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La Mujer y el Nuevo Paradigma Femenino



Partes: 1, 2

    La feminidad ya no se puede limitar a la sensibilidad, la
    pasividad y la maternidad. Tenemos que volver a descubrir y a
    expresar su capacidad creadora y transformadora. Necesitamos un
    cambio de
    valores en
    ambos sexos, mediante la capacidad de integrar
    simultáneamente los opuestos, aparentemente excluyentes
    entre sí.

    LO FEMENINO EN EL
    COSMOS

    Aunque el concepto de
    "mujer" ha
    estado sujeto
    a interpretaciones históricas temporales, lo femenino ha
    transcendido más allá de los cambios de paradigmas
    como algo que permanece claro y preciso en el alma de los
    hombres desde la antigüedad.

    La imagen de lo
    femenino en el Cosmos está presente en todas las culturas
    antiguas. Analicemos.

    Si partimos hacia el extremo Oriente, China en
    particular, consideramos que desde la Época Feudal aparece
    la noción de TAO como "Padre-Madre del Universo". De la
    Gran Unidad proceden los dos reguladores, yin, lo femenino, y
    yang, lo masculino, cuya combinación al infinito crea todo
    el proceso del
    devenir.

    Además, el Tao es el Gran Vacío de la Gran
    Matriz de todo
    lo que existe bajo al cielo. El Tao primordial es un
    "vacío lleno de potencialidades y de eficacia". Para
    la antigua cultura china,
    lo femenino es parte de los Orígenes sagrados, del inicio,
    del mundo celeste creador. La potencia creadora
    no es exclusivamente masculina, como para Occidente; en el Tao,
    la interacción yin-yang constituye la unidad
    primordial.

    En Oriente, la concepción bramánica muestra una
    trilogía de lo sagrado a través de Brahma, Vishnu y
    Shiva, pero estos tres aspectos no existen solos, sino en
    unión a su contrapartida femenina, su shakti.

    Correspondiendo a:

    • Brahma Sarasvati Creadores
    • Vishnu Lakshmi Conservadores
    • Shiva Kali Destructores

    Sarasvati: diosa de la Sabiduría, de la Música, de las
    Ciencias.
    Inspiradora de los Vedas. Renovación espiritual.

    Lakshmi: diosa de la prosperidad, de la pureza, de la
    generosidad, la fortuna, la belleza.

    Kali: diosa de la Danza
    Cósmica, los ciclos, y en consecuencia de la muerte.

    Más allá de esta Trilogía sagrada, en
    India veneran
    a la Gran Madre, la Mahasarasvati o la Mahashakti, cuyas
    cualidades son: tranquilidad, compasión inagotable,
    energía, irresistible pasión, voluntad aplastante,
    belleza, armonía, ritmo, gracia cautivadora, conocimiento
    interno, trabajo
    cuidadoso, perfección tranquila y precisa en todas las
    cosas.

    Lo que nos da igualmente una plasmación de "lo
    femenino" a través de estas virtudes.

    Por su parte, Aditi, que significa "sin ataduras", es
    considerada la Madre de los dioses, una suerte de Rea griega. Es
    la fuente de todas las formas cósmicas de la conciencia.

    EL AGUA COMO
    ELEMENTO COSMOGÓNICO FEMENINO

    Todos los textos sagrados nos hablan de "las Aguas
    primordiales", y los científicos actuales también
    nos dicen que la vida comenzó en el mar. De las Aguas
    primordiales o caóticas emergen todas las cosas y en ella
    se sumerge para morir todo lo manifestado.

    La tradición oriental cita a la diosa Io, conocida
    bajos nombres diferentes, y le hace afirmar: yo soy la que es, ha
    sido y será. Yo soy la Naturaleza,
    madre de todas las cosas, dueña de todos los elementos,
    origen y principio. Reina de los mares.

    LA VISIÓN GRIEGA

    En el pensamiento
    primordial de los griegos, Eros y Logos son inseparables. El
    pensamiento, el Logos, sería estéril sin Eros, y
    éste sin el Logos no tendría ni dirección, ni forma, sería la
    atracción sin sentido o la loca pasión sin misión.
    Sin la presencia de lo femenino, el principio masculino queda
    herido y la calidad de vida
    se deteriora. Cuando lo femenino no es reconocido, no tiene lugar
    la renovación de la vida.

    En la Cosmogonía griega, tal como la presenta
    Hesíodo, encontramos que el Eros primordial jugará
    un papel muy importante, pues es el elemento que despierta la
    vida en medio del caos por medio de la atracción y la
    repulsión, y permite que el Logos cree y dé
    nacimiento a la Tierra y al
    cielo y a los otros planos.

    La presencia de las diosas en el Olimpo y sus cualidades
    infundieron en el pensamiento antiguo una veneración y
    respeto por lo
    femenino en todos los campos: Gea, Rea, Hera, Atenea, Afrodita,
    Deméter, Perséfone, Artemisa, por no nombrar sino
    las más conocidas, llenan todos los aspectos de lo
    femenino del Cosmos a la Tierra.

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