es decir,
saberse y sentirse competente en distintos aspectos de la
vida.

En este trabajo buscaremos explicar todo el significado
del Autoestima, concepto, tipos, elementos formación de la
autoestima, niveles del autoestima y lo más resaltante
porque es importante tener un autoestima equilibrada.

La autoestima será siempre una actitud
básica que determine el comportamiento y el rendimiento de
una persona en las diversas actividades que realiza. El proceso
de la autoestima está muy relacionado con la
consideración, valorización y crítica
recibida por la persona del resto de personas. Cuando una persona
fracasa en una determinada área específica del
rendimiento de la actividad que realiza su autoestima será
amenazada. En cambio cuando tiene éxito, la personas se
sentirá aprobado, aceptado y valorizado; de tal modo que
los sentimientos asociados a esas situaciones de éxito
irán modificando positivamente las percepciones que la
persona tiene de si misma.

La
Autoestima

La autoestima es un conjunto vinculado de
sentimientos, pensamientos, percepciones, evaluaciones, y
tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros
mismos, hacia nuestra forma de ser y de tolerarnos, y hacia los
atributos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. En
síntesis, es la percepción evaluativa de
uno mismo.

El grado de la autoestima consiste en lo que corresponde
a nuestro ser, a nuestra forma de ser y al sentido de nuestro
aprecio personal. Por lo tanto, no puede afectar a nuestro
modo de vivir y actuar en el universo y de relacionarnos con los
demás. Nada en nuestra forma de pensar, de sentir, de
decidir y de actuar escapa a la influencia de la
autoestima.

 Maslow, en su jerarquía de las
necesidades humanas, narra la necesidad de aprecio, que se
fracciona en dos aspectos, la estima que se tiene uno mismo
amor propio, confianza, pericia, suficiencia, y
el respeto y aprecio que se recibe de otras personas
"reconocimiento, aceptación". Según Maslow la
expresión de aprecio más sana es la que se
manifiesta 2en el respeto que le valemos a otros, más que
el popularidad, la celebridad y la adulación".

En claridad de este concepto, inclusive los seres
humanos más villanos merecen un trato humano y estimado.
Esta actitud, no obstante, no busca ingresar
en conflicto con los elementos que
la sociedad tenga a su práctica para evitar que
unos humanos causen daño a otros sea del tipo
que sea.

A partir el espacio del psicoanálisis,
radicalmente opuesto, la autoestima está relacionada con
el desarrollo del ego (el Yo); de otro lado,
el conductismo se centraliza en conceptos como apremio,
respuesta, refuerzo, aprendizaje, por lo cual
el concepto holístico de autoestima no
tiene sentido. La autoestima es además un concepto que ha
traspasado frecuentemente el ámbito
exclusivamente científico para formar parte
del lenguaje popular. El budismo considera
al yo una ilusión de la mente, de tal forma
que la autoestima, e incluso el alma, son también
ilusiones.

Referencias bibliográficas. Yagosesky,
Renny.
 

Concepto de
Autoestima

Para entender el significado de este concepto nos
ayudará fijarnos en su etimología. La palabra
autoestima se puede dividir en dos términos; en primer
lugar el prefijo Auto, de origen griego y que significa
por sí mismo; y en segundo lugar la palabra
Aestima, que procede del latín, del verbo aestimare
y que se traduce por evaluar, valorar o tasar. Así pues,
podríamos entender la autoestima como la valoración
que realizamos de nosotros mismos.

Definir la autoestima no es sencillo, pero es importante
saber que para disfrutar de una buena autoestima debemos
apreciarnos y aceptarnos. Implica necesariamente tener confianza
en uno mismo, percibirse merecedor de felicidad y competente para
afrontar los desafíos de la vida.

Sal Terrae. Maliaño (Cantabria,
España). ISBN 978-84-293-1133-4.

Elementos del
autoestima

El autoconcepto. Es la imagen que tiene cada
persona de sí misma, así como la capacidad de
autoreconocerse. Cabe enfatizar que el autoconcepto no es lo
mismo que autoestima. El autoconcepto incluye valoraciones
de todos los parámetros que son relevantes para la
persona: desde la apariencia física hasta las habilidades
para su desempeño sexual, pasando por nuestras capacidades
sociales, intelectuales etc.

Se destacan tres características
esenciales:

  • 1. No es innato: el autoconcepto se va
    formando con la experiencia y la imagen proyectada
    o percibida en los otros. Además depende
    del lenguaje simbólico.

  • 2. Es un todo organizado. el individuo tiende a
    ignorar las variables que percibe de él mismo que no
    se ajustan al conjunto y tiene su propia jerarquía de
    atributos a valorar.

  • 3. Es dinámico: puede modificarse con
    nuevos datos, provenientes de una reinterpretación de
    la propia personalidad o de juicios
    externos.

Además, como atributo dinámico el
autoconcepto se ve retroalimentado (positiva o negativamente) por
nuestro entorno social, siendo determinante las opiniones o
valoraciones de las personas con las que entablamos relaciones
íntimas (esto es nuestra pareja, familia,
amigos).

IV, I Autoconocimiento

Muchos creen que sí. Pero si así fuera,
lograrían todo aquello que se proponen, tendrían un
gran autocontrol y un buen autodominio.

Serían excelentes personas con los demás y
tendrían una gran autoestima, el éxito
sería parte de su cotidianidad y emanarían una
energía tal que los demás podrían
notarlo.

No digo que no sea posible que existan personas con
estas características, lo que digo es que muchos piensan
que gozan de un gran autoconocimiento, cuando en realidad
desconocen más de sí mismos de lo que
creen.

Hoy te presentaré una perspectiva del
autoconocimiento desde el punto de vista de la mente
subconsciente. Y una buena manera para comunicarse con ella y
encontrar cosas que nunca llegamos siquiera a imaginar sobre
nosotros mismos.

La verdad es que, al contar con diferentes niveles
mentales, dos de ellos sobre los que realmente tenemos muy poco
control (Nivel Subconsciente y Nivel Inconsciente), conocernos a
nosotros mismos puede llegar a ser todo un reto.

Un buen ejemplo de autoconocimiento, es cuando llegamos
a determinar los motivos y razones de:

  • Nuestros deseos

  • Nuestros impulsos

  • Nuestros sueños

  • Nuestras pasiones

  • Nuestros miedos

  • Nuestras emociones

  • Nuestros sentimientos

  • Nuestros pensamientos

Idealmente, saber con certeza todo aquello que nos
conforma. Claro, también podríamos incluir el nivel
físico en el autoconocimiento, por ejemplo saber nuestros
límites de resistencia física, lo que nos da
placer, etc., pero para efectos de basarme en los lineamientos,
mas particularmente en el desarrollo personal, he
considerado todo lo que tiene que ver con la mente.

Decimos entonces que estamos compuestos por diferentes
factores psicológicos que hacen de nosotros un ser humano
completamente único y diferente a los
demás.

IV.II Autoaceptación

Las personas adquieren y forman conceptos de sí
mismas, es decir, tienen maneras de hablarse, tratarse,
motivarse, desmotivarse; todo esto deriva de las ideas,
pensamientos que se cultivan en la mente.

Cuando se habla de sí mismo se manifiesta lo que
se cree ser. Sin embargo, el cambio, al ser una decisión,
hace ver que la persona no es lo que creía ser, puesto que
los defectos y los esquemas mentales no permitían ver
otras posibilidades de pensar y actuar.

El concepto personal se compone de diversas influencias:
lo familiar, lo intelectual, lo económico, lo espiritual,
lo emocional, que al presentar complicaciones incomodan la vida
interior, por supuesto, mental de la persona. Por ejemplo:
Alguien puede rechazarse por pertenecer a determinada familia,
tener específico trabajo, ser emocionalmente dependiente,
no haberse capacitado.

La autoaceptación pese a tener un enfoque
más interno en la persona, conduce a pensar en un
ámbito delicado donde el individuo debe hacer las paces
consigo mismo a pesar de que su condición no sea la
más favorable.

¿Aceptarse en qué aspectos?
:  Como empleado con oportunidad de excelencia, como padre
más amoroso con sus hijos, como amigo más fiel y
sincero, Como estudiante más comprometido con su curso,
como creyente que necesita de Dios, como pensador que cuida su
mente lo máximo posible, como persona que desea cambiar en
verdad, como esposo(a) que cumple con su rol y como ciudadano que
valora su ciudad. Cuando una persona experimenta autorrechazo
generalmente debe perdonar el factor, persona o situación
que le ha afectado, sea ella misma u otro que le causó las
heridas. El nivel del perdón sana notablemente una
autoestima resentida.

-¿Qué hechos acepta de
sí mismo sin ninguna dificultad? - ¿Qué
hechos no acepta de sí mismo? ¿Son externos?
¿Son internos? -¿Qué tipo de
pensamientos rondan en su mente? ¿Son positivos?
¿Son negativos? 

IV.III El autorespeto

Respetarse a uno mismo, es un trabajo indispensable para
vivir en armonía con uno mismo y con los
demás.  Constantemente, nos quejamos de que otros nos
faltan al respeto, sin atender a que es más frecuente que
uno mismo se falte al respeto, siendo esto en ocasiones de
maneras inconscientes.

La autoestima, dice Dov Peretz, que es un silencioso
respeto por sí mismo.

 Mientras que, según Mauro Rodríguez,
el respeto a sí mismo, se manifiesta a través de
las siguientes formas: 

1. Atender y satisfacer las propias necesidades y
valores.

2. Expresar y manejar, e forma conveniente,
sentimientos y emociones, sin hacerse daño ni
culparse.

3. Buscar y valorar todo aquello que lo haga a uno
sentirse orgulloso de sí mismo. Generalmente, las
faltas de respeto, comienzan con faltas de respeto a uno mismo.
Habría que comenzar por revisar detenidamente cómo
y por qué yo lo permito y no tanto por qué el otro
lo hace. Maslow dice. "Sólo podemos respetar, dar y amar a
los demás cuando hemos respetado, dado y amado a nosotros
mismos".

Y, sin duda, de la misma manera que las relaciones
humanas profundas se establecen sobre bases de respeto,
también la autoestima se fortalece cuando aprendemos a
respetarnos a nosotros mismos.

IV.IV Necesidades Psicológicas

Todas las personas tenemos una serie de necesidades que
deben ser satisfechas. De lo contrario se generan estados
conflictivos de frustración, ansiedad, agresividad. La
necesidad supone una carencia, una falta de "algo" y genera un
impulso que nos hace tender hacia su
satisfacción.

Estas necesidades pueden ser ignoradas. El individuo
puede actuar como si no existieran, pero no por eso se suprimen o
se eliminan. Se pueden satisfacer de un modo ordenado,
produciendo satisfacción y felicidad. Pero cuando no se
satisfacen las necesidades psicológicas, se produce
malestar, inmadurez o conflicto. Y se paga un alto precio por
ello, con frustración, con amargura, con "muerte
psicológica", con enfermedades
psicosomáticas.

Nuestras necesidades
psicológicas

  • Necesidad de ser uno mismo: necesidad de sentir el
    respeto que se debe a toda persona.

  • Necesidad de afirmación personal. De pensar,
    sentir y obrar por nosotros mismos.

  • Necesidad de realizarse: la persona tiene necesidad
    de crecer psicológicamente, de desarrollarse en todas
    sus dimensiones (física, mental, social,
    valórica y espiritual).

  • Necesidad de amar: el ser humano tiene necesidad de
    manifestar su afecto, de ser generoso, de darse a otras
    personas para sentirse realizado.

  • Necesidad de ser querido: todos necesitamos ser
    queridos, ser considerados, ser apreciados, ser valorados,
    ser tenidos en cuenta.

  • Necesidad de seguridad: seguridad en uno mismo para
    considerarse suficientemente valioso y necesidad de sentir la
    confianza de los otros.

  • Necesidad de comunicación: el ser humano
    tiene necesidad de estar en contacto con el otro, de mirarse
    en el otro (sin el cual no hay yo), de relacionarse con los
    demás.

  • Necesidad de libertad: de ser libres internamente
    (frente a esclavitudes psicológicas) y libres frente a
    las manipulaciones de otros.

  • Necesidad de ser fecundos: no sólo hay
    fecundidad biológica. Hay también fecundidad
    intelectual, afectiva, social, espiritual.

  • Necesidad de valer por sí mismo: se trata de
    una necesidad que no depende del conocimiento que se tenga o
    del dinero que se posee, sino del valor intrínseco de
    la persona

  • Necesidad de valer para alguien: necesitamos ser
    importantes para otros.

IV.V. El Concepto Propio

Todos estamos constituidos de tal forma que necesitamos
tener la seguridad de que nuestras vidas valen algo. El que no
halla esto, no siente valor como persona, se siente molesto con
su propia identidad y vive con una inseguridad emocional. Esto se
percibe a través del Concepto Propio, es decir, si mi
concepto es positivo soy más feliz, pero si mi concepto es
negativo soy más desgraciado.

1. Definición de Concepto Propio. Es la forma en
la que me veo, lo que siento que soy. Mi opinión de
mí mismo y el concepto de mi propio valor o
dignidad.

a. ¿Quién soy? Distinción de otros,
nombre, apellidos, etc.

b. ¿Qué soy? Rótulo entre la gente,
soy soltero, casado, etc.

c. ¿Por qué soy? Razón o meta para
ser y para vivir.

2. Evidencias del Concepto Propio Negativo.
Desgraciadamente la mayoría de personas tienen un concepto
negativo sobre sí mismos.

3. Formación del Concepto Propio Negativo.
Según los psicólogos seculares el Concepto Propio
viene del medio ambiente, mayormente del hogar. Impresiones y
recuerdos como respeto, afecto y amor; o de vergüenza,
humillación y rechazo que influencian y forman nuestro
concepto.

IV.VI. El amor propio. El amor propio es la
imagen que usted tiene de sí mismo, lo que usted piensa de
sí mismo. Este comprende ideas y sentimientos acerca de
usted y de estos pueden ser positivos o negativos, mientras
más positivos, sean los sentimientos y pensamientos que
usted tenga de sí mismo, menor es su amor propio. Algunos
de sus sentimientos pueden ser difíciles de expresar o de
explicar; y esto es solo porque usted es un individuo
SUI-GENERIS- y no hay nadie más en el mundo como usted.
¡Es suficiente razón para sentirse muy
orgulloso¡

El amor propio juega un papel sumamente importante en su
manera de vivir, la manera como usted piensa, actúe y se
sienta acerca de sí mismo y también que los errores
del pasado le impidan seguir adelante. "Usted tiene el deber de
aprender a sentirse bien acerca de sí mismo".

El nivel de amor propio que usted tenga se basa en las
experiencias únicas en su género como persona y en
las relaciones con otros que haya tenido en el transcurso de su
vida.

Algunos resultados comunes de la falta de amor propio
son: falta de confianza en sí mismo, estas personas
carecen de amor propio a menudo tienen poca confianza en sus
propios talentos y creen que van a volver a fracasar simplemente
porque ya fracasaron una vez en el pasado. Imagen errónea
de sí mismos y de los demás, estas personas no
reconocen sus propios logros y se sienten menospreciados por todo
lo que les rodea.

Vida íntima amargada, no es divertido estar con
gente negativa, a estas personas que le falta amor propio les
cuesta trabajo entablar amistades, el resultado puede ser una
vida solitaria y amargada.

Mal desempeño en las labores, la falta de
confianza puede dar como resultados el hacer poco o ningún
esfuerzo en la realización de proyectos o en la
búsqueda de metas.

Otros factores que afectan su amor propio tienen que ver
con las relaciones en el hogar, la escuela, el trabajo, en la
vida social, en la sociedad y en general con personas, lugares y
cosas en el transcurso de su vida cotidiana.

Las experiencias positivas y las relaciones
satisfactorias ayudan a elevar su amor propio. Las experiencias
negativas y las relaciones difíciles tienden a bajar su
amor propio.

Como pensar positivamente acerca de sí mismo:
Usted puede mejorar su amor propio pensando de manera positiva;
enorgullézcase de su individualidad, ayúdese
desarrollando sus habilidades y talentos, elógiese cuando
se lo merezca, confíe en sus propias opiniones,
téngase aprecio, y dese ánimo cuando lo necesite.
Usted debe aceptarse, intensifique sus puntos fuertes y
débiles todo el mundo los tiene; Ayúdese, busque
metas realistas, alcáncelas adquiriendo habilidades nuevas
y desarrollando también las que ya posee; confíe en
usted mismo, póngale atención a sus pensamientos y
emociones, actúe cuando piense que es conveniente y haga
lo que a usted le hace sentir contento y satisfecho; sobre todo
respétese siéntase orgulloso de quien es,
investigue y aprecie sus propios talentos especiales; aprenda
amar la persona especial que es usted, acepte sus errores y
aprenda de ellos, acepte sus éxitos y fracasos como lo
aceptan aquellos que le tienen aprecio.

Anímese, tome la actitud de que "si puede" dese
el tiempo suficiente para alcanzar sus metas personales y
anímese a medida que lucha por obtenerlas. Sienta orgullo
por sus éxitos, tanto los grandes como los
pequeños, recuerde que sus experiencias son parte de su
riqueza personal.

Las personas con un gran amor a sí mismos viven
en integridad, honestidad, responsabilidad, amor y
compasión, tienen una alta autovaloración, sienten
que son importantes, que el mundo es un lugar mejor porque ellos
están allí, tienen fe en su propia competencia y
decisiones, irradian confianza y esperanza.

Grados de
autoestima

V.I Autoestima Alta

Se considera que una persona tiene una alta autoestima
cuando tiene una valoración positiva de sí
mismo.

Sin embargo, esto no quiere decir que una persona con
alta autoestima sea una persona  perfecta, o que todo le
salga bien. La autoestima depende de la
valoración que uno tiene y hace de sí
mismo.

Por ejemplo, una persona podría hacer muchas
cosas bien y pensar que debería hacer mucho más de
lo que hace o hacerlas todavía mejor, mientras que otra
persona podría aceptarse más fácilmente como
es aun cuando algunas cosas no le salgan tan bien o no le
resulten tan fáciles. Para tener una alta autoestima no
hay que ser perfecto, sino saber aceptarse como uno es, con
imperfecciones y todo. Pero tampoco hay que caer en el
conformismo y no luchar por aquellas cosas que se quieren solo
por aceptarse como uno o una es. Uno siempre puede mejorar,
aprender y capacitarse, lo que no quiere decir que si a veces no
se logra lo que se pretende sea motivo para deprimirse o para
auto castigarse.

Tener una autoestima elevada es la capacidad de sentirse
bien con uno mismo. Cuando una persona tiene una autoestima
elevada, tiene una mayor probabilidad de alcanzar la felicidad, a
la vez de conseguir lo que se propone.

Las personas con un alta autoestima, por lo
general:

  • Son más felices.

  • Se relacionan mejor con las demás personas
    pero también aprecian y saben estar solas.

  • Suelen lograr lo que se proponen y las metas que se
    plantean.

  • Tienen confianza en sí mismos y saben lo que
    son capaces de lograr.

  • Se sienten más capaces de enfrentarse a
    retos aun cuando saben que corren el riesgo de no
    lograrlos.

  • Suelen ser apreciados y respetados por los
    demás.

  • Saben plantear sus puntos de vista, sus gustos y
     mostrar su opinión.

  • Son personas seguras que se muestran fuertes ante
    los demás por lo que difícilmente no
    serán tomados en cuenta.

  • Pueden aceptar sus errores sin sentirse unos
    fracasados.

  • Les resulta más fácil entender y
    perdonar a los demás.

  • Son más independientes y más capaces
    de mantenerse e ingeniárselas por si solos.

  • Tienen menos dificultades para expresarse o dar a
    conocer sus sentimientos.

V.II. Baja Autoestima

Cuando una persona tiene problemas de autoestima, o
una baja autoestima, esto se traduce en una gran cantidad de
problemas en diversos ámbitos de su vida. Una persona con
baja autoestima suele sentirse más infeliz y mucho
más limitada en cuanto a lo que puede o debe
hacer.

Las características de una persona con autoestima
baja son diversas:

  • Las personas con baja autoestima tienen
    una mayor tendencia a la depresión y a
    sufrir ante las adversidades.

  • Las personas con baja autoestima no se sienten
    seguras de si mismas.

  • Tienen miedo de expresar sus gustos u
    opiniones. Prefieren quedarse callados antes que opinar ya
    que consideran que "no tienen derecho" o que los demás
    consideraran que no lo tienen.

  • Las personas con baja autoestima son mucho
    más vulnerables y suelen tomarse a mal
    cualquier crítica o queja hacia su persona,
    debido a que siempre tienen miedo sobre si serán o no
    aceptados por los demás.

  • Las personas con baja autoestima tienen mayor
    dificultad para relacionarse con los demás y siempre
    suelen si caerán bien o mal a los
    demás.

  • Las personas con baja autoestima sienten
    una gran necesidad de ser aceptados por los
    demás ya que no se aceptan a sí
    mismas. Por este mismo motivo, suelen sentirse muy
    presionados cuando están con otras
    personas.

  • Las personas con baja autoestima, tienen miedo
    de arriesgarse por miedo a fracasar.

  • Tienen menos probabilidad de lograr lo que se
    proponen porque siempre están pensando de
    antemano que no lo lograrán.

  • Las personas con baja autoestima suelen dejarse
    atropellar por los demás o ser maltratados por
    miedo a resistirse y quedarse solos.

  • Les cuesta expresar sus
    sentimientos.

  • Suelen creer que siempre los demás
    están por encima de una o uno, son superiores, valen
    más y por lo tanto sus problemas también son
    más importantes.

  • Tienen mayor dificultad para enfadarse con las
    demás personas por miedo a que la otra persona
    "no acepte el enfado".

  • Pueden ser muy autoexigentes y nunca
    valorar sus propios logros.

  • No tienen confianza en sí mismos ni
    creen que puedan lograr lo que se proponen.

  • Suelen excusarse y justificarse por todo. Siempre
    tienen miedo de estar molestando o quitándole tiempo a
    los demás.

  • Cuando una persona tiene problemas de autoestima, o
    una baja autoestima, esto se traduce en una gran cantidad de
    problemas en diversos ámbitos de su vida. Una persona
    con baja autoestima suele sentirse más infeliz y
    mucho más limitada en cuanto a lo que puede o
    debe hacer.

V.III. Término medio del
autoestima

 Es oscilar entre los dos estados anteriores, es
decir, sentirse apto e inútil, acertado y equivocado como
persona, y manifestar estas incongruencias en
la conducta —actuar, unas veces, con sensatez,
otras, con irreflexión, reforzando, así,
la inseguridad.

En la práctica, y según la experiencia
de Nathaniel Branden, todas las personas son capaces de
desarrollar la autoestima positiva, al tiempo que nadie
presenta una autoestima totalmente sin desarrollar. Cuanto
más flexible es la persona, tanto mejor resiste todo
aquello que, de otra forma, la haría caer en la derrota o
la desesperación. Por Jorge Luis Olaya
Rodríguez

Otros elementos del
autoestima

El yo.
En psicología, yo, más frecuentemente
(como en antropología) referido con el
universal latinismo ego; y
en alemán: Ich y
en francés je (yo deíctico)
o moi  (yo pronominal siendo actualmente
usado en francés moi como equivalente a ego), se
define como la unidad dinámica que constituye
el individuo consciente de su
propia identidad y de su relación con el medio;
es, pues, el punto de referencia de todos los fenómenos
físicos, psíquicos y sexuales.

VI.I. El yo según la
psicología analítica

Desde la psicología
analítica de Carl Gustav Jung debe
entenderse por «yo» el factor complejo al que se
refieren todos los contenidos de la consciencia. Constituye en
cierto modo el centro del campo de la consciencia y, en la medida
en que este campo comprende la personalidad empírica, el
yo es el sujeto de todos los actos conscientes. La
relación de un contenido psíquico con el yo
representa el criterio de la consciencia, pues no sería
consciente ningún contenido que no se hiciera presente al
sujeto.

Aun cuando teóricamente el campo de
la consciencia es ilimitado, empíricamente se ve limitado
desde el terreno de lo desconocido, que comprende tanto el mundo
exterior como el interior o inconsciente. Añade Jung
que el yo no es un factor sencillo sino complejo, no pudiendo
describirse exhaustivamente. Tendría dos fundamentos: uno
somático y otro psíquico.

Somático: se desarrolla a partir de
percepciones endosomáticas, ya de por sí de
índole psíquica y unidas al yo, siendo conscientes.
Dichas percepciones tienen su base en estímulos
endosomáticos que pueden ser tanto conscientes como
inconscientes.

Psíquico: el yo se basa en todo el campo de
la consciencia y en la totalidad de los contenidos
inconscientes. Éstos últimos se dividen a su vez en
tres grupos: Contenidos temporalmente subliminales, o
reproducibles a voluntad por medio de la memoria.

Contenidos no reproducibles voluntariamente,
inconscientes, deducibles por irrupciones espontáneas de
contenidos subliminales en la consciencia o también
llamados complejos.

Aquellos contenidos que no pueden en absoluto acceder a
la consciencia, son contenidos que todavía no han
irrumpido o no irrumpirán nunca en ella.

Debe diferenciarse el yo del campo de la consciencia,
siendo únicamente su punto de referencia. El yo es un
factor por excelencia de la consciencia, siendo incluso una
adquisición empírica de la existencia
individual.

Al principio surgiría del choque del factor
somático con el medio, desarrollándose
posteriormente a partir de nuevos choques tanto con el mundo
exterior como interior. 

La totalidad de la personalidad, que abarca
también lo inconsciente, no coincide con el yo o
personalidad consciente, debiendo diferenciarse de
él. Jung denomina sí-mismo a la
personalidad total, subordinándose el yo al
sí-mismo y comportándose en relación con
éste como una parte con el todo. En el ámbito del
campo de la consciencia el yo dispone de libre
albedrío. Sin embargo, dicha libertad tropieza tanto con
las limitaciones propias del mundo exterior como con las del
mundo interior subjetivo o sí-mismo.

El yo es una unicidad individual que se mantiene
idéntica a sí misma, aunque dicha durabilidad es
relativa, puesto que pueden producirse alteraciones profundas de
la personalidad, no necesariamente patológicas, pudiendo
estar circunscritas a una evolución normal.

 Aun cuando es el yo el sujeto de todas las
adaptaciones y desempeñe un significativo papel en la
economía anímica, el descubrimiento a finales del
siglo XIX de una psique extraconsciente ha relativizado la
posición absoluta que hasta entonces ocupaba.

Desde entonces el yo mantiene su carácter de
centro del campo de la consciencia, no así como punto
central de la personalidad. El yo participa en ella pero no es su
totalidad. Su libertad es limitada y su dependencia
decisiva.

VI.II. Claridad interior.

Verdaderamente, nadie o casi nadie se para a pensar sobre el
sorprendente fulgor mental que nos hace visibles a nuestros
propios ojos. En el marco de los millones de años con que
cuenta nuestra especie, la capacidad de ser consciente de uno
mismo es relativamente nueva.

Si bien sólo podemos especular sobre cómo
eran nuestros antepasados remotos que no dejaron rastro escrito,
la mayoría de los expertos está de acuerdo en que
gracias al lento pero evidente desarrollo evolutivo del cerebro
humano en número de neuronas y de conexiones o sinapsis
entre ellas hace sólo cincuenta mil años que se
prendió en la mente humana la bombilla de la conciencia.
Esta claridad interior permitió a nuestros lejanos
parientes verse a sí mismos como entes diferenciados de
las demás criaturas.

Me figuro que el primer símbolo o concepto que
crearon nuestros ancestros al percibirse como individuos fue el
"yo" o el "mí". Seguidamente, inventarían el resto
de los pronombres personales para representar a los demás,
y los pronombres posesivos, sobre todo "mío" y "nuestro",
para denotar lo que les pertenecía a ellos y no a los
otros.

La luz de la conciencia les facultó,
además, para adoptar una perspectiva del tiempo en los
tres contextos el pasado, el presente y el futuro, y les
proporcionó el sentido del espacio, o de la
posición que ocupaban con respecto a las cosas que les
rodeaban y al horizonte.

Más impresionante aún, el primer viso
imaginable de conciencia humana hizo posible que los hombres y
mujeres que poblaban el planeta pudiesen observarse y analizar
sus propios pensamientos, emociones y conductas.

La aptitud para ser conscientes de nosotros mismos o la
percepción de la propia individualidad parece ser un
atributo exclusivo y esencial de la especie humana.

La aparición de la luz de la conciencia y la
creación de símbolos con los que designar y
comunicar los diversos aspectos de nuestro ser aumentaron
extraordinariamente el papel de la memoria en nuestra especie. La
gran mayoría de los miembros del reino animal necesitan la
memoria para sobrevivir.

En nuestro caso, la memoria es mucho más. Se
trata de una potencia del alma que depende de una masa de
neuronas, desparramadas por el cerebro, en las que registramos no
sólo hechos concretos, sino nuestras interpretaciones
personales de los hechos y los sentimientos y emociones que los
acompañan. Por eso los recuerdos tienen el poder de
hacernos llorar, reír y temblar. Las reminiscencias del
ayer definen gran parte de nuestra personalidad y determinan
nuestra visión del presente y del mañana. La
memoria es selectiva. El olvido, por ejemplo, cura muchas heridas
de la vida y nos ayuda a distorsionar inconscientemente los
recuerdos para que confirmen las explicaciones de la realidad que
más nos convienen.

VI.III.
La introspección 

La introspección o inspección
interna es el conocimiento que el sujeto tiene de sus
propios estados mentales. Asimismo es la condición previa
para conseguir la interrupción del automatismo, de
la indignación y hacer una
nueva valoración.

La introspección o percepción interna
tiene como fundamento la capacidad reflexiva que
la mente posee de referirse o ser consciente de forma
inmediata de sus propios estados. Cuando esta capacidad reflexiva
se ejerce en la forma del recuerdo sobre los estados
mentales pasados, tenemos la llamada "introspección
retrospectiva"; pero la introspección puede ser un
conocimiento de las vivencias pasadas y también
de las presentes, de las que se dan conjuntamente y en el
presente del propio acto introspectivo.
El mentalismo clásico tanto el de
la filosofía moderna como el científico-
ha utilizado la introspección como el método
más adecuado para acceder al mundo psíquico.
El psicoanálisis es la forma
de introspección retrospectiva y
la psicología experimental de Wundt la
introspección de las vivencias actuales.

VI.IV. Concepto de sí mismo. Es el
núcleo central de la personalidad que afecta cada
aspecto del comportamiento de la persona y su
aprendizaje.

El concepto de sí mismo lo definiremos como la
idea que el niño se va formando acerca de sí a
través de la información que recibe del medio y a
través de sus propias experiencias con este. Esto incluye
cómo el sebe, lo que él siente y piensa que es, y
en gran parte corresponde a como él cree que los
demás lo ven. El concepto de sí mismo
está formado por todas las creencias y actitudes que tiene
la persona respecto a sí mismo; abarca un
conjunto bastante amplio de representaciones mentales, que
incluyen imágenes y juicios, no sólo conceptos, que
el individuo tiene acerca de sí mismo y que engloban sus
distintos aspectos corporales, psicológicos, sociales y
morales.

El determina lo que la persona es, lo que piensa, lo que
hace y lo que puede llegar a ser. Este concepto va
acompañado de sentimientos de éxito o fracaso,
aceptación o rechazo, alegría o tristeza, triunfo o
derrota. Estos sentimientos son los que van a definir la
autoestima, que corresponde a juicios evaluativos de
autoevaluación que la persona hace de sí misma y en
la que también tienen gran relevancia las valoraciones que
los adultos hacen de ella.

Esto constituye la autoestima, a menudo confundida con
el autoconcepto y, en realidad, una parte de él.
Autoconcepto y autoestima pueden referirse, por lo demás,
a la propia persona como un todo
(Fierro,Alfredo(1992)"personalidad y aprendizaje en el
contexto escolar".

VI.V. El Mundo Exterior como Reflejo
Nuestro

Nos hemos acostumbrado a escuchar y, poco a poco,
aceptar que el mundo externo es un reflejo de nuestro mundo
interno, que si pensamos que somos saludables lo veremos
manifestado en nuestro entorno, si pensamos que somos exitosos lo
vemos manifestado en nuestro entorno, si somos honestos nos
encontraremos con gente honesta.

Hasta este punto todos lo aceptamos, pues hemos
leído y estudiado sobre las leyes universales, la ley de
causa y efecto que nos dice que todo lo que sucede no es
más que el efecto de una causa previa emitida por nosotros
mismos, la ley del mentalismo que nos dice que todo lo que se
manifiesta es producto de la mente (nuestra), y así cada
una de las leyes universales que rigen nuestra existencia y la de
todo el universo.

Sin embargo, muchas personas siguen creyéndose
ajenas a la creación, sintiéndose víctimas
de todo lo que les pasa, o incluso diciendo que les pasa cosas
así porque son pruebas de Dios, o porque es tanta la luz
que atraen que a la gente le provoca envidia o coraje (o
qué se yo)… Nada más alejado de la
realidad.Cuando hablamos que nuestro mundo externo es reflejo de
nuestro mundo interno y nosotros no sabemos si internamente
estamos bien o no, basta echar un vistazo a nuestro mundo
externo… "Por sus frutos los conoceréis" Dijo el Maestro
Jesús, ¿qué quiere decir esto? Que basta
mirar a tu alrededor y ver como son tus relaciones personales,
como van tus finanzas, como convives con tus compañeros de
trabajo para darte cuenta de lo que has estado sembrando
internamente mediante el pensamiento.

Y aquí es donde muchos comienzan a chocar con
esta idea, ya no les parece tan "conveniente" el creer en las
leyes universales, y dicen que no siempre aplican, o prefieren
mirar hacia otro lado.

Una Ley JAMÁS puede dejar de actuar, creemos que
sí porque vemos las leyes humanas que a veces son rotas y
nadie parece notarlo, esas son leyes creadas por el hombre, las
leyes universales son divinas… para darnos una idea de
qué podría pasar si una ley dejara de operar basta
con pensar qué pasaría si la Ley de Gravedad dejara
de funcionar por 10 segundos… No hace falta ser un genio para
saber que esto llevaría a la destrucción del
Universo.

Estamos acostumbrados a culpar y señalar los
errores en otros con críticas, reproches, juicios,
chismes, etc. cuando todo eso es energía que estas
enviando al universo y tarde o temprano vendrá de regreso
a ti, multiplicada.

Esto puede ser revertido fácilmente, sólo
basta tomar el control de tus pensamientos, así
comenzarás a sembrar nuevos pensamientos que
cosecharás mañana como amor, perdón,
sabiduría, prosperidad, salud, etc.

VI.VI. La autovaloración

La visión que tenemos de todo lo que nos rodea
empieza por la imagen que tenemos de nosotros mismos. Lo que hay
ahí fuera es un espejo que nos refleja. Tener autoestima
es tener la capacidad de valorarnos, de caminar con una mirada
amable y favorable hacia uno mismo y actuar conforme a
ella.

Nuestro grado de autoestima se mide por lo que pensamos
de nosotros, en la superficie y en lo más profundo de
nuestro ser -nuestro autoconcepto más arraigado-, y por
las elecciones que vamos haciendo en todos los ámbitos de
nuestra vida.

Cuando nacemos no tenemos problemas de autoestima.
Sabemos que somos seres únicos, especiales y maravillosos,
y vemos todo lo que nos rodea también así. Sin
ningún juicio sobre la naturaleza esencial de las cosas,
única y perfecta, nos movemos desde el asombro y el
disfrute por todo. Solo a través del amor incondicional
podemos regresar a ese espacio de apertura y aceptación en
el que simplemente sabemos que somos, en el que siempre nos
sentimos integrados y en paz, y desde el que podemos cambiar
nuestra relación con nosotros mismos y con el
mundo.

VI.VII. Reparto del amor propio

Antes de abordar cómo se distribuye la autoestima
entre diferentes grupos y personas, creo que es importante
recordar el hecho confortador de que, en contra de lo que muchos
piensan, casi todos los seres humanos tenemos
predisposición a elaborar un concepto global favorable de
nosotros mismos y a resaltar los propios atributos positivos.
Esta inclinación natural y espontánea ayuda a
preservar la integridad emocional, permite funcionar mejor en las
diferentes parcelas de la vida, y carga las pilas para remontar
las crisis y vicisitudes de la existencia.

VI.VIII. El odio hacia uno mismo

El prejuicio. Aunque la
depresión puede tener diversas causas, una de ellas tiene
como base un mecanismo muy similar al del prejuicio contra otras
personas, con la diferencia de que, en este caso, sería un
prejuicio vuelto hacia uno mismo. Cuando alguien tiene
algún tipo de prejuicio hacia los demás,
pensará cosas como: "odio a este grupo de personas, odio
su modo de ser, su modo de vestir, detesto como hablan" En
algunas personas deprimidas, el modo de pensar es muy parecido,
aunque dirigido hacia ellos mismos: "Me odio a mí mismo,
odio mi modo de hablar, mi modo de ser, detesto la clase de
persona que soy". Conocer la causa de la depresión es
fundamental para poder tratarla, pues dichas causas pueden ser
muy variadas. El prejuicio o desprecio hacia uno mismo es una de
ellas. Se trata de pensamientos hacia uno mismo muy arraigados en
la mente, que posiblemente se originaron en la infancia como
consecuencia de experiencias negativas, o el rechazo o desprecio
de los demás. Estas personas pueden pertenecer a
minorías rechazadas, de manera que, tras ser
víctimas del prejuicio de los demás, lo han acabado
interiorizando y odiándose a sí mismos.

O bien puede tratarse de personas que, sin pertenecer a
ninguna minoría rechazada, han sido víctimas de
desprecio por parte de su familia, víctimas de acoso por
parte de compañeros en la infancia, etc.

  • I. ¿Por qué me resulta tan
    difícil quererme? 

Partes: 1, 2

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